Período del 15 al 26 de Diciembre : Salud Mental y Géneros


Lea el texto SALUD MENTAL Y GÉNEROS | APORTES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DEBATE de Cecilia Fernández Lisso, publicado en la página de INDEP Salud de la ATE ( Asociación de Trabajadores del Estado, Argentina) 

Lea el texto: Una aproximación a la genealogía de los feminismos para profesionales de la salud, de María Teresa Climent Clemente, publicado en Revista Ätopos, Mayo de 2019

Lea también: Género, regulación social ysubjetividades. Asimilaciones, complicidades y resistencias en torno a la loca(el manicomio provincial de Málaga, 1920-1950)*. Artículo escrito por Celia García Díaz e Isabel Jiménez Lucena. Publicado en FRENIA, Vol. X-2010, 123-144, ISSN: 1577-7200

Lea la columna :Constitución y género: análisis desde una perspectiva feminista, de Catalina Lagos, publicada en El Mostrador, el 18 de noviembre de 2020.

Lea el artículo: Por qué las mujeres no quieren escribir en THE CONVERSATION,  de Lorena Fernández, publicado en The Conversation, y replicado en elmostrador.cl el 30 de Noviembre de 2020.

Lea la nota: Primer comité político feminista en Chile: Karina Oliva presentó equipo de campaña, publicada en Biobiochile.cl el 14 de diciembre de 2020

Sesión Sincrónica: Lunes 28 de Diciembre, 18:30 hrs.

Comentarios

  1. En el primer texto uno de los temas desarrollados es sobre cómo el medio socio cultural delimita el proceso salud-enfermedad y lo que se espera para una “buena mujer”. Esto ya lo hemos discutido ampliamente, desde el texto leído sobre la construcción cultural del amor romántico por ejemplo y el rol que ha asumido a la fuerza la mujer por parte de la estructura patriarcal. Esto lamentablemente es algo que persiste en nuestra cultura. Hasta el año pasado al preguntarle a mujeres (especialmente de sectores rurales) acerca de la idea de trabajar, acudir a talleres, completar enseñanza media o por ejemplo pensar en separarse de una pareja que ya no amaban, las respuestas nunca eran un “no quiero” sino un “cómo se le ocurre Dr!” o un “qué va a pensar mi papá/marido/vecino?”. Y sin ir tan lejos, en mi familia el machismo ha estado muy presente de generación en generación y ha sido sólo en los últimos años en que ha habido una emancipación femenina en mi familia. Por ejemplo, mi mamá logró volver a encontrar un trabajo luego de muchos años, aprendió a conducir y se hizo independiente económicamente solo luego de separarse de mi papá. Como ella ha dicho, de seguir juntos como matrimonio probablemente seguiría cumpliendo su” mandato de género” como dueña de casa. La “cuarta ola” de alguna forma ayudó en todo esto, en romper esta transmisión cultural absurda. Hoy afortunadamente la realidad es muchísimo más favorable para mi madre o hermana por ejemplo, pero las desigualdades siguen existiendo en el día a día (desde la concepción generalizada de que el hombre que reclama en el trabajo es visto como alguien “con personalidad” mientras que la mujer que hace los mismos reclamos es etiquetada de histérica o de hacer “pataletas”, hasta las diferencias de sueldo que aún existen para mismos cargos con igual cantidad de estudios).

    En este texto también se mencionan los avances logrados en cuanto se han incluído demandas feministas en el marco de los Derechos Humanos. Para ello es fundamental una carta magna con enfoque de género y que estipule el reconocimiento de estos derechos universales. Sobre esto hace tiempo escuché en un podcast (TVM Constituyente en spotify) a Barbara Sepúlveda abogada de ABOFEM (abogadas feministras, ella además es parte del primer comité feminista de la noticia leída) donde justamente hablaba sobre muchos de los temas expuestos en el texto de Constitución y género respecto a la futura carta; debe tener un enfoque de género, debe especificar el respeto a los derechos humanos, representación/paridad de la mujer(y de otros grupos históricamente vulnerados en los poderes del estado y un rol activo del estado en cuanto a promover este cambio cultural/estructural. Dejo un enlace a una entrevista que le realizaron sobre esto.

    En cuanto al artículo de genealogía del feminismo para profesionales de SM, me parece importantísimo, aprendí muchas cosas nuevas de las que era muy ignorante. Desconocía el desarrollo del feminismo y su evolución, por ejemplo el feminismo liberal en cuanto a la búsqueda de igualdad, al feminismo radical no solo buscando igualdad sino que cuestionando además al sistema patriarcal con un fuerte enfoque en sexualidad, reproducción, aborto, etc. Todos estos temas han estado últimamente muy en la palestra pero ignoraba todo este desarrollo teórico y filosófico. Me parece muy importante resaltar que los pocos avances que ha tenido Chile en estas temáticas (anticoncepción, PAE, ley de aborto) ha sido gracias a las organizaciones sociales y no por acción de la clase política quienes junto a los grupos de poder conservadores (iglesia) durante muchos años han puesto trabas a estos avances. Es esencial conocer estas temáticas considerando lo que dice el texto sobre que nuestro sector salud aún tiene importantes brechas en materia de género y es uno de los actores que más estigmatiza. Eso se puede superar leyendo y difundiendo artículos como este. Muy buen tema el de esta quincena, que bueno lo abordemos! Saludos.

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    1. - Nueva Constitución: ¿qué se necesita para garantizar los derechos de las mujeres? por Bárbara Sepúlveda, abogada y directora de ABOFEM: https://www.uchile.cl/noticias/159622/nueva-constitucion-claves-para-garantizar-los-derechos-de-las-mujeres

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    2. Mitchel muchas gracias por compartir tu experiencia familiar, y el artículo de Bárbara Sepúlveda.
      También me gustó mucho el texto de Genealogía de los feminismos, desconocía su lineamiento histórico y su desarrollo teórico y filosófico. Me parece demasiado importante que leamos este tipo de artículos, esenciales para entender el sufrimiento femenino (especialmente para quienes no son mujeres).

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    3. Gracias Mitchel. Tu Comentario que incorpora tu reflexión sobre la impronta de la sociedad patriarcal en tu Familia, las lecturas actuales y las previas y tus propias exploraciones es un gran aporte a nuestra discusión Te felicito.

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  2. La salud mental hoy por hoy es un tema muy relevante a nivel mundial y en nuestro país, ya que se está abriendo paso en los diferentes contextos en los que estamos viviendo, si hablamos de salud mental en años pasados podríamos ver en la historia lo complejo que era este tema y lo difícil de comprender, expresar y acceder, con lo anterior me refiero a que la salud mental ha venido evolucionando en un sin numero de factores y leyes que ha hecho que las personas puedan tener un bienestar en este ámbito, uno de los factores importantes y revisados en este capítulo es la salud mental y el género definición ya conocida por todos pero que sugiere también muchas dudas , la educación de genero fomenta llevar un patrón o una creencia de como ser para los otros o como vincularse para ser aceptado, en estos tiempos es difícil poder hablar de lo que debo o lo que tengo que hacer en cuanto a genero ya que esto está al debe con la dicotomía de hombre o mujer y así perdiéndose con el pasar de los años.
    Hacia el genero se ha impuesto múltiples vulneraciones, en marcadas en violaciones de los derechos humanos, garantía de procesos como la transición, graves carencias de atención en salud mental y un sin numero de estigmas, prejuicios y estereotipos que hasta el día de hoy se siguen evidenciando a pesar de los grandes esfuerzos realizados por muchos.
    Actualmente el CDT se cuenta con un programa para personas trans del cual me siento bien entusiasmado de conocer , este programa cuanta con apoyo psicológico, psiquiátrico y asistente social para las personas que se encuentran en la fase de transición iniciando con terapia hormonal y futuras cirugías de reasignación o de feminización según sea el caso , durante estos periodos he tenido la fortuna de poder atender pacientes trans de forma presencial con supervisión de la Dra. Arroyo, una gran experiencia donde he podido visualizar sus vidas, formas de pensar, propósitos vitales y hasta tener una mirada más empática hacia las cosas poco conocidas.

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    1. Es valorable que la labor de un psiquiatra este relacionada con el sostenimiento mental y afectivo de múltiples personas con la diferencia que esto conlleva y que esto sea un aporte desde una mirada mas amplia sin tener que estigmatizar o discriminar a alguien por ser como es o como piensa.
      Como ultimo punto me llamo mucho la atención la vinculación que hay entre las patologías de salud mental y las mujeres, se reporta estadísticamente que las mujeres padecen mayor porcentaje de patologías en salud mental que los hombres , esto será por que consultan más que los hombres? , será que los hombres se sienten estigmatizados al tocar estos temas de salud mental?, es una apreciación que puedo visualizar después de las lecturas , otro de los puntos que son relevantes es la asociación de que solo por ser mujeres son histéricas, desde mi punto de vista y con la poca experiencia que tengo viendo pacientes puedo decir que hay de todo, he visto también hombres que se comportan como histéricos pero que no se encasillan en este diagnostico por ser hombres, la reflexión que me queda es que debemos insistir y seguir buscando la igualdad de genero en todo sentido sin dejar a un lado la plenitud de las personas o el protagonismo que estas puedan tener, favorecer siempre el autocuidado, el bienestar, la confianza, y sobre toco capacitar y educar en que somos seres diferentes y que cada persona puede elegir el camino que mejor le parezca en un mundo libre.

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    2. Edison, si no fuera porque lo mencionaste, habría olvidado que la temática de la semana era "salud mental y géneros", los textos abordaron principalmente el feminismo y la vivencia del género femenino. Me parece esencial ahondar en salud mental y género en su sentido amplio, abordar teoría queer, identidades trans, sexo y género como constructos culturales, y en ese sentido, heteronorma y temáticas LGBTIQA+.

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  3. Los textos de esta semana me interpelan profundamente como mujer y futura terapeuta, agradezco la temática y creo que es lo suficientemente extensa como para continuar abordándola en una siguiente sesión, siendo esto sólo una pincelada.

    Desde el punto de vista personal, partiendo desde Coral Herrera hasta los últimos artículos, me he cuestionado si como soy está relacionado realmente a mi identidad, o es más bien un mandato de género interiorizado. Sigo reflexionando al respecto y en ese sentido, creo que es posible deshacerse de algunos patrones culturales, o al menos hacerlos conscientes y por lo tanto no vivirlos como obligatorios, sino más bien elecciones (pienso en “ser servicial”, por ejemplo). Creo que esta también puede ser una duda planteable a nuestras usuarias, y sin duda su reflexión puede ser reparadora, o al menos un alivio

    En relación a nuestro rol de terapeuta, me llevo varios aprendizajes. En primer lugar, pienso en la entrevista psiquiátrica y la importancia de indagar si nuestras usuarias han sido víctimas de violencia de género siempre, poniendo especial atención a ello ante intentos suicidas, donde se ha visto que el 25% se deben a esta causa. Además, incorporar en la anamnesis, la sexualidad como parte de los afectos, y la historia ginecológica de cada mujer, utilizando conceptos no estigmatizantes como “interrupción del embarazo” para hablar de pérdidas o abortos, incluyendo la infertilidad como temática, que puede ser muy dolorosa para muchas. Me sorprendió enormemente hablar con una usuaria del CDT quien a sus 44 años me manifestó que llevaba 13 años intentando embarazarse, ilusionándose cada mes, a quien nunca se le había preguntado ni había sido derivada junto a su pareja para estudio de infertilidad.

    Ser conscientes de la vulneración que existe sólo por el hecho de ser mujeres nos permite comprender mejor las experiencias de las usuarias que nos consultan, y entender cómo la culpa, la baja autoestima, la obligatoriedad de los cuidados sin apoyo, la contraposición del rol reproductivo del productivo permean la vida diaria y se instalan como la norma. No es menor que estar casada sea factor de riesgo de patología de salud mental, en oposición al hombre casado, para quien su estado civil es protector. Esto me hace preguntarme cuántos de los tratamientos de mujeres catalogadas con “Trastorno de personalidad” no son más que la medicalización de esta vulneración estructural de la mujer, y pienso que al menos debería estar en nuestra mente esta reflexión antes de emitir un diagnóstico

    Al pensar en la prescripción de tratamientos, debemos ser los primeros en poner el tema reproductivo sobre la mesa, ya que parte importante de los fármacos que indicamos son conocidamente teratógenos. Por otro lado, rescato enormemente la frase de María Teresa Climent “politizando malestares, podemos dar mejor respuesta a molestias por las que nos consultan, en lugar de psicologizar o psiquiatrizar la experiencia”. Creo que es terapéutico visibilizar cómo los síntomas se relacionan a la violencia estructural, y validar el sufrimiento asociado a esta vivencia. En este sentido me gustaría aprender más de terapia feminista, y conocer sobre este tipo de abordaje. En relación a ello, me pareció muy interesante el término “affidamento” propuesto por el grupo de Milán y creo que como futuros especialistas de salud mental comunitaria deberíamos promover espacios enmarcados en él, de “confianza mutua, reconocimiento del saber, cuidado, lealtad, compromiso, y autoridad del resto de las mujeres”.

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    1. Moté! me gustó mucho tu comentario. Coincido plenamente contigo respecto a " Affidamento" y que promover los espacios enmarcados en él podría ser una gran herramienta preventiva y terapéutica pero por sobretodo a practicarlos nosotras mismas día a día (aunque ya estamos en eso).

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    2. María José:
      Gracias por las distinciones y énfasis que haces.
      En particular me refiero a una distinción: no hemos leído sobre Géneros con toda la amplitud necesaria....

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  4. Me parece muy atingente como introducción al tema el texto “Una aproximación a la genealogía de los feminismos para profesionales de Salud Mental”. Permite identificar con precisión cada uno de los términos relacionados al tema y también hacer una cronología que permite comprender cómo ha evolucionado el feminismo a nivel internacional.

    Una de las cosas más destacables de las lecturas tiene relación con la Psicoterapia de la Equidad Feminista. Es el medio socio cultural el que delimita el proceso salud – enfermedad, estableciendo lo que es esperable y lo que no, y, por tanto, estableciendo cómo debe hacer una mujer para ser considerada como tal. Considerar las circunstancias sociales que han tenido que vivir las mujeres como un factor que podría dar cuenta de la mayor prevalencia de trastornos de salud mental en las mujeres, sobre todo que podría explicar la diferencia con los hombres. La psicoterapia de Equidad Feminista me parece muy atingente en este contexto, ya que considera experiencias contradictorias y frustrantes que viven las mujeres en el día a día (en relación a los roles y mandatos) para poder adaptarse al modelo (que además les exige sacrificio, dependencia y pasividad) como causa dificultades cotidianas, en sus vínculos, en su proyección como personas individuales que al mediano – largo plazo llevan a trastornos de salud mental hace mucho sentido.

    En relación a esto, me parece necesario destacar lo referido a quienes trabajan en el campo de la salud mental. La formación con perspectiva de género y la obtención de herramientas relacionadas permite no confundir psicopatología con el impacto psíquico y traumático de la vulneración de derecho que genera sufrimiento y eventualmente psicopatología. Lo anterior también permite visibilizar situaciones problemáticas normalizadas, validar y cobijar este sufrimiento, restituyendo dignidad y autonomía y evitando la medicalización de situaciones que no lo ameritan.
    Es de conocimiento general que tanto los factores sociales como culturales cumplen un rol de fundamental importancia en el desarrollo y mantenimiento de trastornos de salud mental, como lo discutimos en una de las sesiones previas. Por lo que, por ejemplo, es de suma urgencia enfatizar la importancia de la violencia de género como factor de riesgo para el desarrollo de trastornos de salud mental, sin embargo, igual de importante es generar espacios e instituciones de prevención y mitigación.

    A nivel personal, las lecturas enfatizan lo anterior, la importancia de los factores psicosociales en el desarrollo de patología. Se hace evidente cómo el nivel cultural está directamente relacionado a la intensidad de la desigualdad y la violencia de género. Recuerdo que los pacientes del CESFAM, tanto hombres y mujeres, relataban situaciones donde ni siquiera existía un cuestionamiento de situaciones abiertamente violentas, donde se justificaba cualquier situación desigual con la pasividad de la inferioridad femenina.

    Al igual que la autora de uno de los textos, me quedó con que el feminismo es uno de los movimientos más destacados de los últimos tiempos, y esto principalmente a su trascendencia, en tanto movimiento universal, internacional y transversal a todas las personas, incluidos otros seres vivos y el ecosistema.

    A pesar de que se ha recorrido bastante camino, queda aún mucho por recorrer. Seguir incluyendo la diversidad en general y la desigualdad de género en particular es de suma importancia a todo nivel, en la formación (preescolar, escolar, universitaria, técnica), en la creación de políticas públicas, etc. Hasta que un día sea algo tan natural que no sea necesario siquiera nombrarlo.

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    1. Javi coincido ampliamente con lo que dices en tu comentario, es extremadamente necesario que nuestra formación sea con perspectiva de género. Te agradezco además rescatar lo mencionado en el texto sobre Psicoterapia de la Equidad Feminista que me pareció sumamente interesante, y me gustaría averiguar más.

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  5. Personalmente el feminismo es un tema que he escuchado solo los últimos años y que ha ido creciendo con mucha más fuerza. Los textos me ayudaron a darme cuenta de que la historia sobre la lucha de genero no era algo de pocos años y que la lucha de los mueres feministas no es un asunto nuevo. Su propagación no solo en Chile sino en todo Latinoamérica y el mundo, se ha dado gracias a una lucha constante con hechos históricos que han ido posicionando a las mujeres a la par con los hombres. Obviamente siendo hombre, estando en una posición acomodada como la que se nos hizo creer siempre y sin ver las diferencias, ahora con una visión más amplia y critica me doy cuenta de que las diferencias estuvieron y siguen presentes.
    Se puede observar cómo somos testigos de un cambio de mentalidad y tomando fuerza, actualmente de forma organizadas heredando la fuerza que se pueden leer en los textos históricos sobre los inicios del feminismo. Sin miedo dan a conocer sus ideas hacia un estado que las restringe hacia un rol social predeterminado y que como sociedad mantuvimos una postura pasiva. Efectivamente estamos observando la lucha por la igualdad de derechos civiles, laborales y políticos, pero algo muy importante también como es el reconocimiento de la igualdad intelectual.
    Las organizaciones que se han ido formando a través de los años, tal vez con diferentes temáticas, pero manteniendo como eje central un mismo objetivo, ayuda a que se vayan transformando en actores sociales importantes para poner temas relevantes en la agenda pública, tan así que cada vez se ven más puestos políticos a cargo de mujeres que son igual o más capaces que un hombre. El feminismo podría con sus ideas y caminos en el sentido de la política y movimiento sociales podría hacer contribuciones importantes para reformular los debates del capitalismo y las promesas de la democracia. Importante hay que señalar que dentro del feminismo se pueden observar distintas visiones dentro del movimiento, algunas muchas más convocantes y con mayor sentido para un público masivo. Aun así veo de forma positiva la presencia de la mujer en la política tomando decisiones que históricamente han sido en beneficio del patriarcado que hemos leído en textos de sesiones anteriores.
    No es novedad que, en las consultas de salud mental, al consultar mujeres donde en su hogar se sufre de violencia psicológica o física, se les consulte por la salida del hogar, ¡y que aun en estos tiempos la respuesta sea que NO! Lo harán porque no pueden vivir si el apoyo económico del marido, que aun no tengan la libertad de decisión de poder salir del lugar donde deberían encontrar seguridad o amor, encuentren más daños y no puedan elegir que hacer con sus propias vidas.
    Esperemos una constitución mucho más digna e igualitaria, que las desigualdades entre hombre y mujeres desaparezcan de una vez por todas, y que la constitución al ser realizada por ambos géneros y no solo a favor para los hombres como históricamente ha sido, ayude a que desaparezcan noticias como las de esta semana donde 2 mujeres pierden la vida. Estamos en deuda, en lo social, en lo jurídico y en muchos temas de desigualdad de género.

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  7. A modo personal, debo admitir que el feminismo ha sido un descubrimiento de tan sólo los últimos años de mi vida, antes sólo era un concepto muchas veces manoseado y mal utilizado que dejaba de tener el sentido que hoy sé que tiene. La teoría feminista llegó a hacerme calzar muchas piezas de una parte del puzle que ni siquiera había visualizado.
    Es impresionante el desarrollo que ha tenido esta teoría, desde su nacimiento, recién en el siglo XVIII, donde el cuestionamiento fue tan básico como si debían o no ser las mujeres incluidas en los tratados de derechos básicos de las personas, si podían recibir educación, luego si tenían derecho a sufragar y, en fin, una serie de asuntos que hoy nos parecerían sumamente irrisorios, si no fuera porque en realidad, aún queda muchísimo terreno por ganar, a ver si se empareja la cancha de una vez.
    Desde el área de salud mental, me parece clave el momento en que se enuncia que el problema que deriva de la experiencia de ser mujer deja de ser sólo algo personal y llega a ser algo político, en la medida de que es algo compartido por todas, ya que da cuenta de que además de conquistar el espacio público, como se venía haciendo hasta ese momento, con el desarrollo del Feminismo Radical se intenta detectar y combatir al patriarcado también en la esfera privada, ¿por qué esto es tan importante? Porque creo que este es el punto donde se devela cómo el patriarcado opera incluso en los círculos íntimos, que debieran ser protectores, terminan siendo destructivos, ya que se han naturalizado muchos roles, expectativas y atribuciones a la figura de la mujer, pero en realidad ¡es una subjetivación acorde a lo que se supone femenino! Un ejemplo dramático pero muy claro de esto es el aumento de comorbilidad psiquiátrica en mujeres de mediana edad casadas, versus los hombres, para quienes el estar casados es un factor protector para el desarrollo de enfermedades mentales. Creo que resulta evidente por lo menos una de las razones de esto, una vez más: la influencia de los roles sociales, tal como las mujeres han sido entrenadas para cuidar al otro, depender, creer en el amor romántico, etc. Para los hombres es común la broma de ser “mandoneados” por sus parejas, o que los quieren “cazar/casar”, en fin, todas en relación a depreciar la relación con su compañera. Su rol social los llama a ser audaces, independientes, rudos, etc.
    De esta forma es que me hace tanto sentido lo que hemos revisado en las clases de Nosografía y nosología, de cómo las mujeres tienen tanto más riesgo de enfermar de una patología de salud mental y cuando lo hacen es de una manera internalizante, es decir, con una gran carga de sufrimiento personal, mientras que por otro lado los hombres, cuando llegan a enfermar en el ámbito de salud mental, suelen ser trastornos por adicciones, lo cual reporta un gran sufrimiento para su entorno, muchas veces arrastrando con él a su pareja.
    Llevando esta teorización a la práctica, me pareció muy interesante el desarrollo de “terapias feministas” que, en el fondo, lo que buscan es “ampliar el marco de comprensión del sufrimiento humano, politizando malestares”, en lugar de psicologizar o psiquiatrizar la experiencia. Aquí siento que cabría muy ad hoc la frase utilizada en el estallido social, pero esta vez reemplazando la parte final: “No era depresión, era el patriarcado”.

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    1. (continuación)
      Ahora, llevándolo a la práctica en el espacio público, surge la importancia de que la nueva constitución sea elaborada con una perspectiva de género, como lo expone Catalina Lagos en su columna de El Mostrador. Ya hemos discutido en otras sesiones la importancia de lo que significa el enunciar una nueva Carta Magna, cómo este lenguaje articulado puede llegar a ser tan importante en construir una nueva realidad, ya que básicamente se trata de una obra de ingeniería social que, elaborado de manera justa, puede sentar las bases para la construcción de una nueva ciudadanía, una democracia paritaria, y redefinir las relaciones de poder entre los, hasta ahora, grupos privilegiados y los oprimidos. Tal como expresó Lorena Fernández, se debe cambiar el ambiente para que las mujeres puedan (y quieran) ocupar los muchos espacios que también le pertenecen.

      Referencias:
http://idepsalud.org/salud-mental-y-generos-aportes-para-la-reflexion-y-el-debate/

http://www.atopos.es/images/atopos20/atopos20_1.pdf

https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/columnas/2020/11/18/constitucion-y-genero-analisis-desde-una-perspectiva-feminista/

https://www.elmostrador.cl/braga/2020/11/30/por-que-las-mujeres-no-quieren-escribir-en-the-conversation/

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    2. Mili me gustó mucho tu comentario y te voy a copiar el estilo citando otra frase que se ha empleado en el movimiento feminista actual y que recién hoy logré entender más en profundidad: " Nos matan por ser mujer"

      Si bien las mujeres también matan hombres, en el caso de los femicidios hay un problema de género, ya que no es que maten a una mujer porque sí, sino por no cumplir con el rol establecido por la sociedad. En muchos casos los femicidas declaran haberlo hecho por " celos" o " amor", lo cual es una demostración de cómo el hombre siente a la mujer como una propiedad, se sienten con el poder y el derecho de disponer de ellas como quieran, por ende no soportan la idea que esté con otro hombre porque para el femicida " es suya".
      Sinceramente no le había tomado el peso real a esa frase hasta hoy.

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    3. Gracias Camila: el feminismo es una fuerza transformadora muy relevante, en opinión de muchos la más importante de este período. Su genealogía no es de hoy y su impacto debe ser profundo e irreversible. Nuestra circunstancia país da una oportunidad para que esto se concrete para beneficio de las actuales y futuras generaciones

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  8. Con Respecto a la temática de esta semana , me parece que el feminismo en un tema que cada vez ha tenido más relevancia, si bien es cierto que esta lucha siempre ha estado presente a lo largo de los años es en la actualidad cuando estamos tomando conciencia de las consecuencias sociales que ha traído para la mujer crecer en una cultura donde socialmente el hombre es más valorado.
    Me parece muy interesante la visión que nos ofrecen los textos de esta semana donde dejan en claro la relación existente entre la lucha del feminismo inserto en una cultura machista , dejando establecido una vez más como los factores sociales y la salud mental son dependientes.
    El texto de Maria teresa Climent ofrece una visión detallada de la historia del feminismo desde sus comienzos a través de la lucha de la mujer por emanciparse de su marido hasta el rol actual de la mujer que lucha diariamente con los estigmas establecidos por la sociedad.
    La lucha de la mujer por ser considerada como un “ser pensante “buscando una igualdad , la lucha por el derecho a sufragio , por el derecho a trabajo y a la remuneración similar al hombre son solo la cara visible de este movimiento llamado feminismo , debajo de él se esconde la lucha constante contra un estereotipo de “mujer” que a través del tiempo ha tenido más cambios que los de el hombre. El comienzo del neoliberalismo nos mostró los más diversos estereotipos femeninos desde la mujer feliz con un nuevo electrodoméstico o propagandas machistas mostrando a una esposa que trata de hacer feliz al marido por medio de la cocina, claramente el comercio se vio beneficiado por esta creación de estereotipos y a la vez sirvió como perpetuador de una cultura patriarcal machista.
    Pero esta visión de una cultura machista con un marcado estereotipo femenino trajo con ello exigencias sociales en la mujer así como también la normalización de la violencia de género a través de tiempo, todo esto contribuyo a un deterioro del bienestar de la salud mental de la mujer.
    Como nos muestra el artículo de Cecilia Fernández las mujeres tienen padecimientos o trastornos de salud mental en un porcentaje mucho mayor que los hombres (70% frente a 30) , los que nos hace replantearnos ciertos problemas con respecto a esta brecha, la problemática de la violencia de genero tiene cierta responsabilidad respecto a estas cifras así como también lo es la perpetuación de los estereotipos femeninos todos estos han contribuido a la presencia de trastornos de ansiedad, depresión y trastornos de la conducta alimentaria.
    Somos una sociedad que por mucho tiempo invisibilizó el dolor de la mujer ,movimientos como #me too #ni una menos, nos han demostrado esto; De nosotros depende crear una sociedad donde la igualdad tenga como principal objetivo el bienestar mental de todos.

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    1. Gracias Anastassia: me parece muy interesante la integración de fuentes que haces en tu comentario.

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  9. La historia desde sus inicios se ha construido considerando al hombre como el sexo fuerte y a la mujer como el sexo débil, contemplando además que esta desigualdad a sido atribuida a una caracterización natural o biológica. El hombre durante la mayor parte de la historia ha sido quien ha tomado las decisiones políticas, sociales y culturales que ha construido la sociedad en la que vivimos y el rol de la mujer era limitado a los cuidados de la familia, del hogar y a satisfacer las necesidades sexuales de los hombres. Me ha resultado muy interesante profundizar en como este escenario, luego de un largo trabajo en los últimos años de la historia, ha ido mejorando muy lentamente. El periodo de la Ilustración europea resulta ser un periodo clave donde se comienza a luchar por la igualdad social de las personas y me resulta muy esclarecedor de la percepción que se tenia de la mujer el hecho de que este movimiento terminara, en el marco de la revolución francesa, con la “declaración de los derechos del hombre y del ciudadano” sin ninguna intención de incluir a las mujeres. Sin embargo, dio pie para que la mujeres comenzaran a manifestar su molestia con mayor fuerza destacando Olimpia de Geuges con la -Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana- y Mary Wollstonecraft que publico -La vindicación de los derechos de la Mujer-. Aunque, luego de esto, las mujeres fueron fuertemente reprimidas; marcaron un punto importante en a historia del feminismo.
    Me parece interesante analizar el tiempo que llevan en la lucha las mujeres con el objetivo de alcanzar lo básico y mínimo que debería existir en las sociedades, un trato igualitario entre hombres y mujeres. Pero los hechos y evidencia nos muestran como el poder de algo que está tan en lo profundo de la historia de las civilizaciones amenaza continuamente con ser multirresistente al cambio.
    En la segunda ola del feminismo tras una extensa lucha de las mujeres por conseguir el voto, se termina consiguiendo con diversas condiciones en los distintos países. En Inglaterra solo podían votar las mujeres mayores de 30 años y en EEUU solo podían votar las mujeres blancas. Literalmente la historia que se nos cuenta es sobre como la mujer ha hecho lo imposible por alcanzar la igualdad y como el hombre se ha encargado de ir cediendo terreno lo mas lentamente posible y consciente de que, aunque se alcance una igualdad estructural, aun queda una inmensa carga de desigualdad que está muy fuertemente atada a la cultura y creencias tanto de hombres como mujeres.
    Me parece muy importante el trabajo de Betty Fredan, el poder identificar y plasmar en esa época lo que le sucedía a las mujeres que llevaban una falsa “vida feliz” en sus hogares, reforzados con los nuevos electrodomésticos de la creciente sociedad de consumo, resulta una ventana clave para incentivar a las mujeres a luchar por sus propios ideales y necesidades. Creo que no hay ninguna duda de que en nuestro país esta realidad se encuentra completamente vigente, en los niveles socioeconómicos más bajos mayoritariamente, y en nuestro trabajo somos testigos de como nuestras mujeres padecen con mayor frecuencia que los hombres enfermedades mentales siendo victimas de constantes abusos por parte del sistema patriarcal.

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    1. A pesar de que se logran conseguir derechos fundamentales para las mujeres como derecho a voto, educación, participación en puestos de poder; la brecha continúa siendo abismal. La desigualdad entre hombres y mujeres se retrae desde el espacio público, pero dentro de las casas permanece intacta. Mujeres maltratadas, obligadas a quedarse en casa, violadas, engañadas por sus esposos, asesinadas; son solo el comienzo de la infinita lista de situaciones que aun vemos en nuestras usuarias y aun mas en zonas rurales donde los hogares están mas retirados de la ley y de la posibilidad de solicitar ayuda. Continuamos viendo mujeres que ganan menos que los hombres y una gran diferencia en la ocupación de puestos de poder como cargos políticos, direcciones de grandes empresas o universidades, puestos de alto rango en las fuerzas armadas, etc. El cambio de las reglas del juego a favor de las mujeres no asegura el cambio de mentalidad de nuestras sociedades inmersas en un sistema patriarcal, pero pienso que se han logrado grandes avances, en un corto periodo, contra esta gran espina en nuestra larga historia.

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  11. Creo que estas lecturas nos dejan bastante claro como el patriarcado (como modelo de dominación de la mujer por el hombre) nos afecta incluso desde el vientre y que movimientos como el feminismo (con sus diferentes ramificaciones) buscan combatirlo para así lograr un equilibrio de derechos entre los sexos. En este comentario, quisiera enfocarme principalmente en como nos afecta el patriarcado como profesionales de la salud y qué hacemos para cambiarlo.
    El patriarcado nos afecta en la relación con nuestros pacientes. los textos hacen referencia a que los profesionales de la salud creen que las mujeres "se quejan más" y que "son débiles", nos llevan muchas veces a subestimar sus dolencias de salud. Además, se tiende a medicalizar más prematuramente a la mujer que al hombre, ya que se toma una actitud más paternalista con la mujer. También es importante como la mujer no puede decidir sobre sus derechos reproductivos. Uno de los textos hace referencia a que las disciplinas giran en torno al androcentrismo (o a la construcción de los estudios desde una mirada machista) y eso lo podemos ver claramente en el campo de la ginecología, con la violencia obstétrica, la indicación forzosa de anticoncepción a pacientes mujeres., la negación por parte del profesional de acceder a una ligadura de trompas sin haber tenido hijos o la penalización del aborto. En salud mental, las mujeres tienden a ser más juzgadas por los profesionales, de hecho, escribiendo este comentario, se me ocurre hacer un estudio sobre la tendencia a diagnosticar trastornos de personalidad a pacientes según sexo, porque no tengo evidencia, pero por experiencia propia sé que existe mayor tendencia a asignar rasgos de personalidad en una primera consulta a una mujer que a un hombre.
    Luego, el patriarcado nos afecta en cómo nos relacionamos con nuestros compañeros de equipo. Desde la universidad, uno puede apreciar efectos del patriarcado. Primero, en cuanto a las opiniones que se emiten. Mientras un profesor de sexo masculino si es "mañoso", es visto como "estricto" y "bueno en lo que hace", una profesora de sexo femenino "mañosa", será vista como "histérica" o, lisa y llanamente "loca". Se tiende a valorar al doctor por su inteligencia y a la doctora por su belleza. Las mujeres, durante el estudio y su carrera, son más propensas a sufrir abusos sexuales. Junto con los eventos psicológicos adversos del trauma, está el proceso de denuncia, donde se enfrentará a la duda del resto (porque se tiende a no creer en su versión), a confrontarse al privilegiado colega (retraumatización) y a la institución (que hay tendencia a proteger al abusador), a entrar en un largo y doloroso proceso de judicialización del caso, (pocos casos favorables a las víctimas, según las estadísticas) y a la probable migración de su campo laboral (por poco apoyo institucional) e incluso a la deserción universitaria y al fin de su carrera.
    Ahora ¿Por qué debemos abrazar el feminismo? Simple. Porque gracias al feminismo, uno puede hacer consciencia de todas estas cosas que he abordado en mi comentario. El feminismo nos permite cuestionar nuestros estereotipos concebidos en nuestra mente desde pequeño, y cambiar nuestras actitudes y pensamientos frente a una situación. Nos permite no juzgar a una mujer en la consulta, porque podemos abrir nuestra mente a comprender su vivencia y buscar formas mucho más comprensivas de generar cambios en su vida. Nos permite realizar manejos en nuestros pacientes sin pensar en su género. Nos interpela sobre la normalización de conductas abusivas contra nuestras compañeras y permite que no juzguemos a nuestras compañeras cuando denuncian un abuso, sino a validarlas y acompañarlas. Y nos encamina a ser mejores profesionales, compañerxs y personas.

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    1. Guille me gustó mucho tu comentario y la invitación que haces a abrazar el feminismo.
      Me identifiqué mucho con tus ejemplos y recordé que inclusive en la práctica profesional como médica en un CESFAM también sentí que por ser mujer debía ser más prolija en todo ya que cualquier falta se podía notar o cuestionar más, ya sea en completar fichas, en vestir, en comportamiento, en trato a otros funcionarios y/o pacientes, etc. Mientras que los colegas hombres podían ser más desordenados en estas áreas, " chacotear" por los pasillos, ir vestidos de "entrecasa", completar al mínimo las fichas sin ser cuestionados, al contrario se les tildaba del " doctor buena onda".

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  12. El “Informe sobre el estado de los Derechos Humanos de las personas con trastorno mental en España 2017” evidencia que “tres de cada cuatro mujeres con problema mental sufre violencia de género”.
    Pese a que ignoro si este porcentaje se replica en el COSAM El Bosque, debo confesar que me he llevado la triste sorpresa de conocer a una alta proporción de usuarias con el antecedente de abuso sexual (tanto en la infancia, como en la adultez) o de violencia física/psicológica por parte de sus parejas. Y por si fuera poco, cuando se trata de maltrato en una relación actual, operan factores socioculturales como obstáculos que impiden que la paciente pueda salir de ella, como por ejemplo, el miedo al castigo económico y social.
    Considerando lo anterior, me parece fundamental y agradezco que este tema sea abordado en nuestra formación (tanto en las lecturas de esta quincena, como en otras anteriores). De hecho, dado que la atención de salud mental en APS es realizada por médicos generales, me parece que dicho abordaje debiera iniciar en el pregrado de nuestra carrera.

    Por otro lado, me pareció muy esclarecedor el texto sobre la “genealogía de los feminismos”, ya que parte por definir la terminología básica y luego nos muestra un recorrido histórico sobre las luchas que se han tenido que llevar a cabo para lograr los derechos que al hombre se le han dado por el solo hecho de serlo.
    Además de valorar tremendamente dicha historia, tengo claro que todavía queda mucho por avanzar, y por ello, me quedo con lo que podría ser la “cuarta ola”, entendiendo que “se trata de un escenario de manifestaciones multitudinarias, intergeneracionales, y replicadas en muchos puntos a nivel internacional, con un elemento central, la lucha contra las violencias sobre la mujer”, tal como sucedió con el fenómeno de “Me Too” y más recientemente con el colectivo feminista “Las Tesis”, cuya representación “Un violador en tu camino” dio la vuelta al mundo y se transformó en un himno contra el patriarcado.
    Me siento totalmente interpelada por la “cuarta ola” y orgullosamente ya partícipe de ella.

    Para finalizar, creo que en nuestro país estamos viviendo un momento decisivo en el cual tenemos la oportunidad de que la nueva constitución incorpore una perspectiva de género. Sin embargo, se me viene a la mente la frase “el papel lo aguanta todo”, ya que no sirve de nada hacer un decálogo de buenas intenciones, sino que, como lo plantea Catalina Lagos en su columna “Constitución y género”, se deben “incluir disposiciones que apunten a la superación de los obstáculos estructurales que enfrentan las mujeres, como la dicotomía público/privado y la división sexual del trabajo”.
    Me parece que si queremos lograr estos cambios, no podemos quedarnos en ser simples espectadores, sino que estamos llamados a participar del proceso, yendo a votar el día en que se elijan los constituyentes, estando atentos a la discusiones y participando en las manifestaciones cuando sea necesario.

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  13. Hablar de feminismo es complejo y por eso esperé hasta el final del día para escribir mi comentario. Quizás sea el síndrome de la impostora el que me inunda pero es que considero es un tema que merece respeto y pienso que me quedaría corta en fundamentos.

    Iniciar la lectura repasando la genealogía de los feminismos, me permitió contextualizar el inicio de la lucha que partió en el siglo V a.c. cuando ya los sofistas se pronunciaban al respecto. El patriarcado es un muy antiguo sistema de dominación masculina. En él se oprime a las mujeres como grupo y como personas, y se les relega a un segundo plano, dejándonos sin fuerzas para poder salir de esa situación. Los roles de género limitan lo que queremos ser, cómo buscamos expresar nuestra identidad y cómo encauzamos nuestras acciones y decisiones. Por lo tanto, nos reducen. La postura de Débora Tájer ante esto me hizo replantear la revictimización de la mujer que el psicoanálisis explica como que la niña abusada siendo adulta buscará apego con un abusador como patrón. Tájer plantea que la responsabilización subjetiva en la situación de víctima de las mujeres, lleva como supuesto una “ilusión de paridad” presuponiendo una idea de que las mujeres gozan en la sociedad actual de ciudadanía plena, lo cual no es cierto en las prácticas sociales y que para trabajar en el campo de la salud mental con las víctimas de violencia de género, primero hay que restituir ciudadanía, dignidad y la responsabilidad subjetiva será un estatus a adquirir como logro de la intervención terapéutica interdisciplinaria.
    Por ende coincido mucho con María Teresa Climent cuando se refiere a que politizando malestares podemos dar una mejor respuesta a nuestras pacientes que consultan, mirando el contexto y poniendo siempre la sospecha en lo que se ha naturalizado por repetición y teniendo claro como dijo Judith Butler que el género y el sexo son performativos.

    Es impresionante como la construcción sociocultural nos inunda desde todos lados. Recibimos educación sexista, enseñanzas que a través de actitudes, comportamientos y valores introduce la desigualdad y la jerarquización en el trato entre hombres y mujeres sobre la base de la diferencia de sexo. Esta se expresa en el curriculum explícito y en el oculto, a través de los textos escolares, el trato diferenciado por género, uso de lenguaje no inclusivo, segregación por sexos en los colegios, diferenciación en el uniforme, etc.

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    1. (continuación...)
      La relación género y salud mental queda develada en las lecturas aunque ya había escuchado desde niña lo que significó para mi madre o mis tías ser mujer victimas del machismo. Cuando solo había plata para la universidad de un hijo se prefería que fuera el hermano varón en lugar de la mujer, tenían una asignatura en el colegio llamada “economía doméstica” para aprender a ser dueñas de casa, parte de sus quehaceres era lavar la ropa de sus hermanos. Se internalizada la falta de convicción en sus propias capacidades. La frustración por querer “ser más” y no poder se manifestaba de diversas formas. Ante esto la mujer que quisiera revelarse era tildada de “la loca” de la familia, devaluada y estigmatizada. Entonces no es posible pensar que estas situaciones no afecten la salud mental de una persona. Si inclusive cuando leímos recientemente sobre expresividad emocional nos dimos cuenta como esta repercutía en la estabilidad o inestabilidad de una patología así como en su debut, entonces podemos deducir que la hostilidad familiar y social, la discriminación y opresión generará indefectiblemente sufrimiento psíquico. Como mencionó Roxana Rojas Ortiz “El medio sociocultural delimita el proceso salud-enfermedad, lo que se espera y lo que no” . Justamente nosotros como profesionales de salud mental comunitaria trabajaremos con este medio y podríamos ayudar a co-construirlo.

      Por último estas lecturas también me hicieron cambiar de parecer y replantear al hombre que también veía como víctima del patriarcado al tener sobre sus hombros el peso social de su rol. Pero me deja claro que no es así en cuanto para salir de su estatus deban renunciar a privilegios. Así como también el concepto de victimario de violencia de género según dice Eva Giberti que tampoco deben ser vistos como victimarios ya que en el fondo son seres altamente morales que defienden la moralidad del patriarcado sancionando los tipos de femineidades que se salen del orden establecido.

      Como se ve el Feminismo es movimiento activista, de emancipación y también filosófico. Que da una vuelta de tuerca a muchos conceptos. Es más, me agrada la postura de Victoria de Sendón cuando defiende el feminismo integral apoyando al de la diferencia por “su cualidad y como deconstrucción de un igualitarismo que no se cuestiona el modelo de mundo, ya que ser iguales en un modelo de mundo que no nos convence carece de significado”. Según esto ¿Por qué deberíamos renunciar a ser diferentes?, no queremos ser iguales, solo queremos valer lo mismo.

      Personalmente me siento abrumada por las lecturas y muy identificada. Las mujeres hemos sido históricamente violentadas en muchos ámbitos y nuestros derechos han quedado en segundo lugar. El feminismo busca rescatar esos derechos, que valgan lo mismo que los de un hombre, que se nos respete por el simple hecho de ser personas y que se nos den las mismas oportunidades. Finalmente luchar contra el patriarcado es luchar por la dignidad humana.

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    2. Valentina: muchas gracias por tu excelente comentario que integra lecturas y reflexiones en una nueva vuelta de tuerca auto reflexiva. Te felicito!

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  14. Salud mental y géneros, un tema tan transcendental y que se viene desarrollando tras bambalinas y parece ser que salió a la luz hace tan poco tiempo, por lo menos para mí. Durante el periodo educacional fueron muy pocas veces en las que se han abordado temas con perspectiva de género, lo que hoy en día considero un tema fundamental de conocer y sobre todo de aplicar. En lo personal ha sido difícil conocer y sobre todo darse cuenta de que hemos crecido bajo creencias estereotipadas de lo que son y deben ser las mujeres y los hombres, ya sea en los cuentos infantiles, en las teleseries, películas, y en la sociedad en sí; haciendo que la inequidad de género, la discriminación y violencia haya sido y siga siendo en cierta medida invisibilizada. Es por esto que el feminismo me ha hecho y me hace mucho sentido.

    Durante los pocos años que trabajé en APS y servicio de urgencias, puedo decir que no pasaban más de 1 semana (incluso menos) en los que no existiera una consulta en la que no estuviera involucrada la violencia de género manifestada como un “malestar, un síntoma” siendo la mayoría de las veces "patologizada", sintiendo en ocasiones impotencia porque la persona que estaba al frente no era “el problema” sino una manifestación de un legado sociocultural con bases en el patriarcado, en la desigualdad en el equilibrio del poder, en el constructo social de lo que llamamos género basado en un constructo biológico como es el sexo. Por lo anterior me hace mucho sentido lo que anuncia en uno de los textos: “Para trabajar en el campo de la salud mental con las víctimas de violencia de género, primero hay que restituir ciudadanía, dignidad y autonomía para luego ver qué se puede hacer desde ese lugar, entendiendo que, en esos contratos, no hay libertad para pensar la responsabilidad…” (“Estereotipos y prejuicios de género: factores determinantes en salud mental”)

    Entonces el primer gran paso es lo que estamos haciendo hoy gracias a este curso: conocer para luego dar paso a la investigación e intervención en salud mental con perspectiva de género, analizando los diferentes factores que influyen y así poder dar visibilidad a las problemáticas que se desarrollan en torno, dejando de medicalizar problemas que tienen base en un constructo sociocultural, que podemos abordar desde la educación a nuestros niños y jóvenes y seguir luchando por corregir las desigualdades.

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  15. El tema de esta semana es especialmente relevante para mí, al ser mujer, profesional, independiente, sin hijos, y pienso al igual que María José que es un tema que requiere un análisis mucho más profundo.
    Es difícil ser mujer en un mundo hecho por hombres para hombres, las mujeres han tenido que luchar siempre por derechos que los hombres tienen dados desde el momento de su nacimiento sólo por nacer hombres (educación, derecho a voto, poder sobre sus cuerpos), sin ir más lejos aún hoy en día siglo XXI se discute (por hombres mayormente) si las mujeres pueden decidir abortar ( hasta ahora sólo cuando los hombres consideran que es adecuado, anulando completamente el poder de decisión de la mujer, y anulando también la responsabilidad sexual del hombre, siempre es culpa de la mujer embarazarse).
    En un mundo cuestionador de lo femenino es completamente lógico que las “mujeres” desarrollen más patologías de salud mental, aunque creo que va más allá del ser mujer, sino que repercute en lo femenino, por eso el odio hacia “hombres femeninos” y todos los vocablos despectivos que de ello se genera, o hacia las personas trans mujer, que viven su proceso con mucho más sufrimiento que las personas trans hombres, y este sufrimiento viene del cuestionamiento externo.
    El género es un constructo cultural, nos convertimos en lo que la sociedad espera de nosotros dependiente de nuestra genitalidad al nacer, a las niñas se les enseña a “internalizar”, ser “buenas mujeres”, y a los hombres a “externalizar” ser “buenos machos”, y en esto ayuda bastante la iglesia y la psiquiatría, siempre normando y patologizando lo desviado de este constructo, ya sea con la inquisición por las brujas o los psiquiátricos por las histéricas.
    Siento que mucho de mi personalidad de hoy viene de mi crianza fuera del constructo, donde me podía ensuciar, jugar con autos, decir que no, donde no me enseñaron a ser una buena mujer para atender a un hombre, donde pude ser yo sin limitaciones.
    Actualmente todo aquel que no es hombre tiene más riesgo de sufrir en la vida y ser diagnosticado de alguna patología, incluyendo a la comunidad LGBTIQ, que de por sí rompen el paradigma de la clasificación binaria, hombre-mujer, homo-hetero, etc, nuestra misión hoy va más allá de “diagnosticar, dar pronóstico y tratamiento” , es ir al origen del problema y validar las vivencias, en un mundo que cuestiona e invalida es justo desarrollar una personalidad alterada en pro de ser un mecanismo de defensa para la vida.
    Hay una frase que dice “divide y vencerás”, durante mucho tiempo nos enseñaron que la del lado no es amiga, que las otras mujeres son competencia y así un suma y sigue, hoy tenemos el espacio para romper con eso y vivir en base a la sororidad y al affidamento, la de al lado es amiga, merece confianza y lealtad, es entender y aceptar que entre mujeres al ser diversas y vivir contextos distintos no siempre estaremos de acuerdo, pero nos necesitamos para seguir luchando, y es de esta lucha donde muchas mujeres se podrán empoderar y decir ya basta, para que dejen de morir tantas a manos de hombres, para que cese la violencia de género en la casa, en el trabajo, en el estado, donde ser mujer no sea per se un factor de riesgo para desarrollar patología de salud mental, porque calladitas no nos vemos más bonitas, sino que cuando nos unimos y luchamos por nuestros derechos.

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    1. Muchas gracias Estafanía. Tu comentario es una muy buena contribución a nuestro trabajo colectivo.

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    2. Exacto! y también quisiera agregar a tu reflexión sobre los fundamentos para la sororidad aquella frase "si tocan a unx, nos tocan a todxs" porque pone en evidencia que esta frase deja de ser una simple forma de decir, ya que, en efecto, el ataque a esa persona no puede ser considerado un hecho aislado, cuando en realidad se enmarca en el modus operandi de este sistema que oprime sistemáticamente a todo quien no sea "hombre, blanco, adulto, propietario, heterosexual"

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  16. El primer artículo de Cecilia Fernández me parece que condensó dos ideas fundamentales para introducirnos a la relación entre género y salud mental. Estas son que existe una brecha epidemiológica entre los géneros y que esta tendría relación con la manera en que los individuos son subjetivados en el proceso de socialización donde son asignados los “mandatos de género” y “roles” que configuran una cierta “identidad de género”. Con las cifras que se presentan en el inicio del artículo se hace patente la violencia inherente a esta socialización.

    Considerando solo la información entregada en este artículo se vuelve problemática la formación sin algún tipo de perspectiva de género. Ya que en el modelo hegemónico se “medicaliza y farmacologizan los abordajes, tendiendo a invisibilizar y reforzar desigualdades de género y de orientación sexual, como también de edad y clase”, o se “confunde qué es del orden de la psicología… con lo que es del orden del impacto psíquico y traumático de la vulneración de derechos que genera sufrimiento psíquico y eventual psicopatología” llegando a atribuir el ejercicio de la violencia a lo psicopatológico.

    Me parece que la “genealogía de los feminismos” entrega una pincelada a vuelo de pájaro de un discurso y herramientas conceptuales que permiten articular y comprender gran parte de los fenómenos y la información mencionada en el artículo anterior con una mirada estructural de la sociedad. Los conceptos que entrega la teoría feminista permiten comprender e incluso explicar muchos de los padecimientos en salud mental, y muestran una desigualdad y violencia estructural desde los orígenes y arraigados en los fundamento de nuestra “cultura occidental”.

    Finalmente, como profesionales de la salud me parece urgente adoptar una perspectiva de género considerando como se han agudizado, con la pandemia y el confinamiento, las desigualdades estructurales y la violencia hacia la mujer; invisibilizados por una perspectiva biologicista o netamente psicopatológica. Por ejemplo, al estar confinadas junto a su agresor como también el sufrimiento derivado de la “falsa autoestima”, al estar expuestas a una sobrecarga de labores siendo presionadas a cumplir labores de crianza, cuidado de adultos mayores o enfermos, trabajo no remunerado en casa, rendimiento en el puesto de trabajo remunerado, etc. La perspectiva de género abre una posibilidad de liberación al desnaturalizar esta distribución de las labores y manera de ser socializadas, exponiéndolas como contingentes y susceptibles de ser desobedecidas y aparecer como horizonte de cambio político, como se alcanza a ver en las columnas y nota de elmostrador y radio biobio.

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  17. La lectura del artículo de María Teresa Climent Clemente me pareció sumamente interesante, su forma de agrupar históricamente el movimiento feminista en “olas”, y de resumir de forma tan excepcional su historia, fue sumamente grato de leer. Me parece increíble la cantidad de teorías feministas que han surgido a lo largo de la historia, y es sumamente importante dar cuenta a través de esta gran diversidad de teorías la importancia que tiene nuestra lucha de genero en la historia de la humanidad, deberíamos hasta tener una unidad en el ramo de historia sobre este tema tan importante, pero obviamente aun estamos lejos de que se le otorgue la importancia debida. Me parece sumamente importante saber sobre esta historia para dar un mejor tratamiento en salud mental, ya que como bien dice la autora saber sobre esto nos ayuda a dar un mejor tratamiento ya que nos expande nuestra mente al comprender de donde surgen las molestias, y de esta forma nos muestra otras formas de tratar que no sean solo dar medicamentos. Por ejemplo una mujer que sufre de violencia intrafamiliar, muchas veces es discriminada por aceptar y perpetuar este círculo de violencia pero hemos acaso pensado en como fue criada por esta cultura machista hegemónica para aceptar esto, hemos tratado de ahondar en sus creencias y acercarla a grupos de apoyo que le muestren de donde surgen estas creencias erróneas, la realidad es que hay pocos grupos o personas que ayuden a estar mujeres a deconstruirse y volver a construirse de forma sana; y obviamente como profesionales de salud mental debemos guiar de la mejor forma a nuestros pacientes para que encuentren o creen estas instancias de tratamiento que no son solo terapias farmacológicas.
    No pocas veces me he preguntado cómo sería mi personalidad y mi vida si hubiera nacido hombre, y he llegado a la conclusión que sería dramáticamente diferente, ya desde niña tus padres sin quererlo ni ser conscientes te dicen que será lo más importante en tu vida, luego la familia, el colegio, los amigos, los desconocidos, van creando una realidad de la cual una no puede arrancar. Al leer “ Por que las mujeres no quieren escribir en THE Conversation” no puedo más que estar totalmente de acuerdo con todo lo que escriben, sinceramente de que sirve dar una opinión en un mundo donde lo dicho por una mujer es diferente a lo dicho por un hombre, jugamos con gran desventaja, hasta cuando nos quejamos nuestras quejas son vistas de forma distinta a las quejas que haría un hombre. A leer todos estos artículos no puedo más que abrir mi mente y luchar contra este sistema, sentir rabia es una perdida de tiempo, lo mejor es educar a mis cercanos y seguir intentando desde mi pequeño grano de arena ir mejorando las cosas para nuestro genero.

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  18. Salud mental y géneros.

    No es novedad para nadie que los factores psicosociales representan parte los mecanismos causantes y perpetuadores de alteraciones que podrían ser consideradas enfermedades. Dentro de este universo de factores, que básicamente implican la sociedad y condiciones de vida como un todo, se encuentran las dinámicas de poder entre hombres y mujeres.

    Históricamente los cargos de mayor poder y que mantienen las supraestructuras sociales son lideradas, en general, por hombres. Y bueno, personalmente creo más interesante ver cómo han sido los cambios en el último siglo, esto desde la perspectiva de un médico de APS.

    Durante mi estadía en un CESFAM ubicado en una zona de “riesgo social” en Santiago uno podía ver cómo el machismo iban de la mano por un maltrato sistemático por parte de cercanos a las pacientes. En especial, pacientes añosas quienes habían mantenido una relación durante más de 50 años con hombres abusadores porque “así eran las cosas antiguamente, no tenía opción, nunca me dejó trabajar y siempre me hice cargo de la casa y los hijos, además ante ciertas discusiones la violencia aumentaba asó qué prefería guardar silencio”. Junto a esto, usualmente venía otra declaración: “Yo me saque la cresta por mis hijos, también para darles educación a mis hijas y no tengan que depender de nadie”.

    Estas parejas, realmente significaban “vivir junto al miedo” para muchas de estas mujeres, actualmente tratadas por trastornos ansiosos, trastornos anímicos y trastornos adaptativos. Bueno, viviendo más de 50 años junto al miedo sería natural que tenga algunas consecuencias.

    Llamativo además, era visibilizar un problema en relación al maltrato económico por parte de sus parejas, sin embargo, costaba bastante más que vieran los roles impuestos a sus hijas, en contraste, a los roles impuestos a sus hijos. En ese ambiente el hecho de ser: “Mujer, madre y buena dueña de casa” pesaba más que el independizar a sus hijas de cualquiera de esos roles o por último imponer roles similares a los hijos.

    Otro caso bien recurrente era el adulto joven bisexual, en donde la familia, principalmente el padre, tenía serios conflictos con el hijo. El no-tener un hijo heterosexual implicaba la mayor deshora para el padre, peor que si su hijo fuese un narcotraficante (lo cual se veía mucho allá) pensamiento curioso, principalmente porque el usuario era un buen estudiante y trabajador, destacado en diversos aspectos de la vida y que incluso ayudaba económicamente a la familia – lo cual generaba otros roces con el padre-. Pero, todos estos aspectos eran minimizados o ninguneados por el padre. Mirar la vida de otros mediante la empatía, por lo tanto, ampliando el paradigma de mundo, es algo difícil de hacer…

    Bueno, en la experiencia hasta el momento en el Instituto Psiquiátrico he visto a un par de usuarios trans, recuerdo el caso de una mujer trans, quien estaba hospitalizada por tentativa suicida. Previo a la hospitalización presentó serios conflictos familiares con los padres, siendo una tía materna la única que la apoyaba en sus vivencias. La familia nuclear de la paciente es evangélica, madre dueña de casa y padre mecánico, en cierto momento en la “desesperación” de los padres, llevaron a la usaría a la iglesia en donde estaban todos los familiares y conocidos, esto para realizar un EXORCISMO con la ayuda del pastor de la iglesia… el objetivo era “pasar a ser un hombre normal”. Ante el obvio fracaso del procedimiento la familia continuaba culpando a la usuaria ya que “no coopero con la ayuda que se le estaba dando”.

    En fin, el conocimiento de perspectivas de genero me parecen relevantes para poder entender un poco mejor la vivencia de la persona, ampliar la visión del mundo, y poder empatizar con las problemáticas que puedan existir.

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  19. Las lecturas de esta semana me parecieron sumamente interesantes, ya que, no solo me hizo conocer más acerca del feminismo, sino también de cómo las diferencias en cuanto a género nos involucran como especialistas.

    Son lamentables las estadísticas en cuanto a patologías de salud mental comparadas por género, ya que, sin dudas expone la “fragilidad” del género, fragilidad perpetuada a lo largo de la historia por la sociedad que claramente sentó sus cimientos por y para hombres, resulta entonces, fácil comprender el motivo de estas cifras.

    Causó especial repercusión en mi el artículo de Lorena Fernández, ya que, muchas veces he vivido los fenómenos por ella mencionados, como el “síndrome de la impostora” y también con mucha impotencia y tristeza el "hepeating", esos momentos en que la devaluación y la injusticia se hacen palpables y hieren intensamente. Puedo recordar con tristeza, varios momentos a lo largo de mi formación, en que “la cuota de ser mujer” jugaba en contra, porque como menciona Fernández Lisso, el medio socio cultural delimita lo que “debe hacer” una mujer considerada como tal y marca qué actitudes no debe tomar para no ser considerada «loca».

    Miro con esperanza los movimientos hoy generados, es momento de establecer igualdad, de abrir las fronteras de la sociedad e innovar, reconocer y posicionar en el lugar que se debe, no solo a la mujer, sino a las comunidades por siglos desvalorizadas y despreciadas, incluyendo pueblos, LGBTQ, etc, comunidades que claramente han sufrido las consecuencias de un modelo patriarcal rígido y que han dejado profundas huellas en la salud tanto física como mental de cada uno de sus miembros y sus círculos cercanos.

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  20. "Los sectores de hombres son mas tranquilos y relajados que los de mujeres". "En los (sectores) de mujeres siempre te estan pidiendo cosas, o quejandose por todo". Estas 2 frases hacen referencia a sectores de la Unidad de Corta Estadia del Instituto Horwitz, organizados por genero de pacientes. Estas 2 frases las he escuchado, así como he participado de este pensamiento. Decidí iniciar mi reflexión con esos comentarios porque dan cuenta de cómo quienes trabajamos en salud mental y psiquiatría somos partícipes de ejercitar una apreciacion devaluadora de quienes sufren patologias graves de salud mental, directamente por ser mujeres. En el articulo de Fernandez Lisso se evidencia con cifras concretas la poderosa brecha existente entre hombres y mujeres a la hora de poder sufrir un trastorno de salud mental, al mismo tiempo que se reflexiona las diversas formas en que esos trastornos son vividos. Se revisa el cómo las mujeres no solo padecen enfermedades mentales de forma mas frecuente, sino que tambien se hacen mas cargo de su abordaje y se asocia mayoritariamente con situaciones de violencia de genero. Algo especialmente grave es que quienes trabajamos en su atencion seamos participes en un acto discriminatorio, aunque sea solo en conversaciones informales. Esto es porque dichas conversaciones crean y ejercitan realidades. Son parte de las fuerzas socioculturales que nos han moldeado a lo largo de toda la vida, y hoy son canalizadas en la experiencia profesional. Si aceptáramos dichas experiencias de los profesionales, cabe tambien preguntarse como podemos hacernos cargo de lo que esta en la mesa: ¿Sera que los sectores de corta estadia con pacientes mujeres le resultan mas conflictivos de vivenciar que a los pacientes varones? ¿Como atendemos la relacion de poder que existe no solo entre medico y paciente, sino entre medico varon y paciente mujer?.
    Me parece que estas preguntas y otras requieren un dialogo desafiantemente abierto para poder se resueltas. Como se señala en el articulo de Climent el feminismo aboga por una igualdad real, no formal. La psiquiatria y la salud mental en 2020 requieren que la perspectiva de genero este explicitamente en la formacion profesional, y no como un elemento esperable de ser traido y ejercitado por profesionales criados en una sociedad aun potentemente patriarcal. Estudiamos conocimiento escrito y enseñado por hombres, por lo que la historia recien nos comienza a aportar las primeras luces de lo que sera una salud mental, una psiquiatria y hasta una psicopatologia que considere lo femenino con el espacio identitario que merece.

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  21. La sociedad patriarcal asigna roles según género. La mujer debe ser de cierta forma para ser considerada como tal, debe estar al servicio del hombre. En cambio el hombre no es criado para el cuidado de sí mismo ni de terceros. Me hace mucho sentido, en la atención en APS es típico que el paciente masculino va acompañado de su pareja, hija, tía o alguna mujer de la familia quien lo lleva a control o porque le preocupó el estado de salud del paciente. Son ellas mismas a las que este mira cuando se le pregunta cuáles son los medicamentos que toma. No son capaces de tener control sobre sus propios tratamientos ni de solicitar ayuda por sí mismos. Pedir ayuda también es un signo de debilidad, lo que se aleja de la masculinidad hegemónica. El hombre no está preocupado de estas cosas, para eso está la mujer más cercana. Es un patrón autodestructivo inculcado, al igual que la incapacidad de limpiar, cocinar, planchar etc. Son por un lado dependientes a la mujer, pero por otro se sienten dueños de ellas. Y es así como el maltrato a la pareja, los femicidios, la coartación de sus expectativas académico-laborales o de cualquier índole, la falta de soberanía sobre su propio cuerpo, etc son vistas como la norma, lo que debe ser. Cuando pensamos en cómo el patriarcado abusa de la mujer, no parece tan raro que estas padezcan de más patologías de salud mental y que por otro lado también soliciten más ayuda o reconozcan sus sufrimientos. La mujer en una sociedad patriarcal tiene que cumplir los roles que esta le asigna sino no sirve, esta es una situación que se muestra explícitamente en el libro de Margaret Atwood "El cuento de la criada", una distopía donde un gobierno religioso impone un sistema de castas dónde las mujeres se separan en relación a sus roles en la sociedad. Cada uno de estos roles confluyen en toda mujer en nuestra realidad, y no es de extrañarse que afecten la salud mental de nuestras pacientes.

    Existe poca educación en perspectiva de género dentro de la formación del personal de salud. No es extraño oír actitudes machistas en el día a día de un centro de salud o que se lleven a cabo conductas de abuso normalizadas o invisibilizadas desde la formación. Finalmente somos parte de la sociedad patriarcal, no nos escapamos como gremio, somos víctimas y victimarios por esta. Esto se puede manifestar en cómo atendemos a nuestros pacientes e incluso cómo estos se relacionan con nosotros. No es extraño que los pacientes devalúen a las profesionales tratándolas de "Sita" "niña" "mijita", cuando al hombre le llaman enfermero, doctor o psicólogo.


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    1. Aún más profunda es la ignorancia respecto a identidad de género y sexualidad, dónde en muchas partes aún se patologiza a la población LGBTIQ+. Esta población también muestra prevalencias más altas de patologías de salud mental, no por que su identidad de género o sexualidad les produzca padecimiento per sé, sino más bien por como son tratados por una sociedad patriarcal. En cierto modo, la comunidad LGBTIQ+ encarna la vivencia explícita de la discriminación de la que es víctima el género femenino. Es más evidente, más burda. Las mujeres en el mundo sufren una discriminación silenciosa, avalada por la cultura de las sociedades patriarcales que no la problematizan. Hay culturas donde las expresiones de género no binaria son normales, dónde son personas respetadas, parte importante de la comunidad. Pero también hay muchas otras donde pertenecer a la comunidad LGBTIQ+ no solo significa discriminación y pecado, sino también cárcel o muerte.

      Todo esto tiende a profundizarse si las instituciones tienen carácter religioso, ya que suelen infiltrar sus preceptos dentro de la atención de salud. Hay escuelas de medicina que prefieren no enseñar métodos anticonceptivos útiles y en vez de ello priorizan otros menos efectivos como el Billings. Pero después, cuando la mujer desea usar la anticoncepción de emergencia o el aborto, se oponen rotundamente. La religión no ha dejado de ser un enemigo de la mujer y de la comunidad LGBTIQ+ a pesar de la separación de la iglesia y el estado. Sigue actuando a través de los políticos que escriben las leyes y de los profesionales que trabajan en el sistema público y mezclan sus creencias con el trabajo. Las religiones terminan siendo muchas veces el argumento perfecto, incuestionable, para defender el modelo patriarcal.

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