Quincena del 20 de Octubre al 2 de Noviembre: La Organización Mundial de la Salud y sus orientaciones para el trabajo en salud mental y psiquiatría:


Durante la segunda mitad del siglo XX y hasta la actualidad, la OMS ha trabajado en conjunto con los gobiernos y otros organismos para sustituir el modelo de la atención de salud mental sustituyendo la institucionalización de las personas aquejadas de trastornos mentales por un enfoque de atención comunitaria respaldada por la disponibilidad de camas en hospitales generales para los casos agudos. 

Este cambio se basa tanto en el respeto a los derechos humanos de los enfermos mentales como en el empleo de intervenciones y técnicas modernizadas. 

  • Un diagnóstico objetivo correcto es fundamental para planificar la asistencia en cada caso individual y escoger el tratamiento adecuado. 
  • Cuanto antes se instaure un tratamiento oportuno, mejor será el pronóstico. 
  • Tratar adecuadamente los trastornos mentales y conductuales significa hacer un uso racional de las intervenciones farmacológicas, psicológicas y psicosociales, de manera integrada y clínicamente válida. 
  • El manejo de trastornos específicos comprende medidas de intervención en las áreas de la prevención, el tratamiento y la rehabilitación. 

Lea 2 Capítulos clave del INFORME MUNDIAL DE SALUD 2001 de la Organización Mundial de la Salud: 
OMS (2001). La Salud pública al servicio de la salud mental. Capítulo 1 en Informe Mundial de Salud 2001. Organización Mundial de la Salud, Ginebra, 2001 
OMS (2001) Resolver los problemas de la salud mental. Capítulo 3 en Informe Mundial de Salud 2001. Organización Mundial de la Salud, Ginebra, 2001. 


SESION SINCRONICA el lunes 2 de Noviembre


Comentarios

  1. La mirada de la OMS me parece que es la síntesis contemporánea e institucional de muchos de los planteamientos que hemos conversado a lo largo de las sesiones anteriores. Ideas como la integración de la comunidad a la atención en salud mental, la multidisciplinariedad y la visión de la rehabilitación como proceso y no sólo como intervención técnica, o la reasignación de recursos, establecimiento de alianzas e intervenciones en las agendas legislativas, mencionadas al pasar en el marco teórico y,as propuestas concretas de los distintos informes, podemos ponerla en perspectiva y apreciar mejor su raigambre histórica y teórica fruto de las diversas experiencias, relacionadas con la Reforma Psiquiátrica narrada por Dr. Desviat y la corriente de psiquiatría crítica y anti psiquiatría (desde Dr. Fdez Liria hasta Basaglia, Hoffman o Cooper, y muchos otros).

    Considero que la atención bajo el modelo comunitario es el camino a seguir y desarrollar, por su respeto a los derechos humanos y valores como la justicia y la construcción de comunidad, además de brindar las herramientas para la construcción de ciudadanos empoderados y autónomos respecto a su salud o la regulación de sus factores socioeconómicos.

    En ese sentido, situándome en una posición reflexiva sobre la prevención y la asignación de recursos en atención secundaria, me parece interesante comentar el hecho de que, a pesar de la gran cantidad de evidencia y experiencia empírica disponible y aterrizado a pautas generales y claras de acción en el caso de la OMS o casos de organización comunitaria efectivas y duraderas, en general la incidencia de algunas enfermedades mentales (como la depresión o el suicidio) han visto su prevalencia aumentada (1).
    ¿Será que la teoría crítica de la psiquiatría y sus experiencias han dejado de lado algún aspecto de la realidad social y política (aquí me viene a la memoria el llamado de atención del dr. Huertas (2) respecto a Foucault y cierta corriente crítica de centrarse exclusivamente en la superestructura (3) y no la infraestructura) o de los individuos producidos por ella?
    Otro punto es que, considerando lo anterior, si no estaremos en un proceso de empobrecimiento generalizado (en términos más generales que solo lo material, según lo expresa la OMS “la pobreza puede entenderse como la insuficiencia de medios, lo que comprende la falta de recursos sociales o educativos”), acompañado de la urbanización y la evolución tecnológica mencionados en el primer capítulo del informe de Ginebra (como componentes analizables en una infraestructura). Esta última idea la comento a propósito de una publicación que señala que los nativos digitales tendrían un menor CI que sus padres por primera vez en la historia (4) (y por lo tanto una menor capacidad de resolución de problemas), o más localmente la preocupante calidad de la educación chilena centrada en lo científico-matemático con una pobre comprensión lectora (5), entre otros datos.

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    1. Aumento morbilidad depresión: https://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=13102:depression-lets-talk-says-who-as-depression-tops-list-of-causes-of-ill-health&Itemid=1926&lang=es
      Entrevista Dr Huertas: http://revistaaen.es/index.php/aen/article/download/15674/15533
      Infraestructura y superestructura: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Infraestructura_y_superestructura
      Nativos digitales: https://www.bbc.com/mundo/noticias-54554333
      5)Comprensión lectora: https://radio.uchile.cl/2011/12/14/solo-el-84-de-los-chilenos-entiende-lo-que-lee/

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    2. Daniel, dices : "a pesar de la gran cantidad de evidencia y experiencia empírica disponible y aterrizado a pautas generales y claras de acción en el caso de la OMS o casos de organización comunitaria efectivas y duraderas, en general la incidencia de algunas enfermedades mentales (como la depresión o el suicidio) han visto su prevalencia aumentada (1).
      ¿Será que la teoría crítica de la psiquiatría y sus experiencias han dejado de lado algún aspecto de la realidad social y política (aquí me viene a la memoria el llamado de atención del dr. Huertas (2) respecto a Foucault y cierta corriente crítica de centrarse exclusivamente en la superestructura (3) y no la infraestructura) o de los individuos producidos por ella?".
      Al leerte no puedo dejar de pensar en el proceso de SUBJETIVACION-
      Cito:
      "Subjetivación: La subjetivación es el término que se utiliza para referirse al proceso a través del cual nos constituimos como sujetos y manifestamos nuestra subjetividad. Este concepto problematiza la noción de identidad como un estado natural o dado, pero también como un lugar a donde llegar. Si usamos "subjetivación", también en vez de "sujeto", marcamos una distancia clave. La subjetivación designa un proceso y no una situación, o un estado, o un estatus o un principio del ser. Este proceso no es simplemente el de un llegar a ser sujeto, como si pudiera darse por entendido que sabemos lo que significa "ser sujeto". El capitalismo se ha definido a menudo como un «punto de subjetivación que constituye a todos los hombres en sujeto, pero unos, los capitalistas, son sujetos de enunciación, mientras que otros, los proletarios, son sujetos de enunciado sujetos a máquinas técnicas» (Deleuze y Guattari). Desde el control o la gestión de los procesos de subjetivación por las tecnologías de gobierno es desde dónde se produce la esfera pública; de estos procesos depende el establecimiento del orden y las regulaciones sociales. A modo de resistencia, los movimientos sociales han mostrado el fracaso de los procesos de subjetivación dominantes fomentando nuevas formas de subjetivación sobre quienes somos para dejar de identificarnos a la individualidad impuesta" (http://subtramas.museoreinasofia.es/es/anagrama/subjetivacion).

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    3. Justamente, considerando las experiencias de psiquiatría comunitaria, hasta la primera mitad del siglo XX, como espacios de resistencia y fruto de procesos de subjetivación encarnados en movimientos sociales (como dice la cita o por ejemplo el movimiento comunitario narrado por la profesora Illanes y los de la Reforma narrados por Desviat), mi comentario viene a propósito de, en primer lugar, la dificultad en el aterrizaje "institucional" y, en segundo, el debilitamiento de muchas de experiencias luego de la década de los 70s con el establecimiento y fortalecimiento del neoliberalismo como hegemónico a nivel global, que quizás tiene que ver con alguna modificación de estos procesos de "subjetivación".

      Estaba pensando en que algunos autores hablan incluso de un debilitamiento de la subjetividad (o un cambio en los procesos de subjetivación) en relación a la proliferación de "dispositivos": "A la inmensa proliferación de dispositivos que define la fase presente del capitalismo, hace frente una igualmente inmensa proliferación de procesos de subjetivación. Ello puede dar la impresión de que la categoría de subjetividad, en nuestro tiempo, vacila y pierde consistencia, pero se trata, para ser precisos, no de una cancelación o de una superación, sino de una diseminación que acrecienta el aspecto de mascarada que siempre acompañó a toda identidad personal" (¿Qué es un dispositivo?, G. Agamben http://ayp.unia.es/r08/IMG/pdf/agamben-dispositivo.pdf)

      Y también en la influencia el lenguaje y por lo tanto en la subjetivación por parte de las grandes plataformas digitales "se intentaba pensar esta época de la escritura digital, es decir, cómo la escritura digital y la digitalización de la información en general, al mismo tiempo que produce grandes beneficios (por ejemplo, podemos pensar en la facilidad para encontrar información a través de un buscador como Google), es capaz de configurar nuevas formas de atención y otras formas de lectura y escritura." (Entrevista a Bernard Stiegler: https://core.ac.uk/download/pdf/38835193.pdf).

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  2. Hay evidencia suficiente de que los trastornos mentales han ido en considerable aumento y que su evolución, al ser influenciada por múltiples factores sociales, dependerá del lugar donde aparezca. Además de tener una mayor prevalencia de trastornos mentales, los países con ingresos medios y medio – bajo tienen mayores dificultades para disponibilizar recursos a los individuos afectados por estas dificultades. Con lo anterior se produce una perpetuación de las dificultades, donde la escasa disponibilidad de recursos de los Estados es incapaz de cubrir las consecuencias de las condiciones en las que llegan a vivir algunos segmentos de su población.
    Además, ha existido una tendencia crónica a no considerar la salud mental como una prioridad y muchos gobiernos han mostrado escaso interés en que así sea. Bajo estas circunstancias es que se hace una obligación la construcción de programas que aseguren un mínimo de recursos disponibles dentro de los distintos territorios.
    Es así como, la OMS, al realizar una programación en salud mental que busca cumplir con el objetivo anterior, es capaz de aunar las distintas aristas del concepto de salud mental (muchas de las cuales hemos discutido en las sesiones anteriores) y considerarlo en su integridad.
    Por otra parte, el programa de acción para superar las brechas en salud mental se transforma en una evidencia concreta de la influencia de los determinantes sociales en la evolución de la enfermedad mental.
    A pesar de ser programas destinados universalmente por una organización con gran poder, sigue siendo necesario concientizar sobre salud mental a nivel local, directamente con la comunidad. Es imposible considerar que estos lineamientos darán respuestas a las necesidades de salud mental que no han sido resueltas, sin embargo, su existencia es extremadamente importante, ya que va dirigida a una zona difícilmente alcanzable por el trabajo local, las políticas públicas. Me parece que tanto la programación como el trabajo local, intracomunitario, se podrían considerar como elementos centrales, complementarios, en la búsqueda de mejorías en salud mental, al corto y largo plazo.

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  3. La preocupación de la OMS para entregar las estrategias para manejar de mejor forma los recursos que se entregan en un área como la de salud mental, nos demuestra que históricamente es un tema en deuda. Los recursos que se entregan para afrontar la enorme carga de los trastornos mentales se siguen distribuyendo desigualmente y de forma ineficaz, en completo desmedro de un mejor tratamiento para nuestros pacientes. Por lo cual, estas estrategias ayudan a los encargados a planificar, ya sea ampliando y mejorando los programas ya existentes, acercando la atención especialmente la atención primaria y haciéndola más accesible a la comunidad de forma más integral.
    Debo destacar que durante los años que trabaje en atención primaria en Punta Arenas, se inició desde el 2017 hasta el día de hoy una serie de programas de tipo comunitario e integral en relación con el diagnóstico y manejo de Demencia leve y moderado. Se creo el programa “Quemanta” que trabaja con adultos mayores y teniendo como objetivo mejorar la calidad de vida del paciente y, de sus cuidadores que son evaluados en el Cosam por medio del “Programa de Acompañamiento a Cuidadores y/o familiares con Demencia”. Realizando una intervención que favorece su funcionalidad, participación e inclusión social con talleres de intervención, estimulación cognitiva, funcional, física y recreativa. Todo esto a través de un equipo multidisciplinarios integrado por médico, psicólogo, trabajadora social, terapeuta ocupacional, kinesióloga, enfermera, Tens y monitores. Luego para darle continuidad y por el gran número de demencias severas que se fueron encontrando se inicio otro programa llamado “Punta arenas te cuida” donde se fusionaron en APS el programa de Demencia y Programa de dependencia severa. Papel fundamental cumplía APS ya que debíamos hacer las visitas domiciliarias y confirmar el diagnostico, para luego ser derivado a Quemanta y en caso de ser severo se enviaba a la “Unidad de Memoria” que comenzó a funcionar en el Hospital Clínico de Magallanes a cargo de Neurología quienes realizaban el estudio y tratamiento.
    Con relación a lo último, hay que destacar cuando las autoridades mejoran la red e invierten en pro de la salud, mostrando interés en las problemáticas locales, y tratando de ir mejorando las debilidades que se van observando en la atención en salud de la región, los más beneficiados son nuestros pacientes y sus familias.

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    1. Que buena esa experiencia Luis no la conocía. Allá también teníamos un programa local de apoyo al adulto mayor para prevenir dismovilidad, con kine y TO para estimular cognitivamente, esto con recursos que se postularon y ganaron por parte de la muni, como dices los recursos se distribuyen mal o a veces los hay pero se desconocen o se asignan pero depende mucho de cómo los administren las jefaturas o directivas y del empeño que le pongan en que sea algo efectivo y no solo cumplir un par de indicadores para mantener el financiamiento el próximo año. Saludos!

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    2. Gracias por compartir tu experiencia Luis! Así como la cuentas se nota que estaba bien pensada y articulada entre los distintos sectores. Además como dices, el interés de las autoridades en las problemáticas sociales marca la diferencia y se ve reflejado en estos buenos resultados. Es un ejemplo claro de lo que se propone en el mhGAP que para la ejecución de un programa se requiere la creación de alianzas o asociaciones productivas, voluntad política, inversión pública, conciencia de los trabajadores de salud, participación de las familias y comunidades y colaboración entre gobiernos y organizaciones (nacionales o internacionales). Ojalá estas experiencias se pudieran replicar en todo Chile.

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    3. La historia que cuenta Luis tiene otros ribetes interesantes.
      Al asumir el Gobierno Bachelet 2, en 2014, aunque hubo trabajo programático previo, a a hora de asumir , los temas de salud mental a incluir en la acción gubernamental eran sucintos y cabían en 2 carillas. Incluían por primera vez el tema de las Demencias, con 2 objetivos: la formulación de un Plan Nacional de Demencias y la implementación de 15 Centros de Demencias, que replicaran la experiencia el Centro KINTUM, existente desde 2012. En el proceso de implementación de estos Centros, uno de los Servicios de Salud seleccionados fue Magallanes, hecho en el cual no fue menor la influencia de la Senadora Carolina Goic y de Alberto Larraín y la disposición -no sin disputa- de varios actores locales frente al tema. Así nació QUEMANTA, constituído por un equipo de muy jóvenes profesionales, constiuyéndose en un nodo clave para el trabajo en Demencias con perspectiva comunitaria .
      Para que el enfoque de los centros fuera comunitario hubo mucho trabajo que hacer, de modo que las orientaciones técnicas respaldaran e impulsaran esa orientación por sobre tendencias biomédicas y asistencialistas..

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    4. Aquí están esas Orientaciones Técnicas que comenté: https://www.araucaniasur.cl/wp-content/uploads/2019/11/OOTT-Centros-de-Apoyo-Comunitario-para-Personas-con-Demencia.pdf

      Si alguien quiere profundizar, compárelas con las Guías GES para atención de Demencias , de 2019.: https://www.minsal.cl/portal/url/item/71e6341aec58aae2e04001011f017bae.pdf

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  4. En los distintos textos se resalta el hecho de que pese a que se reconoce la frecuencia, relevancia y costes que tienen para las naciones la carga de enfermedades mentales, los esfuerzos, estrategias y planes para palear y hacer frente a estas realidades no están tan a la par, o bien la velocidad con la que evolucionan son asincrónicas desfavoreciendo a las segundas, y agudizando a las primeras, aún más si se les compara con las medidas que se toman para el abordaje de los padecimientos físicos, y si se considera la potente influencia que tienen los determinantes sociales de la salud y otros particulares (nivel socioeconómico, ruralidad, acceso a servicios y educación, sobrepobablación de las ciudades, diáspora migratoria), que en oportunidades no son contempladas con la relevancia que corresponde en el diseño de las intervenciones ni son foco principal de los esfuerzos gubernamentales, al menos desde mi óptica. La dicotomía entre enfermedades que afectan la mente y las que afectan el cuerpo como situaciones independientes han ampliado la brecha que permitiría la posibilidad de elaborar tratamientos costo efectivamente mejores y persistencia en el tiempo.

    Es así cómo se hace necesario vincular la influencia entre funciones mentales y funciones orgánicas. Las investigaciones han señalado dos vías por las cuales la salud mental y la salud física influyen la una en la otra a lo largo del tiempo. La primera vía fundamental discurre directamente a través de los sistemas fisiológicos, como las funciones neuroendocrinas e inmunitarias. La segunda es la vía del comportamiento en materia de salud. Por comportamiento en materia de salud se entiende una gama de actividades tales como comer sensatamente, hacer ejercicio con regularidad, dormir lo suficiente, no fumar, mantener relaciones sexuales seguras, utilizar el cinturón de seguridad en los vehículos y cumplir los tratamientos médicos. Estas últimas situaciones tienden a ser incumplidas en mayor proporción por individuos en los que no se reconocen patologías mentales y que tienen la capacidad de reconocer del cumplimiento de estas conductas, y aún así no son cumplidos.

    Aun así, el interés, la formación y el involucramiento de un personal cada vez más diversificado e interinstitucional afortunadamente cada vez es más amplio y preponderante. Estas consideraciones son incluso más ambiguas o poco latentes si se trata de la población infanto juvenil, es especial en países subdesarrollados. Pero a pesar de que queda mucho por aprender, la información rescatada de los avances logrados hasta el momento son promisorios, ya que tenemos a nuestro alcance los conocimientos y la capacidad para reducir significativamente la carga de trastornos mentales y del comportamiento a nivel micro y macro ambiente.

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  5. Las lecturas de la OMS se hacen fluidas de leer al haber revisado estos temas previamente en el curso. En algunas áreas se ha avanzado en nuestro país a duras penas, pero otras como la pobreza, desigualdad, cesantía, miseria, siguen azotando y no solo en lo mental sino en esta misma pandemia teniendo el virus distinto impacto dependiendo de donde hayas tenido la suerte de haber nacido o vivir, como hemos leído en las columnas enlazadas en el curso. Como se indica en el texto OMS del programa para superar las brechas en SM, el 14% de la carga mundial de morbilidad, medida en años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD) puede atribuirse a los trastornos mentales, neurológicos y abuso de sustancias. En el caso de Chile, representan el 21% del total de los AVAD (y esto medido pre-pandemia). O sea, no hay razones para que no sea prioridad.
    En cuanto al enfoque integrado desde la salud pública, decir primero que el estigma si me parece una barrera de acceso actual en nuestro país, concibiendo la atención en salud mental como para personas “débiles” o derechamente “locas” y eso me parece transversal al nivel socioeconómico. Me parece muy bien además que en este texto quede en claro para los posibles detractores del enfoque comunitario que esto no implica la deshospitalización, ni mucho menos desestima la importancia del diagnóstico y la terapia farmacológica, solo que lo hospitalario pasa a considerarse algo transitorio y recalca la importancia del diagnóstico precoz, certero y con un tratamiento precoz dentro de este modelo, solo que ya no se pretende realizar estas acciones dentro del manicomio-cárcel, sino que en el propio medio local del usuario (familia y comunidad idealmente organizada). Todo esto traducido en las medidas en cuanto a prevención primaria, secundaria o terciaria como hemos visto antes también.
    En nuestro país también ocurre lo mencionado en cuanto a que los gobiernos no han reasignado los recursos ahorrados en construir y mantener menos psiquiátricos hacia la atención comunitaria. El porcentaje de los recursos destinados específicamente a salud mental en nuestro país es bajo comparado con países con similares ingresos o comparados por PIB per cápita (dejo enlace). Y los costos de no invertir en salud mental por parte de los gobiernos ya los hemos discutido: suicidio, gasto en licencias médicas y ausentismo laboral, se mantiene el círculo de la pobreza y todo lo que eso conlleva (negligencias en la infancia, desarrollo de otras enfermedades mentales o cardiovasculares y así sucesivamente).
    Respecto al plan de acción integral tenemos varias cosas ya implementadas afortunadamente, pero otras tareas muy pendientes de resolver. Disponemos de una salud mental integrada en la APS con una población sectorizada, hospitales nosocomiales como rareza, equipo psicosocial en APS como cargos definidos de planta, fármacos básicos disponibles a este nivel. Pero el profesional especializado sigue siendo escaso, especialmente en el sector público, y el trabajo intersectorial requerido, donde trabajan todos los sectores interesados muchas veces no se lleva a cabo como se debiese, lo que se traduce en pacientes con fármacos y psicoterapia disponible, tal vez con disponibilidad de actividad en su entorno local (agrupación de adulto mayor por ejemplo), pero sin poder resolver problemáticas básicas y centrales involucradas en los trastornos mentales como el tener una vivienda básica/digna o un empleo. Tenemos un plan nacional de salud mental definido y que se aborda desde lo comunitario, pero Chile sigue perteneciendo al 40% de los países que no disponen de una ley de salud mental, que entiendo aún descansa en el congreso. Por otra parte, si tenemos legislación relativa pero dispersa en diversas leyes, como la ley Zamudio que me parece en nuestro país ha sido muy importante el que se haya promulgado y tuvo un efecto que me parece es visible (no absoluto obvio, pero sí tuvo un impacto).
    A seguir trabajando entonces en estos ámbitos pendientes para el bien de nuestros pacientitos. Saludos!

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    1. Financiamiento de la salud mental en Chile: una deuda pendiente: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872015000900011

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    2. Con respecto al financiamiento, se intentó con el Plan Nacional de Salud Mental del año 2017 un compromiso para aumentar el financiamento a un 5% para el 2020 (que era una meta no ideal, pero aceptable para el escaso financiamiento que tenemos), sin embargo, el compromiso quedó en nada. El Plan, si bien es una hoja de ruta muy importante, no tiene peso para poder presionar a las autoridades de invertir en Salud Mental. Es por eso, que es muy importante impulsar una Ley de Salud mental, donde se comprometa efectivamente el aumento gradual del presupuesto a la propuesta original. Esta ley es impulsada por distintas organizaciones, pero no ha gozado de visibilidad en la población, de hecho, si hiciéramos una encuesta sobre el conocimiento y la percepción de la importancia en la población general, nadie sabría sobre esta ni su importancia.

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    3. Todo bien Mitchel, excepto el peligroso concepto de "nuestos pacientitos"

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  6. La lectura de estos textos en particular de algunos capítulos del Informe Mundial de Salud de la OMS, lo considero un buen resumen del desarrollo de la salud mental desde tiempos remotos, hasta la fecha 2001, hace hincapié en la necesidad de desarrollar y fortalecer la salud mental comunitaria, lo que me parece un enfoque necesario y congruente con el análisis que hace la OMS, de los factores de riesgo de las afecciones de salud mental, basado en los factores biológicos, psicológicos, social, cultural de forma integrada. Exponiendo con claridad que los gobiernos son tan responsables de la salud mental de sus ciudadanos como de su salud física. Esto no siempre ocurre, y en nuestro país como en la mayoría de los países aún existe una brecha importante en la atención de salud mental, aún estamos en pañales y la demanda sigue aumentando, la recomendación de la OMS, queda muy bonito plasmado como teoría, pero se enfrenta al sistema económico actual, aspectos que ya hemos conversado en las sesiones anteriores, como la alta demanda de morbilidad en aps, falta de promoción y prevención, cumplimiento de metas, en algunos lugares escaso conocimiento de la población por la alta tasa de rotación de profesionales, en los Centros de salud mental, bajo rendimiento en las atenciones de profesionales, dirigidas a ajustes de fármacos y medicalización de los psiquiatras, poca capacidad de lograr psicoterapia por las escasa horas de control, entre otras. Vuelvo a mencionar estos aspectos puesto que de alguna forma me parecen contraproducentes con las recomendaciones de la OMS. En nuestro país si bien se ha intentado instaurar un programa de salud mental integral, pero aún falta lo central que tiene relación desde los recursos que se entregan anualmente que son insuficientes para el aumento de la demanda, la sobrecarga de APS, como diagnosticar y manejar ciertas patologías de especialista, es seguir sobrecargando un sistema que ya está sobrepasado, y el recambio de profesional, falta de capacitación va en desmedro de los propios pacientes, recuerdo en mi cesfam se nos indicó mantener, control y tratamiento a los pacientes con TDAH, y sin si quiera una capacitación previa, a mi me tocó que el colega que estaba a cargo de ese programa, renunció del cesfam, y uno debía hacerse cargo, pero sobre la marcha irse capacitando, hoy lo considero sumamente arriesgado, y así con muchas otras patologías, después de como uno o dos años recién nos capacitaron en MhGAP. Espero algún día, se logren estos cambios, que nosotros podamos aportar también en un futuro, desde ser un ojo crítico, concientizar a los directores de salud, a los colegas, a la comunidad, aportar en el trabajo en equipo y agotar las instancias para poder aportar en el trabajo comunitario.

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  7. Como hemos visto a lo largo del curso y en las lectura de esta sesión, si bien la historia de la psiquiatría ha tenido una gran evolución a lo largo de la historia, aun queda mucho por hacer. Sabemos que las patologías psiquiátricas son prevalentes, que en pandemia incluso han aumentado o se han descompensado muchas de las personas que se encontraban bien por los problemas de encierro, de hacinamiento, entre otros y que suponen una carga sustancial para la salud pública. Además, ya es sabido que están asociados a pobreza, discriminación, ignorancia sobre su enfermedad, falta de apoyo/soporte social para las personas y cuidadores, institucionalización, marginación y estigma, entre otros. «El estigma socava la confianza en que los trastornos mentales son enfermedades reales que pueden tratarse. Conduce a las personas a no relacionarse con los enfermos mentales, a no emplearlos ni trabajar con ellos, o a no alquilarles viviendas ni vivir en sus proximidades».

    Como la preocupación por esta área ha aumentado por las instituciones internacionales, hoy se cuenta con intervenciones eficaces para reducir la carga de enfermedad y pueden realizarse con pocos recursos. Si bien, aún existe una gran brecha entre lo que se necesita urgentemente y aquello con lo que ya se cuenta para reducir la carga, “el mhGAP pretende introducir la salud mental en la agenda mundial de prioridades de la salud pública y su implementación permite que se conozcan fácilmente intervenciones factibles, basadas en evidencia”. En mi trabajo en Atención primaria, pude asistir a una capacitación del curso básico de MhGAP, el cual proporciona los conocimientos básicos para identificar y manejar las condiciones más comunes (en consulta con los especialistas si es necesario). Lo positivo, fue que en ese curso pudimos saber y conocer sobre los recursos disponibles en nuestra red, intercambiar contactos para una información más expedita con el equipo encargado del servicio de salud mental y coordinar dudas del quehacer diario en el área, como la pertinencia de las interconsultas. Lo malo es que de no haber asistido a esa reunión (que es lo que ocurrió en la mitad de los CESFAM de la red, donde no pudo ir ningún representante por la carga de agenda), nunca me hubiese enterado de primera persona de aquella información. Ahora, con nuestra falta de especialistas, yo veo con buenos ojos que nos otorguen herramientas para poder optimizar recursos. Claro que no es lo mejor, porque quizás se sobrecarga en cierta manera a la atención primaria, pero yo veo el lado positivo para poder gestionar de mejor manera. No podemos dejar de pensar que siendo médicos generales, se puede manejar eficazmente algunas condiciones, además de educar a la población, cambiar nuestra propia percepción y actitud hacia las personas con trastornos mentales, realizar un filtro adecuado para la atención secundaria y reducir el estigma y la discriminación. Para esto es necesario un compromiso de todos los actores, tanto social, político e institucional para responder a esta urgente necesidad de salud pública.

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  8. “En los países de ingresos bajos y medios, entre un 76% y un 85% de las personas con trastornos mentales graves no reciben tratamiento; la cifra es alta también en los países de ingresos elevados: entre un 35% y un 50%. Estos textos nos muestran la gran brecha que existe en el tratamiento de las personas con trastornos mentales a nivel internacional, lo cual es transversal, aun en países con altos ingresos existen aún un gran déficit en el tratamiento de las personas con trastornos mentales. Vemos como menos del 1% del presupuesto en salud se utiliza en salud mental, siendo que “los trastornos mentales están entre las 10 primeras causas de discapacidad en el mundo.” Como hemos estudiado a lo largo de este curso de Psiquiatría comunitaria esto es algo histórico y viene dado por la estigmatización, la cual “ha dado lugar a disparidades en cuanto a la disponibilidad de atención, discriminación y violaciones de los derechos humanos de quienes padecen estos trastornos”.
    Durante muchos años se centralizo la atención a nivel hospitalario creando centros donde muchas veces se paso a llevar los derechos humanos de los pacientes, hoy en día gracias a los grandes avances farmacológicos, éticos, sociales, etc. se ha luchado por una salud mental sin discriminación con integración que es la Salud Mental Comunitaria, la cual viene a unir lo que separo el antiguo sistema, que es los factores biológicos ,psicológicos y sociales que en este nuevo sistema se ven en su conjunto y dan un marco compresivo más pleno de los trastornos mentales y del comportamiento.
    Desde hace años la Organización Mundial de la Salud viene desarrollando programas para disminuir la brechas en el tratamiento de Salud mental, pudimos leer sobre “El programa mh GAP publicado en el 2008 que pretende proporcionar un marco para mejorar y ampliar las intervenciones en materia de trastornos mentales, neurológicos y por abuso de sustancias. Y también entre los textos pudimos leer el “Plan de acción de salud mental 2013-2020 que se fija cuatro objetivos principales: liderazgo y gobernanza más eficaces en materia de salud mental; prestación de servicios integrales e integrados de salud mental y asistencia social con base en la comunidad; aplicación de estrategias de promoción y prevención; y fortalecimiento de los sistemas de información, las evidencias y la investigación”. Este último plan tenía varias metas para cumplir este 2020 que lo más probable hayan sido reemplazadas por los problemas generados por la pandemia actual Covid 19. A pesar de que aun estamos lejos de disminuir esta gran brecha que a la fecha tenemos en Salud mental, podemos observar como se ha creado una conciencia por lo menos a nivel país donde cada vez se discrimina menos las enfermedades de salud mental, y la gente busca ayuda y apoyo a este nivel sin sentir la estigmatización que se vivía hasta hace unos pocos años atrás.
    Estos textos nos muestran el gran esfuerzo a nivel mundial de hacer una salud mental más integral, más comunitaria, más humana, más accesible también, la cual pueda llegar a todas las comunidades independiente de su edad, sexo, raza, cultura, clase social, etc. Y refuerza todo lo que hemos leído en este curso hasta ahora, esperemos que logremos pronto todas estas metas propuestas.

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  9. Al leer los textos se refuerzan las temáticas que hemos discutido en las sesiones anteriores. Sin duda, la salud, está determinada por diferentes factores que se encuentran estrechamente relacionados como son, la salud mental, física, social en la que influyen en su aparición y desarrollo, diferentes determinantes sociales, culturales, económicos, políticos y ambientales, por lo que se ve afectada estrechamente por las políticas publicas sociales y en salud. Se suma además, la creciente prevalencia en trastornos mentales, el impacto que esto conlleva en el desarrollo de la sociedad; a pesar de los avances que se han tenido en materia de salud mental a nivel mundial y en nuestro país, todavía hay muchas brechas por mejorar, en las que se incluyen el financiamiento en el área de salud mental que sigue siendo muy bajo (2,4% del gasto total en salud), las políticas públicas sociales y la legislación en materia específica en el área de salud mental.
    En relación a lo anterior, es difícil concebir el desarrollo de la salud mental con un enfoque que no sea el comunitario. Si bien, no deja de ser importante y necesario, “lo hospitalario”, esto es algo transitorio, que, sin un plan posterior con base en lo comunitario, pasa a ser una puerta giratoria; de lo que me he convencido mucho más en estos meses en mi pasada por atención ambulatoria del CDT.

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  10. Los textos de esta semana nos introducen a los objetivos y programa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto a la Salud Mental, ahora bien, la pregunta a plantear es ¿por qué si la OMS, con su alcance, ha planteado hace años el foco comunitario, cuyo fin (entre otros) es disminuir el estigma y mantener un foco preventivo en la adquisición de trastornos de salud mental, no ha logrado llevarlo a cabo? Una de las respuestas que viene a mi mente, tiene nuevamente que ver con el paradigma.

    El contenido de un texto es extremadamente importante. Sin embargo, si no es coherente, pierde su sentido. De esta forma, el texto de la OMS, con su llamado a eliminar el estigma, lo pierde al hablar de “enfermos mentales”. No se puede eliminar el estigma utilizando un término estigmatizante, ni pretender la autonomía de las personas, anulándolas.

    Es así como los textos de esta semana para mí son una clara muestra de la necesidad de analizar la coherencia entre lo que se dice y cómo se dice. Hemos perdido el foco, y eliminado del discurso a quienes viven dificultades en la vida diaria y nos consultan, asimilando su relato como propio, analizando su sufrimiento como objeto, olvidando la individualidad del sujeto. Esto, a mi parecer, hace la diferencia entre proponer un cambio de práctica y lograr ejecutarla desde el fondo.

    En la medida en la que vemos a quienes atendemos como “enfermos mentales”, nos acercaremos de forma paternalista, anulándolos, incorporando fármacos escondidos en la comida (pan, azúcar como he escuchado durante este tiempo), tomando decisiones en base a lo que opinan familias difuncionales, o lo que “creemos es mejor para ellos, en base a la evidencia”, como he visto en la práctica del día a día. Esto es análogo al discurso de la OMS. Si no logramos descubrir la subjetividad de cada persona, sus necesidades, expectativas y deseos, acabaremos siendo ejecutores del tercer-cuarto encargo de la Psiquiatría planteado por Fernández Lira, y terminaremos siendo un eslabón más de la cadena de la cronicidad.

    En relación a esto, durante esta semana tuve una conversación extremadamente interesante (para mí) con un usuario que tenía diagnóstico de esquizofrenia. Me relató lo sorprendido que estaba de que había sido contratado de forma permanente por una empresa, como conserje de un edificio en Vitacura, que tenía el apoyo de sus colegas, era valorado por quienes vivían en ese lugar, y contaba con el apoyo “incondicional” de su jefatura, “ni se imaginaban que era esquizofrénico”, me señaló. Ante esto, no pude dejar de mencionar que la esquizofrenia era su “diagnóstico”, no algo que “él fuese”, y que por lo mismo, su estado actual era lo que se buscaba en alguien con su diagnóstico. Esta conversación “de recuperación” (después de muchas conversaciones de “control/alieanación”) fue un punto de inflexión respecto a lo que pretendo llegar con los usuarios a los que trate en el futuro. Entiendo que esto depende de múltiples puntos, y que probablemente no sea el caso de la mayoría. Aún así, creo que la diferencia entre “ser enfermo mental” y “tener un trastorno de salud mental” es abismal, desde la connotación negativa del término en sí, hasta lo que se espera (y cómo) de cada persona.

    Espero de corazón que podamos abrirnos a este cambio de paradigma, y lograr ver a quienes atendemos como “personas”, con las mismas necesidades que tenemos cada uno, como sujetos de derechos y autonomía, de quienes aprender día a día, y nos podamos dirigir a ellos de la misma forma, con un lenguaje coherente a ello

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    1. Moté, me gustó mucho tu experiencia respecto al paciente que se autodenominaba como que "era esquizofrénico", la conversación que tuviste con él y cómo probablemente contribuiste a que disminuyera su propio estigma. Me alegra tener compañeros que actúan consecuentemente con lo que hemos discutido y que se preocupan por mejorar la calidad de vida de los pacientes en todas sus aristas.

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    2. Hola Moté!, me gustó mucho tu comentario, coincido contigo. También me llamó la atención de estos textos de la OMS el énfasis que se le daba al diagnóstico para toda conducta ulterior, ya que según este dependería el tratamiento y el pronóstico.
      Con todo lo que hemos estudiado hasta ahora, sabemos que no es tan así, el diagnóstico es una etiqueta heredada del modelo biomédico, que es útil para ordenarnos pero que no es imprescindible ni tampoco elemento predictivo del curso vital de una PERSONA.

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    3. Me pasó lo mismo, me generaba incomodidad leer como el texto se refería a las personas con alguna patología de salud mental o minorías, reflejando principalmente esa característica y dejando de lado a la persona, incluso en una parte dice que detrás de una enfermedad mental hay una persona, a mi me parecería más que adelante de esa enfermedad,; siempre debe primar la persona.
      Es fundamental nunca perder de vista que ante todo son personas, y que tienen su principio ético de autonomía, que muchas veces no se respeta, sobre todo por las familias, que niegan que esa persona puede tomar una decisión independiente de su enfermedad.

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    4. Excelente reflexión!!
      Totalmente de acuerdo con la discordancia que María José denuncia en el texto de la OMS (de 2001, hace 19 años). También conque se enfatiza mucho como objetivo establecer "el diagnóstico".
      Sin embargo, debe considerarse el momento histórico y el auditorio a quién estuvo dedicado ese Informe Mundial. En ese entonces, en muchos lugares del mundo las cosas eran asi: PSICOSIS=ESQUIZOFRENIA=ENFERMEDAD ENDOGENA=IRRECUPERABLE, y el hecho de poner en tela de juicio la identrificación mecánica PSICOSIS=ESQUIZOFRENIA significó que muchas personas con TAB, tituladas como Esquizofrénicas pudieran "recuperar" el derecho a tener una vida.

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  11. La OMS nos pone sobre la mesa que pese a la indiscutible relevancia que tiene la salud mental, en muchas partes del mundo todavía no se le concede la misma importancia que a la salud física. Nuestro país no se escapa de esta realidad, y lamentablemente no solo sucede en el nivel más macro, es decir, respecto a las políticas gubernamentales en cuanto a la implementación de programas o a la asignación de recursos económicos, sino también a nivel micro, por parte de los mismos médicos que supuestamente están llamados a ayudar a promover, recuperar o mejorar el bienestar de los pacientes.
    Es sabido que muchos médicos de APS se niegan a realizar controles de salud mental, lo que sin duda se relaciona al estigma que existe hacia estos usuarios. Además, tanto en los CESFAM, como en los SAPU o en los servicios de urgencia se suele desestimar la importancia de los síntomas “físicos” de los pacientes de salud mental, siendo muchas veces calificados de “histeria”.
    Quisiera contar una triste historia al respeto: Cuando trabaja en APS, conocí a un paciente que había acudido a un médico de morbilidad por presentar disnea, frente a lo cual se le dijo que era una crisis de pánico, sin ahondar en su anamnesis, ni realizar un examen físico para descartar otras causas, y se le indicó que debía esperar a tener su hora con psicólogo. Mientras que el paciente estaba en (una larga) espera por su atención en salud mental, se descubrió que el origen de su dificultad respiratoria era un cáncer pulmonar que ya estaba avanzado. Me da una mezcla de pena y rabia pensar que probablemente si el médico se hubiera dado un mínimo de tiempo para escuchar y examinar al paciente (lo básico en una atención de morbilidad), en vez de estigmatizarlo por tener una patología de salud mental, se podría haber encontrado el cáncer en una etapa más temprana y posiblemente habría tenido un mejor pronóstico.

    Por otro lado, la OMS recalca que (tal como hemos conocido en otras lecturas) “uno de los mensajes fundamentales a los gobiernos es que los hospitales psiquiátricos, allí donde todavía existen, deben cerrarse y sustituirse por una atención comunitaria bien organizada y por camas de psiquiatría en hospitales generales”.
    Es innegable que ha habido muchos avances y que hay centros o servicios de salud mental que efectivamente están insertos en la comunidad, territorializados y que ven al paciente como un ser biopsicosocial.
    Sin embargo, esto no ocurre en muchos lugares de nuestro país. Por ejemplo, en la comuna de Viña del Mar no hay ningún COSAM. Asumo que se debe a que el Hospital Gustavo Fricke debiera absorber la necesidad de toda la población, pero este no replica el funcionamiento comunitario, ya que la atención no se encuentra organizada por territorios, sino que los equipos se dividen por patologías (adicciones, psicosis, trastornos de personalidad, etc), lo cual no permite concebir al paciente de forma integral (especialmente si consideramos que muchas veces existe comorbilidad entre estos trastornos). También está el caso del Hospital Psiquiátrico del Salvador, ubicado en Valparaíso, en cuyos grandes pabellones todavía podemos encontrar algunos pacientes que ya llevan años institucionalizados y que probablemente se quedarán ahí toda su vida.
    ¡Nos queda mucho por avanzar!

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    1. Kam gracias por compartir esa historia. En mi caso cuando llegué al CESFAM me tocó atender por morbilidad un paciente adulto con retraso mental con múltiples consultas por dolor de hombro, donde siempre la indicación era analgésicos y nada más, yo ya no recuerdo por qué exactamente (le debo haber encontrado algo en el examen físico) le pedí una rx de tórax y tenia una masa tumoral gigante. Ya la derivación fue otra cosa.

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    2. Camila:
      Ser Psiquiatra de orientación comunitaria nos obliga a no olvidar que somos médicos y que una atención de calidad para las personas implica verlas en su globalidad y en su contexto ( en forma"situada").
      Es conmovedoramente terrible el caso que comentas!!

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  12. La lectura de esta quincena nos llevó a conocer el marco existente a nivel mundial sobre la salud mental y los planes de acción formulados para contribuir a la protección de ella, así como disminuir la brecha existente entre los niveles de salud mental de países de altos, medios y bajos ingresos.

    Uno de los principales factores limitantes para lograr este acometido es lograr el involucramiento de los gobiernos y el ejercicio de un liderazgo que efectivamente ponga en marcha las acciones necesarias, como por ejemplo ser más consecuente en el presupuesto destinado a salud y específicamente a salud mental, considerando el alto impacto que su perturbación tiene en cuanto a las cargas que conlleva. Este desproporcionadamente bajo presupuesto se suma al hecho de que el mayor porcentaje de él se destina a los hospitales psiquiátricos, en vez de potenciar los dispositivos comunitarios, a pesar de lo contundente que es a evidencia respecto a su mayor costo-efectividad, es decir, hay un ineficaz manejo de los escasos recursos.

    En este sentido, la OMS ha procurado proporcionar directrices para la planificación sanitaria, lo cual se espera que se materialice en una actualización del Plan de Salud mental, que en el caso de nuestro país se realizó el 2017, sin embargo, esto aún no se ha traducido en una Ley de salud mental, cuya regulación finalmente se encuentra dispersa en varias normas. Esto demuestra que la salud mental sigue sin ser considerada una prioridad en nuestro país.

    Si bien se han logrado avances, como por ejemplo que el enfoque comunitario sea actualmente el que rige el plan nacional de salud mental, sin embargo, me parece que los principios dictados por este modelo en algunas ocasiones sólo se quedan en el papel, es como una declaración de buenas intenciones, pero que no se logra implementar realmente, de partida porque no hay una legislación que lo asegure, por otro lado también podría atribuirse a una falta de compromiso, ya sea porque no existe una concientización al respecto o porque los trabajadores de la salud se ven sobrepasados por exigencias como cumplimiento de metas y rendimientos acotados. Cualquiera que sea la razón, resulta evidente que es necesario seguir trabajando para avanzar en los distintos niveles que influyen en la consecución de una mejor salud mental para nuestra población.

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    1. Mejorando la Atención Pública de Salud Mental en Chile: Hacia una Ley de Salud Mental - World Federation for Mental Health
      https://wfmh.global/mejorando-la-atencion-publica-de-salud-mental-en-chile-hacia-una-ley-de-salud-mental/

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  13. El Plan de Salud Mental de la OMS es de cierta forma una síntesis de los temas revisados a lo largo del año, como el estigma, prevención primaria, secundaria y terciaria, la ayuda de la comunidad en la prevención/tratamiento/rehabilitación de las personas con patologías de salud mental, entre otras, todo esto siempre enfocándose desde la mirada comunitaria, donde como regla número uno nos invita a la desinstitucionalización (no des-hospitalización).
    Siento que muchos de los planes con meta a cumplirse al 2020 son palabras al viento, sin negar que Chile dentro de todo cuenta con un buen programa de Salud Mental, por ejemplo el enfoque transversal de Cobertura de Salud Universal, donde cito textual “ Independientemente de la edad, sexo, situación socioeconómica, raza, etnia u orientación sexual, y de acuerdo con el principio de equidad, las personas con trastornos mentales deberán poder acceder, sin riesgo de empobrecimiento, a servicios de salud y sociales esenciales que les permitan recuperarse y gozar del grado máximo de salud que se pueda lograr”, a mi me parece que eso no es ni remotamente cercano a la realidad nacional, donde tratarse una patología de salud mental cuesta carísimo, y si bien te podrías tratar en el sistema público (principio de equidad) la accesibilidad no es la misma y aunque duela la calidad muchas veces tampoco (medicamentos, frecuencia de controles, acceso a especialistas, etc).
    En relación al punto 06 del plan de SM señala como punto relevante el caso de los niños, haciendo hincapié en los aspectos del desarrollo, la capacidad para gestionar los pensamientos y las emociones, así como para crear relaciones sociales. Hay teorías que plantean que las estructuras de personalidad se forman ya en la infancia (y así muchas patologías que se expresan en la adultez tienen su nicho en la infancia) donde principalmente aprendemos a regular pensamientos y emociones; si los niños crecen en ambientes invalidantes con adultos invalidantes es prácticamente imposible que tengamos un adulto que pueda regular sus emociones, ejemplo específico, madre con TDPL que cría hijos que no logran establecer un vínculo seguro ni logran obtener herramientas (ejemplos) de cómo regular sus emociones. Por otro lado un niño que crece en un ambiente hostil rodeado de violencia directa o indirecta probablemente repetirá patrones; entonces tenemos patología de salud mental del adulto, donde la probabilidad de que consulte es baja, la de que adhiera a tratamiento más baja, y la de poder llegar a esos niños casi inexistente, con lo que perpetuamos el círculo. No está de más señalar que el acceso a psiquiatras infantiles es mucho más limitado que el de adultos (claro ejemplo en esta clase) lo que limita aún más el tratamiento oportuno y de calidad.
    Es sabido que las patologías de salud mental pueden tener algún componente genético habitualmente, si no siempre, gatillado por el ambiente adverso, de ahí la importancia de considerar la salud como bienestar físico, mental y social (al último lamentable no se da la importancia que merece).
    Por último señalar que la salud mental si o si debe ir de la mano de la política, la cual es la invitada principal a introducir estos cambios en la realidad país mediante políticas públicas, donde en algún momento (espero) primen los reales intereses de las personas por sobre los políticos (que se enriquecen a costa de la enfermedad y del sufrimiento) y se empiece a valorar de verdad una salud social digna, no sólo en el papel sino en la práctica.

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    1. Estoy de acuerdo contigo Tefy con que las metas del plan de acción de la OMS son bastante ilusos. Si bien, en el documento la organización se hace consciente de los factores que entran en juego en la alteración de la salud mental, creo que a la hora de implementar programas, esto no se tiene en cuenta, ya que implica una cirugía mayor, disminuyendo la pobreza, mejorando el acceso a la vivienda y la salud, entre otros factores fuera de las determinantes genéticas o biopsicológicas propias. Podemos tener un cargamento de medicamentos, pero si no vamos al meollo del asunto, difícilmente generaremos mayores cambios.

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    2. Una gran pregunta de fondo es si en un sistema sociopolítico de orientación neoliberal es posible enfoque transversal de Cobertura de Salud Universal, en el que “Independientemente de la edad, sexo, situación socioeconómica, raza, etnia u orientación sexual, y de acuerdo con el principio de equidad, las personas con trastornos mentales deberán poder acceder, sin riesgo de empobrecimiento, a servicios de salud y sociales esenciales que les permitan recuperarse y gozar del grado máximo de salud que se pueda lograr”

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  14. Como han mencionado varios de mis compañeros, estas lecturas vendrían siendo una síntesis de lo que hemos visto en las lecturas durante este curso. La OMS en su Plan de Salud Mental 2013 - 2020 le ha conferido especial importancia a trabajar en salud mental con un enfoque comunitario, con servicios ambulatorios y la integración de las camas psiquiátricas a los Hospitales generales, con especial consideración de los derechos humanos de los usuarios.

    En este comentario me gustaría concentrarme en la meta 3.2 de este plan de acción de la OMS, el cual se propone reducir en un 10% la tasa de suicidio en el mundo para el año 2020. En cuanto al suicidio, podemos decir que el suicidio es el resultado de un estado alterado de la salud mental que no se logró intervenir oportunamente pese a los recursos que como sociedad tenemos para combatirlos. Sin embargo, el suicidio va más allá de no diagnosticar una patología de salud mental a su tiempo. En el suicidio, así como también en la salud mental, entran en juego múltiples factores tanto biológicos como psicológicos y sociales, entre ellos, la falta de redes de apoyo efectivas, el aislamiento, la discriminación, entre otros. Podemos decir que el suicidio, entonces, es el resultado de no poder llegar como sociedad a intervenir en el caso.

    Con respecto a reducir en un 10% la tasa de suicidios, en el mundo, el suicidio es un fenómeno que va cada vez en aumento por muchos factores, por lo que me parece una meta ambiciosa. En Chile, según el reporte del SML, la cantidad de suicidios se ha mantenido relativamente estable entre el 2013 al 2017 (1758 casos en 2013; 1652 en 2017; con variaciones entre 1800 y 1400 casos entre esos años). La pregunta es ¿Qué hemos hecho como sociedad chilena ante este problema?

    Se han implementado programas enfocados al suicidio, como el Programa Nacional de prevención suicida el año 2013, lo cual es un intento de las autoridades de la época por realizar un trabajo intersectorial y movilizar a la comunidad en pos de prevenir el suicidio mediante la detección activa. El Plan propone intervenciones intersectoriales, trabajo en educación, en salud y el rol de los medios de comunicación frente a la información de casos de suicidio (recordar el efecto Werther o la ballena azul, con aumento de las conductas suicidas).

    Sin embargo, pese al desarrollo de este programa, los índices no han variado lo suficiente ¿Qué nos hace falta? Una intervención más allá de los establecimientos educacionales, laborales y de salud, además de movilizar a la prensa a tomar un rol más activo y realizar campañas informativas frente al problema. Además, focalizarse por rangos etarios u otras características (hombres divorciados) puede servir para identificar más dirigidamente factores que pueden entrar en juego. En el caso de los hombres entre 40-60 años divorciados, la falta de redes sociales y el aislamiento pueden ser determinantes en el desarrollo de ideas suicidas. Trabajar en centros comunitarios, donde ellos puedan reunirse en grupos puede ser una medidas interesante que puede incidir en estos factores.

    En resumen, el suicidio es el resultado de muchos factores que juegan en contra de la salud mental de las personas, y que el plan de acción intenta combatir activamente, aunque, personalmente, creo que falta una mayor reflexión y nuevas acciones frente al tema, ya que no hemos logrado una reducción significativa en las tasas de suicidio.

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    1. Bibliografía adicional:

      1) http://www.sml.gob.cl/dctos/genero/INVESTIGACION_SUICIDIO%20EN%20CHILE%202000-2010__ACTUALIZACION_version%20final%20.pdf

      2) https://www.minsal.cl/sites/default/files/Programa_Nacional_Prevencion.pdf

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    2. Guille creo que también de cierta forma se romantiza el suicidio, como el fenómeno que se dio con le serie 13 reasons why.

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    3. Muy de acuerdo contigo Tefy, de hecho, es impactante la cantidad de personas que me ha dicho "no soy valiente y no puedo suicidarme", casi como un acto altruista. Ahí también uno se da cuenta que hay que intervenir mucho más profundamente en el tema.

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    4. Estoy totalmente de acuerdo con ustedes, creo particularmente que la serie que menciona Estefania y el comentario de Guille nos muestran dos visiones completamente distintas de lo que esta sucediendo en la actualidad, por el lado "Por 13 razones" creo que el suicidio se muestra como un fenómeno efectivamente romántico y más allá de eso, se concentra en una serie de sucesos que potencialmente pudieran haber generado esto, pero también me deja mucho que reflexionar la poca atención dirigida al resto de los involucrados en la serie, sin mencionar el impacto que tuvo está en los espectadores adolescentes en su época.
      Por otra parte sobre el comentario de Guille, creo que el suicidio va mas allá de la presencia o ausencia de enfermedad mental, conocemos ampliamente una serie de factores, biopsicosociales que influyen en este fatal desenlace y es a los factores psicosociales a los que creo que hace falta dedicarles mayor importancia, especialmente al final de la vida, cuando hice mi pasada por Enlace pude ver intentos de suicidio en adultos mayores hasta de 80 años y más, donde la incertidumbre, la falta de redes de apoyo y una vida precaria determinaban significativamente la toma de esta decisión.

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    5. Les dejo un Conversatorio reciente: EL SUICIDIO EN EL CRUCE DE LAS LETRAS en el cual participé como expositor. Una visión multidisciplinar del tema, con expositores del mundo de la humanidades y las ciencias sociales

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    6. EL SUICIDIO EN EL CRUCE DE LAS LETRAS
      https://drive.google.com/file/d/1FZR80JWqoQc2aSIE5ot33wS13fuot3yI/view

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  15. Anastassia Gallardo31 de octubre de 2020, 20:21

    El entender a la enfermedad mental como un producto de interacción entre factores biológicos, psicológicos y sociales, nos llevo a los médicos a entender que las enfermedades no solamente se producen por un gen heredado o una alteración en el desarrollo embrionarios sino que también factores como el entorno social del individuo, su contexto social y sobretodo la familia son determinantes claros.
    Como nos enseñó el modelo estrés-vulnerabilidad-afrontamiento , el entorno social familiar se vuelve importante desde la infancia, si supiéramos lo importante que son los primeros años de vida de un individuo haríamos todo lo posible para evitar eventos adversos en su infancia como son el maltrato , el abuso , la exigencia , que una vez no tratados en la infancia se gatillan en la adultez creando una disfunción en la funcionalidad del sujeto .
    El entorno familiar es clave ya sea para el pronóstico de la enfermedad como el tratamiento, y el modelo comunitario realza la importancia de la familia inserta en una comunidad entregando la responsabilidad del cuidado y del bienestar del paciente.
    De acuerdo al texto “la rehabilitación psicosocial para las personas esquizofrénicas abarca diversas medidas, que van desde mejorar la competencia social y crear redes de apoyo social hasta el apoyo familiar” , esta frase la vivimos diariamente en la práctica , cuando nuestros pacientes con diagnóstico de esquizofrenia que viven en una familia disfuncional con poco apoyo de redes sociales son aquellos que más se descompensan , que son menos adherentes a tratamiento , y más abuso de sustancias tienen.
    Debemos entender que las enfermedades mentales en su mayoría son crónicas, pero eso no significa que no se aprenda a vivir con ellas , pues no deben ser un impedimento para vivir, una vez que la sociedad entienda eso dejando de estigmatizar a nuestros pacientes e integrándolos tendremos grandes avances, pero aun así quedan varios gatillantes que deben ser tratados como es la pobreza , la desigualdad social , el estigma de la salud mental en hombre, la violencia .
    El texto define a la pobreza:” como la insuficiencia de medios, lo que comprende la falta de recursos sociales y educativos” y es que, si bien esta conlleva a tener una vida más sacrificada, la falta de recursos en el ámbito de salud la dificulta aún más, debiendo esperar largas listas de espera para ser atendidos, con dificultad en la compra de fármacos y la imposibilidad de acceder a consultas privadas por la falta de ingresos.
    Sobre el uso de los medios de comunicación y su avance en el último tiempo, el texto recalca “Las imágenes que aparecen en los medios de comunicación influyen en los niveles de violencia” sobre esta frase me hace recordar acerca de cómo han tratado temas como la violencia sexual , un caso importante en el país a sido como los medios de televisión trataron el caso de Antonia Barra , pues se hizo un informe especial por TVN que en vez de mostrar el efecto en la salud mental que tiene una violación sexual incitando al suicido , se centró en vez en desestimar el caso, si se hubiera aprovechado por ejemplo la ocasión para educar a la población pidiéndole a algún especialista en salud mental quizás estos programas contribuirían a la comunidad. Pensar que los medios de comunicación tienen todas las herramientas para ayudarnos a prevenir y promover la importancia de salud mental pero al contrario se han transformado en un enemigo la mayor parte de las veces.

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    1. El cambio de paradigma de la segunda mitad del siglo XX en la atención de salud mental, en gran medida debido a la psicofarmacología, el desarrollo de nuevas formas de intervención psicosocial, el movimiento en pro de los derechos humanos como fenómeno internacional y los cambios en la definición de salud de la recién fundada OMS (1948) donde se incorporaron rotundamente componentes sociales y mentales; da inicio a un movimiento tan fuerte e importante a nivel mundial, que hoy visualizamos en camino a llegar a convertirse en una de las grandes prioridades cuando hablamos de salud.

      La revisión de estos textos me ha parecido muy integradora de todo el trabajo que hemos venido realizando en este curso, si bien muchos los temas que se abordan van resultando mucho más familiares, lo que se plantea en términos generales en estos textos está a un nivel mucho más macro y sus objetivos son mucho más ambiciosos. ¿Bajo qué lineamientos vamos a trabajar para contribuir a mejorar la salud mental del mundo? Resulta interesante comparar el estado de la salud mental hace un siglo atrás donde recién comenzaban a darse los primeros pasos para el comienzo de una larga y compleja historia de trabajo por las personas con enfermedades mentales, y analizar las metas mundiales del plan de acción integral de salud mental 2013-2020 que nos muestra una forma de trabajo que refleja todos los avances y estudios que se han realizado para proponer la mejor forma de orientar a los distintos países en el avance de las estrategias de trabajo en salud mental de sus habitantes.

      Concuerdo completamente con la idea de que en la mayor parte del mundo no se concede a la salud mental y a sus trastornos la misma importancia que a la salud física y con el hecho de que distinguir entre salud mental y salud física finalmente es algo ficticio que ha sido inventado como todas las cosas. Ademas, me sorprende un poco ver como las expectativas de avances en el conocimiento del funcionamiento de nuestra mente en el año 2001 planteaban grandes futuros resultados respecto a llegar a conocer en profundidad la complejidad de la estructura y funcionamiento de nuestro cerebro, pero veinte años mas tarde al leerlo da la impresión de que se hubiese escrito recientemente y que ese desafío continua igual de complejo.

      Me llamó la atención una encuesta realizada en varios países que se menciona en el documente de mhGAP, que mostró que el 35%-50% de los casos graves en los países desarrollados y el 76-85% en los países poco desarrollados no habían recibido tratamiento alguno en los 12 meses anteriores a la encuesta. Estos números, además de alarmantes, a mi parecer hablan de que la brecha y el acceso a la atención no solo depende de tener un buen sistema de salud. Un país desarrollado que ofrece las mejores condiciones de atención aún puede quedar sin poder cubrir a un porcentaje importante de las personas con enfermedades mentales graves y este punto nos revela lo insuficiente que pueden llegar a ser la cobertura en nuestra realidad. El programa mundial de la OMS nos propone a partir de estos antecedentes para una estrategia coherente a fin de intentar reducir las brechas entre lo que se necesita urgentemente y aquello de lo que se dispone para disminuir la carga de los trastornos mentales. El trabajo por delante es extenso y complejo, pero mientras no perdamos de vista las necesidades y carencias de las personas con trastornos mentales y nuestro trabajo se mantenga en esa linea, continuaremos avanzando lentamente en esta misión.

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    2. "Un país desarrollado que ofrece las mejores condiciones de atención aún puede quedar sin poder cubrir a un porcentaje importante de las personas con enfermedades mentales graves y este punto nos revela lo insuficiente que pueden llegar a ser la cobertura en nuestra realidad".
      El tema de la cobertura no es sólo de la cantidad de recursos, sino de como estos se organizan, si hay o no una atención primaria sólida con impacto en promoción y prevención, si hay trabajo intersectorial y si la comunidad es parte realmente de la toma de decisiones , la implementación y el funcionamiento. Es decir, cual es el modelo de atención que funciona en la práctica.

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  16. Al finalizar la lectura de los textos analizados en esta oportunidad, me queda una amarga sensación compartida con algunos compañeros, en primer lugar, debido a cómo se refieren a nuestros pacientes, en este simple y básico hecho los textos parten ya estigmatizando a nuestros usuarios, lo que claramente es ominoso si se intenta dar un mensaje inclusivo.
    En segundo lugar, me llama la atención que el “Plan de Acción sobre Salud Mental 2013-2020”que, si bien logra incluir lo que a mi juicio es pertinente a la hora de dar ese vuelco tan necesario en términos de políticas públicas-sanitarias, no haya dado los frutos que se esperaban, en especial en el punto que hace referencia a la “emancipación de las personas con trastornos mentales y discapacidades psicosociales” que sintetiza los 6 principios básicos contemplados en este proyecto; se justifican a priori al indicar “(…) dado que las metas son de aplicación voluntaria y mundiales, no se prevé que cada Estado Miembro alcance necesariamente todas las metas específicas, pero sí puede contribuir en grado variable a su consecución conjunto”. Esto último deja mucho que desear si se contrarresta con lo que previamente se había preconizado el 2008 en el “Programa de acción para superar las brechas en salud mental” que lograba transmitir un mensaje mucho más tajante y universal: “uno de los mensajes fundamentales a los gobiernos es que los hospitales psiquiátricos, allí donde todavía existen, deben cerrarse y sustituirse por una atención comunitaria bien organizada y por camas de psiquiatría en hospitales generales. Los días en los que se internaba a las personas con trastornos mentales o del comportamiento en lúgubres instituciones psiquiátricas de aspecto carcelario deben terminar”. Comparto esta idea, potenciar y empoderar a la salud comunitaria, muchas veces hemos mencionado lo favorable que resultaría si así fuera, sin embargo, siento que al plan de acción propuesto por la OMS le falta ese real compromiso tanto con el usuario, como con las exigencias hacia los gobiernos, no puede ser opción el acto de adoptar los planes aquí propuestos, no puede ser opción dar relevancia a salud mental, debiera ser una exigencia básica.
    Dado lo anterior, resulta simple comprender la desproporcionada relación existente entre ese 12% de carga morbilidad de trastornos mentales y del comportamiento y el 1% del gasto total en salud que representa. Claramente si fuera una obligación cumplir con metas en cuanto a patologías de salud mental se facilitaría ese primer paso de “humanizar” a nuestros pacientes.

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  17. La lectura de esta quincena sobre sugerencias de la OMS, nos deja en claro que sabemos mucho más del origen multifactorial de las patologías mentales y por ende tendríamos más herramientas para abordarlas. Además nos invita a no olvidar los derechos humanos que por mucho tiempo fueron obviados. También plasma el círculo vicioso que representan la pobreza, los trastornos mentales y conductuales y las repercusiones económicas que a su vez conllevan, convirtiéndose en un bucle que no acaba. Creo que aquí es donde radica la importancia de los servicios sociales y políticas públicas que promuevan la búsqueda de equidad de género y acceso a salud, educación, trabajo y salarios dignos entre otras así como continuar la lucha contra la discriminación y el estigma.

    Se aborda y apoya el cambio de paradigma, enfatizando la necesidad de desinstitucionalización hacia el enfoque de la salud mental comunitaria con actividades de promoción, prevención primaria, secundaria y rehabilitación como medidas más costo-efectivas a largo plazo. Además incita a convertir la salud mental en un objetivo ciudadano y no solo de los “profesionales”, empoderando al usuario, familia y comunidad quienes “pasan de la preocupación pasiva al cuidado activo”.

    También hace referencia a la importancia de la atención primaria, ya que esta constituye la puerta de entrada al sistema de salud así como muchas veces los responsables de la continuidad de la asistencia. Reafirma la importancia de todos los dispositivos comunitarios para el trabajo en equipo que ya hemos venido estudiando, recomendando el uso de los medios de comunicación, las escuelas y las familias como agentes del cambio. Inclusive considera la participación de curanderos tradicionales para derivación de pacientes, capaces de tratar trastornos psicosociales y de desalentar prácticas nocivas.

    La OMS nos entregs un Plan de Acción sobre Salud Mental 2013-2020 con cuatro objetivos: 1) reforzar un liderazgo y una gobernanza eficaces; 2) proporcionar en el ámbito comunitario servicios de asistencia social y de salud mental completos, integrados y con capacidad de respuesta; 3) poner en práctica estrategias de promoción y prevención y 4) fortalecer los sistemas de información, los datos científicos y las investigaciones. Además se basa en seis principios y enfoques transversales: 1) Cobertura sanitaria universal; 2) Derechos humanos; 3) Práctica basada en evidencias; 4) Enfoque que abarque la totalidad del ciclo vital; 5) Enfoque multisectorial y 6) Emancipación de las personas con trastornos mentales y discapacidades psicosociales.
    También procura proporcionar a los planificadores sanitarios y a los que diseñan políticas un conjunto de actividades y programas coherentes para aumentar y mejorar la atención de los trastornos mentales, neurológicos y por abuso de sustancias mediante el Programa de Acción para Superar las Brechas en Salud Mental (mhGAP), ya que constituyen el 14% de la carga mundial de morbilidad, medida en años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD). Entrega un marco de intervenciones del cual pienso que el compromiso político, la formulación de una infraestructura legislativa (que dicho sea de paso aún no tenemos bien desarrollada en Chile) y el fortalecimiento de los recursos humanos son los más importantes.

    En conclusión, estas lecturas constituyen un respaldo más de que la ruta correcta es la Psiquiatría y Salud Mental Comunitaria, la cual ya venimos transitando haciendo camino al andar.

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  18. Durante nuestra participación en este curso en las discusiones y en los temas revisados hasta la fecha hemos visto como, se ha hecho un intento por ofrecer un trato digno a los enfermos mentales y luchar contra la institucionalización pasando de un modelo de atención que había llegado a ser represivo y regresivo, a una asistencia comunitaria más abierta y flexible. Este proceso no ha sido fácil y la lucha contra el estigma continua aún, vemos como la asignación de recursos económicos a la salud mental es escasa, en algunos lugares continua el aislamiento geográfico y profesional de las instituciones y su personal, los deficientes sistemas de notificación y contabilidad, la mala gestión, la falta de formación del personal y la insuficiencia de los procedimientos de inspección y de control de la calidad, esto se incrementa en situaciones como la que estamos viviendo actualmente por la pandemia donde la atención en salud mental pierde relevancia ante los ojos de muchas instituciones, desconociendo el grave impacto que puede tener esta situación en el desarrollo biopsicosocial del individuo y por consiguiente su impacto en la salud mental.
    Considero oportuno que en esta ocasión nos toque revisar El Programa de Acción para Superar las Brechas en Salud Mental (mhGAP) del 2008, ya que es un buen momento para recordar sus objetivos y evaluar de que forma se puede promover un trabajo más dirigido a la salud mental, evitando y trabajando en pro del efecto de lo que coloquialmente se ha llamado “La cuarta ola de la pandemia”. Recordemos que el mhGAP presenta argumentos a favor del mejoramiento del compromiso político de los gobiernos, las organizaciones internacionales y otras partes interesadas e identifica estrategias para aumentar la cobertura de las intervenciones claves en afecciones prioritarias en entornos con recursos limitados. También nos recuerda que los proveedores de atención de la salud debemos ser guiados por las buenas prácticas clínicas en nuestras interacciones con todas las personas que buscan atención. Debemos respetar la privacidad de las personas que buscan atención para trastornos mentales, neurológicos o por uso de sustancias; debemos establecer y fomentar una buena relación con ellos y con sus cuidadores, y responder en una manera IMPARCIAL, de apoyo y no estigmatizadora a aquellas personas que necesitan esta atención. Recordemos sus 6 acciones claves: 1. Comunicación con las personas que buscan atención de la salud y con sus cuidadores; 2. Evaluación; 3. Tratamiento y monitoreo; 4. Movilización e incentivación del apoyo social; 5. Protección de los derechos humanos; 6. Atención al bienestar general. Todas acciones fundamentales dentro de la practica clínica, pero en este punto me gustaría reflexionar sobre la segunda EVALUACIÓN ya que considero que de esta dependen todas las demás acciones y en estos tiempos de pandemia, la evaluación se ha limitado en algunos casos a un check list de síntomas físicos y hemos visto como se dejan de lado otros aspectos relevantes como la evaluación para detectar problemas psicosociales, observando los problemas en las relaciones sociales actuales y pasadas, las condiciones de vida y circunstancias financieras, y cualquier otro acontecimiento estresante en curso.

    Continua..

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    1. He visto con dolor, como diferentes situaciones se han limitado los esfuerzos terapéuticos y se ha informado de forma muy superficial a las familias (cuando se hace), también como se dejan de lado los aspectos psicológicos del paciente médicamente enfermo, vulnerando aspectos tan básicos como su derecho a recibir información para disminuir la incertidumbre, la privacidad y la intimidad.
      Finalmente, me quedo con la idea de que se han visto cambios y resultados prometedores del Programa de Acción para Superar las Brechas en Salud Mental, pero hace falta aún y en estos tiempos es momento de evaluar si lo que se planteó hace 12 años hoy se esta realizando con el fin de buscar medidas para intervenir de forma oportuna y evitar que esta pandemia tenga un menor impacto en nuestra población.

      Referencias:
      - https://www.infobae.com/salud/2020/08/01/que-es-la-cuarta-ola-de-la-pandemia-que-tiene-a-los-medicos-en-el-centro-de-escena/
      - Programa de Acción para Superar las Brechas en Salud Mental: Mejora y ampliación de la
      atención de los trastornos mentales, neurológicos y por abuso de sustancias
      - Programa de Acción para Superar las Brechas en Salud Mental: Mejora y ampliación de la
      atención de los trastornos mentales, neurológicos y por abuso de sustancias

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    2. La salud mental como concepto siempre ha sufrido varias transformaciones a través de la historia en busca de subsanar las patologías o trastornos mentales, la mirada que se han logrado siempre ha sido en beneficio de la prevención de dichos trastornos o patologías que aquejan a nuestros pacientes en el ámbito mental, los factores que más influyen para que estos trastornos tomen fuerza a lo largo de la vida de un individuo son los biológicos, psicológicos y sociales.
      Estos tres factores enmarcan un impacto desde cualquier punto hacia el desarrollo de patologías de salud mental, sin dejar atrás la susceptibilidad de cada persona para dichos trastornos.
      La mirada de una salud mental con enfoque comunitario abre un camino para muchos pacientes que se ven atados hacia enfermedades que no pueden curar por recursos o por simplemente no tener un apoyo cercano en su proceso, de las cosas que más me ha llamado la atención en cuanto a este ramo es la importancia del estigma de los pacientes de salud mental , a lo largo de las lecturas siempre ha tenido un importante rol al momento de tratar o prevenir trastornos de la esfera de salud mental, desde mi perspectiva nunca mire con gran afán este factor ya que desde mi trabajo en Aps no se sentía el impacto del estigma o no lo visualice en su momento .
      Con lo anterior y revisando varios textos puedo concluir que el estigma es un factor relevante para los pacientes de salud mental, y el cual yo debo como futuro psiquiatra trabajar en pro de los pacientes iniciando o reforzando una sensibilización desde los funcionarios hasta la comunidad.
      Los paradigmas en atención comunitaria son pilares que pueden ayudar con el enfoque preventivo y la mirada amable hacia los pacientes de salud mental, evitando el estigma , el respeto a los derechos de dichos pacientes es fundamental para un buen diagnóstico, tratamiento y rehabilitación, todo en un marco colaborativo de los profesionales y la comunidad , buscando las mejores intervenciones y técnicas tanto psicológicas como farmacológicas, fortaleciendo aun mas la idea de no institucionalizar a los pacientes de salud mental.
      Desde que se realizo el proceso, ya hace varios años de desinstitucionalización de pacientes, uno de los factores más relevante, es la promoción de la salud en la comunidad, con enfoque a disminuir el estigma y a fortalecer los lazos de los pacientes y su inclusión a la vida cotidiana de una comunidad, trabajo que hasta ahora no es fácil por la falta de recursos y el compromiso de algunos profesionales y no profesionales , con esto no quiero decir que no se pueda lograr pero que desde otra mirada se debe trabajar con un enfoque más multidisciplinario involucrando diferentes estamentos y diferentes actores comunales en pro de realizar una convocatoria multidimensional.
      Como conclusión, creo que el camino de la salud publica va en pro de varios beneficios para los pacientes, pero que aún falta más entes participativos que estén en contra del estigma y que favorezcan la vida saludable tanto mental como física.
      Edison

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  19. En relación a Salud Mental y OMS.
    La perspectiva propuesta por la OMS me parece muy acorde con la evolución histórica que hemos visto de la psiquiatría y salud mental, en donde existe una concientización progresiva respecto a la figura de persona, sujeto a derechos, del “alienado”.
    Yo creo que para entender esta evolución es relevante ver el contexto más allá de lo psiquiátrico, en la antigüedad la esperanza de vida era considerablemente menor, las preocupaciones principales de las personas eran sobrevivir el día a día y no obtener ninguna infección, ya que, eso implicaba enfermedades sin solución, combinado con el escaso desarrollo tecnológico y limitación de los medios de producción que no podían satisfacer las necesidades básicas de la mayoría.
    En la actualidad las personas ya no están preocupadas de sobrevivir, en su gran mayoría, principalmente por la notable disminución de la pobre extrema durante los últimos siglos. La preocupación se mueve hacia la calidad de vida, intentar vivir y disfrutar el día a día y lo que uno realiza. En ese sentido creo que, en muchas partes del mundo, existen las condiciones para pasar a una etapa en la cual la calidad de vida sea el foco de las políticas públicas, y así poder cumplir con la definición de salud propuesta por la OMS.
    Por otro lado, en los últimos años se ha visto mejoras progresivas en las terapias para pacientes afectados por enfermedades graves en la esfera de salud mental, los cuales logran, a veces, reincorporase en gran medida a su vida cotidiana. Este cambio de paradigma desde “enfermedades crónicas incurable e inmanejables” a “enfermedades tratables y manejables” me parece fundamental socializar, ya que, el estigma implica un velo que cubre la visión de las sociedades en relación a las enfermedades mentales.
    Creo que eso ha pasado poco a poco, ya que, antiguamente un plan de salud mental organizado a nivel mundial era impensable, actualmente existe un consenso en relación a algunos objetivos centrales por lograr, las formas de lograrlo creo que aún se encuentran en discusión, sin embargo, tanto las sociedades como gobiernos han cambiado su discurso en relación a la salud mental, con las respectivas asignaciones recursos económicos, estructurales y humanos para ayudar a nuestros pacientes.
    Por último, creo que esta en nosotros ser agentes de cambio en este tema, principalmente socializarlo, hablarlo, discutirlo y difundir algunas ideas principales: La salud mental es tan importante como la salud física, existen tratamientos efectivos para la gran mayoría de “trastornos mentales”, está en nosotros – como sociedad- modificar los determinantes de salud.
    Y bueno, además nuestra laboral de exigir a los gobernantes una buena utilización de los recursos públicos es fundamental para lograr tener un sistema universal, sustentable y eficiente que sea un pilar para lograr ayudar a quien lo necesita.

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  20. En relación a las orientaciones entregadas por la OMS para el trabajo en salud mental, con una perspectiva de salud publica, queda claro que existe un enfoque muy bien perfilado a la modificacion de los sistemas de atencion hacia el fortalecimiento de dispositivos de atencion ambulatoria, insertos en la comunidad, enfocados en el trabajo de promocion y prevencion de salud mental, así como a la continua contribucion a que las personas con enfermedades y trastornos mentales puedan re-incorporarse a la comunidad de manera plena.

    Al leer estas propuestas no puede uno evitar el hacer un paralelo de lo que han sido las politicas de salud mental en el Chile de la ultima decada. En esto pienso al repasar el Plan Nacional de Salud Mental 2017-2025, que visiblemente incorpora varias de las directrices mencionadas en el Plan de Salud Mental 2013-2020 de la OMS, especialmente en lo que refiere al enfoque de derechos y la atencion inserta en la comunidad. Sin embargo, al mismo tiempo tengo la conviccion de que tambien existe un profundo silencio, desde el punto de vista legislativo a la opinion publica, respecto a la salud mental. En los ultimos 5 años no han existido campañas relevantes desde el MINSAL, ni tampoco se ha logrado instalar el tema en la agenda del congreso. Hace no más de 2 semanas era noticia que una vez más el presupuesto de salud mental para 2021 no superaria el 2% del total de presupuesto de salud, siendo que las directrices de la OMS invitan a adicionar lo suficiente para al menos llegar a un 5%. Si bien existen legisladores poniendo el tema sobre la mesa, la salud mental hace mas ruido por sus cifras alarmantes que por la autentica intencion de tomar acuerdos para acrecentar sus recursos.

    Este año el gobierno le hizo un guiño a la materia al implementar el dispositivo "Saludablemente", una iniciativa que va en la direccion correcta atendiendo a los estragos producidos por la pandemia actual, pero que obviamente requiere un analisis en profundidad de su modalidad de trabajo, sus cifras y su verdadero impacto al final de este año. Seria interesante tambien la perpetuacion de este tipo de recursos, teniendo en cuenta que como plataforma digital se ajusta a los medios que las nuevas generaciones buscan de forma predominante.

    Ahora bien, mas alla de esto, seguimos viendo que existen realidades profundamente discímiles a lo largo de Chile en terminos del nivel de implementacion del modelo comunitario. En parte por disponibilidad de recursos, en parte por la adherencia de los lideres de cada servicio de salud mental a adoptarlo o no. Por otro lado, observamos que los principales dispositivos especializados en la atencion de salud mental, los COSAM, viven profundas carencias en recursos, lo que se ve reflejado en la larga espera para horas de atencion, falta de stock de medicamentos para asegurar la continuidad del tratamiento farmacologico y escasa posibilidad de hacer trabajo de extension, de vinculacion con las otras redes territoriales y consultorias de salud mental.

    Destaco estos hechos porque es en estas acciones ( o inacciones) concretas en que se lee la real voluntad de los "Estados Miembros" de poner la salud mental en el lugar que amerita ocupar de acuerdo a su impacto en la salud general. La incapacidad de otorgar una atencion oportuna, la evaluacion tardia de cuadros graves, la falta de actividades educativas en sensibilizacion y desestigmatizacion en salud mental, la nula movilizacion de recursos a cambiar esta situacion, son los factores que perpetuan la condicion precaria de la salud mental en nuestro pais. Y esto desde luego contraviene los principios presentados en los textos: la cobertura de salud universal, el enfoque de derechos humanos, la posibilidad de multisectorial y la emancipacion de las personas que sufren trastornos y enfermedades de salud mental.

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  21. El círculo vicioso de la pobreza y los trastornos mentales es un tema muy importante que se destaca en el informe mundial de salud, porque suele ser poco considerado. La gente con escasos recursos suele sufrir más factores de riesgo para trastornos de salud mental. Viven con problemas económicos, hacinamiento, escasa educación en salud y estilos de vida saludable, tienen mayor riesgo de consumir drogas y alcohol a corta edad, muchas veces deben trabajar antes y verse expuestos a situaciones y estrés de adultos antes de tiempo. La educación sexual no es buena, por lo que muchas veces las niñas presentan embarazo adolescente y/o infecciones de transmisión sexual. Viendo con esto dificultadas sus posibilidades de educación y aumentando la pobreza en sus familias. El entorno tampoco favorece mucho, ya que las comunas más vulnerables suelen tener escasas áreas verdes, pocas actividades recreativas que ayuden a mejorar la integración de la gente en sociedad. Comunas pobres ofrecen peores recursos que comunas de altos ingresos, la desigualdad solo se perpetúa. La gente con menos recursos sufre más enfermedades de salud mental, y el estado invierte mucho menos de lo ideal del presupuesto de salud en salud mental. Por lo que pacientes tienen menos posibilidades de atención oportuna, de terapia de calidad, con horas de duración y frecuencia inadecuadas. Siendo de las enfermedades con más rechazos de licencias médicas, alto estigma social y que afectan mucho la funcionalidad del individuo. Ante tratamientos insuficientes, estos pacientes tienen alto riesgo de recaídas o tratamiento subóptimo. Con ello arriesgándose a perder sus trabajos y perpetuar pobreza.

    Me parece muy importante además, que se resalte a situación de mayor riesgo que tienen las mujeres. Siendo quienes culturalmente deben hacerse cargo de la casa, del cuidado y crianza de los hijos. Actualmente muchas mujeres además de tener trabajos convencionales, al llegar a casa se ven obligadas a cumplir estas labores adjudicadas por el patriarcado. Con sueldos que ya son más bajos que los de sus pares masculinos, además tienen que desempeñarse como madres y dueñas de casa. Son víctimas de acoso y violaciones de forma mucho más frecuente que un hombre. Pudiendo ver imposibilitada su denuncia por distintas situaciones, muchas veces no pueden acceder a programas de intervención psicológica para víctimas. Entonces que las mujeres tengan mayor probabilidad de que se les prescriban psicofármacos, no es sorprendente. Pasa algo parecido con la población LGBTIQ y minorías raciales, donde la sociedad machista y xenófoba establece factores de riesgo para trastornos de salud mental desde la niñez.

    Destaco también lo que dice respecto a que cerrar hospitales Psiquiátricos sin potenciar alternativas comunitarias es tan peligroso como crear alternativas comunitarias sin cerrar los hospitales Psiquiátricos. Es importante que en este proceso de dejar el modelo asilar, se tenga en consideración un avance gradual con fortalecimiento del sistema comunitario previo al cierre de este tipo de instituciones. Por otro lado es muy importante que los hospitales generales sean capacitados en el manejo de pacientes Psiquiátricos. Porque enviar a pacientes de salud mental a un servicio de medicina, cirugía o lo que fuera, sería riesgoso ya que no existen las condiciones de infraestructura ni de personal adecuadas.

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