Quincena del 29 de Septiembre al 19 de Octubre: Juan Marconi Tassara y la Psiquiatría Intracomunitaria

 


"Era una mañana de abril o mayo de 1968. Los estudiantes de la Facultad de Medicina discutían acaloradamente en el Auditorio Emilio Croizet acerca de ese momento en el proceso de Reforma Universitaria. Uno de los estudiantes alegaba que no era posible, que el orden y la autoridad del decano, que el Claustro de los profesores… Mi amigo Rodrigo Rojas Mackenzie, recordando su paso por la Escuela de Medicina de Concepción, me comentó indignado: “¡Cómo es posible que dejen hablar a tipos como ése…! En Conce se le da un solo cachetazo…”. La discusión apasionada continuó. De pronto todos los estudiantes comenzaron a darse vuelta y a mirar hacia la parte superior del auditorio. Sentado en una de las últimas gradas –en ese entonces no tenía butacas–, con sus largas piernas dobladas, estaba Juan Marconi Tassara, profesor de la Cátedra Extraordinaria de Psiquiatría, primer profesor del Claustro de la Facultad que abandonaba esos ámbitos académicos y se sumaba al bullente movimiento estudiantil. Creo que éste fue el inicio de la presencia pública de Juan Marconi. El hasta entonces psiquiatra experto en alcoholismo, que había estudiado los efectos de la coagulación del núcleo dorsomedial del tálamo y ahora se preocupaba por las definiciones operacionales del beber excesivo útiles a estudios epidemiológicos, se entregaba por entero a la reforma de los estudios de medicina. Entonces vino la ‘teoría del calcetín’ y su discusión en los debates del momento. Marconi destacaba algo que era sentido por todos los estudiantes de medicina: el árido paso por las ciencias básicas para encontrarse con un paciente solo después de mucho tiempo, y proponía dar vuelta el calcetín para que el paciente estuviera primero y las ciencias básicas se entendieran con el apoyo motivacional de la clínica. Después vino la elección del nuevo decano, en que Marconi, la expresión más auténtica del ánimo de la reforma, fuera superado por Alfredo Jadresic, quien tenía detrás suyo el aparato político de la Unidad Popular. Después vino el traslado al Área Sur y entonces la estrategia intracomunitaria para enfrentar la salud mental comienza a desarrollarse y aplicarse: en alcoholismo, en neurosis y en privación sensorial. En 1973 Marconi publica en Acta Psiquiátrica y Psicológica para América Latina su conocido texto “La revolución cultural chilena en programas de salud mental”. ¡Y el resto es historia!

Aquí hay aspectos por aclarar. Es cierto que lo de la “revolución cultural” aparece en el texto asociado a citas del Libro Rojo de Mao; es cierto que se trataba de asimilar algunos aspectos muy limitados de la relación intelectuales-pueblo con la relación entre personal sanitario y población periférica. Es cierto que algunas referencias a la sociedad de clases, a la evolución de la humanidad de acuerdo a los ‘modos de producción’, provienen de una versión gruesa de la obra de Marx; en este caso, la versión divulgativa de Marta Harnecker. Pero a quien conoció al personaje no se le puede pasar por la cabeza alguna asociación entre Juan Marconi y el marxismo, cosa que así aprecio en algunas lecturas actuales. La idea de ‘revolución cultural’ apuntaba a destacar las diferencias culturales existentes entre el mundo de las instituciones sanitarias, incluido su personal, y el mundo de la población que debía ser atendida por los primeros. El mundo institucional sanitario entendía el problema de manera tecnocrático-institucional: la prevalencia de problemas de salud mental permite estimar las necesidades de atención, es decir, uno de los términos de la ecuación; los recursos humanos presentes y su tasa de incremento permiten estimar el otro de los términos; y de su relación, las posibilidades de satisfacción de esas necesidades. Si se procediera según esos criterios, contar con cifras satisfactorias solo sería posible después de 462 años: varias vidas de frustraciones y desesperanzas, y eso en caso de que todo funcionara óptimamente. Por consiguiente, para Marconi era fundamental subvertir esa manera de entender. Y eso era la ‘revolución cultural’: perturbar ese orden de pensar, estableciendo nuevas formas de atender las necesidades y entendiendo a la comunidad como una fuente ilimitada de creatividad y recursos. Mao y su Libro Rojo y Marx en versión harneckeana están al alcance de la mano. Hasta 1973 la revolución está de moda. Pero nada de esto puede hacer de Juan Marconi un adalid del marxismo. El punto más serio de mi propuesta o alegato, y lo que más me preocupa, tiene que ver con que no es posible que sea necesario haber conocido al personaje para alertar sobre este tipo de lecturas desmesuradas. Los que coincidimos en algún momento de la historia con Marconi estamos envejeciendo y más temprano que tarde no estaremos aquí. Obviamente, éste es un caso muy específico, pero cosa similar puede ocurrir cuando nos interesemos en Ignacio Matte Blanco o, por ir más lejos, en Augusto Orrego Luco y su idea de la cuestión social. ¿Qué se puede hacer, entonces? Aquí es donde entra una vez más la historia y sus exigencias permanentes de contextualizar, de recurrir al diálogo interdisciplinario, de intentar aprehender la totalidad. ¿Cómo llegó a Chile y cómo se entendió acá la revolución cultural en China? ¿Qué ocurría en nuestro país con el debate chino-soviético?, ¿qué relación tenía Marconi con todo eso? ¿De qué tipo eran las fuentes que Marconi utilizaba? La gente suele hacer cosas con lo que dice, además de predicar o denotar algo acerca de ellas. ¿Qué quería hacer Marconi con las cosas que dijo en el momento de la reforma, o después, al irse al Área Sur? La experiencia de Marconi es, una vez más, una expresión de la injerencia de las ciencias sociales en salud. ¿A qué tipo de sociología o de antropología tuvo acceso Marconi? ¿Cómo se construye esa idea de comunidad que él expone? En salud pública, así como en tantas otras cosas, la historia ofrece un punto de apoyo imprescindible. Los contenidos o referentes esenciales que aporta la historia alimentan, encauzan y ordenan nuestro pensamiento, ayudándonos así a orientarnos y a pensar con sentido, entendimiento y razón, como dice la canción."

Necesidades de la historia: a propósito de Juan Marconi. Texto de Jorge Gaete, publicado como Editorial de la Revista Chilena de Salud Pública, Rev Chil Salud Pública 2017; Vol 21 (2): 111-112

Trabajo del Curso para la quincena del 29 de Septiembre al 17 de Octubre

LEER OBLIGATORIAMENTE:

Marconi J (1971) Asistencia psiquiátrica intracomunitaria en el área sur de Santiago. Bases teóricas y operativas para su implementación (1968/1970). ACTA Psiquiátrica y Psicológica de América Latina, Vol. XVII, N° 4: 3-12. 

Marconi, J. (1973)"La revolución cultural chilena en programas de salud mental". Acta. psiquiàt.psicol. Amer.lat.1973, 19, 17. 

LEER AL MENOS DOS DE LOS SIGUIENTES TEXTOS

Araya C y Leyton C (2017)  La vía chilena a la psiquiatría social. Propuestas y debates en torno al cambio del asistencia mental . En Huertas R,(Ed.) Políticas de salud mental y cambio social en América Latina. Ed. Catarata, Madrid

Muñoz, M (2011). Consideraciones iniciales entorno al trabajo de Juan Marconi en Chile: el abordaje intracomunitario en salud mental. III Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XVIII Jornadas de Investigación Séptimo Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

Mendive, Susana. (2004). Entrevista al Dr. Juan Marconi, Creador de la Psiquiatría Intracomunitaria: Reflexiones Acerca de su Legado Para la Psicología Comunitaria Chilena. Psykhe (Santiago)13(2), 187-199. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-22282004000200014

LEER OPCIONALMENTE

El Dr. Juan Marconi Tassara: impulsor de la Psiquiatría Comunitaria. Dr. Enrique Escobar Miguel

Semblanza de Juan Marconi Tassara. Dr. Alberto Minoletti Scaramelli


SESION SINCRONICA el lunes 19 de Octubre

Comentarios

  1. Cuando el Dr. Marconi plantea que estamos viviendo na revolución en salud mental deja abierta la interrogante de si es una revolución tecnocrática o revolución cultural. Si fuese en su origen una revolución tecnocrática sería más de lo mismo, persistir en la esencia de un sistema donde los que “saben” le dicen a los demás cómo actuar, sin conocer en realidad la aplicabilidad de sus conceptos teóricos (fundamentados en la “ciencia”), esto se aplica tanto en medicina como salud mental (normas técnicas, guías GES, etc). Una revolución real debe ser cultural, desde el pueblo, que son los más idóneos para reconocer sus fortalezas y debilidades, sus oportunidades y amenazas. Habitualmente el pueblo intenta resolver problemáticas dentro de sus posibilidades (recursos especialmente) que siempre son limitados (menos de lo necesario para cubrir necesidades mínimas), pero las ganas son hartas, ejemplos miles, ollas comunes, la vecina que cuida al viejito que vive sólo, la abuela que cuida a los nietos para que la mamá salga a trabajar; se hace comunidad dentro de la comunidad.
    Llama la atención que el programa implementado por el Dr. Marconi en la comunidad para el tratamiento del alcoholismo durara tan poco a pesar de los buenos resultados (objetivos) y nulo costo para el estado, ¿será que todo lo que involucre organización social genera temor en lo gobernantes? ¿será que personas menos enfermas no es conveniente para los que lucran de esto?.
    Que increíble es lo que puede logra una comunidad empoderada, educada y organizada. La realidad del sistema neoliberal alejó cada vez más a las personas hasta disolver comunidades; en la entrevista al Dr. Marconi señala que la realidad del país en los 90 era muy diferente que en el período en que implementó su programa, que las comunidades eran diferentes. Creo que hoy es un momento histórico donde vuelve a relucir el poder de la comunidad, de las personas unidas en pro de intereses colectivos, no propios, momento idóneo para implementar una SM intracomunitaria. Creo además muy necesario hacer el enfoque en prevención primaria, en hacer salud mental real, ya que nosotros como médicos y futuros psiquiatras llegamos tarde. Y qué diferentes serían las vidas de las personas si tuvieran SM desde su primera infancia.
    Me gustaría rescatar también el enfoque que hace el Dr. Marconi al destacar la medicina aborigen y la medicina popular, que hasta el día de hoy no se enseña en las universidades, claramente estamos al debe en esa área, quizá si nuestros conocimientos fueran mas amplios y complementarios las intervenciones serían más efectivas, habría un mejor entendimiento mutuo. En específico con nuestra cultura mapuche, creo necesario conocer su cosmovisión, para que nosotros como profesionales no aportemos en aumentar la discriminación que ya existe hacia nuestras raíces.
    Falta mucho para ver una medicina y salud mental intracomunitaria, pero creo que no hay mejor momento que el actual para retomar este proyecto e implementarlo, e intentar de esta forma disminuir en algo las diferencias de clase, mejorando la accesibilidad a la atención (pirámide invertida D5 a D1). (ya no más salud para ricos y salud para pobres).

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    1. Hola Tefi, sobre lo último que pusiste estaba pensando. Por ej la propuesta de COLMED establece salud universal pública dejando relegada la salud privada como algo opcional. Al ser universal necesariamente se dan muchas otras cosas (como por ej los médicos que no tuvieron formación en medicina pupular o aborigen se va a ver obligado a conocerla y usarla. Va a permitir al médico recién formado poder conocer de alguna forma la diversidad de nuestra población, sus recursos y necesidades. Ayer con una amiga nos acordabamos de cuando el traumatólogo del hospital nos mandaba de vuelta pacientes a APS para realizar "electromiografía", o de cuando recetaban medicamentos carísimos a pacientes nuestros que no podían siquiera costear un naproxeno de 2 lucas. Como dices es fundamental dejar que exista esa diferencia, o la diferencia del paciente de cesfam versus el de consulta privada, en fin.

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    2. Tefi me gustó mucho tu comentario. Cuando mencionas " qué diferentes serían las vidas de las personas si tuvieran SM desde su primera infancia" se me ocurrió que quizás la pirámide del Dr. Marconi pudiera aplicarse a la temática de apego seguro y sus medidas preventivas.

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    3. A la pregunta que planteas respecto a que si la organización ciudadana genera temor a los gobernantes, yo creo que claramente es así, ya que como hemos visto en la unión radica la fuerza para generar los cambios, que harán que los que están cómodamente sentados en sus puestos de poder, a costa de la fuerza de trabajo mal remunerado e injustamente tratado, deban ceder un poco de sus privilegios.

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    4. Anastassia Gallardo18 de octubre de 2020, 13:16

      Concuerdo contigo Estefania , creo que si supieramos mas sobre la cultura de nuestros pueblos indígenas e incorporáramos algunos de sus conceptos nuestra forma de hacer llegar la información ,en este caso las medidas de prevención serian mas efectivas y lograriamos que la comunidad confiara mas en nosotros los médicos, como hizo el doctor Marconi quien se dio cuenta de algo muy sencillo, que los pueblos mapuches transmiten en circulo la información por lo cual el lo implemento en su plan de alcoholismo para lograr un ambiente mas confiable,
      Es super cierto que no se nos enseña nada en la universidad sobre los demás pueblos y se ha creado una brecha que ha afectado a nuestros pacientes al final , yo estudie en la novena pero nunca aprendí en la universidad sobre como el pueblo mapuche ve la medicina , abría sido interesante tener esa noción.

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  2. En relación al abordaje intracomunitario.

    En primer lugar creo que el orden metodológico del Dr. Juan Marconi es muy llamativo y lógico, con una fuerte visión desde la salud pública. Recopilación de datos, identificación del problema principal, y una solución creativa.

    Desde la perspectiva de los autores, destaca el aporte de cómo luchar contra patologías frecuente, con alta carga de enfermedad, principalmente utilizando un modelo de salud mental revolucionario para la época.

    Lo que más me llama la atención son los resultados del proyecto, en donde destaca una efectividad sin parangón. En estos casos mi escepticismo natural sale a flote y hubiese deseado que el programa y los resultados hubiesen sido analizados de manera más extensa y profunda. Por desgracia este modelo fue desmantelado durante los primeros años de la dictadura militar y el Dr. Marconi fue obligado a mantenerse alejado de la vida laboral comunitaria y académica. Me queda la sensación que se perdió una tremenda oportunidad.

    Por otro lado, encuentro muy atractiva la idea de utilizar el potencial de la comunidad para generar conocimiento y principalmente para poder difundirlo, utilizando el criterio de “mínimo operante”. En la actualidad el buen uso de las redes sociales podría cumplir esta función, por desgracia es extremadamente complicado intentar abordar temas de salud de manera seria ya que existe una cantidad desbordante de información cuestionable y una frecuente visión de que ningún “profesional serio” podría enseñar mediante redes sociales, sin embargo, llegar a miles de pacientes mediante un simple video de 1 minuto, con los signos de alarma de depresión, esquizofrenia, alcoholismo, trastorno bipolar me parece una herramienta notable. Usualmente el limitante es construir una comunidad de ese estilo, pero una vez que se logra cada video se vuelve “viral”.

    En relación a este último punto, me parece extremadamente importante que intentemos tomar un espacio en las redes para poder enseñar respecto a nuestra especialidad y principalmente ayudar a que los pacientes logren consultar de manera precoz y se puedan formar grupos de ayuda.

    En fin, creo que el proyecto del Dr.Marconi marca una manera de poder ver la salud mental y diseñar modelos de trabajo. Utilizando escasos recursos humanos y económicos (en relación a otros modelos) se pueden lograr notables resultados, utilizando de buena manera el poder de un pueblo: su comunidad.

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  3. Tras haber seguido una ruta internacional, partiendo por la Historia de la Psiquiatría, pasando por la Reforma Psiquiátrica en el mundo y así los comienzos de la Psiquiatría comunitaria, nos detuvimos en la Psiquiatría preventiva, y luego nos adentramos en el panorama nacional. Conocimos la historia de la Salud Pública chilena y la siguiente parada debía llevarnos a la Psiquiatría comunitaria del país. Ni nos dimos cuenta, y habíamos llegado a casa.

    Al leer los textos no podía dejar de pensar en la carga histórica que tiene el área sur de Santiago, en la que ahora nos desempeñamos. Juan Marconi marcó un antes y un después en la forma de hacer Psiquiatría, y en este minuto nosotros somos parte de su legado, formándonos en el servicio que lleva su nombre.

    El doctor introduce el modelo relativista cultural, que reivindica nuestras raíces latinoamericanas, valora la medicina popular y mapuche, y entiende que en la medida en que reconocemos que contamos con estos recursos culturales comunitarios, podemos dar una solución mancomunada a los problemas de salud de las personas, ya que se articulan todos los elementos con los que cuenta la comunidad para lidiar con ellos. Esto transforma el modelo vertical descendente Universidad - Comunidad, por uno en el que la comunidad es protagonista, utiliza sus propias soluciones, teniendo la Universidad un efecto multiplicador de ello.

    Más allá de la teoría, lo que para mí destaca del legado de Marconi fue la aplicación de este modelo teórico a la salud mental chilena, lo que él denominó Psiquiatría Intracomunitaria. El cálculo del déficit de psiquiatras para la época de un 92%, que significaba 462 años de formación de nuevos psiquiatras me pareció desolador. Elaborar un plan que significase salir adelante de esa cruda realidad significaba un cambio de paradigma que Marconi no solo logró visualizar, sino también ejecutar. Me pregunto qué tanto influyó en esto la iniciativa propia o simplemente el contexto de la época. Para llevar a cabo un proyecto de esa envergadura en este minuto existen millones de dificultades, me cuesta pensar actualmente en la ejecución de un plan así.

    Al igual que Estefanía, no deja de impactarme el corto tiempo que duró este (sabemos que la Dictadura significó su fin) y también pienso que para las figuras de poder era necesario mantener la existencia de personas sin educación, ojalá enfermas, sin organización, que sustenten el sistema económico en el que vivimos, objetivo que permanece.

    Durante las lecturas pensaba lo interesante que hubiese sido ser residente en la época de Juan Marconi y poder ver en primera persona los frutos de un programa que ve a las personas de manera integral, considera sus determinantes sociales e involucra a la comunidad en el proceso. No es menor que el doctor Alberto Minoletti fuese residente en ese tiempo. Muchas veces pienso que en este espacio de pensamiento crítico aparecen muy buenas ideas, pero la mayoría queda en la red, ya sea plasmadas en el blog o verbalizadas por zoom. Tal vez sea el momento de cambiar el foco de qué es necesario cambiar por cómo

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    1. Muy bueno tu comentario Mote, al igual que tu me pareció super desolador el tiempo necesario para formar los psiquiatras necesarios para lograr los objetivos en salud mental, pero el plan que ideo y ejecuto Marconi fue toda una visión de como arreglar de forma rápida y eficiente el problema que pena que se haya visto truncado por la dictadura.

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    2. Me pasó lo mismo que a ti pensando en nuestro servicio sur de Santiago, que ya leímos algunas historias sobre esta área en el texto de María Angélica Illanes, ahora vuelve a ser foco de atención y luego en dictadura también fue una de las zonas más golpeadas. Trabajar hoy en este lugar y estar formándonos, para mi sinceramente es un honor, espero realmente poder continuar con ese legado, en este proceso continuo que se ha desarrollado en el devenir histórico de nuestra psiquiatría.

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  4. La lectura de esta semana, me llevo a conocer el legado que el Dr. Marconi nos dejo y que sin saberlo son las ideas de salud mental que me trajeron por los caminos de esta especialidad. Estando en atención primaria, mis mejores recuerdos y momentos no fueron atendiendo la larga lista de pacientes o sobrecupos que me agendaban, sino los momentos cuando estaba en mayor contacto con la población realizando visitas domiciliarias o charlas en agrupaciones de adultos mayores. Fueron esos encuentros los que siempre me mantuvieron con la idea viva que la mejora salud mental se encontraba saliendo del box, y ver la verdadera realidad de ese paciente que consultaba, impregnarnos de sus historias y bajar un poco desde esa posición que como médicos la sociedad nos ha llevado a alejarnos del verdadero pueblo. Leer el proyecto del Dr. Marconi en sus inicios y sus resultados, me hacen reconfirmar que la Psiquiatría intracomunitaria es el camino que tomar.
    En esta iniciativa de incluir a la comunidad en el manejo, siendo las mismas personas que vivieron ese camino, tomando como ejemplo el alcoholismo, le da más credibilidad hacia una solución o fin de la enfermedad. Son sus pares y en un lenguaje “popular”, mucho más cercano los que le muestran los pasos a seguir para sanar. La idea ajustada a la época como fue el alcoholismo, en la actualidad podría verse un poco más dificultoso porque se han agregado muchos mas temas de contingencia en el área de salud mental que serian importantes de abordar desde un punto de vista intracomunitaria, como consumo de drogas, embarazo adolescente, etc. Entregar el conocimiento a la comunidad en su ambiente y contexto, se ha demostrado tiene mejor impacto y una cobertura mayor. En algún momento, en mis inicios trabajando en CECOSF como equipo tomamos la iniciativa de salir mucho mas a la comunidad, muchas visitas domiciliaras, charlas grupales y aunque teníamos la presión de los asistencial de parte de nuestra jefatura pudimos mantenernos por 6 meses a un ritmo que nos llevo a tener resultados y una gratificación mucho mayor a lo que se había tenido los años anteriores, y creo que una gratificación de la gente que nos veía más cercanos. Pero luego llegaron las amenazas por no cumplir las metas, y se tuvo que dejar de lado y volver a lo asistencial. Aunque bastaron esos 6 meses para que ese grupo de personas a las que dimos ese empujoncito tomara la iniciativa y comenzara a organizarse y hasta el día de hoy mantienen diferentes actividades en beneficio de ellos, como trabajos con kinesiólogos, psicólogos y terapeutas en una población adulta mayor.
    Con relación al contacto que uno pudiera tener en pregrado, la crítica del Dr. Marconi es muy cierta, a medida que pasan los años se nos aleja mucho más de la comunidad, se piensa que mientras más tecnología y más dentro del hospital seremos mejores médico, mientras que la realidad es otra, porque cuando salimos nos encontramos en medio de una comunidad que no conocemos.
    Creo que una comunidad motivada ayuda a resolver sus problemas y como expresaba el Dr. en una entrevista, a pesar de no tener recursos solo se necesitaba de “papel y saliva”, es ahí la importancia de mantener la idea viva de la psiquiatría comunitaria.

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    1. Buena Luis, igual tuve esa super buena experiencia "fuera del box" antes y claro como que reafirma que para allá debe ir la cosa. Especialmente en CECOSF como dices porque es una población mucho más abordable, todos te conocen en la comunidad porque te los vas topando, en fin, y también me tocó ver lo mismo, que cuando las "metas" empiezan a tambalear se desmantela "lo que no da plata" (como dice Dr Marconi en la entrevista), por ej vi suspender un programa de diagnostico comunitario realizado por la UFRO por los "costos" que implicaba y porque nos sacaba del box y por tanto menos horas de atención disponibles... Pero en fin yo creo que lo bueno es haber vivido esas buenas experiencias para ojalá en un futuro poder ir replicando en lo posible.

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    2. Luis concuerdo contigo en que la realidad actual nos obliga a ampliar las temáticas a tratar, insisto nosotros llegamos tarde, y el estado NO ayuda, me quedo con lo de embarazo adolescente y la falta de educación sexual y como nuevamente quienes ostentan el poder rechazaron un proyecto de ley para implementar una educación sexual integral, que podría ayudar a prevenir abuso sexual, ETS, abuso sexual, etc

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    3. Luis concuerdo contigo que la experiencia de trabajar con la comunidad es una experiencia muy rica que da resultados muy buenos y Marconi es un claro ejemplo de el impacto que puede provocar una buena intervención comunitaria, lo cual como tu también dices reafirma la decisión de estudiar psiquiatría con este enfoque.

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    4. Estefania ... venia en el auto cuando escuche la noticia, la verdad no sabia que estaban viendo esa ley pero escuchar que la rechazaron, me causo mas que sorpresa, rabia en ese momento. INCREIBLE!!!

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    5. Concuerdo con ustedes, Luis y Estefanía, en que el rechazo del proyecto de ley sobre Educación Sexual Integral es una noticia lamentable, y creo que demuestra, una vez más, la falta de visión y de sentido de realidad de una parte de la clase política de nuestro país, que no mide el impacto que podría tener en la prevención del embarazo adolescente, ETS, abuso sexual, etc.

      La falta de sentido de realidad de nuestros gobernantes me recuerda un ejemplo reciente, cuando el ex ministro de salud, Jaime Mañalich, reconoció que "en un sector de Santiago hay un nivel de pobreza y hacinamiento del cual yo no tenía conciencia". Pienso que este nivel de desconocimiento es el que impide la creación de políticas públicas que verdaderamente se puedan implementar y las lleva ineludiblemente al fracaso.

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  5. Es indudable el aporte que significó Marconi para la Salud Mental en Chile. De su figura me parece destacable su visión, impregnada de valores que transcienden la Psiquiatría y que iban en busca de la mejoría en las condiciones de vida de una parte de la población.
    En relación al programa en sí mismo, me parece muy bien diseñado y establecido. El cambio de perspectiva y, por lo tanto, de la definición de los recursos necesarios permitió visibilizar a la comunidad como parte del equipo tratante, con lo que aumentó considerablemente la disponibilidad de recursos, el sistema se hizo más eficiente y la comunidad pudo sentirse parte. Por otra parte, me parece destacable cómo el autor es capaz de abordar el problema de la salud mental desde múltiples perspectivas, incluyendo y considerando como fundamental la formación universitaria, elemento que en muchas oportunidades hemos subrayado como de suma importancia para trabajar en salud mental y que nos parece tan deficiente en la actualidad.
    El resultado del programa fue indudablemente exitoso. Por una parte, logro crear conciencia social del problema del consumo de alcohol y con ello redujo el consumo considerablemente y por otra permitió demostrar la utilidad de la nueva forma de intervenir.
    Sin embargo, y a partir de este éxito, me resultan algunas preguntas. ¿Existe actualmente un programa que logre involucrar tanto a la comunidad?, ¿Cómo se ha sostenido este éxito a lo largo del tiempo?, ¿Es aplicable este modelo de intervención a todos los trastornos mentales?, ¿Qué pasa cuando parte de esta comunidad es potencialmente iatrogénica?
    Desde mi perspectiva, y a partir de la realidad que me tocó vivir en APS, me da la impresión de que el cese del programa (como consecuencia de la dictadura) logro acabar casi por completo con los avances que había llegado a abarcar, ya que no tuve la oportunidad de conocer un programa que estuviera tan integrado con la comunidad. En este sentido me parece interesante destacar cómo la organización de la comunidad y el trabajo en su propia red resulta en la obtención de poder a los individuos y cómo esto es considerado un peligro para la mantención del orden.

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    1. Javi en coquimbo estaban realizando un programa comunitario donde creaban lideres comunitarios, la verdad que funcionaba bastante bien por lo menos en Salamanca, lo que sí debo decir que aunque existían varios grupos que surgieron desde esta estrategia nunca resulto el grupo de alcohólicos, la verdad no se porque pero tras leer a MArconi me surge la duda. Estos grupos estaban apoyados por un Técnico social que le entregaba bastantes herramientas en salud mental y creo que gracias a eso no fueron iatrogénicos.

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  6. En algún momento del curso discutimos que uno de los tantos problemas en salud mental comunitaria o atención primaria es el problema de cómo poder crear e implementar programas locales y no fracasar. En ese sentido tremendo el aporte en cuanto a que queda bastante claro cómo poder diseñar un programa con este sistema democrático, horizontal, intracomunitario con una pirámide de delegación de funciones con su efecto multiplicador en su base, se entiende lo inspirador de su figura. En cuanto al modelo “científico” y las diferencias con los modelos “popular” y “aborigen”, y a la barrera cultural existente entre las culturas de la comunidad y el mundo médico/académico resulta bastante evidente que los médicos no salimos preparados. En mi caso lo viví al llegar a trabajar en la IX región (de alta pobreza y ruralidad) donde debes incorporar saberes y términos locales, curanderos, machis, componedores, a buscar interacciones entre fármacos e infusiones de ciertas hierbas locales, en fin. Y lo mismo me decía una colega que fue EDF en el norte sobre las culturas locales de allá. Como decía Estefanía antes creo que la universalidad en salud es requerida para derribar esa barrera que establece la privatemia con la comunidad real con sus problemas y virtudes. También se requiere que la academia adopte estos temas, al menos en mi formación nunca revisamos estos temas tan importantes, sólo el modelo médico occidental en ese sentido sin establecer un plan de trabajo universitario horizontal comunitario como propuso y realizó el Dr. Por ejemplo a propósito de aprovechar los dispositivos ya creados en la comunidad (como los clubes de abstemios) esto ya se aborda en APS con el modelo de atención integral en salud familiar y comunitario MAIS el que integra justamente temas como promoción intersectorial, con mapa de los recursos o dispositivos que ya dispone la comunidad (juntas de vecinos, deportivas, etc), establecer mesas intersectoriales e interculturales (a propósito del modelo relativista cultural), etc. Pero bueno se imaginarán que como esto no es meta como tal es probable que hayamos visto poco y nada de esto implementado porque como decía Luis antes al afectarse las metas todo esto queda relegado. También pasa por un tema de recursos, por ejemplo los recursos SENDA en APS tienen poca posibilidad de ser invertidos en medidas “locales” (modelo autoritario), entonces eso limita en poder hacer algunas cosas fuera de lo “voluntario”. Pero como hemos discutido antes también, el que tengamos este norte establecido en el plan nacional de salud mental y rol que ha ido ganando la APS (CESFAM y CECOSF que ya tienen sectorizadas sus poblaciones) y COSAM ya es una gran base. Y a causa de la pandemia y sus efectos sociales queda aún más fortalecida la idea de lo comunitario e intersectorial como vía de solución, inclusive aquellos directivos aún escépticos amantes de las horas de morbilidad de 12 minutos en box. Ojalá podamos fortalecer y seguir avanzando, saludos a todos!.

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    1. Dejo un ppt donde al inicio se explica un poco lo que digo sobre el MAIS y participación social (lo pongo porque yo conocí esto como al segundo o tercer año de trabajar en APS, siempre relegado a un segundo plano) https://www.sscoquimbo.cl/gob-cl/participacion/files/09-03-2017/MAIS%20y%20Participacion.pdf

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  7. Sin duda los textos leídos son un acercamiento a la figura del Dr Marconi, quien fue un gran aporte para la salud pública de nuestro país, principalmente porque le da importancia al trabajo en la comunidad y logra también unirlo a la docencia. Me motivó que, por ejemplo, algunas de las tesis de los becados de aquella época fueran justamente trabajo en y para la comunidad, involucrando así a las personas en un trabajo solidario. Él no sólo trabaja desde la teoría, sino que lleva a la práctica un nuevo modo de trabajar en salud, entregando desafíos no sólo a los médicos, sino a todo un equipo de salud.
    Imagino que parte de lo que él planteaba era lo que hemos conocido en nuestra práctica profesional como las visitas domiciliarias integrales, el entrenamiento a agentes comunitarios en salud; la primera, enseñada y difundida desde el pregrado, la segunda, la conocí y fui parte del proceso de entrenamiento durante mi trabajo en APS, lo cual fue muy gratificante, debido a que como yo trabajaba en una comuna rural, con zonas distantes, justamente quienes fueron seleccionados eran de aquellas zonas, sintiéndose también ellos parte del trabajo del CESFAM y muy agradecidos de la confianza que se estaba entregando en ellos. Lo que también pude vivenciar en mi trabajo en APS, fue la unión con “el modelo aborigen”, como dice el Dr. Marconi, ya que se ponía a disposición la atención por Machi para los pacientes que así lo requirieran, práctica que a mi juicio era de mucha ayuda tanto para el equipo mismo del CESFAM, a manera de aprender de este modelo y también para los pacientes, para que todos se sintieran acogidos y sin duda se podían ver favorables resultados.
    También destaco el programa de privación cultural en preescolares, que lo asocio al programa “Chile Crece Contigo”, donde se le da importancia a la prevención de la privación sensorial, correlacionándolo con un déficit intelectual que se manifiesta en los años posteriores. Qué importante fue este hecho para dar paso a las siguientes políticas públicas para el cuidado de nuestra población infanto adolescente. Sin duda abrió el camino para visualizar la importancia de esta población, muchas veces invisibilizada. No podemos tapar el sol con un dedo, aún faltan muchas políticas para el bienestar de nuestros niños, niñas y adolescentes, pero poner ya un programa enfocado en ellos, es un gran paso para lo que se ha venido generando y que espero, siga generándose.
    Qué importante el Dr. Marconi para la salud de nuestro país, sin duda se le seguirá recordando y honrando.

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  8. En relación a los textos leídos, me parece super destacable la labor realizada por el Dr Juan Marconi, quien desarrolla y pone en práctica la Psiquiatría intracomunitaria, el marco teórico sustentado en la medicina comunitaria, y lo concreta de forma tan brillante en el Servicio de salud del área sur, con un modelo basado en una pirámide de delegación de funciones que estaba muy bien organizado, con el fin de multiplicar la educación y capacitación en salud en la comunidad, con un sentido desde la misma comunidad, conociendo sus necesidades. Me hace sentido y me recuerda mi experiencia en APS, el involucrarse con la comunidad como por ej. en los diagnósticos participativos, aunque mi impresión es que hoy en día es una instancia más bien superficial, con poca organización desde la misma comunidad, por lo menos en la comuna donde trabajé. Ahora en relación al área de salud mental, que estaba enfocado este programa, los resultados de estas modelo basados en intervenciones en la comunidad dirigido al alcoholismo, neurosis y psiquiatría infantil en privación sensorial con preescolares, era realmente prometedor, el aumento del número de abstemios en esas comunidades intervenidas como por ej en la Población La Victoria, el número de agrupaciones de alcohólicos, etc. fue realmente un aporte considerable a la salud, y de haber continuado, hubiese sido un aporte a mayor escala. Las ideas de modificar la malla curricular de medicina, las considero súper interesantes, puesto que es coherente con el cambio que se quería implementar en la salud pública de dicha época, muchas veces vemos reformas o cambios en las políticas públicas, pero que no se acompañan con cambios radicales en el programa de pregrado, por tanto no tienen un sustento en los futuros profesionales y eso es posible ver en el enfoque comunitario de atención primaria de salud, en mi experiencia de sólo 2 meses de internado en APS (1 mes en APS urbano y 1 mes en Rural) durante mi pregrado, no estimulan a los médicos a permanecer en esta área, ni menos optar a la especialidad de medicina familiar, tan necesaria y carente en nuestro país.
    Destaco y encuentro bello también el enfoque político social de la salud que se pretendía, desde la universidad al servicio de la comunidad, en relación estrecha con ella. Imagino tener que lidiar con académicos conservadores, con una comodidad en la atención rápida hospitalaria y la mayoría en el área privada, sin muchos cambios en la época, lo difícil que debe haber sido implementarlo, los obstáculos, por lo que comenta Dr Marconi en su entrevista, la resistencia de los académicos a implementar cambios en los programas de salud y de capacitación, su legado es sumamente importante y da el pie para la psiquiatría social y la comunitaria en nuestro país.
    Me quedo como última reflexión a salir de nuestra comodidad y status quo, a plantear ideas, aportes, proyectos como residentes o en un futuro laboral, hacía nuestro objetivo y motivación que es la salud mental de la comunidad, sobre todo aquella vulnerable, lo que a la mayoría o tal vez todos, que optamos por esta facultad y especialidad nos mueve que es la salud pública social comunitaria, ojalá podamos aportar y hacer cambios en ella. Agradezco haber leído estos textos, es realmente inspirador.

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  9. Del testimonio y trabajo del Dr. Marconi destaca para mí la realización en el campo de la Salud Mental de la autonomía en un sentido fuerte, como proyecto social cuyo objetivo sería la justicia, donde confluye la pedagogía y el empoderamiento de los individuos de una comunidad. En la sesión pasada hablamos sobre el hecho de que una de las primeras preocupaciones en torno a la cual se organiza el pueblo, en sentido de comunidad organizada, es el cuidado de la salud y los “cuerpos” y que es ahí donde reside uno de los más fuertes principios de autoorganización (donde podríamos incluir el cuidado de la salud mental), en ese sentido la época de la Unidad Popular y la reforma universitaria es una de muy intensa participación popular en salud con la participación de la Universidad. El Dr. Marconi escribe justamente en esa época y es sumamente patente la efervescencia e intensa actividad de organización popular de esos años, tanto es así que una de las primeras cosas que hace en su texto de la Revolución Cultural en Salud Mental es instaurar una lógica de “relativismo cultural”, separando y equiparando lo que es el “saber científico/tecnocrático” del “saber popular”, pasando a ser el primero una herramienta de una dinámica pedagógica, que utiliza las vías tradicionales de transmisión oral propias de la cultura mapuche, para fortalecer la agencia de la comunidad en el cuidado de su salud, en vistas a fortalecer su autonomía. Esto el Dr. Marconi me parece que lo deja claro con el concepto de “transferencia tecnológica” (Psykhe, 2004).

    En ese sentido, veo al concepto del “mínimo operante” como la traducción resultante a lenguaje técnico de los problemas de una comunidad (como muestra el Dr. Marconi en términos de la proporción entre los motivos de consulta en Salud Mental) por parte de las universidades y los profesionales de la salud. Esta traducción es realizada solo en última instancia, con fines de planificación, ya que finalmente la intervención era realizada principalmente (en sentido proporcional) por agentes comunitarios según el “principio de delegación”, actividad que parece lógica luego de descartar la utilidad y capacidad de cobertura del modelo hospitalario o institucional.

    En síntesis me parece un testimonio muy potente y provocador de lo que es posible realizar cuando el conocimiento científico/universitario tiene realmente un sentido social o democrático y no tiene miedo a encontrarse con la realidad que dice estudiar, respetando también una eventual historia y cultura que pudiera descubrir, concibiéndola como una vía de acceso a un proceso de trabajo en común y no como un obstáculo a la manera de la mirada etnocéntrica (o eurocéntrica) que el joven Dr. Marconi denuncia en los textos que leímos, propia del modelo paternalista y hospitalocentrista del que hemos hablado en otras sesiones.

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    1. (soy Daniel, estoy desde otro computador por eso salgo sin nombre jajaj)

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  10. Poco a poco se van juntando las piezas de este puzzle. Ahora podemos ir adentrándonos en la historia de la salud mental de nuestro país. Me parece muy enriquecedor poder contar con la visión en primera persona de uno de los personajes claves en la implementación de la psiquiatría comunitaria, más específicamente intracomunitaria.
    Juan Marconi fue un pionero en este campo, alejándose de la investigación y de las aulas, para adentrarse en el terreno mismo donde ocurren las cosas. Implementó un modelo autoreproducible, ya que en él se aprovechaba cada recurso entregado por la comunidad, diseñando un programa sumamente motivador y eficiente, en el cual se trabaja conjuntamente con la “fuerza popular” de aquellos que ya han atravesado procesos de enfermedad, quienes se vuelven líderes comunitarios, generando un fuerte impacto gracias al efecto de demostración sumado a lo que implica el sentir que estamos “todos juntos en esto”.
    Hay un reconocimiento al saber popular, el cual está dado por algo que no se puede estudiar desde lo teórico: la experiencia. Desaprovechar estos recursos sería francamente negligente, en el sentido de que ni siquiera es posible abarcar la magnitud de la problemática de salud mental desde el enfoque tradicional, como fue expuesto claramente por el doctor Juan Marconi en su texto “La revolución cultural chilena en programas de salud mental”.
    Por otra parte, me pareció dramático cómo fue impactado el proceso de la psiquiatría intracomunitaria debido al golpe militar, el cual, como plantea claramente el doctor Marconi en la entrevista realizada para Psykhe, no sólo se interrumpió, sino que se desmanteló totalmente, y más dramático aún, cómo este evento traumático para la sociedad chilena la transformó por completo, al punto de que una vez derrocada la dictadura era imposible volver a implementar este enfoque, simplemente porque ya no éramos los mismos. Este último punto me ha ayudado a comprender por qué en la actualidad el enfoque comunitario ha tenido tantos obstáculos, y es que antes de la llegada del neoliberalismo, en Chile las prioridades eran diferentes, tanto a nivel universitario como en la comunidad, además la gente compartía en espacios comunes de manera mucho más cotidiana, había espacios de reunión y disposición a ello de manera natural, básicamente la comunidad ERA salud mental. Actualmente esto no forma parte de la cultura popular como ese entonces, lo cual se ha acentuado aún más con la llegada de los teléfonos inteligentes, que generan una atomización todavía más brutal, ya que cada uno está “metido en su mundo” pudiendo pasar horas teniendo vida social artificial.
    Personalmente, tengo muchas esperanzas de que estemos en un momento histórico que va a reforzar el poder ciudadano. Creando las instancias para generar un nuevo pacto social. Nos estamos dando cuenta que juntos podemos lograr muchas cosas, que antes nos decían que eran imposibles, que no valía la pena intentarlo. En ese sentido, creo que podemos volver a ser ese Chile que se organizaba, participaba y autogestionaba, pero sobre todo, volver a tener como prioridad el respeto y el reconocimiento de cada uno de los integrantes de nuestra comunidad.

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    1. Mili coincido mucho contigo sobretodo en lo dramático que fue el impacto de la dictadura en este ámbito y en muchos otros. Me quedo con tu mensaje esperanzador final, de que nunca es tarde y que tampoco hay que inmovilizarse ante " cosas que parecen imposibles". El mejor ejemplo de ello es el Dr. Marconi, que casi sin recursos económicos, logró lo que logró.

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    2. Mili comparto todo, creo que en este momento histórico nos estamos comportando como comunidad nuevamente, de a poco nos vuelve a importar lo que le pasa al de al lado, a ser más empáticos, a ser más sororas, y a estar de acuerdo en que queremos un mejor país y para que eso pase debemos actuar de forma comunitaria.

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  11. Me parecieron muy interesantes las lecturas. Lo que más me llamó la atención es como el Dr. Juan Marconi resulta inspirador, visionario e innovador en su propuesta, siendo inclusive tildado de amoral por sus pares por intentar hacer psiquiatría social, fuera del hospital. Demuestra su calidad humana y consecuencia ideológica al movilizarse ante una “salud mental irritantemente injusta” que para él existe “como producto de una sociedad de clases”. Cómo con solo voluntad, su citroneta, sus ideas y “saliva y papel” levantó este proyecto.
    Nos entregó este programa intracomunitario ordenado paso a paso, tan metódico que resulta asequible leerlo y pareciera hasta fácil de aplicarlo. Echa mano a todos los recursos de la comunidad, inclusive a los estudiantes de medicina y las instituciones educativas. Reconoce los pueblos originarios, las costumbres populares y los valida en sus tradiciones. Aunando con el sistema médico tradicional, ya que no son excluyentes unos de otros sino que pueden ser sinérgicos y cooperativos. Articulación y trabajo en red de todos, para todos. Inclusive la incorporación de la iglesia y de medios de comunicación masiva. Desde aquella época demuestra que la clave estaba y sigue estando en dejar de trabajar cada uno en su isla.
    Abarcó la subjetividad de cada nivel de la pirámide de delegación de funciones. Por ejemplo los niveles D4 conformados por alcohólicos rehabilitados o neuróticos distímicos recuperados permitía mayor empatía a nivel D5, ya que ellos estuvieron en la posición D5 y podrían ponerse en el lugar del enfermo con propiedad e identificarse, entenderse mejor, lo cual contribuye al éxito del tratamiento. Ellos saben el problema que tienen pero además tienen el deseo de contribuir con el saber popular. Este y el saber técnico, las dos cosas juntas, se fusionan.
    También es clave la educación masiva como la mejor arma. El profesional en el vértice de la pirámide no omnipotente ni totipotencial, que no acapara poder ni conocimiento, comparte sabiduría, desdibujado de su tradicional postura de pseudodios. Pero al capitalismo le conviene un pueblo ignorante, la práctica privada individualizada y mercantil.

    De cierta manera en el camino nos perdimos y ahora nos vamos dando cuenta que hay que volver al origen de cuidados y casi alopatria o crianza comunitaria. Tiempos en que la comunidad se cuidaba entre sí. De cierta manera esta pandemia nos ha recordado un poco eso también.
    Cuando leía me imaginaba que el Dr. Marconi vió todo este potencial saliendo a la calle y empapándose con los barrios. Recordé cuando era adolescente y por actividades políticas recorría La Victoria, que de por sí es un barrio con habitantes empoderados que demuestran su capacidad de trabajo conjunto. Ellos aún están ahí y hay otros barrios en Chile con similares características donde podríamos trabajar.
    Me quedo con ganas y muy motivada para participar en la construcción de programas con este método.

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    1. Referencias:
      1) Araya C y Leyton C (2017) La vía chilena a la psiquiatría social. Propuestas y debates en torno al cambio del asistencia mental. En Huertas R,(Ed.) Políticas de salud mental y cambio social en América Latina. Ed. Catarata, Madrid
      2) Marconi J (1971) Asistencia psiquiátrica intracomunitaria en el área sur de Santiago. Bases teóricas y operativas para su implementación (1968/1970). ACTA Psiquiátrica y Psicológica de América Latina, Vol. XVII, N° 4: 3-12.
      3) Marconi, J. (1973)"La revolución cultural chilena en programas de salud mental". Acta. psiquiàt.psicol. Amer.lat.1973, 19, 17.
      4) Mendive, Susana. (2004). Entrevista al Dr. Juan Marconi, Creador de la Psiquiatría Intracomunitaria: Reflexiones Acerca de su Legado Para la Psicología Comunitaria Chilena. Psykhe (Santiago), 13(2), 187-199. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-22282004000200014
      5) Muñoz, M (2011). Consideraciones iniciales entorno al trabajo de Juan Marconi en Chile: el abordaje intracomunitario en salud mental. III Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XVIII Jornadas de Investigación Séptimo Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

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    2. Me hizo mucho sentido modelo que propone Marconi y que tú mencionas en tu ensayo de la pirámide invertida de D5 a D1, donde el médico ya no es el detentor del conocimiento, sino más bien un elemento más (de hecho ni siquiera el más importante respecto al impacto en resolución) de este flujo de conocimiento que, ya no es unidireccional, sino que todos podemos empaparnos de distintos tipos de saberes.

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  12. El Dr. Marconi nos demuestra cómo la mejor forma para mejorar la salud mental de una comunidad es mediante un enfoque que incorpore a sus esquemas de trabajo a esa misma comunidad.
    Pese a lo poco que duró (porque la dictadura significó su fin), la evaluación de los programas que se implementaron mostró “resultados contundentes” en el corto plazo, con proyecciones que eran muy prometedoras.

    El abordaje intracomunitario en salud mental establecía 5 niveles de delegación de funciones que iban desde el médico (D1) hasta la comunidad (D5), los cuales se ordenaban en “una estructura piramidal que aprovechaba el creciente número de personas que formaban cada nivel y se ajustaba a la sectorización de la comunidad”.
    Quisiera destacar uno de los puntos que me pareció fundamental de este enfoque: el nivel 4 estaba formado por líderes que emergían desde la misma comunidad y que además, en el caso del programa de alcoholismo, muchos eran vecinos que se habían recuperado de esta patología. ¿Quién mejor que ellos conocía el problema del que estaban hablando?

    Marconi también consideraba que era necesaria “una profunda transformación en la manera de comprender, enseñar, y practicar la salud al interior de las universidades.” Para ello planificó una reforma basada en “un modelo de formación del estudiante de medicina de acuerdo a los principios del modelo intracomunitario”.
    Esto me lleva a pensar en nuestro pregrado, donde el enfoque predominante es hospitalario, con un muy escaso acercamiento a la comunidad. En el fondo, creo que no nos enseñan a ser médicos generales.
    ¿De qué sirve conocer el tratamiento más vanguardista para cierta patología, si la mayoría de los pacientes que se atienden en el sistema público (que por lo demás, es la mayoría de la población del país) jamás van a poder acceder a ella?

    La lectura de estos textos me deja una pregunta final: ¿Cuán diferente sería la concepción y el abordaje de la salud mental si no hubiera existido la dictadura?
    Y no solo me refiero porque (como mencioné anteriormente) el golpe militar significó el fin del modelo intracomunitario, sino porque fue imposible retomarlo cuando volvió la democracia, ya que como enunciaba Marconi en 1998 “la investigación clínica, con gran predominio de la llamada psiquiatría biológica, o psicofarmacología, impuso, sin contrapeso, durante la dictadura, el enfoque tecnocrático, etnocéntrico, institucional, elitista, centrado en la consulta y en clínicas privadas…”
    Lamentablemente, habiendo pasado más de 20 años desde aquellas palabras, creo que este es el enfoque que sigue predominando en la psiquiatría actual.

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    1. Así es Kam! Quién mejor que la persona recuperada de la patología para acompañar al enfermo actual. Siempre he pensado que por mucha empatía que se pueda o intente tener no es lo mismo que estar en los zapatos del otro, la comprensión del fenómeno no es igual. Nosotros como médicos desde el pregrado traemos una maleta de teoría de cómo se puede sentir alguien sin haberlo sentido nunca cuando eso solo lo entendería bien alguien que haya pasado por el mismo sufrimiento.

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    2. Respecto a ese mismo punto, quería comentar que muchas veces los pacientes preguntan si las personas que tienen esos problemas se pueden recuperar "¿conoce ud. alguien como yo que se haya mejorado?" Esperando expectantes una respuesta muchas veces sintiéndose profundamente solos en su sufrimiento. Ese tipo de preguntas hacen que me cuestione justamente la carencia que existe en esta sociedad tan atomizada, donde cada vive su metro cuadrado, sin saber qué ocurre a su alrededor y cómo ese poco sentido de comunidad causa estragos en nuestra salud mental.

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  13. Al leer a Marconi me hicieron mucho sentido sus estrategias para tratar la Salud Mental en la población, es importante que para sanar una comunidad, esta necesidad de sanación nazca de ella misma, y que nosotros no impongamos un tratamiento, sino que le entreguemos a la comunidad las herramientas para que ellos puedan generar con nuestro apoyo las soluciones. Esto es dejar el paternalismo de lado y empoderar a la gente, ya que la verdadera recuperación surge de generar conciencia de enfermedad, y que la mismas personas tomen un rol activo en mejorar su salud.

    En uno de los párrafos de la revolución cultural chilena en programas de Salud mental de Marconi dice “El alcoholismo, neurosis y epilepsia aumentan sus tasas a medida que desciende el nivel socioeconómico” y luego dice “Cualquier programa honesto y científicamente fundado de Salud Mental, debe postular la abolición de la sociedad de clases”. Si leyéramos esta última frase uno pensaría en que buscaba el comunismo, pero si le agregamos la primera frase todo cobra sentido, es sabido que las enfermedades mentales surgen por privaciones socio económicas, y la manera de lograr su reducción es través de reducir estas privaciones, no es algo comunista o socialista, es la cura a la enfermedad, lamentablemente en nuestro país existen grandes grupos económicos que disfrutan de sus privilegios y piensan que si ceden en un pequeño porcentaje sus privilegios perderán todo, piensan que todo es blanco o negro. Siendo que se ha visto que países como Alemania y Gran Bretaña donde tiene sociedades más igualitarias, tienen economías mas estables y los ricos siguen siendo igual o más ricos.

    En la entrevista a Marconi, el refiere como el rol comunitario del médico se ha perdido, dice que estos están más preocupados de viajar 2 veces al año a Cancún, para mí esto es un reflejo de la sociedad donde vivimos, donde el individualismo y el capitalismos ha prosperado. Los grupos comunitarios fueron además truncados por la dictadura. Pero en estos últimos años cada vez más han resurgido grupos comunitarios empoderados que quieren cambios, y pocos médicos tenemos las herramientas o las enseñanzas de como llegar a trabajar con ellos porque estamos aun centrados en este modelo asistencialista y capitalista que se nos impone. Leer a Marconi entrega herramientas de como llegar a los grupos comunitarios y como intervenir exitosamente en la comunidad, y puedo concluir penosamente que estos textos los debí haber leído en pregrado, quizás mis años en APS hubiesen sido mucho mejor aprovechados.

    Me impresiono lo que dice de China, dice por ejemplo “El control social popular denuncia y previene la delincuencia y el tráfico de drogas. La prostitución ha sido erradicada casi totalmente”, al leer esa parte llegué a preguntarme si es que China no había falsificado sus estadísticas, pero luego recordé como China pudo contener el Coronavirus y tener una tasa de mortalidad mucho menor que nuestro país. Luego decía como China se preocupo de educar a su población y pensé eso es todo lo contrario a lo que ha ocurrido en Chile, y por eso mismo tenemos altas tasas de tráfico de drogas y delincuencia, porque nuestro estado no se ha preocupado de los más vulnerables, y estos por eso mismo se han trasformado en antisociales. Por eso últimamente me da un poco de rabia al escuchar como dicen “son puros delincuentes que andan quemando el metro o haciendo barricadas” porque al fin y al cabo, estos antisociales surgen por culpa de que la comunidad no se ha empoderado para tratar a su propia comunidad, y tampoco ha exigido al estado que se preocupe por estos niños que probablemente viene de familias con muchas deprivaciones económicas y sociales. Si como sociedad nos pusiéramos a analizar y a empatizar con la historia de abusos en la infancia que sufrió este adolescente anti social que anda quemando el metro, quizás ya no lo veríamos de la misma forma y trataríamos de lograr cambios profundos en nuestra comunidad.

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    1. “Seamos realistas, pidamos lo imposible” una utopía, una utopía que para esa época tenia sentido, había una maduración social en Chile eficiente como para que eso se pudiera hacer, de hecho se hizo. Esta frase de la entrevista de Marconi me marco, primero porque todos dicen que no hay que pedir lo imposible, y esta frase me dice que si hay que pedir lo imposible porque se puede lograr. Segundo me da rabia porque se hizo y luego se deshizo. Tercero pienso en Marconi este gran agente de cambios encerrado durante 10 años en su consulta privada, y me da más rabia. Y último me hace tener esperanza que en este último tiempo esta surgiendo un movimiento social con una fuerza comparable a la de aquellos años que nos va a llevar nuevamente a cumplir esta utopía.


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  14. Los textos leídos en esta semana fueron un viaje por el liderazgo entusiasta que tuvo Marconi para el estudio y posterior implantación de un modelo de salud mental comunitaria en el país, centrándose en el área sur de Santiago. Luego, en algunos textos se habla de como la dictadura actuó no tan solo eliminando los programas, sino destruyendo la base de estos programas, para finalmente, en la entrevista del año 2004, mostrarse absolutamente desesperanzado con la implementación de un programa de salud mental en nuestros tiempos.

    Con respecto a la implementación del modelo de salud mental comunitaria, me parece audaz su propuesta de generar un proceso de educación comunitaria para reducir los índices de Alcoholismo, Neuroticismo y Déficit cognitivo. Mientras el modelo actual imperante no ha logrado una eficacia en la abstención alcohólica que supere el 30-40%, el programa de Marconi estimaba incluso llegar al 70%. Una forma de explicar estos resultados consistía básicamente en la motivación al cambio. Mientras las estrategias biologicistas incentivan la motivación individual, el plan propuesto por Marconi motivaba a toda una comunidad, debido a que el problema no era el individuo, sino la comunidad y el contexto social, estudió a fondo las costumbres chilenas e integrándolas realmente.

    Es imposible mencionar en mi comentario que el contexto sociopolítico permitió el desarrollo de esta estrategia, primero con Frei con una sociedad más empoderada y luego el triunfo de Allende que permitió que la población tuviera una conciencia mayor sobre que uno es parte de una sociedad y comunidad, y que era importante el apoyo entre todos. Con la dictadura, como lo planteaba más arriba, no solo se eliminó el programa, sino que esta conciencia social existente fue anulada, y, como lo he dicho en otros comentarios, la población y los profesionales tienen una óptica de la sociedad mucho más individualista, lo cual destruye cualquier posibilidad de éxito de programas de este tipo.

    Sobre esto, he pensado sobre un programa que se implementó en mi CESFAM de origen, el "Programa de acompañamiento psicosocial de niños, niñas y adolescentes". En él trabajaba una trabajadora social. El programa requería contratar a un Agente comunitario, quien estaría a cargo de la interlocución entre la comunidad y los profesionales, además de participar en reuniones sociales y realizar educaciones grupales a la comunidad. Este perfil fue visto como "peculiar", ya que introducía a un dirigente social a trabajar a un CESFAM, al lado del personal de salud. En la búsqueda de alguien para el cargo se encontraron 2 dificultades:
    1) Existían muy pocos dirigentes sociales, y con 22 horas dedicándose a esta labor con un pago menor, nadie acudió al llamado.
    2) Hubo resistencias de parte del equipo y las jefaturas, entre otras cosas, no se concebía hablar los casos complejos de vulneración de derechos de los niños con alguien "no preparado" y que con la información entregada, pudiera utilizarla de mala manera.
    Finalmente, postularon profesionales cesantes más como una forma de ingresar al CESFAM para acceder a otro cargo a futuro mejor remunerado que por la motivación a trabajar como agente comunitario o estudiantes de carreras afines.
    Este programa sin duda estaba inspirado en las ideas del Dr Marconi, pero como él bien lo avisoró en su entrevista el año 2004, estaba destinado al fracaso (en el sentido de participación social, porque fue un éxito en muchos otros aspectos), ya que la sociedad no es la misma de inicios de los años '70.

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  15. Anastassia Gallardo17 de octubre de 2020, 20:09

    Con respecto a las lecturas de esta semana, ha sido muy interesante conocer cómo se inició la psiquiatría comunitaria en Chile a través del modelo de psiquiatría intracomunitaria del Doctor Marconi.
    Me resulta muy innovador el modelo intracomunitario del Dr. Marconi , el cómo utiliza los recursos existentes y uno que no había sido explorado y que es el más importante y útil de todos que es el uso de la comunidad , el tratar de solucionar los problemas más frecuentes de la sociedad chilena como son el alcoholismo, la neurosis y las salud mental infantil ocupando como principal recurso a la comunidad, tratando de llegar las poblaciones con mensajes sencillos evitando el uso de tecnicismo y por sobre todas las cosas utilizando las creencias populares para el propio beneficio, tratando de conservar los valores culturales de la sociedad que se visualiza al incluir en su pirámide de delegación de funciones a líderes religiosos, líderes de la comunidad , profesores ,personas ajenas a la labor medica pero que son muy necesarias para transmitir mensajes pues ellos tienen la total atención y credibilidad en toda la comunidad.
    “Las masas populares poseen un poder creador ilimitado y crean para si un creciente número de instituciones de bienestar “ ; Esta frase demuestra lo que se logra una vez que se escucha las necesidades de la población , el Dr. Marconi lo demuestra con su innovador programa para el alcoholismo , como logró encontrar solución a este problema una vez que se dio cuenta que el principal factor precipante era la creencia cultural arraigada en nuestra sociedad, por ende el no reconocimiento de la población de la enfermedad como un problema producto de la falta de educación y prevención por parte de los organismos sanitarios.
    Posteriormente una vez escuchada la población sobre sus necesidades ellos solicitaron nuevos programas, como fueron aquellos pacientes tratados con el programa de alcoholismo que posteriormente manifestaron a la “Neurosis” como un problema que debía ser resuelto a través de un programa intracomunitario de neurosis.
    Con respecto al tema de la desigualdad de clases y su relación con la salud mental; El texto refiere que la prevalencia de los desórdenes mentales más frecuentes como son neurosis y alcoholismo está íntimamente ligada a la estructura de la sociedad capitalista y que cualquier programa honesto debe postular la abolición de la sociedad de clases; Este tema es algo que se mantiene hasta nuestros días, la desigualdad de clases y la prevalencia de enfermedades mentales en las poblaciones más vulnerables es un tema preocupante y que como médicos deberíamos dar énfasis, me resulta cuestionable como algunas consultas privadas psiquiátricas en Chile alcanzan cifras desorbitadas y que no están al alcance de la mayoría de la personas en esta población , y me refiere a que una consulta privada de psiquiatría adulto puede resultar fácilmente en $60.000 y una de psiquiatría infantil puede llegar a $85000 , entendemos que psiquiatría es una de las especialidades que no está al alcance de todos por no decir además que las isapres poco reembolsan en términos de salud mental, deberíamos interiorizar el concepto de que como médicos nuestro deber es con la comunidad y para ello debemos lograr que la salud sea accesibles para todos, debemos luchar por una salud mental al alcance de todos.
    Me quedo con una frase del Dr. Marconi ,

    “El principal recurso de la salud es la propia comunidad; el equipo de salud sólo es un órgano especializado. Cómo tal debe estar al servicio de ella.”

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  16. Que relevante es conocer el legado del Dr. Juan Marconi, una figura tan importante para la medicina en especial para la psiquiatría comunitaria, que es el motivo por el cual muchos de nosotros elegimos este centro como nuestro centro formador. Primero destacar la transcendental reforma liderada por el Dr. Marconi, destacada por centrarse el bien comunitario y que sin embargo genero críticas, oposición y rechazo.
    Con respecto a los modelos de la medicina planteados por el Dr. Marconi: modelo científico, popular y aborigen, creo que hoy en día existen lugares en que las brechas existentes han ido disminuyendo (aunque muy poco), pero siempre dependientes de la voluntad de las personas involucradas y de su compromiso del trabajo en comunidad, tal como fue mi experiencia al trabajar en el sur en la Araucanía, donde nos reuníamos constantemente con las comunidades mapuches y rurales de la zona para poder idear planes en conjunto, que muchas veces tenían limitantes principalmente por el desconocimiento desde la base, desde la educación que recibimos desde la infancia a la universidad, ya que generalmente teníamos que partir desde cero.. desde conocernos, aprender y respetar las diferencias culturales, por lo que resultaba difícil avanzar. Hoy en día además de estas limitantes se suman las barreras culturales para la población inmigrante, que cada vez es mayor en nuestro país.
    El diseño del programa intracomunitario descrito es muy prolijo, horizontal, con participación activa y transversal de todos los personajes involucrados, lo cual es la base de poder hacer psiquiatría comunitaria. Me parece relevante además la importancia que se le da a la formación universitaria, la cual hoy en día está basada en un modelo etnocentrista, hospitalario y al egresar como médicos generales nos enfrentamos a una realidad tan diferente a la “enseñada”, a la “ideal”, condicionada por elementos sociales, culturales y económicos.
    Las experiencias vividas demuestran así que se necesitan cambios transversales, en todas las direcciones, para poder tener un impacto real.

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  17. A partir de las lecturas de esta ocasión me surgen tantos sentimientos como preguntas. Sentimientos especialmente de añoranza. Creo que esto proviene de una mezcla de fantasia con la fervorosa epoca en que Marconi desarrolla el trabajo de psiquiatria intracomunitaria, junto con mi potente identificacion con sus metodologias. Soy un convencido de que no existe un trabajo costo-efectivo en salud mental que no cuente con la articulacion con la comunidad como eje. Es por esto que leer de primera fuente su propuesta de trabajo, así como su propio testimonio del origen y los resultados me resulta personalmente inspirador.

    Tambien resuenan las suspicacias de sus colegas contemporaneos, igual de vigentes hoy en dia. En ese sentido siempre me ha llamado la atencion, en el contenido de estas criticas, la demandante solicitud de resultados concretos que avalen el enfoque comunitario. Aqui Marconi defiende lo suyo con cifras (72% "de mejoria" versus 35% por la via tradicional), pero mas alla de lo discutibles que pueda ser el alcance de sus resultados, lo realmente cuestionable es que nos parezca razonable exigirle resultados a un modelo comunitario versus la facilidad con la que utilizamos herramientas tradicionales (como algunos psicofarmacos) con resultados conocidamente mezquinos. Parece haber algo mas que diferencias academicas en las resistencias levantadas contra el modelo comunitario, y Juan Marconi hace mencion tambien a esto, destacando que los intereses de los medicos se han desplazado en la linea del modelo neoliberal regente.

    Yendo al detalle de su metodologia, quisiera mencionar dos puntos que a mi parecer resultan valiosos de analizar. El primero tiene que ver con la definicion de objetivos y su priorizacion. De "Asistencia Psiquiatrica Intracomunitaria en el area Sur de Santiago" se desprende que la tarea de computacion de objetivos, su jerarquizacion y posterior delegacion recaeria en el equipo medico de psiquiatria. Se explica que esto se basaria en considerar todo lo que la "Universidad" puede abordar de un determinado problema, y de alli ir tomando sucesivamente objetivos minimos y mas operativos. Si bien es comprensible la secuencia logica de este metodo, me parece discutible el realizar dicho proceso diagnostico sin un encuentro ya establecido con la comunidad. Hoy en dia en APS se realiza bianualmente la actividad de Diagnostico Comunitario, donde precisamente se mencionan las problematicas que aquejan la salud de la poblacion. Seria posible proponer que este paso fuese incorporado a la metodologia de Marconi, y que los diagnosticos y propuestas realizados con la comunidad se nutran de las propuestas de la "Universidad".
    En segundo lugar, quisiera destacar la importancia del tipo de problema que Marconi selecciona para instaurar su modelo. Argumenta que el alcoholismo fue su linea de trabajo en psiquiatria historicamente, pero existen varias caracteristicas de este problema de salud que coinciden para hacerlo de lo más oportuno de abordarse desde las estrategias intracomunitarias: es una situacion comun, que toca a todas las familias de la comunidad; tiene un nicho de tratamiento ya instalado en la comunidad: los clubes de alcoholicos recuperados; es posible abordarlo desde distintas perspectivas, como la educativa, familiar, espiritual, medica, entre otras, por lo que son pocos los miembros de la comunidad que no podrian tener un rol en la piramide de delegacion.

    Así como con el problema del alcoholismo, resulta muy interesante revisar (o experimentar, aprovechando el entusiasmo) la efectividad del trabajo psiquiatrico intracomunitario con otro tipo de problematicas de salud mental casi igual de frecuentes, como lo que seria el trabajo de las neurosis iniciado por Marconi; las demencias; la discapacidad intelectual y hasta el suicidio.

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  18. Luego de esta revisión fue inevitable tener la intención de iniciar este comentario con la idea que plantea María José en su comentario. Hemos revisado en el curso de este año toda una introducción histórica internacional de los inicios de la Psiquiatría comunitaria, pasando además, por la completa revisión histórica de la salud pública de nuestro país para llegar finalmente a conocer más en profundidad el trabajo del “genio” como se nombra en algunos textos revisados que nos presenta su perspectiva de las 3 etapas históricas de la psiquiatría chilena y su trabajo gran contribución en el desarrollo del trabajo comunitario.
    En una de sus publicaciones el Dr. Marconi nos explica como desde 1954 se han realizado en Chile numerosos estudios directos de prevalencia de alcoholismo y otros desordenes mentales tanto en zonas urbanas como rurales. Uno de los trabajos del Dr. Benjamín Vicente señala que del total de patología mental solo un 16% había consultado en un servicio de salud, lo cual deja el 84% restante a la comunidad (clubes de abstemios, centro de madres, clubs deportivos, juntas de vecinos, etc).
    Me parece realmente brillante el planteamiento que realiza el Dr. Marconi en su modelo de intervención que pretende cambiar completamente la forma de abordaje de los problemas sociales. Creo que no hay duda en que la clave de su planteamiento es el entendimiento de que cualquier intervención que se plantee para una determinada problemática tiene que partir de la base de que no se está arreglando un objeto que necesita una mantención o cambiar alguna pieza. Los problemas sociales están insertos en un complejo sistema dinámico que la mayoría de las veces tienen ya una solución en la comunidad que solo hace falta potenciar y fortalecer para mejorar su impacto y cobertura. La idea de ofrecer las herramientas necesarias a la comunidad para solucionar por su cuenta un gran porcentaje de las problemáticas de salud mental y dejar solo la patología mas compleja para ser atendida por los profesionales es una forma muy eficiente de organizar los recursos. Además, esta estrategia permite que la comunidad pueda internalizar y sentir como propias estas intervenciones, las cuales son mucho mas accesibles y ejecutadas por expertos por experiencia del territorio. El técnico debe estudiar que soluciones populares habían dado resultado hasta entonces en la comunidad y junto a esta respuesta popular que “debe ser respetada” se debe enriquecer el movimiento con el aporte científico y técnico.
    Me quedo con una de las frases que se mencionan en una de sus publicaciones. “Las masas populares poseen un poder creador ilimitado y crean para sí un creciente número de instituciones de bienestar”. Creo que la comprensión de este punto es clave a la hora de proponer cualquier tipo de intervención comunitaria, entendiendo que el personaje principal debe ser la comunidad y sus expertos, lo cual no significa que nuestro papel asesor sea menos activo. “Apoyar y entrenar la clase obrera para que ella misma resuelva el 80% del alcoholismo” Simplemente me parece brillante.
    Por otra parte, Dr. Marconi en una de las publicaciones de 1973 ya hablaba del conflicto asistencial que planteaban las neurosis, al no ser reconocidas como tales por los pacientes y la comunidad, eran atribuidos algunos síntomas a enfermedades somáticas lo cual recarga considerablemente la consulta médica habitual en un 30-40%, lo cual también era susceptible de mejorar con su enfoque.

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    1. Respecto a lo que plantea Dr. Marconi sobre la enseñanza de los estudiantes de medicina y la propuesta de que los estudiantes deben estar en contacto con los pacientes y sus familias desde el inicio de sus carreras me parece algo completamente esencial. Creo que una carrera universitaria que se propone como objetivo principal mejorar la salud de la población, debería proponerse como punto de partida el trabajo con la familia como sistema principal que se encuentra influyendo de infinitas formas en cada momento en distintos aspectos de la vida de un sujeto. En cambio, nuestro sistema educacional nos propone como objetivo principal el estudio en profundidad de lo biológico y molecular. Si bien, no deja de ser importante, no debería primar por sobre la importancia del contacto con la realidad y el entorno de las personas. Nos formamos teniendo en mente que un problema (A) requiere un examen diagnostico (B) y un tratamiento (C). Y la realidad de nuestra población es que probablemente el diagnostico de ese problema (A) pueda ser diagnosticado con una visita domiciliaria que nos explique cómo se originó y también esa misma visita nos de indicios de un tratamiento que pueda estar al alcance de la misma familia o de la comunidad.

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  19. Resultó muy interesante poder finalmente conocer a tan importante profesional que incluso nomina la unidad de psiquiatría de nuestro hospital, su obra, logros, alcances en torno al establecimiento y desarrollo del modelo comunitario en salud mental, reconociendo la importancia de acercar la atención y a los profesionales al enfermo en su propia comunidad demostrando un genuino respeto para el enfermo mental y su familia, además de su preocupación por la formación del resto de profesionales con su gran talento para enseñar. Otro factor que da cuenta de su persistente tenacidad para realizar su proyecto en la Psiquiatría y la Salud Mental es el contexto histórico que enmarcó su trabajo dados los cambios socioculturales y políticos vigentes en esa época en el país, y que lamentablemente fueron un impedimento para que hubiese desarrollado aún más innovaciones extraordinarias para el sector salud.
    La reforma propuesta al modo de ejercer la psiquiatría no proviene sólo del estudio de que ya otros pioneros en la psiquiatría comunitaria habían planteado para la época como Caplan, si no de su propia experiencia en el trabajo asilar en el manicomio nacional y el hospital psiquiátrico, donde se contacta profundamente con la inhumanidad y la desidia con que el enfermo mental era tratado, a una suerte de “leprosos del siglo XX”, mostrando un especial interés en el abordaje y tratamiento del paciente alcohólico, con deprivación sensorial y esquizofrenia.

    Junto a un diverso equipo de trabajo, en compañía principalmente por psicólogos, implementa el tercer modelo de Programas de Salud Mental, el intracomunitario o integral. Este se expandió por varias poblaciones recibiendo el apoyo y sostén de líderes como sacerdotes, profesores, dirigentes poblacionales, etc., junto a la cooperación de la comunidad, poniendo realmente en práctica la psiquiatría social. Destacar también su trabajo en el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Sur, en concordancia con la Reforma Universitaria y asentado en el Hospital Barros Luco, continuando progresivamente su trabajo en la comunidad, apoyados por el sistema de delegación de funciones, programas de tratamiento y prevención de alcoholismo, de los trastornos emocionales y de la prevención de la privación sensorial mediante la estimulación temprana y avanzando en la aplicación del sistema piramidal que incluía la activa participación del equipo de salud como de los usuarios.

    Pese a que es forzado a descontinuar su trabajo durante el período de dictadura, su legado aún sigue vigente en la gestión que en la actualidad se ejecuta en nuestros dispositivos, con la convicción de que el trabajo con y para la comunidad es medular en el abordaje no solo de la patología mental, sino en las estrategias que podemos ser capaces de llevar a cabo para la prevención del desarrollo de las mismas, y a título muy personal, siento que somo privilegiados de recibir esta formación de la mano de profesores comprometidos y preocupados como los que integran nuestro staff docente, y puede que esté un poco nostálgico al acercarse la finalización de nuestra pasantía, pero estoy sumamente agradecido de esta oportunidad y siento que este periodo esta constituyendo uno de los pilares más importantes de mi preparación como especialista, por el desarrollo de un pensamiento menos reduccionista y más crítico, pero no sólo desde lo teórico sino en la convicción de que la psiquiatría y en general la salud mental debe gestarse desde un profundo sentimiento de conexión con la humanidad de la persona concebido en comunidad y no como entes aislados.

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  20. La medicina con una mirada comunitaria siempre se ha abierto puertas desde hace varios años atrás, siendo el esfuerzo de muchos y el logro de unos pocos, como lo fue el Dr. Marconi que nos demuestra en estos textos la gran importancia de no mantener modelos copiados de diferentes partes y que no se ajustan a una realidad objetiva de una población especifica.
    Una de las grandes falencias que se pudo ver durante la historia de la salud publica fueron las decisiones de utilizar modelos centrados en las grandes instituciones como lo era el modelo etnocéntrico, dejando a un lado múltiples factores relevantes de los pacientes en su lugar de vivienda y las relaciones en su comunidad.
    Los modelos relativistas en cuanto a mi experiencia en chile y trabajando muchos años en la atención primaria, creo que son una muy buena mirada hacia la salud de la población, teniendo en cuenta que esto no es algo nuevo sino algo que se ha planteado desde hace muchos años y que seria bueno ir potenciando cada día
    Cuando se habla de salud comunitaria o en su momento programas intracomunitarios se trata de ver el individuo en su ambiente , inserto en una familia, un sector y una comunidad, siendo a mi parecer y por lo visto en mi trabajo de APS, el mejor vinculo hacia ellos, no es menor pensar que actualmente y después de múltiples esfuerzos se sigue viendo la atención de salud con una mirada muy biomédica, paradigma que seria interesante seguir trabajado para poder fortalecer los diferentes profesionales y que estos sean vistos por los usuarios como un pilar fundamental de su recuperación o tratamiento.
    El modelo piramidal del Dr. Marconi me llamo mucho la atención viendo la realidad que vivía de un sistema de atención medicalizado en APS y que por el contrario en el modelo piramidal del Dr. involucra varias personas en sus diferentes niveles, dejando al lado la atención directa médica y apoyándose de múltiples actores (no necesariamente todos de salud) y que estos pueden impactar positivamente en una población, este modelo que inicia con un medico capacitador a otros profesionales como enfermeras y estas mismas a otros y estos otros a líderes comunitarios, llegando así más fácil y de forma mas expedita a una comunidad es un modelo digno de admirar y querer gestionar.
    No es menor todos los esfuerzo que se dieron en la época del Dr. Marconi par poder tratar y recuperar las patologías mas prevalentes de la época, que como vemos hoy en día sigue siendo un problema a nivel de salud publica como lo es el alcoholismo , neurosis y trastornos psiquiátricos infantiles , se han realizado varios esfuerzos y programas para poder abordar estas patologías pero aun desde el sistema público tenemos varias brechas en el diagnóstico, tratamiento y recuperación de dichos pacientes haciendo hincapié en el sistema que conozco inserto en la comuna de Cerro Navia.
    Como conclusión a estos textos: puedo quedarme con la iniciativa positivista que las cosas siempre se pueden mejorar y que la mirada debe siempre estar dirigida al trabajo comunitario, la mejor opción de realizar cambios en las personas es insertándonos como profesionales en la comunidad, guiando y buscando que el voz a voz se corra entre los habitantes y así poder buscar líderes que nos ayuden a mantener muchas de las ideas y objetivos que se deben ejecutar en pro de una comunidad sectorizada.

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  21. Leer la obra del Dr. Marconi me resultó muy interesante y grato, en primer lugar, quisiera resaltar esas cualidades humanas tan nobles y necesarias en todo aquél que se compromete y dedica a cuidar y curar a los demás, cualidades presentes en el dr Marconi y que quedan plasmadas en su profundo y genuino compromiso con la salud de los pacientes, esa empatía y humildad para trabajar de igual a igual, para poder ir avanzando en mejoras para todos, trabajando en equipo, en comunidad.
    Siguiendo este último punto, reconoce a la comunidad como elemento trascendental a la hora de crear un modelo de salud, plantea la importancia de involucrar al paciente en su recuperación, darle esa voz y participación que se merece y que, a la fecha, aún no se ha logrado.

    Resulta innovador para su época ser el punto de inflexión al sugerir un cambio de modelo incluyendo entre sus participantes a la misma comunidad y no seguir perpetuando el modelo tan segregador de hasta ese entonces, el que claramente no se sustentaba por esa gran distancia entre los participantes. Destaca que el dr Marconi no tan solo sugiere este cambio, sino que también lo ejecuta, lamentablemente por escaso tiempo dadas las circunstancias de la época, pero que de haber seguido, evidentemente nada sería como lo es hoy. Esto ultimo abre una luz de esperanza, ya que, se vienen cambios, cambios importantes y espero que ahora sí, que se pueda trabajar codo a codo con nuestros pacientes, involucrarnos con ellos y mejorar el sistema de salud, en especial de la tan abandonada salud mental.

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  22. Marconi establece un modelo de atención en salud mental innovador, que busca integrar a la comunidad en su proceso terapéutico. Basándose en el concepto antropológico del etnocentrismo, Marconi busca romper las barreras culturales e incluir también a la medicina popular y aborigen dentro del sistema de salud. Reconociendo el valor de la cultura y creencias de la población obrera y mapuche. Esto permite que el modelo sea menos vertical/jerárquico e incluya a todos los actores sociales. Esta inclusión disminuye la carga sobre los profesionales que son más escasos y tienen alta demanda como médicos, psicólogos, asistentes sociales, enfermeros etc. Por otro lado, empoderar a la población en cuanto al cuidado de su propia salud, es una implementación del libro rojo de Mao "de las masas, a las masas".

    Marconi describe a la sociedad chilena de los setenta de una forma muy parecida a la actual. La distribución desproporcionada de los recursos, donde un 5% más rico es el único que tiene una tal libertad para tratarse cuando y como quiera. Mientras que más del 70% de la población tiene escasas posibilidades de atención y solo a través del sistema público. Un sistema centralizado y enfocado en la atención hospitalaria más que en los dispositivos de atención abierta. Un modelo capitalista que reproduce la desigualdad y los determinantes sociales en salud. Marconi describe como las neurosis, alcoholismo y epilepsia aumentan sus tasas en niveles socioeconómicos más bajos. Podemos ver como la situación no ha cambiado mucho en 50 años y sustenta los movimientos sociales que se han levantado el último año.

    Por otro lado, la situación no se soluciona solo con la inyección de recursos, es necesario educar a la población para alcanzar la revolución cultural, dice Marconi. Lo que va de la mano con lo que dice el libro rojo de Mao: "las armas son un factor importante en la guerra, pero no el decisivo. El factor decisivo es el hombre y no las cosas".

    En mi experiencia en el CESFAM de Curarrehue, la ayuda del Amulzugun, facilitador cultural mapuche, era fundamental. Si bien no se dejaba de lado el tratamiento occidental, era muy importante respetar la cosmovisión mapuche. Tuvimos un caso de un púber de 12 años con un primer episodio psicótico que fue interpretado como "el llamado del Machi". Fue importante para establecer un vínculo con el paciente y su familia, respetar sus creencias y así acceder a tratar de forma precoz su psicosis. Si se hubiese rechazado de plano que el niño estaba manifestando los indicios de poderes de un Machi, probablemente la familia no se hubiese abierto a tratarlo, siendo de peor pronóstico.

    En definitiva, las enseñanzas de Marconi son tan vigentes como fueron en los 60-70 y son fundamentales a la hora de pensar en un nuevo sistema de salud y en un nuevo Chile.

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