TEMA DE LA QUINCENA DEL 23 de JUNIO al 5 de JULIO: HISTORIA DE LA PSIQUIATRIA, LA PERSPECTIVA Y ALGUNOS DE LOS APORTES DE RAFAEL HUERTAS


Rafael Huertas García-Alejo (Madrid, 1956), doctor en Medicina y Cirugía por la UCM, es Investigador Científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Profesor Asociado de Historia de la Ciencia en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Es, en la actualidad, Jefe del Departamento de Historia de la Ciencia del Centro de Estudios Históricos del CSIC. Ha desarrollado investigaciones y dirigido proyectos de investigación sobre Historia de la Psiquiatría y de la Salud pública, así como sobre aspectos teóricos y metodológicos de la Salud. Ha sido profesor invitado en diversas universidades e institutos de investigación extranjeros y es autor de más de un centenar de trabajos en revistas nacionales e internacionales.


Para su COMENTARIO en el BLOG :

  1. Lea la Entrevista a Rafael Huertas en la Revista de la AEN, entrando por AQUI.
  2. Lea el artículo de Rafael Huertas sobre el Tratamiento Moral en Psiquiatría : De la filosofía de la locura a la higiene del alma. Joseph Daquin (1732-1815)
  3. Vea la clase de Rafael Huetas sobre la Historia de la Locura y de la Psiquiatría, entrando por AQUI.
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Comentarios

  1. Antes de todo debo decir que mi gusto por la psiquiatría empezó cuando conocí la corriente de la antipsiquiatria. En la historia existe una subjetividad innata, ya que como bien señala Huertas la forma de hacer historia va a depender de la subjetividad del historiador, también de la información recabada, de las fuentes, y de la evaluación de otras variables históricas, y como señala Maturana “todo lo dicho es dicho por alguien”, entonces ¿puede existir una historia objetiva? Yo creo que no. La importancia de esta puede radicar más en el fin que en la historia en sí, “hacer historia en el presente o para el presente”.
    Hacer historia de la psiquiatría es relevante ya que muestra al mundo lo que en teoría “han hecho los psiquiatras” en la historia en teoría, porque como bien dice Huertas la real historia está en las fichas clínicas más que en los libros y también porque muchas veces lo que se dice hacer es diferente de lo que realmente se hace. Como en muchos aspectos de la vida destaca lo que genera morbo, quizá por eso es tan conocida la historia de la psiquiatría manicomial, las terapias de aquellos tiempos, la deshumanización de los psiquiatras hacia los pacientes, lo que genera un cierto estigma tanto en los psiquiatras como en los pacientes. De ahí la relevancia de Huertas según mi opinión, ya que nos entrega un nuevo enfoque de la historia al hablarnos del desconocido Joseph Daquin y su texto ”de la filosofía de la locura a la higiene del alma” donde muestra un nuevo enfoque del manejo de los alienados, una formas más humana. También destaca el problema de egos que se generó sobre quien fue el primero en proponer esta idea, sin Daquin o Pinel, independiente de eso la idea es la que se rescata, la de una psiquiatría más humana, donde se reconoce que el problema es tanto del cuerpo como del alma, donde se prioriza la “higiene del alma”, se evita la sobremedicalización y donde se considera imprescindible la dulzura en el trato. Cuán diferentes serían las respuestas a los tratamientos, en psiquiatría y otras áreas de la medicina, si hubiese dulzura en el trato, o por lo menos un trato digno; cuantos relatos he escuchado de personas que se han sentido vulneradas durante una atención médica, desde un profesional que no escucha, no mira a la cara, que deshumaniza a la otra persona, generando daño-
    Estamos lejos de lograr una psiquiatría humana enfocada en cuerpo y alma, si empezamos por considerar la definición de la OMS de salud mental como “un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad”, muy semejante a lo que analiza Huertas en el degeneracionismo, donde el papel del psiquiatra es la “defensa social”, estrategias y técnicas de control social. Si me gustaría destacar el contexto donde se desarrolló la teoría de la degeneración, rodeada de “un sentimiento de decadencia y de desastre que pone en peligro los valores y el orden…” donde “no se puede intentar la regeneración de la patria si esta previamente no ha degenerado…” Creo que estamos en un momento oportuno para regenerar nuestra patria, desde una raíz más humana, más empática y de mirada más amplia.

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    1. Es super interesante esa separación entre lo "dicho" y lo "hecho", creo que muchos lo hemos visto y nos damos cuenta que ocurre hasta el día de hoy que tenemos discursos profundamente críticos y prácticas que parece que no se vieran afectadas en nada, por ejemplo la criminalización/medicalización de la infancia. Y por otro lado, también tenemos ideas que pareciera que se repiten: se ha puesto muy de moda el estudio de la enfermedad psiquiátrica por métodos de imagen funcional, cosa que me parece muy afín con las ideas de la frenología para definir criterios cuantitativos con base anatómica para estudiar las enfermedades psiquiátricas. O también el uso de técnicas de estimulación cerebral profunda, que nos recuerda a la psicocirugia. En el fondo el desarrollo del conocimiento psiquiátrico ha ido privilegiando lo biológico por sobre lo subjetivo, por lo menos en términos de diagnóstico o interpretación de la enfermedad mental, pero todavía nos queda el espacio de lo clínico donde sale con toda su dureza e importancia el aspecto subjetivo, creo que es un aspecto de esta "distancia entre lo dicho y lo hecho" que hay que rescatar y elaborar.

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    2. Hola Estefi. Justo venía a comentar algo relacionado a lo que escribiste sobre " lo que se dice hacer es diferente de lo que realmente se hace" y que comenta Daniel también. Me pasó que varios pacientes con EQZ o pacientes de origen rural, analfabetos, eran de alguna forma "desechados" de tratamientos oncológicos, con cirujanos que sin poner resistencia o información alguna permitían que el paciente o familiar firmara el rechazo de tratamiento de cánceres totalmente abordables (pero objetivamente todo queda dentro de la norma y el hospital está por supuesto acreditado como de calidad). Esto es súper frecuente! Saludos

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    3. Bernardita Vergara4 de julio de 2020, 12:56

      Me gusto mucho tu comentario, al leer a Huerta también me llamo mucho la atención su perspectiva en donde busca lo que realmente se hace, y que lo busca a través de textos no médicos, y creo que seria interesante saber de esta otra historia de la psiquiatría ya que lo más probable es que sea muy distinta a lo que hemos leído. Y estoy totalmente de acuerdo contigo sobre el trato mas humano. más cercano, menos sobre medicación seria un mejor tratamiento, ya que al fin y al cabo no somos solo cuerpo físico.

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    4. Concuerdo con lo que dices! Me pasó parecido a ti, no me gustó la psiquiatría hasta conocer la antipsiquiatría. En el hospital de día donde hice mi práctica había una psiquiatra que era antipsiquiatra y poder compartir con ella fue muy inspirador: el énfasis nunca estuvo en los diagnósticos si no en las dificultades de cada persona, hacía sus consultas caminando por la calle con sus usuarios. Al igual que tú, pienso que es necesario ser diferentes.

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    5. hola estefy , concuerdo contigo tambien me llamo la atencion que lo dicho por Daquin sobre la higiene del alma, donde escuchar al paciente era fundamental no tuviera tanta relevancia entre los alienista de la epoca y que posteriormente al aparecer el psicoanalisis lograra por fin importancia, a lo mejor es como dices la suma de los egos en ese tiempo impedia ver otro tratamiento que no fuera el tratamiento moral basado en la observacion y la medicalizacion de la locura.

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    6. Anastassia Gallardo4 de julio de 2020, 20:24

      hola estefy , concuerdo contigo tambien me llamo la atencion que lo dicho por Daquin sobre la higiene del alma, donde escuchar al paciente era fundamental no tuviera tanta relevancia entre los alienista de la epoca y que posteriormente al aparecer el psicoanalisis lograra por fin importancia, a lo mejor es como dices la suma de los egos en ese tiempo impedia ver otro tratamiento que no fuera el tratamiento moral basado en la observacion y la medicalizacion de la locura
      no puedo borrar el comentario anterior que aparece como unknow

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    7. Creo que esto igual nos invita a autoanalizar nuestro actuar, creo que más de alguna vez no hacemos lo que decimos, por ejemplo en estilos de vida saludables, o en la aplicación de estigmas, sería interesarte hacer ese análisis para evitar seguir perpetuando esta práctica.
      Moté me encanta que seas pro-diferententes como yo, creo más en el acompañar que en el etiquetar, con todo lo que eso conlleva en la vida de las personas.

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  2. Los textos seleccionados de Rafael Huertas nos llevan a mirar la historia de la psiquiatra, y de alguna manera cuestionar decisiones del pasado y apoyadas por iconos históricos, motivados probablemente por una supraestructura social.
    En primer lugar, me parece interesante el aporte de Pinel en relación a simplificar diferentes clasificaciones nosológicas que se habían producido durante el tiempo, argumentando la existencia de cuatro tipos de entidades básicas: melancolía, manía, idiotismo y demencia, lo cual muestra que fue un gran clínico. Además de visibilizar al enfermo como otro ser humano, dejando de lado visiones antiguas “endemoniados” logrando desencadenar a los alienados de los manicomios, sin embargo entendiendo que son personas que requieren cierto control especial por sus conductas extravagantes e incluso peligrosas para sí mismo y los demás.
    En segundo lugar, el tratamiento moral como un aporte de los alienistas, me parece muy coherente bajo la perspectiva que ellos tenían y principalmente con el escaso o nulo entendimiento que tenían (tenemos) de la locura. Si miramos las técnicas bajo el constructo actual de locura, y nuestro paradigma, pensaríamos que mucho de lo que se hacía “bordeaba” en la crueldad, sin embargo, creo que se debe analizar bajo el contexto histórico.
    En tercer lugar, creo interesante el paralelo que realizar el autor entre diferentes “profesiones normativas” –justicia, religión, y medicina- básicamente las cuales tienen el poder ¿o deber? de estudiar y normar diferentes áreas de la vida humana que se consideran relevantes para sí mismos y nuestra vida en comunidad. Sin embargo, ¿en qué grado los conocimientos y “criterios diagnósticos” podrán ser afectados por las supraestructuras de poder? Y suponiendo que exista una intervención, directa o indirecta, ¿Cómo evitarla?
    En cuarto lugar, el degeneracionismo y la higiene mental, también se ven como “interesantes errores” marcada de preconceptos morales y biológicos: “algunos trastornos mentales eran consecuencia de la degradación progresiva del cerebro relacionada con una herencia biológica defectuosa” en otras palabras, desde antes del nacimiento todo está determinado. Muy curiosa la relación entre los alienistas y la justicia, ya que, los “locos dementes” no tenían responsabilidad legal, considerando que “carecían de libre albedrio”, por lo cual, los alienistas tenían el trabajo de diagnosticar a estos posibles locos, y según ese diagnóstico la persona podía vivir o morir. Hay algunos casos celebres en España, los cuales pueden ver acá: https://nah.sen.es/vmfiles/abstract/NAHV4N120161_12ES.pdf.
    Aquí un ejemplo de una descripción:
    “De tez morena, subictérica, con barba rala, su faz se adelantaba amenazadora como la de un dogo por el prognatismo de la mandíbula inferior […], su cara tomaba el aspecto triangular, chato y estrecho de un reptil […], sus ojos pardos de malayo […], el andar tenso y cierta tendencia al salto del tigre. Su fisonomía le da un aspecto tenebroso, una mirada fiera e intensa. Todo ello fiel traducción de su alma desquiciada. Indudablemente era un epiléptico. Garayo, bajo el punto de vista somático, presenta una cabeza contrahecha, deforme; pero ¡qué deformidad, señores! Ancha en su base, angosta en su bóveda, estrecha en la frente y espaciosa en el occipucio. La curvadura [sic] posterior está tan deprimida que desde lo alto de la cabeza hasta la parte posterior de la cerviz se baja en un solo plano; el diámetro transversal predomina sobre el anteroposterior […] y de las dos mitades en que se divide [el cráneo], la derecha es mucho mayor que la izquierda”
    Por último, creo relevante visibilizar que nuestros colegas de cientos de años, intentaban realizar la mejor labor posible con el paradigma de conocimiento que ellos contaban, por lo cual, conocer el pasado significa un llamado a la humildad que se debe tener para no repetir los mismos errores que son causados por estar en “la vanguardia de la historia”….

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    1. Referencias:
      1.- Huertas, Rafael (2015), “De la filosofía de la locura a la higiene del alma. Joseph Daquin (1732-1815)”, Asclepio, 67 (2): p106. doi: http://dx.doi.org/10.3989/asclepio.2015.24
      2.- Álvarez Martínez. (1999). Entrevista con Rafael Huertas. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 19, 92-104.
      3.- Giménez-Roldán, S. (2016). Degeneracionismo cerebral y alienistas españoles del siglo XIX: el cráneo y la fisonomía en peritajes judiciales. Neurosciences and History, 4 (1), 1-12. https://nah.sen.es/vmfiles/abstract/NAHV4N120161_12ES.pdf
      4.- Clase de Rafael Huertas,2008 “Historia de la Locura y la Psiquiatría”

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    2. Respecto a tu tercer punto, creo que esa superestructura está muy marcada, entre otras cosas, por la industria farmacológica, esto ha sido muy discutido en torno al rol que han tenido los grupos económicos en la elaboración de los distintos DSM con la elaboración y posicionamiento de los criterios diagnósticos con los cuales nos formamos para el diagnóstico e investigación en salud mental. Creo que una manera de evitarla es haciendo uso de las herramientas de las cuales disponemos conociendo sus límites, en lo concreto, sin olvidar el deseo o las expectativas y la historia de los pacientes para la elaboración de objetivos terapéuticos en conjunto, en lugar de imponer nuestro criterio individual de manera unilateral, considerando todas las eventuales limitaciones de éste, que vienen tanto de influencias externas en los espacios de formación como de fuentes culturales, que se manifiestan como vimos antes en el estigma.

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    3. Sobre lo que comentan tienes razón sobre la presión de la industria. Otra presión de poder es el judicial, que como dice en la clase el profesor ha sido una relación de amor y odio. Recordé este caso de una colega que se negó a derivar a una menor residente de SENAME a un hospital por orden de una jueza, terminando detenida la colega. Claramente lo más sencillo hubiese sido acatar; tenemos que tener claras nuestras convicciones.
      https://www.latercera.com/nacional/noticia/detienen-la-medico-nego-traslado-nina-sename-no-ameritarlo/302009/

      saludos

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  3. No todo el pasado es conocido y estudiado; los historiadores han seleccionado eventos que, por diversas razones, son considerados importantes y dignos de ser conocidos como hechos históricos, y es así como vemos el trabajo desarrollado por los psiquiatras y alienistas de los siglos XVIII y XIX, donde se exaltan sus logros y se sitúan ellos mismos en las cúspides gloriosas de la historia, hasta que la historiografía empezó a ser más crítica y a narrarse por otros profesionales, intentando otorgarle mayor objetividad a un acto que es en esencia, subjetivo. Muy interesantes es ahondar en la visión no sólo de la psiquiatría, sino también de la locura, reconociendo la importancia de aquellos sucesos que han dado forma al quehacer actual de nuestra disciplina, los valores e ideas que se han forjado al calor del desarrollo de las ciencias humanas, biológicas y sociales y que experienciamos como Psiquiatría.

    Aprecio mucho lo planteado por Estefanía al referir a propósito del autor revisado, que la verdadera historia se encuentra en las historias médicas, en las experiencias de los pacientes puesto que, en gran medida, lo que se dice hacer es diferente de lo que se hace, y para construir un panorama más realista, hemos de considerar las experiencias de cada uno de los protagonistas. Por otra parte coincido con Erwin en lo referente a que, mucho de lo que se llegó a hacer se sustentaba en los conocimientos desarrollados hasta el momento, en el que una comprensión escasa y sesgada produciría medidas también incoherentes y hasta inconcebibles si nos situamos desde lo que conocemos hoy, pero sin lugar a dudas, considero que una característica esenciales del manejo de los “locos” es la desconexión con la vida de ese otro y su reducción y enajenamiento hasta cosificarlos, desproveyéndolos de emociones, sentimientos, derechos y valía. Pero, algo hay que destacar, y es que en este recorrido histórico progresivamente la psiquiatría se ha ido impregnando de mayor compromiso social, dignificación del sujeto enfermo, humanización y cumplimiento de derechos de los pacientes; la inclusión familiar y social en los tratamientos, incorporación de muchos otros profesionales en los cuidados y diversificación de los abordajes, siendo esta la dirección hacia donde debemos seguir encaminados.

    Me "tocó" personal y profesionalmente de forma significativa el descubrir gracias a la clase del Dr. Huertas, de modo más directo, como parte de la transformación progresiva de las clasificaciones, comprensión y tratamiento de los trastornos psiquiátricos se generó con el desarrollo del psicoanálisis, cuando de una metodología simple observacional (donde lo que se sabía y hacía era sólo porque se observaba y a partir de esto se hipotetizaba) a una metodología de la "escucha" en la que cobró valor lo que el paciente tenía para decir y compartir de su mundo interno, por lo que además de verle, se le escuchó. Eso me lleva a preguntarme entonces… ¿Qué más tienen por decir nuestros usuarios? ¿Qué más hace falta hacer? Y pues, hay cosas que ya van por buen camino, pero debemos mejorar cada vez más: SENTIRLES, es decir, empatizar con ellos, pararnos desde sus zapatos e intentar ver el mundo como ellos lo ven; ACOGERLES y que no vuelvan a situarse en el distanciamiento que en otrora discriminaba la locura de lo sano, la cordura de la insensatez y al experto del falto de saber; CONTENERLES en su dolor y aliviar su sufrimiento; SERVIRLES de apoyo en su experiencia de enfermedad, en la sanación de sus heridas ya que a ellos nos debemos para así AYUDARLES a restaurar su salud, otorgar herramientas y reincorporarles a la sociedad en un entorno de vida digna, con derechos garantizados y oportunidades de desarrollo, quedándome claro que no debemos permitirnos volver a la estructura hospitalaria como institución total ni adoptar versiones modernas del tratamiento moral.

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    1. Te encuentro toda la razón , para poder ayudar a nuestros pacientes o usuarios, debemos siempre cuestionarnos que mas me hace falta hacer, y sentirles, acogerlos, servirles, contenerlos, son cosas esenciales que deberíamos hacer en nuestra practica, solo de esta forma podremos crear Vínculos fuertes que nos permita generar cambios positivos.

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    2. Muy de acuerdo con los puntos que enfatizas, es necesario empatizar, acoger, contener más, plantearse qué quieren decir nuestros usuarios y proporcionar el ambiente para que puedan hacerlo.

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    3. Añadir también como el "sistema" te dificulta actuar de esta manera, siempre priorizando estadisticas sobre calidad, claro son los ejemplos que varios compañeros han entregado donde señalan que para lograr un buen vínculo han tenido que usar tiempo extra del que se asignó a la atención y las consecuencias beneficiosas que eso trajo a quien consulta. He ahí el dilema, hacer lo que te piden? hacer lo que sabes es correcto? quizá en estos momentos es fácil idealizar nuestras futuras atenciones, pero debemos reconocer lo dificil que será aplicarlas en el sistema público; me gustaría creer que en nuestras mentes permanecerá el concepto de "higiene del alma" , de la real psiquiatria comunitaria, de que nosotros sí somos agentes de cambio y que podemos generar grandes cambios en la calidad de vida de las personas.

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  4. Según lo que cuenta Rafael Huertas respecto a sus estudios de la psiquiatría aplicada, basada en las conclusiones del degeneracionismo, me parece que lo medular en cuanto a los peligros que pudiera tener este discurso para nuestra práctica es un cierto “olvido” de la subjetividad o relato del enfermo mental, de manera que se establece un objetivo “terapéutico” marcado por la estabilidad del sistema social más que por el bienestar o lo “deseable” por el paciente al erradicar del acto médico la integración de su relato para la construcción en conjunto de un objetivo terapéutico. Creo que es peligroso, además, por la capacidad de permear nuestra propia visión e interpretación de fenómenos sociales según nociones autoritarias; creo que esto viene dado por una evidente dimensión evolutiva de la enfermedad mental, donde se puede aplicar una perspectiva de “desarrollo”, a la cual, cuando aplicamos (o contaminamos con) categorías morales sobre sus posibles “alteraciones” nos acercamos a un degeneracionismo secularizado.
    Respecto a una historiografía con enfoque multidisciplinario es evidente que esta permite realizar apreciaciones como la del párrafo anterior, al poder examinar como los discursos aparentemente objetivos y cerrados en sí mismos de la medicina como práctica científica no son ni tan objetivos ni tan cerrados, ya que se repiten en otras disciplinas y espacios de la sociedad (como la religión en el origen del degeneracionismo y su repercusión también en el Derecho), pudiendo generar esquemas de estudio (“cajón de sastre”) sobre la concepción de la enfermedad mental dependiendo de la época histórica que examinemos, y examinarnos a nosotros mismos.
    Me parece que una cierta preocupación por los esquemas que pudiéramos estar aplicando "incorrectamente" queriendo, por el contrario, poner entre paréntesis nuestra propia historicidad o “posición ideológica”, como lo menciona Huertas en su entrevista, implica o muestra a veces un deseo de acceder a una “Verdad” independiente de lo histórico-social a la cual nos acercamos progresivamente, respecto a las enfermedades mentales o la locura, olvidando involuntariamente que son “construcciones sociales” influidas por los discursos hegemónicos presentes en distintas épocas de la historia (como la impronta de las ideas de la Ilustración y la Revolución Francesa, las lesiones cerebrales en Daquin, Esquirol y Pinel), indeseables solo tras una serie de sucesos históricos y según nuestra perspectiva contemporánea. Respecto a eso, en mi opinión; destacando y adhiriendo también el marco interdisciplinario de análisis que aborda Huertas; el énfasis debería estar en la construcción en conjunto, con amplios sectores de la sociedad, de los conceptos (siempre abiertos) bajo los cuales concebimos la salud en general y la salud mental o la locura en particular, pudiendo esta misma división ser objeto de discusión y deliberación. Después de todo, como queda relativamente claro en los textos leídos y en la clase, los avances más duraderos y sustanciales en la historia de la psiquiatría, incluso a nivel institucional, han sido los que han apuntado a la consideración de la subjetividad del enfermo psiquiátrico y su relación con nosotros o la sociedad (y vice-versa).

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  5. Desde mi punto de vista, los textos de Rafael Huertas plantean distintos puntos de interés.
    El primero, el constante recordatorio de que la Psiquiatría no puede ser entendida sin un contexto social determinado. Es imposible obviar las influencias socioculturales que la disciplina ha recibido y recibe permanentemente.
    En este sentido, por ejemplo, la historia de la psiquiatría resalta su rol en la defensa y control social, lo que se intensifica durante ciertos procesos políticos, en los que incluso llega a jugar un papel en la patologización de subversión política.
    A partir de esto, me parece interesante recalcar cómo la historia de la psiquiatría nos permite distinguir, de una forma más concreta, la construcción de la práctica psiquiátrica a lo largo del tiempo, en un constante tira y afloja entre lo considerado como “tratamiento médico y psicológico” y lo “controlador social”. Se hace comprensible cómo las prácticas manicomiales, altamente represivas constituyen el origen de la fuerza antagónica, de la visión crítica que nace posteriormente. Desde mi punto de vista me parece extremadamente necesaria la aparición y mantención de la postura crítica hacia la psiquiatría, considero que representa la fuerza oposicionista necesaria para crear una práctica psiquiátrica que permita un buen manejo técnico, pero con la necesaria cuota de derechos humanos.
    Por otra parte, un gran aporte del autor en relación a la construcción de la historia de la psiquiatría es considerar sus fuentes y cómo estas influirían en el modelo psiquiátrico imperante. El hecho de que sean los propios psiquiatras los que construyen la historiografía tradicional enfoca la atención hacia ellos mismos, en la búsqueda de legitimizar su práctica psiquiátrica. En contraposición, el autor destaca que la historiografía crítica se constituye a partir de lo no visible, de elementos que muchas veces pasan desapercibidos para la “teoría”, de lo que se encuentra registrado en las fichas clínicas, resaltando la imagen del paciente y considerando a los clínicos como parte de un equipo interdisciplinario, no como el origen único de la información, en un rol más bien colaborador, como canalizadores de preocupaciones en relación a la salud mental, potencialmente constructoras de nuevos conocimientos.

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    1. Me gusto mucho tu comentario, estoy totalmente de acuerdo contigo, creo que el conocer la historia de la psiquiatria de una manera critica nos sirve para no volver a cometer los mismos errores humanitarios, y ser agentes de cambios si es que nos llegamos a encontrar con practicas basadas en influencias socio culturales, mas que en el bienestar de la persona.

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  6. Me gustó mucho la exposición (clase) ya que resume y explica muy bien el tema de la quincena y además se entiende mejor como se liga todo esto a temas ya tratados en el curso. Queda clara la importancia del rol multidisciplinar y atender a lo social, el contexto económico, político y no solo a lo biológico como comenta en la entrevista y al citar a Rosen en la clase (abordado por mis compañeros antes también). Esto último lamentablemente evidenciado en por ejemplo la morbimortalidad distinta que tiene COVID19 en sectores de acuerdo a determinantes sociales más que por la biología misma del virus o del sujeto.
    Se aborda también el cómo la especialidad ha sido una disciplina de la norma estableciendo duros diagnósticos/etiquetas basados en el degeneracionismo, encerrando al sujeto con menos garantías que la cárcel y considerándolos sujetos con menores derechos que el resto. Y que a pesar de los avances en cuanto a mejorar el trato, “liberar de las cadenas” y no abusar de fármacos como se menciona en el artículo, se siguen reproduciendo en el fondo medidas de aislamiento y control moral como dice Huertas en su clase. En ese mismo video resultan increíbles los “tratamientos” aplicados como la silla giratoria o hidroterapia; se entiende de ahí el insumo utilizado por el cine y nuestros prejuicios o de nuestras familias con la especialidad.
    Ahora lo anterior no está del todo erradicado. Pongo como ejemplo lo que sucede en la institución total actual SENAME, con menores que sin haber cometido delitos son encerrados en duras condiciones. Ese paso queda como estigma de por vida. Y a los menores que cometen delitos, la sociedad espera que sea esta institución y sus profesionales los que hagan de “mediador social” esperando que la quetiapina y la psicoterapia puedan tener un rol sanador sin atender a las causas reales. También recuerdo haber recibido una solicitud de un juzgado sobre mi impresión profesional respecto a una paciente con trastorno delirante y su posibilidad de poder cuidar a su hijo de 3 años (un médico recién egresado siendo parte de una decisión tan terrible, afortunadamente esa idea no prosperó). Otro ejemplo que aparece también en la entrevista es la de la «normalización/normativización» de la infancia, que me recordó mucho las decenas de derivaciones que nos llegaban por supuestos “trastornos de déficit atencional” no concordando lo descrito en los informes con lo que veías en el box o domicilio.
    Una conclusión importante que me queda del tema de esta y la anterior quincena es que la superación del dualismo cartesiano e incluir el entorno sociopolítico en el desarrollo normal y patológico del ser humano y por tanto un trato humanitario se desarrolla gracias al éxito de otras disciplinas (sociales, lucha por derechos humanos) más que por un descubrimiento “propio” de la especialidad. Te permite ser más humilde, ser un saber más de otros saberes como dicen mis compañeros antes, aunque el reduccionismo biológico persiste.
    Concuerdo con Erwin que a pesar de lo terrible que resulta el leer lo expuesto por Rafael Huertas, hay que evaluar estas antiguas prácticas y concepciones bajo el contexto en que ocurren; sería injusto criticar a estos autores o a otros con la información que nosotros disponemos ahora. Hay que valorarlos en su mérito y aprender de estos errores para no repetirlos; ser conscientes de nuestro “poder” actual como profesionales y que el paciente en frente sea quien sea es ante todo persona, parte de un entorno.

    https://ciperchile.cl/radar/violacion-de-derechos-humanos-en-el-sename-informe-onu-cuestiona-al-poder-judicial/

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    1. Muy de acuerdo con lo que planteas Mitchel, especialmente en el punto de que lo expuesto por Rafael Huertas no está aún del todo erradicado. La medicalización de los niños inquietos, o personas con discapacidad que viven en un entorno familiar hostil son ejemplos claros que deben hacernos cuestionar nuestro rol como perpetuadores del control social. Yo al menos, no quiero ser parte de él.

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    3. También estoy de acuerdo con lo que ambos plantean.
      En el COSAM me ha tocado ver pacientes que están en la Residencia "Los Maitenes", que se define como "centro residencial para hombres con discapacidad intelectual severa y profunda", donde lamentablemente, hay algunos que han sido abandonados por sus familias.
      Es muy triste pensar la vulnerabilidad en la que están estos pacientes, y que quizás si no fuera por la residencia, su única opción sería "la calle".

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    4. Ohh eso de las residencias si que no lo conocía, y como dices el mal menor frente la calle...

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    5. Muy de acuerdo con tus palabras Mitchel. Debemos tener presente que la presentación de una enfermedad depende muchas veces de la genética y del ambiente, si perpetuamos un ambiente hostil, como lo es SENAME, estamos favoreciendo el desarrollo de una patología de salud mental, cuantos cambios se podrían hacer si de verdad se le diera la importancia que tiene la psiquiatria infanto juvenil; nosotros como futuros psiquiatras adultos la mayor parte de las veces llegaremos tarde.
      Por otro lado aún persiste la idea de "aislar" lo diferente, lo que no le sirve al sistema, digo "aislar" porque actualmente se hace con fármacos también, como en las niños con TDAH, donde evidentemente hay una sobremedicación que busca disminuir su real ser, muchas veces para comodidad de los adultos.

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  7. Bernardita Vergara4 de julio de 2020, 12:39

    Conocer la historia de la psiquiatría es de vital importancia para nuestro quehacer profesional, ya que la psiquiatría nace como toda ciencia del sujeto observador, y como sabemos este sujeto observador tiene una historia y un contexto sociocultural que adorna a veces la ciencia con fines no tan científicos. Por lo que al leer a Rafael Huerta, el cual piensa que la historia debe ser hermenéutica y critica, podemos ir observando desde su mirada los orígenes de la psiquiatría de forma crítica e ir interpretando de dónde nace nuestro quehacer y porqué la población actual tiene ciertas creencias de nuestra profesión. En esta entrevista habla de su libro que versa sobre degeneracionismo y cómo los psiquiatras utilizaron esta teoría, independiente de si estaban de acuerdo con ella, con un fin social por ejemplo en tribunales de justicia para peritajes de criminales, o como método de adaptación de la población popular para encajar en este sistema de vida que traía las sociedades industrializadas. En esto último podemos observar cómo la psiquiatría muchas veces se alejó del fin terapéutico y se utilizó como método de control social.
    La perspectiva de Rafael Huerta me parece sumamente interesante, y me hace reflexionar bastante sobre la historia que leemos, todos sabemos que la historia es la escrita por los vencedores, pero pocas veces nos cuestionamos las fuentes de esta historia. Y esto en psiquiatría tiene una implicancia sumamente importante ya que la historia de la psiquiatría por lo general se basa en las lecturas de los libros de los alienistas mas reconocidos, pero pocas veces indagamos en las otras fuentes las cuales pueden ser las no médicas y nos pueden entregar una información muy rica del acontecer de ese tiempo. Rafael Huerta dice “existe una enorme diferencia entre lo que los médicos han dicho y lo que han hecho a lo largo de la Historia, y lo que hicieron realmente no se encuentra en los libros médicos, sino en las historias clínicas, en los documentos administrativos, en los presupuestos y cuentas de las instituciones, en una serie de elementos que permiten hacer una «Historia desde abajo» más que una Historia desde el pensamiento hegemónico de las élites políticas o intelectuales o científicas “, esta frase hizo cuestionarme todo lo que he leído de la historia de la psiquiatría, y me parece sumamente interesante el preguntarse y conocer esta otra cara de los orígenes de la psiquiatría.
    La lectura “DE LA FILOSOFÍA DE LA LOCURA A LA HIGIENE DEL ALMA, DE JOSEPH DAQUIN”, viene a mi parecer a ser un ejemplo de lo conversado en el último párrafo, en que Philippe Pinel, este gran reconocido medico francés que se cree el precursor de una psiquiatría mas humanitaria, vino a no nombrar a un importante médico que lo precedió en su planteamiento del tratamiento moral, Joseph Daquin, como consecuencia hoy poco sabemos de este destacado filósofo médico, que fue uno de los primeros que vino a preocuparse de dar un trato un poco mas humanitario a las personas encerradas en manicomios por ser vistos como peligrosos para la sociedad.
    En conclusión de los textos leídos y del video de Rafael Huerta, puedo reafirmar mi idea de que todo en psiquiatría va cambiando, que términos que pueden ser usados hoy como “la última y definitiva verdad” pueden no serlo, y al final lo más importante es dar a mi paciente que adolece de esta enfermedad mental, el trato más humano y aliviar dentro de lo que se pueda su malestar, tratando de no dejarme influenciar por aconteceres socio económicos culturales que pueden interferir en el correcto tratamiento humano y médico.

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    1. Bernardita coincido contigo y me parece importante lo que señalas en el último punto, de ser conscientes de las influencias que puedan hacer los aconteceres sociales, económicos y culturales para no dejarlas actuar sobre uno.

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    2. Berni, estoy de acuerdo contigo en que debemos tener y mantener una postura crítica al momento de leer la historia, sobre todo considerar donde se enfoca la atención, con el objetivo de no caer en los mismos errores del pasado.

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  8. El texto de esta semana nos muestra la importancia de la historia en el campo de la Psiquiatría, y como refiere Rafael Huerta en su entrevista, nos ayuda a realizar una crítica de los acontecimientos sucedidos en ella, que nos han llevado hasta lo que hoy vivimos y podemos observar en nuestros centros u hospitales.
    Cada momento importante y los personajes nombrados en los textos y vídeos están relacionados ampliamente con el contexto que en ese momento se estaba viviendo en su región o país y además influenciado obviamente por sus creencias, pero aun siendo lejanos en el tiempo los temas tratados siguen haciendo eco en la actualidad y especialmente en nosotros los protagonistas de la continuación de esta historia en el futuro.
    Cabe destacar lo que Rafael Huerta refiere sobre la importancia de lo social y como los tratamientos en salud mental al ser involucrados siguen buscando romper los estigmas que desde los inicios se han etiquetados a los “locos”, como la evolución y los cambios en la nosología han buscado dar explicaciones de lo que sucede en ellos para que la sociedad los acepte y los vuelva aceptar como iguales y dando pasos tan importantes como los de Pinel, de soltar sus amarres y poder dar los próximos pasos tan importante que se nos da a conocer en el video con un orden cronológico que ayuda comprender de buena manera los cambios, tal vez por más mínimo que pareciera, ayudaba o entregaba ese empujón para que otros fueran dando cada pequeños pasos o entregando esa pequeña pieza para armar las bases de una estructura que hoy en día conocemos. Aun así, cabe destacar que a esa estructura está en constante remodelación siempre y hoy somos nosotros los arquitectos para los cambios en los próximos años y quien sabe de una nueva psiquiatría.
    Para finalizar, quiero destacar el texto de los aportes de Josepht Daquin quien a pesar de que su libro no fuera reconocido tal vez por los grandes exponentes de la psiquiatría, y mantuvieran silencio en sus textos propios, podríamos pensar que si causo el ruido suficiente como para que estos realizaran sus obras. Por lo tanto, con el estudio de la Historia de la Psiquiatría se puede lograr encontrar a esos personajes silenciosos que ayudaron de cierta manera, a lo mejor no con la popularidad de muchos, pero no menos importantes. Demostrando así que cada aporte en beneficio del objetivo final puede ayudar a lograr grandes cambios y que la verdad absoluta no existe en un área tan dinámica como la nuestra.

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    1. Concuerdo contigo en que a través de Daquin el autor ejemplifica una construcción histórica más centrada en lo práctico, con una consideración más amable hacia los pacientes y más alejada de aquella tradicional.

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  9. Como vemos en todo el planteamiento del Dr. Rafael Huertas, siempre la evolución de las ciencias y sus procesos han conllevado un mar de información y de sucesos que deben ser explorados cada vez mas a fondo, como en su momento a el le dio esas ganas por saber sobre la salud mental siendo su línea de estudio la medicina interna. este querer de conocimientos nos lleva a pensar y replantearnos la cantidad de información que hay para poder tener una visión crítica y aun más analítica sobre la materia en la que uno se quiera perfeccionar, dejando claro siempre que la verdad no está dicha. De las cosas que podemos ver en los escritos es como los pacientes de salud mental han sido siempre estigmatizados por ser como son , bajo un influjo de mentes con poca capacidad de conciencia e interacción social, en sus años Danquin siempre vio los “locos” como se llamaban en su momento, como pacientes que se podían estudiar y en ocasiones insertar en la sociedad , una de sus citas que me llamaron la atención fue esta “ Se lamenta de la ausencia de tradición en la observación, estudio y tratamiento de los locos, lo que achaca al prejuicio de muchos médicos que, concibiendo la enfermedad mental como incurable, pensaban que «cuando un hombre da signos de demencia hay que encerrarlo enseguida porque puede perjudicar a sus semejantes o porque ya no puede servir para nada» (Daquin, 1791, p. 5).; con lo anterior nos damos cuenta que esta percepción de perjuicio se perpetua desde hace muchos años hasta ahora, aunque ahora siendo un poco más amigable, no deja de ser un encierro que en muchas veces estaría en contra de la voluntad misma del paciente, Dr. Huertas dice la Psiquiatría es la rama de la medicina que se ocupa de los trastornos mentales y a su ves es la rama de la medicina que trata a las personas en contra de su voluntad y es la única que las encarcela si lo cree necesario, son palabras que si bien se ven paradojales tiene mucho sentido y sin negar que en algunos casos es de suma responsabilidad médica realizar tratamientos a los pacientes para resguardar su mejoría o vida y esto no deja de ser una vulneración de derechos, también cuando se refiere hacia el encarcelamiento se me viene a la mente un gran tema que esta presente en los servicios de Psiquiatría como lo es la internación administrativa , que se ha tratado de regular y acotar a pacientes que no pueden dar razón de su voluntad o que tiene en su pensar atentar contra su vida , desde un punto ético estaría en rigor realizar algo hacia una persona si ella no quisiera o hasta donde podemos nosotros resguardar la vida de una persona de salud mental en contra de su voluntad, solo con el hecho de encerrarla (hospitalizarla)son muchas dudas que me surgen que debo profundizar. Por otra parte las esperanzas alentadoras están en el estudio del cerebro, órgano que lleva años en estudio y que todavía no se encuentra muchas de las respuesta en él, estando con múltiples teorías o hipótesis de funcionamiento utilizadas hasta la actualidad, es inimaginable que en épocas pasadas ya se pensara sobre este órgano como el responsable de las diferentes clases de “locura” y que muchos científicos como Danquin empezaran a ver la importancia de las diferentes lesiones cerebrales y el comportamiento de los seres humanos.

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  10. Otro importante aporte a la historia de la Psiquiatría fue Pinel y con su idea bien marcada sobre liberar a los pacientes de salud mental “locos” revela uno de los primeros pasos para de la historia para poder empezar a eliminar las cadenas físicas como mentales hacia los pacientes, aunque el tratamiento moral de la época se basaba en realización de actos que en esta época serian impensables y que vulnerarían los derecho de las personas, como lo eran la psicoterapia autoritaria “sacar del error al loco” elementos de contención , hidroterapia y otros tipos de tortura siempre con el fundamento de sacarlos del error. La medicina y la ciencia va avanzando y se ha podido dejar atrás muchas de estas prácticas en pro de los pacientes de salud mental. No es menos relevante por todo lo que ha tenido que pasar la evolución de la Psiquiatría y la mirada hacia nuestros pacientes.


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  11. Leer y escuchar a Rafael Huertas me lleva a comprender la locura y la psiquiatría como conceptos dinámicos que se inscriben en contextos sociales, políticos y culturales. Conocer la historia de ambos permite entender los aciertos y errores que esta disciplina como delimitadora de la locura ha cometido, y sin duda aprender de ellos.

    Personalmente, me impactó que los cimientos del alienismo se diesen en un intento por desmedicalizar y “humanizar” los tratamientos de “alienados”, sin embargo, pareciera que aquí “humanizar”, además de la acepción que utilizamos frecuentemente relacionada a entregar un trato más cercano y dulce, se enmarca en devolver la humanidad a alguien que “está entre lo humano y lo animal”. La visión de la enfermedad mental como producto de problemas en las pasiones, sienta las bases del tratamiento moral y la visión del rol del médico como curador filósofo ante los problemas del alma, poniendo interés en el contacto estrecho con “el alienado” y su subjetividad, pero desde el compadecerse por el infortunio más que por su verdadera comprensión.

    La historiografía crítica permitió con el aporte de una serie de profesionales principalmente de las ciencias sociales y psiquiatras críticos, cuestionar el rol alienista que la psiquiatría había ejercido. Huertas señala una frase de Ronald Laing que es tajante: “la psiquiatría es la única rama de esa medicina que trata a los pacientes en contra de su voluntad, es la única rama que encarcela a los pacientes si lo cree necesario”. Además, Huertas señala cómo se da en la Psiquiatría una balanza entre la entrega de tratamiento médico-psicológico y el control social, como lo fueron los diagnósticos de “degenerados” (criminales) y “enfermedad de marxismo”. Pareciera ser una gran contradicción: la disciplina que vela por rescatar lo psicológico, la subjetividad de las personas, ejerce prácticas coercitivas que la anulan y van en contra de su autonomía, imponiendo la norma social. En esa línea, me parece esencial que podamos cuestionarnos la figura de poder que representaremos como psiquiatras. No me hace sentido que nuestra práctica vaya orientada hacia ello, por lo cual me parece esencial poder reflexionar al respecto y abordar con nuestros usuarios sus voluntades anticipadas en relación a eventuales crisis que puedan tener, ya que a mí modo de ver, debemos velar por su autonomía, si no, se pierde el sentido de nuestro rol.

    Finalmente me gustaría rescatar la clínica de la escucha iniciada por Freud, que tal como señala Huertas, en contraposición al alienismo decimonónico y gran parte de la psiquiatría actual, valora la narrativa de las personas y su propia experiencia de vida. La pandemia y la consecuente modificación de los controles presenciales por telefónicos, nos ha obligado a dejar la clínica de la mirada, y volver a la de la escucha. Sin restar la importancia del contacto directo y lo que significa no tener esa oportunidad en este momento, pienso que la pandemia es parte de nuestra historia de formación como psiquiatras, y pareciera ser el momento indicado para aprehender esta última como legado.

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    2. Respecto a lo que menciones sobre el dilema ético del balance entre entregar tratamiento médico y psicológico y el control social, concuerdo en que es muy difícil saber los alcances reales de nuestro ejercicio profesional, de llegar a tener roles normalizadores, dejando de lado el rol del servicio al paciente, y por otra lado siendo parte de un sistema con conflictos de intereses, siendo de "gran utilidad" en procesos judiciales por ejemplo, o en la sobremedicalización en el SENAME, como nombró Mitchel en su comentario.

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    3. Sí, terrible ese ejemplo y muchos otros!

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    4. Muy de acuerdo con tu visión Moté, creo además que debemos trabajar en mantener la identidad del afectado, como él mismo se reconoce y no como sucede habitualmente que la identidad que asumen es la que la sociedad espera de ellos, se transforman en la enfermedad, no ellos individuos con una enfermedad (o diferencia).

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  12. Verónica Rubilar4 de julio de 2020, 17:00

    Es interesante conocer los diferentes cambios que ha tenido la psiquiatría tanto en su práctica como en los espacios terapéuticos a lo largo de la historia y como el contexto sociopolítico y económico también ha influido en cada momento histórico. Todo esto nos permite entender la psiquiatría de hoy e intentar no cometer los mismos errores de antaño. Los contextos son distintos y por supuesto hoy hemos avanzado en muchos aspectos, pero me parece muy loable cómo aquellos hombres como Pinel y Daquin se empoderaron y fueron promotores de la humanización del trato hacia los pacientes psiquiátricos que se les daba por entonces, eliminando, por ejemplo, su encadenamiento a las paredes.
    Me parece Interesante el concepto de “tratamiento moral” realizado como mecanismo pedagógico disciplinario en el pasado, porque si bien el trato hacia las personas es distinto en comparación a épocas anteriores y hoy los derechos humanos se respetan para estos pacientes, me parece que muchas veces las familias de pacientes que padecen trastornos psiquiátricos también muestran su poder y solicitan esta “reestructuración” a los hospitales psiquiátricos, solicitando la hospitalización de sus familiares para que se comporten según “sus propios parámetros de normalidad”. Esto lo vemos también muy frecuentemente en los casos de niños institucionalizados, donde solicitan imperiosamente la hospitalización para que luego puedan comportarse “como ellos esperan” y sabemos que muchas veces estas conductas responden francamente a factores ambientales.
    Creo que hemos avanzado, que podemos seguir avanzando y como dice mi compañero Ricardo Allendes “lo más importante es dar a mi paciente que adolece de esta enfermedad mental, el trato más humano y aliviar dentro de lo que se pueda su malestar” y por supuesto, ser activos como profesionales del área en nuestro quehacer profesional.

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    2. Vero estoy de acuerdo con lo interesante que puede llegar a ser el concepto "tratamiento moral" y me atrevería a relacionarlo un poco con los planteamientos de Rafael Huertas en la entrevista del 2015, ya que según Daquin en el año 1791 ya se proponía un trato humano y hacer revisiones más acuciosas de los tratamientos que se realizaban, siendo cautos al momento de recetar medicamentos y no hacerlo desde una primera observación, proponía:"el trato humanitario a los orates, revisando los tratamientos tradicionales e introduciendo propuestas terapéuticas ciertamente novedosas"
      Esto se relaciona con lo que plantea Huertas sobre el hecho de no centrarnos exclusivamente en el discurso ideológico sino en indagar directamente en las historias clínicas. Adicionalmente, considero que Daquin hace un gran aporte al proponer la dulzura en el trato, ya que esta es una postura mucho más compasiva hacia el individuo que lo invita a "cuidarse" a si mismo y a establecer un contacto más cercano con la humanidad y la naturaleza.

      Referencias:
      1.- Huertas, Rafael (2015), “De la filosofía de la locura a la higiene del alma. Joseph Daquin (1732-1815)”, Asclepio, 67 (2): p106. doi: http://dx.doi.org/10.3989/asclepio.2015.24

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    3. Dificil luchar contra lo que otros esperan de nosotros, que hagamos que la persona "sea normal", que sea útil para la sociedad (medida de control claramente, ejemplo claro la definición de salud mental de la OMS) y si no lo logramos lo aislamos, lamentablemente se sigue perpetuando ese concepto.

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  13. Es interesante la distinción que hace Rafael Huertas en su clase sobre autores que investigan la Historia de la Psiquiatría desde una mirada benévola de los que analizan sobre ella y hacen una mirada mucho más crítica. Puedo intuir que la intención de los primeros era elevar la Psiquiatría al nivel de una disciplina heroica, así ellos mismos podían verse como deidades que con sus toques de varita contribuyen a mejorar la calidad de vida de los pacientes con patologías de salud mental. Mientras, por otro lado, están los más críticos, que buscan una mejor comprensión de las prácticas en salud mental en la actualidad, mirando al pasado, desde una perpectiva no tan solo del médico, sino también de los pacientes y del contexto histórico.
    En muchas disciplinas médicas uno puede observar que la historia se aborda en las primeras diapositivas de una presentación, de modo de hacer mucho más elegante y culta la exposición, con la mirada de los primeros historiadores, así, el presentador es catalogado de "interesante" y "culto", pero no hay más análisis detrás de eso. Creo, sin lugar a dudas, que una revisión a la historia de como hacemos medicina y como los pacientes son afectados por ella es muy importante para entender como estamos haciendo las cosas hoy en día y también aprovechar el enfoque crítico que miramos del pasado para hacer un análisis crítico del como hacemos las cosas y qué podemos cambiar con respecto a aquello.
    También me llamó la atención como en la entrevista de Rafael Huertas se habla sobre la práctica psiquiátrica en la dictadura franquista, enfocándose principalmente en la práctica del médico Antonio Vallejo Nágera, quien recurrió a prácticas contrarias a un modelo comunitario y como su influencia retrasó el desarrollo de la psiquiatría comunitaria en España. En el texto "Locura de la psiquiatría" de Alberto Fernández Liria, él postula que la psiquiatría ha sido servil a los grupos dominantes en determinados contextos históricos y creo que Antonio Vallejo Nágera representa fielmente este postulado, al servir al fascismo en su afán de dominar a los opositores al régimen, tildándolos de "locos" y aplicando severas torturas en nombre del ejercicio de la profesión.
    Sería muy interesante hacer una revisión de la Historia de la psiquiatría chilena desde una mirada crítica tal cual lo hace Rafael Huertas de España y Francia y mirar a la luz de estos antecedentes nuestras prácticas actuales y con ello desarrollar cambios a futuro.

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    1. No podría estar más de acuerdo con muchas de las cosas que dices, como por ejemplo, la superficialidad con que se trata la historia de la medicina en el pregrado, la cual es evidentemente necesaria para el desarrollo del perfil ético profesional, especialmente en el área de salud mental. Y por otro lado cuando hablas del servilismo del que muchas veces ha sido parte la medicina y psiquiatría, en Chile hay listas publicadas de los médicos que supervisaban las torturas en la dictadura militar. Yo me pregunto, cómo puedes degradar tanto tu rol, para ponerlo al servicio de actos tan viles, y la verdad no estoy segura de la respuesta.

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  14. La revisión de estos documentos y exposición del Dr. Rafael Huerta en esta oportunidad me ha resultado muy enriquecedora y motivadora para continuar adentrándome en este complejo mundo de la historia de la Psiquiatría, la historia de la locura, y como estas se conectan con el funcionamiento de la sociedad en los distintos periodos de la historia. En su entrevista el Dr. Rafael Huerta menciona como uno de los aspectos que más lo motivo cuando comenzó su trabajo fue el papel de la Psiquiatría en la llamada “defensa social”, en las estrategias o técnicas de control social, y en cómo se llegó a patologizar todo tipo de comportamientos considerados antisociales o asociales. Me parece muy interesante como en su entrevista intenta llevarnos, en términos generales, por el camino que lo condujo a adentrarse en el degeneracionismo y la Psiquiatría decimonónica.
    La forma en que el Dr. Rafael Huerta expone como comienzan a construir la historia los antiguos y grandes exponentes de la Psiquiatría, me han permitido entender de mejor forma como inicia el proceso de humanización de los tratamientos de los pacientes con trastornos mentales y la humanización de la locura. Además, esta revisión me ha permitido comprender mas a fondo la importancia de poder observar los procesos históricos desde el punto de vista de las distintas disciplinas para lograr una comprensión y reconstrucción más completa de como ocurrieron los hechos realmente. Como menciona el Dr. Huerta en su entrevista, es probablemente necesario hacer una revisión de los registros clínicos, fichas y distintos documentos que revelan en realidad como funcionaban realmente las instituciones psiquiátricas.
    Entender más a fondo el gran proceso de liberación de los locos de las cadenas que representa Pinel, manteniendo un sistema de vigilancia control y encierro, y que más tarde continuará Esquirol acentuando la necesidad de aislamiento en este sistema “mejorado y humanizado”, y como este escenario representa el espacio para la implementación del tratamiento moral que nos presenta en parte el Dr. Huerta exposición me ha permitido complementar de forma muy completa lo que hemos revisado hasta el momento en este curso respecto a las bases del proceso de desinstitucionalización.
    Por último, me gustaría resaltar uno de los aspectos que me parecieron mas interesantes de la exposición del Dr. Huerta, es la explicación de esta distinción de enfoques clínicos respecto a la clínica de la observación y la clínica de la escucha que aparece con el trabajo de Freud, y me parece realmente interesante como ambos caminos han contribuido al conocimiento actual por distintas formas de observación. La importancia de la variedad de puntos de vista cuando nos proponemos comprender un fenómeno o lo que le ocurre a un usuario es algo que siempre debemos tener presente y aplicarlo de la mejor forma en la evaluación clínica para obtener un mejor entendimiento de lo que ocurre con nuestros pacientes y ofrecerles mejores intervenciones.

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  15. Leer y escuchar a Rafael Huertas, me hace reafirmar la importancia de conocer, no sólo la época, sino el momento histórico y todas las variables relacionadas (sociales, políticas, económicas, etc), donde se desarrolla la historia de la Psiquiatría; y que permiten comprender de mejor manera las motivaciones que influyeron en los cambios que marcarían el desarrollo de la psiquiatría y como llegamos hasta lo que es hoy la Psiquiatría. Al conocer la historia desde la historiografía critica pareciera que el objeto de la Psiquiatría viene definido por la sociedad o las necesidades de la sociedad en cada momento histórico, tal como se plantea en el libro “La locura de la Psiquiatría”, donde lo encuadra en cuatro momentos históricos con sus demandas sociales que determinan las soluciones propuestas y realizadas que marcan el devenir de la psiquiatría.
    Me parece interesante lo que plantea R. Huertas en que existe una enorme diferencia entre lo que los médicos han dicho y lo que han hecho a lo largo de la Historia, y lo que hicieron se encuentra realmente en las historias clínicas, en documentos administrativos, en los presupuestos, en una serie de elementos que permiten hacer una “Historia desde abajo”; y estos son los documentos que muy pocas veces son analizados o “protegidos” como parte de la historia de la medicina en general. (eliminación de fichas clínicas después de cierto tiempo, lo cual desconozco si aún se hace).
    El conocer más textos relacionados con el origen del alienismo y el tratamiento moral, como es la filosofía de la locura de Daquin, permite dar más riqueza al contenido y comprender de mejor manera los inicios de la “humanización” de la locura y los principios del “tratamiento moral”.
    Con la clase expositiva, me queda más clara la relación y el orden de lo leído y aprendido durante el curso. Me gustaría destacar lo expuesto por Rosen: “el estudio histórico del enajenado mental se debe llevar a cabo teniendo siempre en cuenta el clima emocional e intelectual que prevaleció en cada periodo..”. Hace unos días vimos una usuaria que fue derivada a psiquiatría por obs. esquizofrenia, pero que sin embargo en ella primaban los problemas sociales situación de abandono desde la infancia, mala red de apoyo, malas condiciones de vivienda y un déficit intelectual probablemente multifactorial, por lo que aquí lo primordial pasaba por su contexto social y económico. Este como muchos casos más recalcan la importancia de considerar los aspectos biográficos y contextuales que afectan al paciente.
    Y por último quiero destacar la importancia de Freud como representante de la clínica de la escucha y desde aquí lo expuesto por Rafael Huertas de la importancia del espacio de observación o de escucha, la diferencia que crea en la construcción del discurso psicopatológico.

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  16. Al leer la entrevista a Rafael Huertas, confirmo cuantas injusticias se han cometido en nombre del “bien” y cuantas veces la medicina se ha puesto al servicio de intereses políticos con el fin de estigmatizar y patologizar todo aquello que se aleja de la “norma” y que no conviene a los entes encargados de controlar a la sociedad. Por fortuna, muchos investigadores han luchado contra este tipo de movimientos (por ejemplo, el degeneracionismo) y hoy podemos adoptar una posición frente a estos sin arriesgar nuestras vidas aparentemente, pero a pesar de esto aun de formas disfrazadas y sofisticadas continuamos presenciando acciones evidentemente injustas en toda la sociedad, especialmente hacia aquellas personas más vulnerables.

    De la entrevista destaco la naturalidad con que Huertas tras la pregunta sobre su posición ideológica responde:
    “Con todo el respeto hacia los distintos enfoques historiográficos, yo creo que la Historia, al menos la Historia que a mí me interesa, no puede consistir solamente en descubrir cosas más o menos curiosas o eruditas del pasado y contarlas. Pienso que la Historia en sí misma tiene que ser hermenéutica y crítica, una interpretación crítica –positiva o negativa según los casos– que, lógicamente, estará en relación íntima con la subjetividad o con la ideología de cada investigador…”

    Como psiquiatra infantojuvenil en formación, valoro espacios como el de este blog, ya que gracias a las valiosas opiniones de todos los participantes puedo ampliar mi visión y adquirir herramientas para seguir despatologizando nuestra práctica, pero sobre todo para NO NATURALIZAR o NORMALIZAR la discriminación político-social, ni mucho menos contribuir a que las herramientas de apoyo diagnósticas utilizadas clásicamente como el DSM, de alguna manera nos lleven al reduccionismo y a “culpabilizar” al individuo, contribuyendo a la estigmatización, distanciándonos de la enorme implicancia que tiene el contexto social y cultural en determinados comportamientos.
    A propósito de lo anterior, me gustaría destacar lo cuidadosos que debemos ser al momento de realizar un diagnóstico en la infancia, considerando no solo los cambios neurobiológicos que podemos observar dentro del proceso evolutivo, sino también la influencia que tiene el proceso de socialización en el desarrollo intelectual humano, específicamente en relación al tema de los “niños ferales o salvajes” que para Huertas (1997) es un concepto relativo, definido siempre desde presupuestos ahistóricos y prejuicios eurocéntricos y leucocéntricos, poco respetuosos con la diversidad étnica y cultural. Conceptos, valores y principios que se revisan cada cierto tiempo en función de las ideologías dominantes, tendentes en la actualidad a construir meritocracias basadas, entre otras cosas, en las aptitudes individuales frente a viejas y nuevas exigencias del orden social y, consecuentemente, en la supremacía de los individuos mejor dotados dentro de la misma especie humana y del sistema cultural hegemónico.

    ...

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    1. En épocas como las nuestras, es importante ser aún más cautos con las “etiquetas” innecesarias que asignamos a nuestros niños, niñas y adolescentes, ya que podemos llegar a ser nocivos y condenar su futuro, especialmente en aquellos que ya están siendo víctimas de las consecuencias de la institucionalización, como las dificultades para la regulación emocional por la falta de un cuidado recíproco e individualizado, la estigmatización y el rechazo, y que pesar de que diversos estudios demuestran que “la institucionalización es un factor de riesgo para el desarrollo óptimo del menor, no condena a un niño a la psicopatología” (MacLean, 2003, p.853), nuestra sociedad en muchas ocasiones lo hace, asociando de forma casi automática el hecho de estar institucionalizado al “rotulo” de delincuente contribuyendo a la criminalización en sus distintas formas: ya sea estigmatización, judicialización u hostigamiento.

      Referencias

      1. Huertas, Rafael (2015), “De la filosofía de la locura a la higiene del alma. Joseph Daquin (1732-1815)”, Asclepio, 67 (2): p106. doi: http://dx.doi.org/10.3989/asclepio.2015.24
      2. Álvarez Martínez. (1999). Entrevista con Rafael Huertas. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 19, 92-104
      3. Huertas, Rafael (1997), los «niños salvajes» y la medicalización de la deficiencia mental. revista de dialectología y tradiciones populares, vol. lii, nº 1.
      4. MacLean, K. (2003). The impact of institutionalization on child development. Development and Psychopathology, 15(04), 853-884.



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    2. Doris:
      Agradezco tu aporte, poniendo el foco en los que superficialmente podríamos denominar "problemas de salud mental de los niños y los adolescentes" y que realmente debieramos llamar "los problemas de nuestro orden social para asegurar a los niños y adolescentes una vida buena, digna y segura que les permitan ser adultos sanos que disfruten y generen bienestar".
      Ese ese un tema ineludiblem, que abordaremos más adelante en este Curso.
      Muchas gracias !!

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    3. Gracias Dr, totalmente de acuerdo con usted. Me agrada que podamos conversar sobre un tema tan atingente en nuestros tiempos y que depende de cambios en nuestra sociedad que aun no son visibilizados ni analizados, lo que se hace en el fondo es que se pone el foco en las consecuencias.

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  18. La bibliografía de esta quincena me sirvió para darme cuenta de la importancia que tiene el no ser un “receptor pasivo” de la historia, sino que es imprescindible cuestionarse sobre quién la escribió, en qué contexto y en qué fuentes se basó.
    El autor nos plantea que la historia muchas veces viene desde el pensamiento hegemónico de la elite del momento, y ya bien sabemos que lo que piensa la elite puede tener una graaaan desconexión con la realidad.
    En el mismo sentido, propone que hay una diferencia entre lo que “los médicos han dicho y lo que han hecho” a lo largo de la historia, y que por lo tanto, si queremos aproximarnos a “lo hecho”, no lo vamos a lograr buscando en los libros médicos, sino que en las “historias clínicas, en los documentos administrativos, en los presupuestos y cuentas de las instituciones”, lo cual me parece una perspectiva muy interesante y que jamás me había planteado.

    Por otro lado, Rafael Huertas nos vuelve a mostrar cómo la especialidad a la que aspiramos porque creemos que mediante ella vamos a poder ayudar a disminuir el sufrimiento de los pacientes, muchas veces ha hecho todo lo contrario, ya sea definiendo lo que es normal y lo que no, o determinando cuál sería el tratamiento “más beneficioso”.
    Respecto a la definición de lo que “es normal”, lamentablemente, la psiquiatría ha servido para patologizar comportamientos que pudieran ir “contra el buen orden burgués del momento”, o ha puesto etiquetas que solo han contribuido a generar más estigma (como hemos discutido en sesiones anteriores), por ejemplo, al haber incluido a la homosexualidad como una enfermedad mental.
    Respecto a los tratamientos, el autor nos expone (verbal y gráficamente) algunos métodos para “sacar al loco de su error”, como “el sillón giratorio de Darwin” y “la hidroterapia", los que hoy en día no dudaríamos en llamar objetos de tortura.
    Creo que esto nos invita a siempre cuestionarnos lo que hacemos en la práctica clínica, por ejemplo, debemos pensar en cuánto de nuestros prejuicios o de las “normas de la sociedad” están influyendo en nosotros al hacer un diagnóstico, o incluso, cuestionar si en algunos casos es necesario hacer dicho diagnóstico si es que éste puede significar poner una etiqueta que va a tener una tremenda carga negativa para el paciente.

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    1. Hola Kam!
      Coincido contigo en que nuestra labor además de intentar ayudar al paciente, es también cuestionarnos las etiquetas diagnósticas y las conductas imperantes que a veces repetimos solo por haberlas aprendido así. Partir desde la subjetividad del paciente, la empatía y recordar que ese paciente es por sobretodo persona primero y que nosotros también somos personas influenciadas por el medio, la crianza, las costumbres y que no somos dueños de la verdad absoluta (nadie lo es).

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    2. La especialidad a la que aspiramos, como tú dices, es especialmente compleja, ya que aún hay muchas cosas que realmente no sabemos o no estamos seguros del todo, por lo que tienes mucha razón cuando dices que siempre debiéramos estar cuestionándonos y revisándonos en nuestras prácticas profesionales, para no tener un efecto iatrogénico en vez de disminuir el sufrimiento del paciente.

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  19. Es interesante como Huertas expone cronológicamente con su visión crítica parte de la historia de la psiquiatría, desde la visión más humanizante de la locura tanto de Daquin como Pinel junto con el tratamiento moral, la influencia degeneracionismo donde La Medicina, el Derecho y la Teología son las tres grandes disciplinas que definen lo que es normal y lo que no lo es, muchas veces en pro del orden burgués. Los diagnósticos médicos dejaban de ser juicios objetivos para convertirse en decisiones sociales y la Psiquiatría toma un papel de control social con consecuencias desastrosas llegando a patologizar todo tipo de comportamientos considerados antisociales por los garantes del orden olvidando las causas sociales de ellas y remitirlos exclusivamente a un substrato biológico, con pesimismo antropológico y el nihilismo terapéutico que prima en la primera mitad del siglo diecinueve.
    Puedo concluir que en la historia de la psiquiatría se han cometido muchos errores y vulneraciones, aun cuando detrás de esas acciones pudiera haber “buenas intenciones”. Se usaron cuestionados métodos y se trabajó con mucho ensayo y error. Se hizo daño, pero también grandes aportes. Afortunadamente su avance ha ido corrigiendo en cierta medida las equivocaciones del pasado. Aquí es donde cobra importancia la historia para construir el presente y futuro, para no olvidar y por sobre todo para recordar. Por esto es que coincido con que la historia debe ser construida no solo desde la perspectiva del Psiquiatra, sino que también desde la del paciente como protagonista con su subjetividad. El pensamiento crítico del historiador y del paciente es primordial, así como el de nosotros como futuros psiquiatras ya que queda demostrado que esta disciplina está viva y es dinámica y lo que ahora puede ser “normal”, mañana ya no lo será y seremos los responsables de no repetir patrones solo por el hecho de estar establecidos. Además es de suma importancia la participación horizontal de otros expertos, con el rigor científico suficiente, la confluencia de distintas formaciones, sensibilidades y enfoques, ya que la “locura” trasciende la medicina y la ciencia, acabando ser un producto sociocultural por lo que para entenderla necesitamos conocer su contexto. Lo cual queda claro cuando Huertas cita a Rosen en su video-clase respecto a que “ el estudio histórico se debe llevar a cabo teniendo siempre en cuenta el clima emocional e intelectual que prevaleció en cada periodo, los factores sociales, políticos e ideológicos que han influido en la teoría y en la práctica psiquiátrica, y el grado en que los problemas cruciales, como el definir la locura y separarla de la cordura se han formulado en contextos organizados según dimensiones morales, teológicas, legislativas y sociales más que en términos médicos”. Por lo que lo hecho no solo se va a encontrar en los libros médicos, sino en las historias clínicas, en los documentos administrativos, en los presupuestos y cuentas de las instituciones.
    Además coincido con Huertas cuando menciona que cree imposible separar el sujeto y el objeto del conocimiento, los juicios de hecho y los juicios de valor por lo que es de suma importancia el compromiso social, ético y la honestidad intelectual individual.

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  20. A través de la lectura sobre el trabajo de Rafael Huertas se hace evidente qué importante es conocer y poder analizar la historia de nuestro quehacer. En la formación de pregrado en medicina, se suele poner especial énfasis en la dimensión de la Historia de la medicina en lo que respecta a los “saberes”, sin embargo, poco o nada se hace alusión a las dimensiones sociales o políticas de esta disciplina, ni actuales y menos a través de la historia. Esto resulta, por decirlo de alguna forma, inquietante, sobre todo considerando que nuestra ética profesional debiera ser formada en esta etapa no solo en la filosofía abstracta y tan teórica, muchas veces enseñada con tantos sesgos, además, sino también gracias a los conocimientos que nos entregan las experiencias pasadas y los estudios sobre las mismas, para llegar a tener una postura crítica y reflexiva ante situaciones actuales.

    Como señala Huertas en su clase sobre la Historia de la locura y de la psiquiatría, los alienistas intentaron humanizar el trato de los pacientes mentales a través de liberarlos de sus cadenas y someterlos al denominado tratamiento moral, incluso, como refiere Huertas en el artículo “De la filosofía de la locura a la higiene del alma”, Daquín llega a sostener que el papel del médico no es otro sino el de colaborador del poder sanador de la naturaleza, quién concluye que la higiene del alma es la única que puede influir en la mente de los enfermos. Sin embargo, lo que ocurrió en el desarrollo de este movimiento no fue sino otra versión que reproducía el esquema del encierro, y de ese trato que en un principio se intentó fuera más humano, se terminó en prácticas mucho más duras, llevando el tratamiento al límite de la tortura del paciente, buscando que este “saliera de su error”.

    De esta manera, el estudio de la Historia de manera sistemática y marcada por motivación de compromiso social y ético, sumado a honestidad, modestia y generosidad intelectual, con la intención que este trabajo tenga una trascendencia social, como refiere Huertas en la entrevista que revisamos, conformaría la base ética informada en nuestra labor, que, siendo optimistas, podría prever y llegar a evitar cometer equivalentes actuales a los errores cometidos en el pasado, es decir, ser capaces de aplicar en la práctica lo que hemos ido interiorizando en nuestros estudios a todo nivel, y no sólo en lo teórico.

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    1. Muchas gracias Camila:
      Afirmas que "el estudio de la Historia de manera sistemática y marcada por motivación de compromiso social y ético, sumado a honestidad, modestia y generosidad intelectual, con la intención que este trabajo tenga una trascendencia social, como refiere Huertas en la entrevista que revisamos, conformaría la base ética informada en nuestra labor, que, siendo optimistas, podría prever y llegar a evitar cometer equivalentes actuales a los errores cometidos en el pasado, es decir, ser capaces de aplicar en la práctica lo que hemos ido interiorizando en nuestros estudios a todo nivel, y no sólo en lo teórico".
      ¿Cómo podríamos hacer que eso se sostenga y profundice cuando ya se hayan titulado de Especialistas en Psiquiatría y estén dispersos por el mundo, ejerciendo en muy distintos escenarios y circunstancias?.

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    2. En primera instancia me parece importante y necesario reforzar constantemente en los cursos de especialización la idea de que la alianza terapéutica es fundamental para el éxito del tratamiento, a través del vínculo genuino entre una persona y otra.
      Otra estrategia que me parece podría ser útil es mantenernos constantemente revisándonos mutuamente entre colegas, ya que muchas veces ocurre que cuando uno se ve muy inmerso en la rutina, sobre todo cuando se deben cumplir ciertos rendimientos y metas exigidos por el sistema, de repente puede pasar que comencemos a actuar de manera más automática, perdiendo muchas veces el foco. Entonces me parece que acostumbrarnos a estar continuamente realizando una supervisión clínica o reuniones clínicas, enfocadas precisamente a ayudarnos a mantener una línea terapéutica adecuada, enriqueciéndonos con la mirada de otras disciplinas y además como estrategia de autocuidado, al lograr establecer una relación de contención y apoyo como equipo de salud mental, no sólo desde técnico sino también desde lo humano.

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  21. Anastassia Gallardo4 de julio de 2020, 20:02

    Me parece muy interesante la forma en que Rafael Huertas plantea que para crear una nueva historia en la psiquiatría es fundamental conocer la historia previa.
    Sobre la clase de Rafael Huertas destaco la forma en que nos da a entender que la locura tiene mucho que ver con el contexto social en el que nos encontremos en una época determinada, es así como grandes revoluciones en la historia de la humanidad por ejemplo la revolución francesa genero una serie de cambios en la historia de la psiquiatría, o como el mismo Rafael dice son comparables ambas revoluciones en el efecto que posteriormente tendrán.
    Es curiosa la frase con la que Rafael Huertas Introduce su clase, con una frase de la anti psiquiatría “ la psiquiatría es la única rama de la medicina que trata a una persona en contra de su voluntad y encarcela a sus pacientes si lo cree necesario “ y en el fondo siempre se lucha por lograr este frágil equilibrio entre el tratamiento del paciente y la defensa en control social de individuos peligrosos en la sociedad.
    Durante la historia de la psiquiatría se trata de buscar este equilibrio desde Pinel liberando a los locos de sus cadenas, proponiendo este tratamiento moral que buscaba humanizar y medicalizar la locura, pero que en sus avances utilizo métodos que atentaron sobre los derechos humanos volviendo a encerrar a los pacientes institucionalizándolos y usando métodos tan atroces como el aislamiento celular , el sillón giratorio o la hidroterapia que más que tratamiento era un castigo al paciente que buscaba su coerción.
    Si bien es cierto que actualmente reconocemos lo equivocados de estos métodos, no hasta hace poco continuábamos pensamos en la medicalización de la locura como la única solución, mantener sedado todo el día a un paciente psicótico para que no se ponga agresivo, usar máximas dosis de antipsicótico teniendo a estos pacientes con efectos extrapiramidales , usando contención física con camisa de fuerza ,con carpa…, etc… sigue siendo una forma y un trato que nos aleja de la humanización aunque es sumamente legal.
    Daquin a pesar de también ser alieniesta postula algo muy importante sobre la higiene del alma, postulando que los medicamentos no deberían ser el pilar de los tratamientos si no que la higiene del alma, el trato del pacientes sería fundamental sobre todo el escuchar y observar a la vez, mantener este contacto estrecho con el paciente , aunque su punto no era el de comprenderlo sino el de compadecerse de su infortunio, que en el fondo contrasta con lo hacian la mayoría de los alienistas que se centraban solamente en observar a los pacientes como sujetos de estudios y no es hasta que llega el psicoanálisis que escuchar se vuelve una opción fundamental.
    Hoy en día ambas cosas son esenciales, pero sobre todo estamos aprendiendo en que la base de la humanización de los tratamientos psiquiátricos no está en solo escuchar y compadecerse del paciente sino en comprenderlos, y otorgarle herramientas (utilizando un equipo multidisciplinario) Aprendimos que juzgar a un paciente por lo errado de su locura no era la solución sino que el emplear la contención emocional y ser un lugar seguro de comprensión era fundamental.

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  22. Me parece muy relevante revisar la historia de la psiquiatría, y que ésta haya sido no tan sólo desde la perspectiva médica, si no también de historiadores, antropólogos, etc.
    Nos enriquece el conocer la evolución del rol del alienista y psiquiatra, desde un aspecto biologicista, enfocado a lo neurológico, con manejo manicomial, con marginación y uso de los enfermos mentales como espectáculo ruin de la sociedad, hacia el cambio de enfoque, destaco los aportes poco reconocido de Daquin, en las ideas que surgen como principio del tratamiento moral, inicio del movimiento alienista, y el integrar el enfoque filosófico al tratamiento, “tendiendo un puente entre las ciencias médicas y las ciencias morales, para que el médico, convertido en filósofo, pueda curar el cuerpo pero también el alma”, el introducir nuevas terapias basadas en la higiene del alma, con el trato humanitario a los enfermos mentales, con frases como : “que resulta imprescindible la dulzura del trato” o “ si la locura tenía una causalidad moral, el tratamiento debía perseguir el alivio moral”, y remarca que es necesario el ejercicio, la dieta y el higiene, para lograr mejoría. Estas ideas, aunque limitadas, dado el contexto sociocultural e histórico, establecen bases para las reformas en la atención de la psiquiatría futuras como lo fue con Freud destacando la clínica de escucha, enfocándose en la experiencia de vida.
    Por otro lado comparto con mis compañeros el cómo se ha utilizado la psiquiatría en los distintos contextos históricos y políticos, lamento que en algunos momentos de la historia, como lo describen en el higienismo, en la “formulación de una utopía burocrática”, usándolo para regir la sociedad y como elemento para el gobernar los pueblos.
    El estudiar la historia de la psiquiatría, nos permite visualizar aquellos aspectos negativos o débiles, criticarlos y mejorarlos, debemos aspirar a que la psiquiatría esté al servicio de los pacientes, ayudar a aliviar su sufrimiento, con un trato digno, basado en los derechos humanos.

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  23. La idea de las lectura que más me ha penetrado es la relacion historica entre psiquiatria y poder. Y mas aun, ampliando los alcances, la relacion entre la medicina y los grupos de poder de cada determinado momento historico. En un extremo podriamos encontrar la idea de que los grupos hegemonicos instrumentalizan "las tres grandes <>" (la medicina, el derecho y la teologia), para argumentar e imponer lo que es normal y lo que no lo es. En ese sentido, bajo el estandarte de la salud publica (o higiene) historicamente se han levantado campañas del terror sobre determinados rasgos, habitos, conductas y por extension, de los grupos que se caracterizan por estos. Así, a propósito de la historia, no puedo evitar traer estas problematicas a nuestro territorio y las acciones llevadas, especialmente en la segunda mitad del siglo XIX, por el gobierno de Chile sobre los pueblos habitantes al sur del rio Bío Bío, en concreto, las comunidades mapuche habitantes de Walmapu. Me refiero a las campañas de lo que la historia oficial ha llamado la "Pacificacion de la Araucania", una empresa de caracter politico y militar, pero tambien profundamente ideologico, moral y salubrista en su animo de argumentar como una prioridad nacional la conquista de los territorios Mapuche. En este proceso se cruzan varios de los elementos que Rafael Huertas menciona en su entrevista. Por una parte, se observa en el siglo XIX una amplia valoracion, por la clase dominante, del pensamiento ilustrado europeo que ensalza los valores de la civilizacion y el conocimiento derivado de las ciencias. Y por otra, los crecientes intereses economicos sobre los fertiles territorios al sur de Chile, hasta entonces ocupados por Mapuche. Se observa en la epoca una potente campaña publica de perversion de la imagen del Mapuche, asignandole las etiquetas de brutos, violentos, holgazanes, alcoholicos, locos y evolutivamente inferiores al hombre civilizados. En "Historia Secreta Mapuche" de Pedro Cayuqueo, se exponen multiples articulos periodisticos y testimonios escritos del pensamiento de la epoca, donde se enarbola la bandera de la salud publica como uno de los argumentos para convencer de lo beneficioso y necesario que es la opresion del mapuche.
    Si bien este fenomeno historico local no es centralmente psiquiatrico, sí considero necesario recordarlo como una manifestacion concreta de que la construccion historiografica de un proceso esta estrictamente condicionada por la perspectiva desde la que es narrada, como afirma Rafael Huertas. Hay una kilometrica diferencia entre la representacion tradicional de una guerra entre Mapuche y chilenos, y las versiones de los testimonios Mapuche, donde se denuncian los abusos cometidos por el ejercito chileno y sus dirigentes. Así tambien, es evidente hasta la actualidad el daño que la historia ha hecho a traves de la construccion de estigmas sobre el pueblo Mapuche, donde aun sobreviven las etiquetas antes mencionadas. Y finalmente, las consecuencias de este proceso son un conflicto politico-etnico aun sin resolver, donde el desencuentro de comunidades otrora bien organizadas ha mermado la unidad de un pueblo que aun espera el reconocimiento que la historia oficial le adeuda.

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  24. Gustavo Maldonado4 de julio de 2020, 20:39

    Dentro del estudio de la historia de la Psiquiatría, principalmente la española y francesa, destaca el aporte Rafael Huertas, un médico internista y escritor español. Huertas tiene su primer acercamiento al mundo de la historia de la Psiquiatría a través de un curso de doctorado llamado "Humanidades médicas" que estudiaba las relaciones entre medicina y literatura. Es mediante la literatura que se enfoca posteriormente en la Historia Social de la Medicina. Llama la atención como si bien en pregrado hay cursos de historia de la medicina, no se le da muchas veces la importancia que tiene ni se vincula con su relevancia social. Muchos han sido los errores y las malas decisiones tomadas a lo largo de la historia de la medicina y aún más en cuanto a la Psiquiatría. Es nuestro deber aprender de ellos para no volver a cometerlos. Huerta nos recuerda que la medicina forma parte de las "disciplinas de la norma" junto con la Teología y el Derecho. Son las que dictan qué es normal y que es anormal, y se sabe que en la historia de han cometido muchas injusticias en relación a este punto. Basta ver cómo hasta hace poco tiempo la homosexualidad y la condición de transgénero se consideraban enfermedades mentales, provocando un gran daño a estás minorías durante mucho tiempo. Es necesario que como médicos y futuros psiquiatras, seamos capaces de aprender de la historia y evitar los errores del pasado.

    Es importante también destacar que si bien en la Historia de la Salud hay que mantener una objetividad en relación a la veracidad de los sucesos, lo que se escribe también va cargado de un tinte ideológico y este puede omitir o exaltar ciertos contenidos. Por ello es necesario también, dice Huerta, "conocer y analizar otro tipo de fuentes no estrictamente médicas pero íntimamente relacionadas con los problemas de salud, cómo documentos administrativos, prensa general, fuentes procedentes tanto de empresas como del movimiento obrero, etc".

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    1. Huertas destaca la importancia de la trascendencia social del historiador, en que los conocimientos que transmite lleven a "un compromiso más militante con los problemas del presente". Donde lo que logramos obtener de la historia, tenga una aplicabilidad en el presente.

      Huertas rescata el trabajo de Joseph Daquin como precursor del tratamiento moral y sus estudios sobre la enfermedad mental. Nos cuenta como Daquin consideraba en la etiología de la enfermedad mental, las pasiones del hombre. Es quien propone un tipo de clasificación de la locura en clases de alienación; los furiosos, tranquilos, extravagantes, imbéciles, insensatos y dementes. Haciendo estudios empíricos en relación a los efectos de la luna sobre el grado de compensación de la enfermedad mental, los cuales los hace no desde un punto de vista místico/astrológico, sino más bien atribuyéndole efectos físicos sobre la anatomía del cerebro. Daquin también le da una gran importancia a los estudios anatopatológicos post mortem de los pacientes de salud mental, buscando causas anatómicas de estas enfermedades. Huerta nos describe también como Daquin estuvo en contra de el uso de medicamentos y terapias de la época de forma indiscriminada, dándole importancia a los efectos adversos que se podían ver en los pacientes y de los intereses económicos de los inventores de estos "remedios". Mostró también interés en el tratamiento personalizado de los enfermos, más que un manejo autómata y generalizante. Llama la atención como Daquin, un médico que vivió entre el 1732 y 1815, se planteaba estas reflexiones que son tan atingentes hoy en día. En relación a temas como los estudios neurobiológicos en psiquiatría, la sobremedicación, los intereses farmacéuticos, la medicina con enfoque personalizado etc. Son cuestionamientos que trascienden hasta hoy y que debemos ser capaces de aplicar día a día en el ejercicio de nuestra profesión.

      Fuentes:
      1.-Entrevista a Rafael Huertas en la Revista de la AEN
      2.-De la filosofía de la locura a la higiene del alma. Joseph Daquin (1732-1815)
      3.-clase de Rafael Huetas sobre la Historia de la Locura y de la Psiquiatría

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  25. Lo importante de la historia no solo contempla saber lo que ocurrió en el pasado, sino también comprender el presente y mejorar el futuro. Sin olvidar, por cierto, el tinte subjetivo de cada historiador, esto adquiere especial importancia tras conocer la obra del Dr. Huertas, ya que, logra exponer desde una perspectiva bastante crítica cómo fue la evolución histórica de la psiquiatría. Me llamaron la atención varios de los análisis históricos que realiza, por ejemplo, el mencionar a la medicina, derecho y teología como las “disciplinas de la norma”, ya que, si bien “lo normal” puede ser definido bajo varias aristas, siguen siendo éstas las que aún en este siglo definen y limitan en gran medida este concepto. Huertas comenta la importancia de crear una “nueva historia”, la que se construiría sumergiéndose en la experiencia de cada paciente, sin sesgarse bajo los constructos previos ni limitaciones modernas, sino más bien bajo una mirada más humanitaria, basada en lo que llama la higiene del alma.
    Finalmente, el planteamiento de Huertas me lleva a cuestionar varias de las prácticas y protocolos hasta hoy concebidos, ya que, varios de éstos tienen sus cimientos en influencias sociales y culturales, mas no en el bienestar del paciente. En este punto rescato la importancia de conocer la historia, justamente para aprender de ella, repetir lo bueno y no cometer errores ya cometidos, como las torturas, discriminación y segregación a nuestros pacientes, comparto y fomento la metodología observacional y de la escucha, la que parece un poco utópica de implementar, dado los tiempos protocolizados para la atención psiquiátrica y médica en general, pero contribuiría mucho a darle ese matiz humanitario a la salud mental actual.


    Referencias

    1. Huertas, Rafael (2015), “De la filosofía de la locura a la higiene del alma. Joseph Daquin
    2. Álvarez Martínez. (1999). Entrevista con Rafael Huertas. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría
    3. Exposición de Rafael Huertas: “Historia de la Locura y la Psiquiatría”

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  26. De parte de Valeria Degiacomi:
    Salud Mental: “ Historia de la Psiquiatria”

    Con respecto a los articulos leidos para la quincena me parecio muy enriquecedor poder
    conocer a cerca de la historia de la Psiquiatria, poder ver como se entrelasan los factores
    no solo medicos sino politicos y socioculturales a lo largo de la historia de acuerdo a su
    contexto en el tiempo y que opinan al respecto personas de relevancia en la medicina
    contemporanea.
    Desde mi punto de vista, paso a mencionar lo que mas me sorprendio a cerca de lo leido
    o lo que mas me dio cuenta de lo que estoy viviendo en la actualidad:
    - En el articulo sobre el tratamiento moral de la Psiquiatria, en una parte describe
    “Cualquier tipo de pasion que afecta a los hombres puede considerarse la causa de su
    locura, el amor, los celos inseparables de este, la ira, la ambicion, la venganza- que son
    pasiones ardientes producen locos furiosos; mientras que la ternura paternal o filial, la
    de los esposos, la amistad, los antojos, la religion, el estudio, la contemplacion, y las
    demas inclinaciones dulces, provocan por el contrario locos tranquilos, imbeciles, o
    causan locuras en la que el enfermo experimenta intervalos de tranquilidad, de buen
    sentido y de razon. (Daquin, 1791)”.
    Vemos que desde hace ya cientos de años se daba cuenta de que la locura se podria
    dividir en varios subtipos muchas veces asociados al afecto, a lo familiar, a la religion y
    hasta el estudio; cosa que hoy en dia de cierta forma continua presente aunque bajo
    diferentes clasificaciones.
    -En el mismo articulo menciona lo siguiente: “No todos los tipos de locura estarian
    sujetos al dominio lunar de la misma manera. Las locuras curables o susceptibles de
    curacion dependerian de la Luna mucho mas que las incurables”.
    Por un lado de forma retrospectiva parados en el siglo XXI es un tanto dificil el creer que
    se pensara que la Luna pudiera tener alguna relacion desde la ciencia con las patologias
    mentales y a su vez, por otro lado, lo asemejo al que hoy en dia al hablar de patologias
    mentales ya no solo se aborda lo relevante a lo etiologico propiamente dicho sino
    tambien al contexto en el cual se esta desarrollando el paciente y su patologia.
    - “La busqueda de la lesion en los enfermos mentales es una caracteristica importante
    del proyecto cientifico de Daquin. Se muestra partidario de extender la practica de la
    autopsia insistiendo en que los hallazgos anatomicos podrian ofrecer para una mejor
    comprension de la locura”.

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    2. Continuación de Valeria Degiacomi:
      Ya en esos años se pensaba que ciertas lesiones estructurales encefálicas que podrían ser estudiadas en autopsias podrían dar cuenta de datos importantes para estudio de patologías mentales; ya fueran daños vasculares, daños por ocupación de masas o por destrucción de estructuras cerebrales. Si bien hoy en día no todas las patologías en salud mental se asocian a daño estructural si en muchas estas aparecen de forma secundaria a determinados daños estructurales a nivel del encéfalo.
      - “Prudencia hipocrática e ilustrada, pocos medicamentos y mucha dieta; como régimen de vida, como una higiene del alma en la que resultara imprescindible la dulzura en el trato. Su espíritu filantrópico le lleva a insistir en que es necesario observar y escuchar a los locos”.
      Ya en esos tiempos se daba cuenta la importancia que tendría mas tarde en la salud mental no solo en tratamiento farmacológico sino también los estilos de vida de los pacientes, el contexto social en el que sean tratados y que sería de suma importancia un ambiente amigable y la escucha como uno de los pilares fundamentales para el progreso de estos pacientes.
      - En la entrevista con Rafael Huertas en un momento se comenta “la salud de la población no depende solo de la biología humana o del sistema de cuidados médicos, sino también, y de manera muy preponderante, de la alimentación, de la salubridad de las viviendas, de las condiciones de seguridad e higiene en el trabajo, de las condiciones de convivencia, de los patrones culturales…, es decir, tanto del ambiente físico como social”.
      Principalmente este punto es el que vemos reflejado en el mundo en la actualidad donde frente a una pandemia las personas mas vulnerables son las mas afectadas. Personas en condiciones de hacinamiento, malnutridas, con escasos recursos económicos, niveles educacionales bajos y muchas con familias disfuncionales terminan siendo las mas vulnerables y las mas desprotegidas por parte de la sociedad. Algo injusto, cruel pero a la vez muy real.
      - En la misma entrevista se comenta “Me parece muy interesante y aconsejable cualquier acercamiento multi o interdisciplinar en el análisis de un determinado problema”.
      Completamente de acuerdo, no solo desde la investigación sino desde la práctica a diario con nuestros pacientes. Cada vez que en el hospital evaluamos un ingreso entre todos, médicos, enfermeros y psicólogos cada uno aporta un punto de vista diferente y el resultado es finalmente mas enriquecedor para todos y mucho mejor para el manejo del paciente.

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