Tema 0, continuación: Pandemia COVID 19 y Salud Mental


En medio de la Pandemia trataremos de hacer foco en Salud Mental.
Aunque sabemos poco del COVID 19 y estamos aprendiendo a sangre y fuego, lo cierto es que nuestras precisiones sobre "salud mental" dejan mucho que desear, ya que como discutiremos más adelante es al menos un concepto polisémico.

Leeremos lo siguiente:

PROTOCOLO DE SALUD MENTAL PARA LA INTERVENCION EN LA PANDEMIA POR CORONAVIRUS (fechado en Madrid, 20 de marzo de 2020)

The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence, publicado el The Lancet el 26 de febrero de 2020, Versión en español
entrando por AQUI.

Consideraciones psicosociales y de salud mental durante elbrote de COVID-19, publicado por OPS el 12 de marzo de 2020

Salud mental y apoyo psicosocial en las emergencias humanitarias:¿Qué deben saber los actores humanitarios de salud?. Publicado por el Grupo de Referencia del IASC para la Salud Mental y el Apoyo Psicosocial fue desarrollado en consulta con el Clúster de Salud Global del IASC (Interagency Standing Comitee )

También puedes leer:

y un libro completo : Psychiatry of Pandemics. A Mental Health Response to Infection Outbreak, Editado por Damir Huremovic, publicado por Springer en 2019.

Después de Leer:

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ANOTE LAS 5 IDEAS PRINCIPALES QUE UD. HA OBTENIDO DE ESTAS LECTURAS, PARA DISCUTIRLAS EN NUESTRA SESION VIRTUAL del LUNES 27 de Abril a las 18:30 hrs.

Comentarios

  1. Estimados compañeros y profesor, espero que hayan tenido un descansado fin de semana.

    Quisiera compartirles como comentario a esta entrada el extracto de un pequeño artículo que escribí. No habla en específico de la literatura entregada, pero me surgió como reflexión de lo leído hasta ahora. Les dejo el link del texto completo.
    Un abrazo fraternal a todos.

    https://psiquiatraapata.blogspot.com/2020/04/un-ineludible-deber-ser.html

    "Igual de abundante y buen material existe para hacer frente a los problemas de salud mental de la población y del personal de salud, que se siguen de la pandemia, de la enfermedad, de la cuarentena y del cese de nuestra vida habitual. Redundar en ello quizás pueda ser no especialmente productivo.

    Sí me quiero detener en algunos aspectos para intentar ofrecer una perspectiva distinta.
    Existe, y lo digo con una convicción dogmática, un deber que es ineludible para todo ser humano y que es el de cuidarse a sí mismo. Me detengo en esto pues puede presentarse en muchos discursos y visiones una especie de pugna entre lo privado y lo público, entre lo personal y lo colectivo, entre lo singular y lo plural -Hablo acerca de estas parejas de palabras intentando considerar siempre sus significados más primitivos- Cuidar el entorno y a los demás jamás será opuesto a cuidarse a uno mismo, y al revés. Cuidarse a uno mismo, no significa caer en una especie de egoísmo que nos impida ocuparnos del resto. Profesiones cuyas formas de ejercicio son altruistas casi por definición, corren el riesgo de despreocupar el autocuidado de quienes las ejercen precisamente para no parecer ser egoístas, gorrones o sacadores de provecho.

    Es un deber ineludible e inevitable, cuidarse, quererse, es un deber perenne, es un deber ser, un deber de estado, pues desde el cuidado de nosotros mismo es cuando en mejor pie nos encontramos para cuidar a los demás. No tengo citas científicas, pero quizás la haya con un mejor o peor nivel de evidencia.

    No existe un correcto ejercicio de la profesión médica y menos de la praxis psiquiátrica, sin un buen autocuidado, serio, responsable, sistematizado y humanizante. Me atrevo también a decir que el cuidado que ofrecemos a los demás es de peor calidad mientras menos ejercitemos el cuidado en nosotros mismos."

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  2. En esta nueva forma de vivir actualmente, llamada cuarentena, son muchos los cambios que se han debido realizar, especialmente en salud mental y psicológica. De un día para otro se cambió el “chip” de las personas de ser libres a un par de metros cuadrados, obviamente manteniendo las realidades de cada uno ya que es importante destacar que persona o familia es un mundo diferente. Tenemos pacientes que ya presentaban sus patologías de base y que probablemente tendría muchas dudas sobre si el tratamiento ira a continuar o si tendrás su receta a fin de mes para perder todo lo avanzado.
    El manejo en los profesionales de la salud no solo va de forma personal, se realizan recomendaciones o flujogramas de cómo llevar en grupos de trabajo, como estar atentos a los primeros síntomas cuando el trabajador este pronto a un colapso, así manejarlo de forma óptima y no llegar tarde. Se podría agregar tal vez un seguimiento cada 1 semanas, en forma de cuestionario o check list para evaluar la evolución y no solo hacer un filtro en el momento. Cada profesional podría ir cambiando o tal vez tener miedo a decir lo que realmente siente, para evitar tener que salir, ya que muchos quieren estar, pero a lo mejor su mental psíquica o mental se encuentra en el límite.
    En el articulo de “The Lancet”, los estudios muestran como los profesionales de la salud se ven afectados, y no solo se muestran las alteraciones del ahora sino las proyecciones que se puede deducir es que los efectos de la pandemia en el área mental, será por varios años posteriores. Un dato que me queda grabado es como síntomas de angustia o miedo, a ser criticados o contagiarse de alguna enfermedad rondaran en la mente de profesionales de la salud que probablemente llevan años trabajando serán marcados como una cicatriz de guerra.
    Las recomendaciones de OPS son precisas y muy didácticas, importante en la actualidad donde la información que se entrega en redes sociales o televisión muchas veces más que informar confunden a la persona común y corriente que no maneja temas tan técnicos. Lleva a la confusión y angustia de no saber cuando terminara la pandemia y si las acciones tomadas por nuestras autoridades son las correctas. Un punto para recalcar, un grupo un poco olvidado, ya que según las estadísticas no estarían en el grupo de riesgo son los niños. OPS nos invita a tomar acciones con ellos y no dejarlos fuera en el flujo de información, ellos ven el mundo diferente pero aun así muchos verán revolucionario su entorno y sería de gran ayuda este apoyo de padres o familias.
    En el webinar COVID-19 fue interesante como las líneas de la salud y la economía se cruzan y mucho más en tiempos de pandemia. Un tema que en la salud mental de las personas es sensible como en la economía. En los temas destacables tocados el Profesor Sebastián Edwards, nos muestra un estudio realizado en New York donde se comparan 2 formas de realizar cuarentena. Por un lado, tenemos la opción de realizarle examen a toda la población y cada 2 semanas, así tendríamos a cada paciente y su entorno identificado. Es así como la población podría seguir trabajando y mantener la economía del país. Por el otro lado, la opción es realizar cuarentenas totales donde tendríamos menos exámenes, menos gente contagiada pero todos quietos sin poder trabajar. El problema principal que ellos ven, son que para realizar la opción A que sería la que en Chile está realizando, es mejorar las políticas de salud pública y desembolsar una gran cantidad de dinero para testear a toda la población, que en el caso nacional es imposible. Este articulo explica bien, y llevado a la realidad chilena: https://ciperchile.cl/2020/04/16/covid-19-chile-no-esta-aplanando-la-curva-la-perdimos-de-vista/
    La pandemia llegó a nuestras vidas para quedarse en ella por un largo tiempo. Se escucha hablar mucho la última semana sobre la “nueva normalidad”, como la gente debería volver a un nuevo mundo, nuevas reglas y a una nueva forma de sociabilizar. Esperemos estar preparados como sociedad y país.

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    1. Como tu muy bien dices la cuarentena se ha convertido en este último tiempo en la palabra que angustia o salva, esto me hace referencia a ciertos grupos de personas en todos los niveles socioeconómicos que ven en la cuarentena una de las medidas más favorables para esta pandemia(hasta que punto y hasta cuanto sacrificio), y sin desmerecer a las demás medidas tomadas por los gobiernos a nivel mundial, pero hay otro tipo de población que encuentra esta medida como un punto sobre exagerado, primando por el contacto físico, familiar y laboral.
      Podrá ser la desinformación, lo que está sucediendo o los puntos de vista del acontecer propi que hacen tomar estos puntos de vista, recalcando que siempre los extremos son malos y que la idea es tratar de buscar un equilibrio con cada medida optada por los gobiernos haciendo de esto una contribución a la lucha diaria de miles de personas contagiadas.
      Si hablamos de definiciones la cuarentena se estaría abordando desde una mirada de separación y restricción al movimiento de las personas en su diario vivir, y que están expuestas aun contagio o a propagación de dicha enfermedad, la información relevante y la más básica en cuanto a la pandemia y sus medidas, se debería transmitir o capacitar de forma fundamental a la población evitando así malas interpretaciones o direccionamientos convenientes del amarillismo o sensacionalismos de algunos medios de comunicación.
      En cuanto la salud mental en momentos de pandemia La naturaleza y gravedad del o los acontecimientos a los que la persona esté experimentado son fundamentales para el buen desarrollo de sus habilidades en cuanto atención de los pacientes y su mismo autocuidado,
      Las experiencias previas en situaciones de estrés o de eventos traumáticos también tiene un rol importante para el actuar de los funcionarios a esta nueva pandemia, el nivel de abordaje varía mucho en cuanto a conocimientos, resolución de problemas y manejo del estrés, el apoyo de familiares y colegas fortalecen el esfuerzo cotidiano que se realiza por el personal de salud, el poder comentar las experiencias, errores y aciertos durante la atención de pacientes contagiados libera la sobrecarga emocional a la que se ven envueltos dichos funcionarios día a día.
      Dejo claro que la forma de resolver, colaborar y reaccionar ante estos eventos catastróficos tiene una base fundamental en los antecedentes patológicos de salud mental de las personas o funcionarios, las cuales direccionarían su actuar dependiendo de cuan vulnerables son o están para enfrentar un nuevo reto hacia esta pandemia


      https://www.minsal.cl/wp-content/uploads/2019/12/2019.11.20_Gu%C3%ADa-para-el-cuidado-de-la-salud-mental_versi%C3%B3n-digital.pdf
      https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Manejo_primaria.pdf
      https://drive.google.com/file/d/12lNTEabxPm5eSPm3gwhk97iTBg0zciRT/view
      https://cdn.digital.gob.cl/public_files/Campa%C3%B1as/Corona-Virus/documentos/Controles_Sanitarios_11042020.pdf
      https://www.minsal.cl/wp-content/uploads/2020/05/Informe_EPI_PUB_20200505.pdf

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  3. Anastassia Gallardo B23 de abril de 2020, 15:44

    Covid 19 y Salud mental

    Tal como refiere la “carta abierta” el contexto de chile en salud mental previo al coronavirus no era el mejor, pues desde antes de las crisis de los últimos 6 meses y el estallido social, Chile era considerado uno de los países con peor salud mental en el mundo.
    La cuarentena y el distanciamiento social se ha visto que son unas de las únicas medidas eficaces para evitar la expansión del virus sin embargo resultan como gatillantes para exacerbar trastornos mentales previos o para desencadenar estos.
    Además, ha resultado como consecuencia de otros gatillantes estresores: como son el aumento de la desempleabilidad, la falta de apoyo social o redes de apoyo, la caída en la economía global. Todos estos factores contribuyen en generar angustia y estrés en la población.
    Los artículos leídos son claros en enfatiza que la mejor manera de aliviar estos estresantes consiste en entregar una información clara y concisa, pero además debe estar principalmente enfocada en cada uno de los grupos de riesgo; es decir la forma en que esta debe entregarse para que sea recibida y cause un buen impacto en la población debe ser individualizada para cada grupo, pues no es lo mismo entregar una información a un niño o adulto mayor ya que la carga emocional será distinta. Así como también se debe considerar la forma en que se hace llegar esta información a otros grupos de riesgo, como son personas con patologías mentales, demencia o personas con incapacidades físicas ya sean auditivas o verbales. Este punto es muy importante pues la responsabilidad de transmitir esa información recae en nosotros como personal médico.
    Los pacientes con trastornos psiquiátricos además forman parte de una población vulnerable en esta pandemia, de acuerdo al artículo de Xiang et al..” Debido a su estado mental desordenado, pobre autocontrol y autocuidado, y una visión inadecuada, pueden ser incapaces de practicar las medidas de control de infecciones básicas para protegerse. Además, debido al estilo de vida poco saludable asociado con enfermedades mentales y efectos secundarios de los medicamentos psicotrópicos, el estado de salud subóptimo de pacientes hospitalizados con los principales trastornos psiquiátricos pueden hacerlos más vulnerable a la neumonía COVID-19 y sus complicaciones”.
    Por ende, como personal de salud mental debemos tratar de ocupar todos nuestros recursos disponibles, ya sea físicos como digitales para continuar con sus terapias y evitar la suspensión brusca de sus tratamientos farmacológicos que podría generar serias consecuencias tanto para el paciente como para su entorno. Medidas como psicoterapia por teleconferencias, habilitar líneas directas de asesoramiento psicológico a escala nacional, visitas domiciliarias y entrega de medicamentos en sus domicilios tratando de usar todas las medidas de protección que sea posible.
    Otra población de la que no nos debemos olvidar y que es por la que deberíamos partir preocupándonos en esta pandemia, es aquellos que son parte del personal de salud de la primera línea, lidiar todos los días con muertes constantes, medidas de precauciones tan exigentes y mantenerse alejados de sus seres queridos por miedo a contagiarlos, los hace ser más susceptibles a desarrollar un agotamiento tanto físico como psicológico que puede impedir la correcta toma de decisión y su ejecución. Creo que es primordial implementar planes de intervención psicológica tempranos para promover el autocuidado del personal de salud en todos los hospitales y consultorios del país.

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  4. Si bien esta pandemia tiene un impacto en la salud mental de la población general, destacan de forma transversal en la literatura algunos grupos donde las consecuencias son más severas, entre los cuales se encuentran los profesionales sanitarios.
    En el “Protocolo de salud mental para la intervención en la pandemia por coronavirus” se establecen los factores que estarían relacionados y que además se repiten como predictores negativos cuando consideramos “El impacto psicológico de la cuarentena y como reducirla”.
    Dado que la bibliografía es internacional, me gustaría examinar lo que ocurre en nuestra realidad local.

    Los profesionales de la salud tienen que dar servicio con recursos limitados para el control de la epidemia.
    Creo que debemos partir por considerar que nuestro sistema sanitario basalmente ya tiene una carencia importante de recursos (no olvidemos que, junto con pensiones y educación, la salud fue una de las demandas más importantes en el estallido social, lo que fue corroborado en la Consulta Ciudadana realizada por la Asociación Chilena de Municipalidades en diciembre del año pasado).
    Dado lo anterior y sumado a la situación actual que nos impone el coronavirus, se estima que nuestro sistema sanitario sufrirá un colapso entre la semana 8 y la 11, correspondientes al 26 de abril y 17 de mayo (según las proyecciones realizadas por académicos y académicas de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile).

    Además, los profesionales más expuestos deben lidiar con la incertidumbre acerca de su propio estado de salud, con el temor de contagiarse y de transmitir el virus.
    Reportes de otros países determinan que hasta el 20% del personal sanitario tendrá transmisión de COVID-19 y desarrollará una enfermedad secundaria a éste.
    Según la Fenpruss, hasta el 20 de abril se contabilizaban en el sistema público chileno, 312 funcionarios contagiados, 9 hospitalizados y 949 en cuarentena.
    Esto pone de manifiesto la relevancia de garantizar que los trabajadores cuenten con equipos de protección personal suficientes (y por cierto, adecuados).
    Lamentablemente, en el último “Catastro de elementos de protección personal” realizado por el Colegio Médico de Chile (20/4/2020) se indica que el 65% de los encuestados declararon que su establecimiento carecía de mascarillas quirúrgicas, N95, visores, guantes o pecheras.
    Si bien este porcentaje ha disminuido en comparación con el primer y segundo catastro (85.72% y 75.11 %, respectivamente), creo que sigue siendo un valor tremendamente preocupante y refleja una vez más, la desidia de nuestro gobierno.

    Otro factor importante es la estigmatización y exclusión social. Ya hemos visto innumerables noticias de discriminación hacia el personal de salud que vive en edificios o condominios, que no solo surge de los residentes, sino que incluso emana de la Administración de dichos recintos. Entre algunos ejemplos, se encuentra la “solicitud” de no usar ascensores, no eliminar la basura en el conducto común (sin ofrecer otra alternativa para poder hacerlo), teniendo varios de esos mensajes un cariz “poco amable”.
    Sin considerar que la Fundación de Asistencia Legal del Colegio Médico de Chile establece que estas medidas infringen al menos tres normas legales (Constitución Política de la República, ley 20.609 antidiscriminación, y la ley 19.537 de copropiedad), me sorprende la contradicción de aplaudir al personal sanitario desde los balcones, a la vez que se les da un trato inadecuado (y muchas veces ofensivo) cuando están “al otro lado del balcón”.

    [sigue a continuación]

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    1. Quisiera agregar a los factores que se relacionan con la situación actual, que previo a la pandemia, ya se estimaba que a nivel mundial entre el 10 y 12% de los facultativos podía sufrir de depresión, ansiedad o alguna adicción, debido al estrés y la alta carga laboral enfrentada.
      En el “Medscape National Physician Burnout & Suicide Report 2020” se establece que en los últimos 5 años las especialidades más afectadas incluyen cuidados intensivos, medicina de emergencia, medicina familiar, medicina interna, neurología y urología, es decir, ya se encontraban entre ellos los médicos que hoy combaten de forma más cercana al coronavirus.

      Dado todo lo anterior, no queda duda de la importancia que tienen (y tendrán) los equipos de salud mental en esta crisis, y pese a que este comentario no ha tenido ribetes muy alegres, cabe destacar lo positivo de que nuestro país esté desfasado en cuanto al tiempo de inicio de contagio de este virus, porque tenemos la ventaja de que ya hay mucho trabajo avanzado y protocolizado, con recomendaciones hacia los equipos sanitarios, ejercicios basados en mindfulness, e incluso aplicaciones para el celular, las que podemos encontrar en los dos documentos nombrados inicialmente y en el de “Consideraciones psicosociales y de salud mental durante el brote de COVID-19” junto con en el de “Salud mental y apoyo psicosocial en las emergencias humanitarias: ¿Qué deben saber los actores humanitarios de salud?”.


      Además de la bibliografía indicada para leer, utilicé las siguientes fuentes:
      - https://www.24horas.cl/nacional/informe-final-de-la-consulta-ciudadana-municipal-92-esta-de-acuerdo-con-una-nueva-constitucion-3816363
      - http://www.saludpublica.uchile.cl/noticias/162252/proyeccion-de-la-demanda-de-camas-uci-datos-hasta-el-3003-2020
      - http://www.saludpublica.uchile.cl/noticias/162548/opinion-salud-laboral-del-personal-sanitario-en-pandemia-covid-19
      - https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2020/04/22/foco-de-covid-19-en-el-hospital-del-cancer-funcionarios-acusan-desproteccion-de-pacientes-por-falta-de-insumos-basicos/
      - http://www.colegiomedico.cl/covid19/
      - https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/region-de-valparaiso/2020/04/06/personal-de-salud-acusa-discriminacion-por-covid-19-les-piden-no-usar-ascensores-y-espacios-comunes.shtml
      - http://www.falmed.cl/noticias/detalle-de-la-noticia/ArticleId/3153/especial-covid-19-restricciones-a-personal-de-salud-en-condominios-y-edificios.aspx
      - http://revista.colegiomedico.cl/salud-mental-quien-cuida-de-los-medicos/
      - https://www.medscape.com/slideshow/2020-lifestyle-burnout-6012460#2

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  6. La pandemia por COVID 19 “profundiza, visibiliza y amplía procesos de producción y reproducción social de desigualdades en su expresión multidimensional” como menciona Pablo Vommaro en el Conversatorio Disputas por lo público y lo común en tiempos de Pandemia, situación abordada en la sesión anterior, donde concluimos necesario no naturalizar, y más bien, considerar como oportunidad para ser agentes de cambio.

    La evidencia señala que tanto distanciamiento social como cuarentena tienen múltiples efectos psicológicos en la población, siendo aun mayor en aquellos con diagnósticos psiquiátricos preexistentes (Brooks et al, 2020) y puede representar un evento precipitante traumático para los individuos involucrados (Psychiatry of Pandemics, p100). La bibliografía entregada expresa una serie de medidas que logran mitigar, disminuir o prevenir este impacto, ahora bien ¿cuáles están en nuestras manos y cómo podemos orientarlas?

    El Inter-Standing Comitee (IASC) para la Salud Mental y el Apoyo Psicosocial plantea como punto esencial que ante cualquier desastre, se debe llevar a cabo un trabajo coordinado con intervenciones jerarquizadas en base a una pirámide, que de forma teórica nos sitúa en la cúspide, posición estratégica pero a su vez, de extrema responsabilidad. Esto significa, si fuese aplicado a la práctica, formar parte del equipo que gestione mecanismos de coordinación intersectorial entre los distintos dispositivos de salud mental del Servicio Metropolitano Sur, desarrollando un Diagnóstico Participativo que identifique necesidades socioeconómicas (servicios básicos, fuentes de ingresos, protección de derechos), sanitarias (atención de problemas de salud mental, entrega de fármacos) u otras, y recursos disponibles (por ejemplo, interculturales), con el fin de generar un Plan de acción integrado.

    En esta misma línea el Protocolo de Salud Mental elaborado por tres hospitales de Madrid, aplica lo anterior a la emergencia actual por coronavirus y agrega a esta respuesta coordinada, un énfasis en grupos de riesgo. De esta forma organiza las acciones hacia personas sospechosas/confirmadas con COVID, sus familiares, profesionales de salud, y población general, lo que aplicado a nuestra situación local, implicaría sumar al rol previamente descrito, la extensión dentro del Hospital Barros Luco Trudeau (HBLT), en servicios físicos externos al de Psiquiatría, junto a Hospitalización Domiciliaria, en un trabajo en conjunto con Gestión Clínica del HBLT. Involucra de esta forma, la identificación de factores estresantes y estigma, atención e intervenciones psicoterapéuticas- farmacológicas, psicoeducación y seguimiento de los grupos señalados, teniendo siempre presente el autocuidado del equipo. Finalmente, este protocolo introduce un rol de participación y sensibilización en las campañas de comunicación, punto en el cual adquiere especial relevancia el artículo de Consideraciones psicosociales y de salud mental ante el brote de COVID-19 de la OPS en donde se realizan recomendaciones enfocadas a cada grupo de riesgo, factibles de ser utilizadas también en todas las instancias anteriores. Ante la falta de interlocutores que entreguen información clara sobre cómo mejorar el bienestar psicosocial ante esta crisis sanitaria, surge la oportunidad de ser agentes de cambio con un rol activo en este proceso, teniendo siempre en cuenta que nuestro trabajo es para y con la comunidad.

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  7. Bernardita Vergara24 de abril de 2020, 14:05

    Los documentos enviados son una buena guía para los profesionales de salud mental en estos tiempos de pandemia, ya que nos explica cuales son los temas que más angustia generan a la población, a los líderes, adultos mayores, profesionales de la salud en general etc., y nos da ciertas directrices de que información y consejos dar a estos grupos para poder disminuir los sentimientos negativos generados por la incertidumbre.
    De los documentos el que más llamo mi atención fue “El impacto psicológico de la cuarentena y como reducirla: revisión rápida de la evidencia”, porque habla de estudios realizados en 10 diferentes países con distintas culturas, diferentes niveles sociales, diversas edades, etc. Al final dentro de toda esta diversidad siempre salen a relucir frente a la cuarentena obligatoria sentimientos negativos. Me llamo mucho la atención que en el documento hablan de que, aunque no hay estudios que comparen cuarentenas obligatorias versus cuarentenas voluntarias, estas últimas por lo general se asocian a menor angustia y menos complicaciones a largo plazo , y se cree que esto es porque las personas tienen la libertad de elegir, además el sentir que se esta contribuyendo a un bien común acarrea a que situaciones estresantes sean más fáciles de llevar y aumenta la adherencia. Creo que seria interesante realizar un estudio donde se comparare los sentimientos negativos en estos dos grupos y la adherencia a la cuarentena, ya que esto podría contribuir a disminuir el impacto en la salud mental que tiene realizar cuarentenas obligatorias, y podría a llevar a generar cambios en las estrategias de como enfrentar otra futura pandemia.
    Al ver lo que acontece en nuestro país donde la subsecretaria de salud llama a volver a la normalidad para cuidar la salud mental, me lleva a preguntar qué es lo que afectara mas a nuestra salud mental ¿La cuarentena o la muerte de nuestros seres queridos?, a mí la respuesta me parece obvia, mas ahora al haber leído la revisión donde explican que es probable que una cuarentena voluntaria podría generar menor impacto a nivel de salud mental, no seria mejor qué el gobierno fomentara este tipo de cuarentena, por lo que en consecuencia me surge otra pregunta ¿cuál es la prioridad para nuestro gobierno? ¿La salud mental o la economía? Y creo que la respuesta a esto último también es obvia. Y me sigo preguntando ¿puede existir una buena economía sin salud? No lo creo. Y me sigo preguntando ¿Qué es lo que ve el gobierno que yo no veo? Nose, no es mucho de explicar …. Esto me genera mas incertidumbre… Y me imagino que al resto de la población igual, son estas cosas, la falta de información los que generan mas efectos negativos en la salud mental de la población.

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    1. Hola!
      Yo creo que el problema salud/economía no se puede disociar, van de la mano. Como dices no hay economía sin salud pero al revés tampoco. El problema de las cuarentenas voluntarias es que el estado debe dar garantías para que se puedan cumplir. Los empleados con contrato pueden cubrirse con seguro de cesantía pero una gran parte de Chile vive con lo que gana día a día, muchos sin dar ni boleta. Para ellos no existe la voluntariedad.
      Por otra parte ya se ha expuesto que al no haber vacuna tendremos muchos meses de pandemia, eso hace insostenible a la larga cualquier cuarentena.
      Es un hilo muy fino como dices. Creo que el gobierno se ha equivocado en "apurar" este regreso a la "nueva normalidad", màs que cuestionarla tan de fondo.

      saludos!

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    2. Bernardita Vergara25 de abril de 2020, 16:09

      Estoy de acuerdo contigo en que esto durara muchos meses y la cuarentena por ese tiempo es insostenible,la economía es importante también, pero creo que el fomentar que todos vuelvan a trabajar o que los niños vuelvan a clases como si no pasara nada va a ser una decisión terrible, ya mucha gente esta empezando a salir como si nada ocurriera. Por lo que pienso que el estado tiene que entregar información real, y educar a la población en estos momentos, donde diga que el riesgo de contagio y mortalidad es alto pero que nuestra economía no resistirá y vendrá una recesión que puede llevarnos a la falta de insumos básicos, para que la gente cuando salga a trabajar tome todas las medidas de aislamiento y auto cuidado necesarias y para que las empresas que pueden seguir con teletrabajo y lo niños que se pueden quedar en la casa continúen con esta modalidad.

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    3. Concuerdo totalmente con Bernardita. Si la autoridad informara con la verdad, con datos reales lo que sucede en el país, la población tomaría las medidas pertinentes para cuidarse, si las cifras no se "maquillaran" no existiría esa falsa sensación de normalidad que tanto esmeran las autoridades. Ya vemos como ejemplo lo que pasó con la nefasta, pero estratégica decisión de reabrir multitiendas y malls, un número no despreciable de personas concurrió a estos sitios haciendo caso omiso de las medidas generales para evitar el contagio (el famoso "quédate en casa"). En este último punto: ¿quién o quienes realmente son los responsables de estas conductas?, si las autoridades tienen la responsabilidad de velar por nuestro bienestar y esas mismas autoridades intentan dar celeridad para el regreso a la normalidad, haciendo uso de información no del todo verídica; entonces ¿es realmente responsabilidad de quienes concurren a esa multitienda como si estuviera todo ok? ó ¿es responsabilidad de las autoridades descuidar las medidas anti-contagio al "improvisar" con estas decisiones que van en detrimento de la salud pública, pero a favor de la economía?, no sé si existiera la posibilidad de que ambas partes tuvieran responsabilidad en este tipo de conductas, ya que, el ente que debe cuidarnos no lo está haciendo y si se da esa falsa sensación de seguridad la población claramente se descuida, o sea: por un lado "quédate en casa", pero por otro "igual van a estar los malls abiertos".


      https://www.concierto.cl/2020/04/malls-y-restaurantes-se-autorregularan-para-volver-a-abrir/

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  8. Para hacer este análisis primero hay que entender que la población es diversa y no todos podemos enfrentar la pandemia de la misma forma.
    Como primera medida de salud pública se ha indicado el distanciamiento físico (no social, lo que podemos realizar mediante otros medios), posteriormente cuarentena no obligatoria en la mayor parte del país (excepciones en los lugares donde sí es obligatoria) y aislamiento domiciliario de los casos positivos que no requieren tratamiento hospitalario. Entonces cabe preguntarse ¿son estas medidas aplicables a toda la población? claramente no. Si vivo en una casa con habitaciones individuales, más de un baño, acceso a internet, calefacción, movilización propia y un sueldo asegurado, es casi un regalo, tiempo para compartir e familia sin el estrés de la vida diaria. A esto le podemos sumar acceso a agua potable, mascarillas y alcohol gel (a pesar de sus elevados precios), nos encontramos frente a una situación ideal, lamentablemente sólo para unos pocos.
    Por otro lado tenemos un grupo no menor de población que vive en pocos metros cuadrados, con varias personas durmiendo en una habitación, un baño, sin trabajo estable, quizá hasta sin agua potable, y obligado a salir todos los días en transporte público para poder conseguir alimento para la familia. Y a esto le podemos sumar clases online (¿en este contexto habrá internet y computador?) serán de buena calidad?, probablemente no (esto aumentará la diferencia en la calidad y acceso a la educación de las diferentes clases sociales).
    Estas situaciones diametralmente opuestas no dejan de ser reales y frecuentes. Y a esto podemos agregar a las personas en situación calle, la presencia de cités o mini guetos donde las malas condiciones son la regla y no la excepción.
    Existe una guía práctica de bienestar emocional, cuarentena en tiempos de Covid-19 publicado por MINSAL, dónde hacen énfasis en la diferencia entre distanciamiento social y físico, nos invita a mantenernos en contacto con los seres queridos, también a permanecer en el hogar, buscar información de fuentes confiables, utilizar redes sociales, y mantenerse activo mentalmente. Contiene recomendaciones para enfrentar la situación con niños, adolescentes y adultos mayores bastante adecuadas.
    Ahora en relación al texto “ the psychological impact of quarantine and how to reduce it” nos señala que la información es clave ya que la población necesita saber lo que pasa, lo que en realidad nadie sabe con certeza aún. Necesitamos que la información sea rápida y efectiva y que las cuarentenas sean lo mas cortas posibles, esto ayudaría a disminuir los efectos indeseados para la salud mental. Aquí se mencionan predictores precuarentena de mal pronóstico, como ser joven, bajo nivel educacional, ser mujer y tener un hijo. También menciona estresores durante la cuarentena como la duración de esta, el miedo a infectarse y suministros básicos inadecuados. Y lo que se prevee sean estresores post cuarentena como las finanzas, ya sea por incapacidad de trabajar, quiebra de empresas y despidos masivos, el estigma que se puede mantener post crisis y que vemos más de lo que quisiéramos hoy en día.

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  9. Hay grupos más vulnerables a los efectos psicológicos de la pandemia, en particular personas en contacto con la enfermedad, los que tienen alto riesgo de contagio con consecuencias graves y personas con patologías psiquiátricas previas (mental health and the covid-19 pendemia de the new england journal of medicine).
    Por otro lado tenemos a las personas con patología de salud mental enfrentados a una pandemia. En el texto “orientaciones para la atención de personas usuarias de salud mental especialidad atención ambulatoria y atención cerrada en el contexto covid-19”, se enfocan en la población bajo control de acuerdo a si esta compensada o no, y si tiene factores de riesgo para covid o no. Pero ¿qué pasa con la población que no esta en control? Ejemplo de esto se da en la Encuesta Nacional de Salud del 2017, donde se informa que un 15.8% de la población encuestada tenía sospecha de depresión, 6.2% tenía el diagnóstico y sólo un 1.6% estaba en tratamiento. Además se preguntó sobre ideación suicida en los últimos 12 meses, eso fue un 2.2%, planificación suicida 1.5% e intento 0.7%. En números netos 220 mil personas lo han planificado y 100 mil lo han intentado. 1 de cada 5 personas tiene problemas de salud mental. A esto se puede agregar la encuesta CADEN de 2017, donde se midió el porcentaje de personas que requirió atenciones médicas en los últimos 3 meses, 22.8% tuvo un control de salud, 14.7% consultó con médico general, un 6.8% atención dental y sólo un 2.3% consultó por salud mental. Si a estos números le agregamos el estrés de una pandemia, una cuarentena, dificultades económicas, entre muchas más nos podremos imaginar un panorama poco alentador.
    Por otro lado tenemos el de los prestadores en atención cerrada, donde en la orientación técnica se invita a disminuir las visitas y a restringir las actividades terapéuticas grupales. Esperemos poder evitar brotes de covid-19 dentro de estos centros, como fue el caso en China ( The covid 19 outbreak and psychiatric hospitals in China). En los hospitales psiquiátricos hay mayor riesgo de contagio por varios motivos, dentro de ellos porque se comparten espacios comunes, como comedores y baños, se realizan actividades grupales, hay dificultad para aplicar medidas de autocuidado y distanciamiento por falta de autocontrol, menos insight y dificultad para aplicar aislamiento en casos sospechosos. Siempre se debe tener presente el alto riesgo de desestabilización ya sea por el trastorno mental severo, la complejidad psicosocial, la discapacidad y en algunas situaciones la dependencia.
    Por último qué significa ser trabajador de la salud en tiempos de pandemia. La bien o mal llamada “primera línea”, la que tiene contacto día a día con personas que solicitan ayuda, que pueden o no tener síntomas respiratorios, con el miedo de si contagiarán a sus familias, de si sus vecinos los amedrentarán por trabajar en salud, hasta el miedo a infectarse y morir. En el texto psychological imapct of quarantine and how to reduce it, se analizan efectos post crisis en funcionarios de salud, donde se observó más cansancio, alejamiento social, ansiedad para lidiar con pacientes febriles, irritabilidad, insomnio. Hay evidencia de síntomas de estrés postraumático hasta 3 años después del evento. También se observo presencia de abuso de alcohol o síntomas de dependencia.
    Es por esto que aquellos que tienen las herramientas para generar un cambio en estos resultados deben hacerlo, por ejemplo implementando intervenciones tempranas, generando espacios para compartir experiencias entre colegas, trabajar en una herramienta de screening de salud mental, realizar psicoeducación y proveer soporte psicológico adecuado.
    Al final la pandemia pasará pero no todos la vivirán de la misma manera y las consecuencias serán muy dispares. Por el momento apliquemos distanciamiento físico, pero no social, eso nos puede salvar.

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  10. Agradecer al colega Claudio López por tan sentido e interesante artículo compartido, que, de cierta forma, con las lecturas y otras experiencias académicas tenidas durante la semana dan partida para mi intervención en el foro.

    Esta cuarentena, a punto de transformarse en “cincuentena”, desde el punto de vista sanitario, es un desafío para prácticamente todas las especialidades en salud, escenario donde los funcionarios a cargo de los cuidados en salud mental (ya que per se debiera ser tarea de todos), estamos cada vez más involucrados, ya que los costes a la salud psíquica, emocional, espiritual y social del colectivo cada vez hace más ruido. Una problemática que nos abarca a todos, por lo que somos tanto afectados como actuarios de la reparación de tales consecuencias.

    Los costos psicológicos de la cuarentena, como lo demuestran los diversos estudios, responden a elementos como su duración, y en este particular, el SARS CoV-2 nos ha traído una cada vez más larga y de la que carecemos de certeza de cuándo podría acabar. Las repercusiones económicas son incalculables, y así como se multiplican los infectados, lo hacen también los desempleados, mientras que por otro lado hay una sobrecarga de teletrabajo. Un importante volumen de contaminación informativa que dificulta el acceso a la información confiable y veraz; exceso en el uso de pantallas como vías de comunicación con consecuencias en nuestros ritmos circadianos; la frustración y el aburrimiento al imposibilitarse tanto las rutinas diarias como el escape de estas, que a su vez conlleva al aumento del apetito, obesidad, mayor riesgo de conductas adictivas, trastornos del ánimo, irritabilidad y tantas otras situaciones que nos sitúan en un ambiente de vulnerabilidad al que debemos hacer frente sin estar exceptos de ellos.

    Muchos países enfrentan el peak de casos positivos, otros ya la han superado, pero el nadir en las repercusiones a la salud mental apenas comienza. Particular preocupación me genera el hecho de que en muchos países los profesionales sanitarios, como también comentaba mi compañera Camila Narváez Medina, han sido víctimas de discriminación y exclusión al ser considerados “vectores” potenciales del virus que parece consumir en algunos casos la sensibilidad y sentido común de algunos sujetos y les han solicitado desalojar condominios, edificios o residencias por el temor irracional que inunda a la población. Lo mismo pasa en las comunidades, donde vecinos excluyen a sus coterráneos que se saben infectados o entre las familias se oculta información de exposición o contagio, y como sugiere el documento de la OPS, es importante separar a la persona de tener una identidad definida por COVID-19, para reducir el estigma.

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  11. Por los motivos antes mencionados y la revisión de las lecturas propuestas, quisiera puntualizar sobre la importancia de conocer un tipo de estrategia de fácil acceso que podemos ser capaces de brindar, y que probablemente ya hemos hecho de algún modo pero que es importante profundizar y estudiar los fundamentos para su aplicación como lo son los “PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS” o PAP, los cuales están definidos como una técnica de apoyo humanitario para personas que se encuentran en situación de crisis (ej. crisis humanitarias, accidente de tránsito, noticia de familiar gravemente enfermo, desastre natural, y en este caso, incluso pandemias), con el objetivo de reducir el nivel de estrés inicial brindando alivio emocional inmediato, facilitar la adaptación a corto, medio y largo plazo, contribuir con el desarrollo de estrategias de afrontamiento para reestablecer el equilibrio biopsicosocial evitando el desarrollo de psicopatología y promoviendo la recuperación de la autonomía. Los orígenes de los PAP se remontan a mediados 2000, con los estudios de Hobfoll y cols. (2007), quienes plantearon cinco elementos principales para la intervención inmediata de una crisis: calma, seguridad, autoeficacia, conexión y esperanza. Cuenta con una serie de etapas y pasos con particularidades en poblaciones especiales como niños, niñas y adolescentes e incluso el personal sanitario, que son importantes de conocer y considerar para una mejor intervención, por lo que les invito a revisar la bibliografía recomendada.

    Bibliografía consultada y recomendada:
    - Porcar, I. PAP evolutivos (9 a 12 años). 2015. Primeros Auxilios psicológicos. Universidad Autónoma de Barcelona.
    - Organización Mundial de la Salud, War Trauma Foundation & Visión Mundial Internacional. (‎2012)‎. Primera ayuda psicológica : guía para trabajadores de campo. Geneva
    - Cortés Paula, Figueroa Rodrigo. Manual ABCDE para la aplicación de Primeros Auxilios Psicológicos En crisis individuales y colectivas. Pontificia Universidad Católica de Chile, Escuela de Medicina, Departamento de Psiquiatría. Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (CIDIGEN). 2015

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    1. Agrego mis comentarios como un aporte a lo que mencionas Ricardo y esta relacionado con lo descrito por mis otros compañeros.
      La crisis sanitaria que esta viviendo la humanidad actualmente es una situación de gran estrés especialmente para los profesionales sanitarios, encargados de dar servicio con recursos limitados para el control de la epidemia, así como a los pacientes y sus allegados y en última instancia a toda la población. En base a experiencias previas, tanto la epidemia
      en sí como las medidas de control pueden llevar a un miedo generalizado en la
      población, así como estigmatización y exclusión social de los pacientes confirmados y
      sus familiares y del propio personal sanitario con las consiguientes consecuencias
      psicológicas (1). De acuerdo con lo anterior es fundamental que el personal sanitario cuente con medidas de protección física y psicológica, debido a que pueden experimentar problemas de salud mental tales como estrés, ansiedad, síntomas depresivos, insomnio, negación, ira y temor. En un estudio en China se observó que la tasa de ansiedad del personal de salud fue del 23,04%, mayor en mujeres que en hombres y mayor entre las enfermeras que entre los médicos. Asimismo, en la población general de China se observó un 53,8% de impacto psicológico moderado a severo; un 16,5% de síntomas depresivos, un 28,8% de síntomas ansiosos y un 8,1% de estrés, todos entre moderados y severos (2). Estos problemas de salud mental no solo pueden afectar la calidad de atención que brinda el personal de salud, su capacidad de comprensión clínica o sus habilidades en la toma de decisiones, lo que podría dificultar la lucha contra la infección del COVID-19, sino que también pueden tener un impacto significativo en su bienestar y en su calidad de vida.
      En términos generales, el trabajo de campo ya sea intervenciones como primeros auxilios psicológicos (PAP) o atención de pacientes contagiados o con otras patologías también nos enfrenta a situaciones difíciles que nos llevan a reflexionar sobre el hecho de no tener el control sobre todas las áreas de nuestras vidas, a estar en contactos con muertes inesperadas (familiares, amigos, etc.) y a cuestionarnos sobre la ayuda que ofrecemos ya que en ocasiones “lo que ayuda a los afectados puede ir en nuestra contra”.

      continúa...

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    2. Por tanto, es muy importante que nosotros como personal de la salud mental mientras participamos del control de la pandemia también cuidemos nuestra propia salud en términos de manejo del estrés con el fin de evitar las consecuencias antes mencionadas, es por esto que sugiero tener en cuenta las recomendaciones de la guía de primera ayuda psicológica de la OMS (3):
      - Piense en lo que le ha ayudado a superar las dificultades en el pasado y en lo que puede hacer para mantenerse fuerte.
      - Intente tomarse tiempo para comer, descansar y relajarse, aunque se trate de periodos breves.
      - Intente mantener un horario de trabajo razonable de forma que no se agote demasiado. Considere, por ejemplo, dividir el trabajo entre varios compañeros, trabajando por turnos durante la fase aguda de la crisis y tomando periodos de descanso regulares.
      - Después de un desastre, la gente suele tener todo tipo de problemas. Puede que se sienta incapaz o frustrado por no poder ayudar a las personas a resolver todos sus problemas. Recuerde que usted no es responsable de resolver todos los problemas de las personas. Haga lo que pueda para ayudar a cada persona a ayudarse sí mismos.
      - Reduzca al mínimo su consumo de alcohol, cafeína o nicotina y evite los medicamentos sin receta.
      - Controle con sus compañeros para ver cómo están llevando la situación, y haga que ellos controlen con usted. Encuentren formas de apoyarse mutuamente.
      - Obtenga apoyo hablando con sus amigos, seres queridos, u otras personas en las que confíe.

      La bibliografía utilizada fue:
      1. Protocolo de salud mental para la intervención en la pandemia por coronavirus. version
      resumida. Grupo de Salud mental para la intervención en la crisis por Covid19 Hospital
      Universitario la Paz, Hospital Universitario Príncipe de Asturias, Hospital Infantil Universitario Niño Jesús.
      2. Lozano-Vargas, A. Impact of the Coronavirus epidemic (COVID-19) on the mental health of health workers and general population in China. Rev Neuropsiquiatr. 2020; 83(1):51-56DOI: https://doi.org/10.20453/rnp.v83i1.3687
      3. Organización Mundial de la Salud, War Trauma Foundation & Visión Mundial Internacional. (‎2012)‎. Primera ayuda psicológica : guía para trabajadores de campo. Geneva

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    3. Como bien todos sabemos después de una crisis como estas , la importancia de los equipos de salud mental serán cada vez más relevante ,y estarán orientados a la atención de patologías por este nuevo vivir , lo posterior a una crisis o bien hoy una pandemia no es menor, los múltiples cambios que experimentamos en la vida hacen que desarrollemos algunas enseñanzas y algunas frustraciones las cuales tendrán impacto directo sobre el desarrollo personal y metal de cada individuo.
      Después de leer el texto de atención psicológica, veo que se analizan temas básicos, pero que a veces se olvidan por la carga laboral o por el cumplimiento de metas e indicadores, es por esto que lo quiero reproducir en este comentario como recuerdo a estas mínimas intervenciones y cuidados que se deben tener como terapeutas:

      cuando se quiere brindar ayuda psicológica se debe:
      brindar ayuda y apoyos prácticos, de manera no invasiva; Evaluar las necesidades y preocupaciones; ayudar a las personas a atender sus necesidades básicas (por ejemplo, comida y agua, información); escuchar a las personas, pero no presionarlas para que hablen; reconfortar a las personas y ayudarlas a sentirse calmas; ayudar a las personas para acceder a información, servicios y apoyos sociales; y proteger a las personas de ulteriores peligros.
      Que no es una buena ayuda psicología:
      No es algo que solo pueden hacer los profesionales. No es asesoramiento profesional. No es “debriefing psicológico” 1, puesto que la PAP no entra necesariamente en la discusión de los detalles del acontecimiento que ha causado la angustia. No es pedir a alguien que analice lo que le ha sucedido o que ordene los acontecimientos. Aunque la PAP supone estar disponible para escuchar las historias de las personas, no se trata de presionarles para que cuenten sus sentimientos y reacciones ante la situación.

      ASPECTOS DE LA PERSONA QUE DEBEN RESPETAR:

      Seguridad: Evitar que nuestras acciones provoquen mayor peligro o daño a las personas. Asegurarnos, hasta donde nos sea posible, de que los adultos y niños a los que ayudamos estén a salvo, y protegerlos de daños físicos o psicológicos.
      Dignidad: Tratar a la gente con respeto y de acuerdo con sus normas culturales y sociales.
      Derechos: Asegurar que la gente pueda acceder a la ayuda de forma justa y sin discriminaciones. Ayudar a la gente a reclamar sus derechos y a acceder a la ayuda disponible. Actuar únicamente en el mejor interés de cualquier persona que encuentre.
      Es importante no olvidar este sencillo abordaje para la atención de personas en situación de vulnerabilidad donde se recalca dejar a un lado los perjuicios y se favorece el colocarse en el lugar del otro.

      https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/44837/9789243548203_spa.pdf?sequence=1

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  12. Bien es sabido el contexto general que nos plantea la aparición repentina del Coronavirus a nivel mundial. Para hacer frente al alto nivel de contagio y la demanda a los Servicios de Salud, los distintos gobiernos del mundo han utilizado métodos de aislamiento social, de forma de cortar las cadenas de contagio y así evitar la sobrecarga del sistema de salud. Sin embargo, y a pesar de lo efectivo de la medida en términos de reducir la transmisión, las cuarentenas exponen a distintas dificultades, siendo las psicológicas una de las más importantes. Las personas expuestas al aislamiento social, en un mayor o menor grado dependiendo de las características de cada uno, presentan ansiedad, angustia, frustración, miedo, etc. La evidencia existente ha podido demostrar que en un porcentaje de la población esta sintomatología se puede presentar hasta por años. En este contexto es que se hace necesaria la elaboración de lineamientos, protocolos y planes de acción para poder mitigar los efectos negativos del aislamiento. Es importantísimo señalar el rol que cumplen las comunidades en estos procesos y la necesidad de considerar sus herramientas preexistentes al momento de diseñar un plan de acción. A nivel más específico de Salud Mental, se hace necesario ampliar las herramientas terapéuticas hacia la población, disponibilizando la entrega de recursos. Sin embargo, los recursos deben ser entregados de acuerdo a las necesidades de la población, las que se presentan con distintos niveles de dificultad. Es así que resulta crucial las intervenciones desde la atención primaria. Sin embargo, considerando la realidad del Sistema de Salud Mental en Chile previo a los procesos altamente demandantes del último tiempo, es dudoso pensar que la atención podrá disponibilizarse como debería y también resulta dificultoso proyectar la coordinación intersectorial que estos procesos demandan. Esta dificultad también se asienta en la recomendación de reforzar los equipos de Salud Mental, integrando a una mayor cantidad de profesionales y haciéndolos partícipes de los equipos de Salud directamente relacionados con el COVID. Sin embargo, abre la puerta para que, en el futuro, una vez superada la pandemia, se pueda mantener esta perspectiva transdisciplinaria.
    Por otra parte, me parece necesario destacar la responsabilidad social de los trabajadores de salud, que se hace mucho más tangible en estas circunstancias. Probablemente la mayoría del personal de salud que trabaja actualmente en los distintos establecimientos nunca había estado expuesto a este nivel de demanda y de forma muy repentina somos sorprendidos por una situación altamente demandante en términos teóricos y prácticos, pero también en términos emocionales. Continuar dándole respuesta a la carga laboral, con un nivel de exposición mucho mayor que el resto de la población, el miedo de ser contagiado y contagiar a tus seres queridos, además de lidiar con la ansiedad e incertidumbre de la población general, implica una demanda psicológica importante, la que muchas veces es escasamente autoevaluada y otras, nunca vista por los demás. Así es como los trabajadores de la salud se tornan una de las poblaciones de mayor riesgo psicológico en este momento y se deben doblegar los esfuerzos para realizar la contención que sea necesaria.

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  13. Las crisis sanitarias afectan la salud mental (SM) y en Chile ha sido relegada con un presupuesto anual de salud menor al 3%. Ante el sufrimiento durante las emergencias es visible la necesidad de su acceso universal, así como la capacitación de los funcionarios en primeros auxilios psicológicos (PAP). Por esto se requieren protocolos. En este sentido los Hospitales la Paz, Príncipe de Asturias y Niño Jesús (2020) recomiendan que el equipo de SM se integre al Equipo Multidisciplinario, proveer PAP, tratar síntomas psiquiátricos, manejo de situaciones complejas, establecer flujos, acciones específicas y autocuidado emocional con el personal de salud, observación de casos en aislamiento u hospitalizados y a sus familias. La OPS (2020) entrega consideraciones similares haciendo énfasis en el rol de los gerentes de salud en actualizaciones de información, generar rotaciones del personal entre funciones, promover descansos y asegurar stock de medicamentos esenciales. Estos protocolos deberían ser actualizados constantemente y masificados, sobretodo en este país, que frecuentemente sufre crisis de diversa índole. Sin embargo, seguimos respondiendo de forma precaria a las situaciones imprevistas y trabajando por reacción. También es paradójico como en esta pandemia, un buen plan de SM podría llegar a constituir una de las medidas más costo-efectivas para salvaguardar la futura economía, debido a que las condiciones neuropsiquiátricas según lo registrado en el Plan Nacional de Salud Mental (2017), son responsables del 23,2% de la carga por años de vida ajustados por discapacidad, produciendo mayor ausentismo laboral. Posterior a esta crisis Chile va a necesitar de esa fuerza de trabajo para salir adelante. ¿Pero cómo lo va a hacer si la población queda secuelada en SM post pandemia? En la revisión sobre el impacto psicológico de la cuarentena (Brooks et al. 2020) se identifican como factores estresantes la pérdida financiera y el estigma social con efectos duraderos, pero parece que las autoridades están ciegas ya que incluso han rebajado presupuestos al SUSPENDER el programa Habilidades para la Vida (elDesconcierto.cl 2020), que actuaba previniendo problemas socioemocionales en contexto escolar, con gran impacto y evidencia científica (Colegio de Psicólogos et al. 2020). Es lo opuesto a la recomendación de IASC (2010) acerca de lo esencial que es el apoyo social para proteger la SM y el bienestar psicosocial en emergencia aconsejando FORTALECER LOS RECURSOS YA EXISTENTES.
    Creo que para afrontar estas medidas es trascendental la unión de salud, educación y atención psicosocial. En SM el trabajo conjunto genera mejores resultados tanto desde APS, nivel secundario y terciario con equipos que se cooperen entre sí. Por ejemplo COSAM de Melipilla trabaja en su isla y APS rural luego de derivar un caso pierde su seguimiento. Conocer al equipo COSAM sería de gran ayuda para coordinarnos y permitir al usuario el despacho de fármacos en su comuna, evitando desplazamientos prolongados. Además el equipo de Riesgo Biopsicosocial de APS podría hacer seguimiento telefónico de los usuarios de su comuna y el uso de medios de difusión como la radio para informar y con ello combatir el estigma. En la misma línea guía IASC (2010) recomienda el acercamiento con los líderes comunitarios y otros sistemas terapéuticos como el indígena para el entendimiento desde el plano espiritual, psicológico y social de los afectados.
    APS y dispositivos municipales de ayuda psicosocial no solo son la entrada del usuario al sistema, también es el lugar para solicitar apoyo durante y post crisis. Es por esto que pienso que la estrategia del MINSAL de marginar a las municipalidades y APS de las intervenciones en pacientes confirmados de COVID19, solo contribuyen a su aislamiento, impidiendo que logren acceder a ayuda municipal, atención medica domiciliaria, entrega de información y apoyo psicosocial por parte del equipo de SM, consolidando así la SM comunitaria como plan estratégico para proteger y fortalecer a la comunidad luego de esta emergencia.

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    1. Referencias:
      • Grupo de Salud mental para la intervención en la crisis por Covid19 Hospital Universitario la Paz, Hospital Universitario Príncipe de Asturias, Hospital Infantil Universitario Niño Jesús. (2020). PROTOCOLO DE SALUD MENTAL PARA LA INTERVENCION EN LA PANDEMIA POR CORONAVIRUS [VERSION RESUMIDA]. Recuperado de psiquiatriaclinica.es › wp-content › uploads › 2020/04
      • ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD. (2020, marzo 12). Consideraciones psicosociales y de salud mental durante el brote de COVID-19. Recuperado de www.paho.org › file › download
      • Grupo de Referencia del IASC para la Salud Mental y el Apoyo Psicosocial en Situaciones de Emergencias. (2010). Salud Mental y Apoyo Psicosocial en Emergencias Humanitarias: ¿Qué deben saber los Actores Humanitarios de Salud? Ginebra.
      • El Desconcierto. (2020, abril 11). Ministerio de Educación suspende programa de salud mental y apoyo psicosocial infantil. elDesconcierto.cl. Recuperado de https://www.eldesconcierto.cl
      • Brooks, S. K., Webster, R. K., Smith, L. E., Woodland, L., Wessely, S., Greenberg, N., & Rubin, G. J. (2020). The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence. The Lancet, 395(10227). https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30460-8
      • Colegio de Psicólogos y diversas instituciones que trabajan en el ámbito de Salud Mental y educación en Chile. (2020, noviembre 9). CARTA ABIERTA: LA SALUD MENTAL ES UNA PRIORIDAD EN TIEMPOS DE PANDEMIA. Recuperado de http://eduinclusiva.cl/?p=6672
      • Plan Nacional de Salud Mental 2017-2025. (2017). Ministerio de Salud. Santiago, Chile. https://www.minsal.cl/wpcontent/uploads/2017/12/PDF-PLAN-NACIONAL-SALUD-MENTAL-2017-A-2025.-7-dic-2017.pdf

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    1. Hola a todos. Mi compañera Valentina previamente menciona los primeros auxilios psicológicos PAP citados en los textos del protocolo COVID y las consideraciones psicosociales de la OPS. Quería agregar que a raíz del terremoto de nuestro país en 2010 se ha aplicado y recomendado su uso ante emergencias en nuestro país (que tenemos muy frecuente). La verdad es que no es difícil de comprender y aplicar les dejo el enlace ya que lo puede aplicar cualquier funcionario. Un psicólogo del servicio donde trabajaba antes nos contaba que la contención y dar apoyo útil era súper importante usando el formato de "PAP". Creo que a todos nos han preguntado en medio de esta pandemia cosas como ¿si me enfermo de covid pagan la licencia? ¿mis medicamentos del hospital tendré que ir a buscarlos? ¿qué pasa si estoy embarazada, tengo controles? Entonces como equipo estar preparados para ese tipo de preguntas o derivando de forma adecuada para resolver el problema diminuye mucho la ansiedad de la población en medio de una crisis. Muchos de nuestros usuarios deben tener muchas dudas, sobre el presente y futuro.

      Sobre las consecuencias psicosociales Camila comenta en su post los hechos de estigmatización y agresión a funcionarios de la salud. Sumarle a eso lo recientemente ocurrido en una comunidad de inmigrantes de haití que fueron severamente discriminados. En los textos leídos se menciona el rol educativo que deben cumplir los medios de comunicación y no llamar al alarmismo; que fue lo que justamente ocurrió con el caso antes comentado, tuvo una atenciòn periodística sensacionalista, transmitida casi en cadena nacional por TV.
      Siguiendo este mismo ejemplo, en el protocolo de SM y COVID19 se indica el seguimiento y la reintegración social de los afectados. Interesante será seguir el futuro de estas personas (pudiesen ser deportadas, por ejemplo, en vez de fomentar su inserción social en el país).

      Para enfrentar esto tendrá que hacerse con un enfoque necesariamente comunitario (bases de la pirámide de intervención). Ya hemos visto cómo la comunidad se ha organizado para cuidar a sus vecinos, apoyar a sus adultos mayores, confección voluntaria de mascarillas, APS en terreno màs que nunca, grupos de organización sociales de tremenda utilidad para mantener redes de contacto y apoyo, uso de la tecnología para acompañarse, etc. Todo eso va a tener que aprovecharse desde el sistema sanitario coordinado como comentan mis compañeros, para enfrentar las consecuencias directas e indirectas (a largo plazo) de la pandemia en la salud mental de nuestra población.

      Finalmente dejo enlace a la propuesta en salud mental a la mesa social COVID por UChile, donde se recoge mucho de lo que leímos aquí sobre el impacto psicosocial severo, manejo intersectorial necesario, cuidado de personal de salud y población general con estrategias antes mencionadas.
      Saludos!

      https://www.docdroid.net/DCsq97p/propuesta-en-salud-mental-mesa-social-pdf
      https://www.cigiden.cl/wp-content/uploads/2018/12/Manual-ABCDE-para-la-aplicacio%CC%81n-de-Primeros-Auxilios-Psicolo%CC%81gicos.pdf (pag 28 resumen ABCDE de PAP)

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    2. Me gustaría respetuosamente a quienes están interesados en temas relacionados con PAP a participar del curso: Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) ofrecido por la Universidad autónoma de Barcelona a continuación les dejo el link. (Es gratuito) https://www.coursera.org/learn/pap?courseSlug=pap&isNewUser=true&showOnboardingModal=check

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  15. En esta oportunidad nuestro foco de análisis del tema ha apuntado a cómo las distintas entidades en salud mental, nacionales como internacionales, intentan reaccionar de manera satisfactoria en momentos de crisis, lo cual sin duda ha significado un gran desafío.

    Hay antecedentes de algunos documentos elaborados en contexto de crisis, como el desarrollado por Inter-Agency Standing Commitee (IASC) en el 2010, en el cual se entregan algunas directrices respecto al manejo de estas situaciones, entregando sin duda, valiosa información, esquematizando los niveles de apoyo que se requerirán, desde lo más básico hasta las atenciones especializadas; y previniendo sobre situaciones que se ha visto ocurren en contexto de crisis para orientar en respuestas precoces y oportunas.
    Sin embargo, esta crisis del COVID-19 ofrece nuevas aristas y, por tanto, nuevos desafíos que no habían sido considerados en la elaboración de documentos para otros tipos de emergencias humanitarias, por otra parte, como fue mencionado por Camila Narváez, se hace importante revisar qué es lo que ocurre en nuestra realidad local.
    No es lo mismo cómo afecta y golpea esta situación a una ciudadanía que históricamente ha contado con una adecuada seguridad social y políticas públicas, como es el caso de Finlandia, país que no por casualidad ha sido considerado como “el más feliz del mundo”, según una serie de parámetros considerados en un informe realizado por la “Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible para las Naciones Unidas” el año 2019, versus Chile, un país que, como cita también Anastassia Gallardo, en la Carta Abierta es señalado como uno de los que cuenta con peor salud mental en el mundo.

    En nuestra discusión de la sesión anterior del curso, ya quedó bastante patente cómo esta crisis ha llegado a poner en evidencia las profundas desigualdades de nuestra sociedad.
    En esta misma línea, me pareció sumamente interesante el análisis que se hace en el documento publicado por The Lancet “El impacto psicológico de la cuarentena y cómo reducirlo”, sobre los posibles predictores de impacto negativo de la cuarentena, entre los cuales se mencionan: género femenino, antecedentes de bajas calificaciones, tener hijos, entre otros. Además, se menciona cómo las personas con ingresos familiares más bajos requieren niveles adicionales de apoyo, poniendo en evidencia la situación de precariedad que no permite afrontar “imprevistos”. Todos estos “factores de riesgo”, que además la mayoría son no modificables, obligan a reflexionar respecto al porqué de ellos, pero parece ser que ineludiblemente se vuelve sobre el tema de la inequidad.

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    1. (Continuación)
      Entonces, ¿Qué podemos realizar nosotros, como agentes de salud, para acortar la brecha? Esta es una pregunta que se puede responder a muchos niveles (desde la salud pública, gestión, comunidades, hasta la atención directa del paciente), pero se abordará desde la perspectiva planteada en el texto sobre “Consideraciones psicosociales y de salud mental durante el brote de COVID-19”, que serían las recomendaciones dirigidas a los diferentes grandes grupos afectados de manera directa, pero, diferenciada en su forma, en esta situación. Se comienza haciendo un llamado a la población general a no realizar asociaciones de la enfermedad con ningún grupo étnico ni nacionalidad, y a no referirse a las personas que se han visto afectadas por el COVID de una manera que defina esta enfermedad como parte de su identidad, por ejemplo, “casos COVID”. De esta manera, se cumple un rol desde la educación a la población, elaborando ciertas consideraciones como un marco normativo, apelando lograr en la ciudadanía una visión de relaciones interpersonales fundado en la empatía y solidaridad.
      Por otra parte, en el documento antes mencionado, se entregan orientaciones para que el personal de salud logre sortear, de manera satisfactoria, el desafío que significa dar respuesta a una población que está asustada, que demanda la ayuda, apoyo y orientación por parte de los dispositivos de salud en su comunidad; lidiando también con sus propios temores, cansancio e incertidumbre. Asimismo, se explicita que los trabajadores de salud no son meros “recursos humanos”, como la mayoría de nosotros se ha sentido tratado en más de una oportunidad, sino que se acogen también como una parte de la sociedad, que también debe ser protegida. Me parece positivo que se aluda también al actuar de los líderes y gerentes de los establecimientos de salud, para que en su administración consideren también los espacios y estrategias para lograr no “quemar” a sus trabajadores.

      Es de esperar, que todas estas normativas no se queden en el marco teórico, de las buenas intenciones y se lleven efectivamente a la práctica, ya que se hace evidente que para que logremos superar esta crisis, sin consecuencias a corto, mediano e incluso largo plazo, se deben proteger cada una de las piezas de este complejo sistema llamado sociedad.

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  16. Efectos de COVID-19 en salud mental.
    En marzo del 2020, la OMS decidió que COVID-19 puede ser caracterizado como una pandemia, esta clasificación se reserva solo para enfermedades infecciosas que han logrado una propagación extensa. Ubicándose en un grupo de brotes históricos como la peste negra, cólera, gripe española, VIH/SIDA, SARS, H1N1.
    Como una nueva pandemia, los gobiernos del mundo han decidido tomar distintas medidas que apuntan a la disminución de la tasa de contagio del SARS-CoV-2 las cuales se enfocan en el aislamiento social y cuarentenas parciales o totales, esto considerando que no contamos con tratamientos efectivos para la enfermedad, por lo cual, la única forma de lograr una menor mortalidad total es logrando menor cantidad de contagios y para esto el distanciamiento social es fundamental. (1)
    Si bien estas medidas son la única herramienta que tenemos para controlar la pandemia, no se conoce los efectos que podrían tener en la salud mental de la población, en especial en grupos de riesgos como adultos mayores. En el artículo “El impacto psicológico de la cuarentena y como reducirlo: Revisión rápida de la evidencia” se revisa lo sucedido en diez países en contexto de brote de SARS, Ébola, H1N1, MERS, Influenza equina. En mi opinión destacan algunos puntos interesantes:
    - El personal en cuarentena fue significativamente más propenso a reportar agotamiento, desapego, ansiedad al tratar con pacientes febriles, irritabilidad, insomnio, poca concentración e indecisión, deterioro del desempeño laboral y renuncia al trabajo o consideración renuncia.
    - Incluso, estar en cuarentena fue predictor de síntomas de estrés postraumático en los empleados del hospital, incluso 3 años después.
    - Los trabajadores de la salud también sintieron una mayor estigmatización que el público en general, exhibieron más conductas de evitación después de la cuarentena, pérdida de ingresos y más afectados psicológicamente: más enojo, molestia, miedo, frustración, culpa, entre otros.
    - Un estudio mostró que aquellos en cuarentena por más de 10 días mostraron síntomas de estrés postraumatico significativamente más alto que aquellos en cuarentena por menos de 10 días.
    - El estigma de los demás fue un tema importante en toda la literatura, a menos continuo durante algún tiempo después de la cuarentena, incluso después de la contención del brote.
    - Información deficiente de las autoridades de salud pública como un factor estresante. (2)
    Dichos puntos me llaman la atención, pensando que en Italia, uno de los países más afectados con la pandemia COVID-19, con mayor tasa de mortalidad, y total colapso sanitario. Trabajadores sanitarios de dicho país describen la situación como una guerra (4), así nace la importancia de dar un apoyo importante para trabajadores de salud y población general que se encuentra en cuarentena (5) sin embargo me pregunto respecto a las consecuencias a mediano y largo plazo de vivir en ese contexto.
    Sumando al constante estrés de poder infectarse de una enfermedad potencialmente mortal, se suma el estrés causado por la estigmatización, e incluso, ataques a personal de salud ocurridos en diversos lugares del mundo (Argentina, Mexico) (7) lo cual podría apoyar aún más la idea de un apoyo psicosocial extra al personal de salud. (6)
    Continua..

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    1. En relación al contexto nacional, llama la atención el aumento de violencia intrafamiliar, incluso en comunas acomodadas como Providencia (3) y la segregación ocurrida en algunas comunidades en las cuales se prohíbe el uso de espacios comunes a personal sanitario (8). Estos puntos me llaman la atención, porque creo que tienen relación con la importancia de que las autoridades sanitarias entreguen una información clara y confiable (2,6) en relación a la enfermedad y al manejo de la situación de cuarentena o distanciamiento social. Considerando una desaprobación del 65% y del 68%, del presidente de la república y el ministro de salud respectivamente (9), me parece difícil que exista confianza en las declaraciones de ambos. Esto implica, incertidumbre, miedo, no acatar recomendaciones, aumento de la ansiedad y temor, entre otros.
      Como reflexión final, mencionar que esta es probablemente la peor crisis sanitaría de nuestra generación, que requiere un aprendizaje constante y controlado, gobiernos en sintonía con su pueblo para la construcción de confianza y acuerdos comunes lo cual me parece la mayor dificultad de esta situación: tener la humildad para escuchar, la prudencia al actuar y la determinación para luchar.

      Referencias:
      1. “The effect of control strategiues to reduce social mixing on outcome of the COVID-19 epidemic in Wuhan, China: A modeling study” https://www.thelancet.com/journals/lanpub/article/PIIS2468-2667(20)30073-6/fulltext
      2. “El impacto psicológico de la cuarentena y como reducirlo: Revisión rápida de la evidencia” https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)30460-8/fulltext
      3. “ Reportan aumento de 500% en denuncias por violencia intrafarmiliar durante cuarentena en Providencia” https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/region-metropolitana/2020/04/14/reportan-aumento-de-500-en-denuncias-por-violencia-intrafamiliar-durante-cuarentena-en-providencia.shtml
      4. Italian Nurse: “an experience I would compare to a World war” https://www.theguardian.com/world/2020/mar/13/italian-doctor-an-experience-i-would-compare-to-a-world-war
      5. Coronavirus: Italy Launches mental health service for lockdown. https://www.dw.com/en/coronavirus-italy-launches-mental-health-service-for-lockdown/a-52960636
      6. “Consideraciones psicosociales y de salud mental durante el brote COVID-19” OPS 12 de marzo 2020. https://www.paho.org/es/documentos/consideraciones-psicosociales-salud-mental-durante-brote-covid-19
      7. “Docenas de trabajadores médicos han sido atacados en México en medio de temores de coronavirus” https://cnnespanol.cnn.com/2020/04/24/docenas-de-trabajadores-medicos-han-sido-atacados-en-mexico-en-medio-de-temores-de-coronavirus/
      8. “De héroes a segregados: Colegio médico denuncia prohibición de uso de espacios comunes a personal sanitario en edificios y condominios” https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/de-heroes-a-segregados-colegio-medico-denuncia-prohibicion-de-uso-de-espacios-comunes-a-personal-sanitario-en-edificios-y-condominios/JCWWSTXGYVHRTERJHWMVJ3AKFE/
      9. “Encuesta Plaza Publica, Tercera semana de Abril – Estudio N°327” CADEM https://plazapublica.cl/wp-content/uploads/2020/04/Track-PP-327-Abril-S3-VF-_Baja.pdf

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  17. Ante la pandemia por COVID-19, urge la necesidad de establecer protocolos que permitan un manejo integral tanto a nivel hospitalario como en atención primaria. Es muy importante que dentro de ambos niveles de atención, los equipos de salud mental proporcionen ayuda a pacientes, personal de salud y dentro del mismo equipo de salud mental.

    La pandemia y las medidas preventivas que conlleva, afectan de manera distinta a cada persona. Las repercusiones sociales y psicológicas pueden agravar situaciones pre-existentes y/o inducir nuevas por la emergencia misma o secundarias a la asistencia humanitaria. Debido a esto, las personas requieren diferentes tipos de ayuda, y los sistemas de salud mental y apoyo psicosocial tienen que trabajar a distintas escalas. Desde consideraciones de los servicios básicos hasta servicios especializados.

    En cuanto a "El impacto psicológico de la cuarentena y como reducirla: revisión rápida de la evidencia" de Samantha K Brooks et al, me parece muy importante investigar los efectos negativos que puede tener la cuarentena en la población. No solo los psicológicos, sino también los sociales y económicos. Pareciera estar claro que el aislamiento de personas, restringir su libertad de desplazamiento y reunión, puede provocar síntomas como: ansiedad, sentimientos de soledad, tristeza, miedo, aburrimiento, desesperanza, frustración, culpa, enojo etc. Como también pueden ocurrir problemas sociales como mayor exposición de minorías (población LGBTIQ+, mujeres, pacientes psiquiátricos, inmigrantes, adultos mayores etc) a situaciones de discriminación en sus hogares. Pudiendo desencadenar delitos de odio, femicidios, parricidios etc. Por otro lado, mucha gente no cuenta con contratos o seguros de cesantía o ahorros, por lo que quedarse en casa significa un gran riesgo económico.

    Muchos de estos efectos negativos de una cuarentena son difíciles de comparar, ya que tener un grupo control (sin cuarentena) puede ser iatrogénico, por lo que se encontraron solo cinco estudios que cumplían con esta condición. Entonces tenemos la información de los efectos negativos de la cuarentena, pero no sabemos a ciencia cierta si este impacto es siquiera comparable con el de dejar a una población vulnerable a la exposición a un virus con alta virulencia y de una letalidad importante. Probablemente podamos considerarlo como un mal menor en una comparación costo-beneficio. Pero eso no significa que nos desestimemos los efectos negativos de la cuarentena. Por eso es que es importante anteponerse a ellos y establecer estrategias de prevención y de manejo de estas repercusiones negativas.

    Fuentes:

    Consideraciones psicosociales y de salud mental durante elbrote de COVID-19

    PROTOCOLO DE SALUD MENTAL PARA LA INTERVENCION EN LA PANDEMIA POR CORONAVIRUS


    The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence

    Salud mental y apoyo psicosocial en las emergencias humanitarias:¿Qué deben saber los actores humanitarios de salud?


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  18. Los textos leídos no hacen más que confirmar lo que todos sabemos: estamos en medio de una pandemia donde si bien hay algunas orientaciones de lo que se debe realizar, todos los países tienen realidades distintas, por tanto, lo que funciona en uno, no necesariamente funciona en el otro y siempre se debe buscar un equilibrio priorizando el bienestar de la población. Pero esto también nos deja con mucha incertidumbre, porque el bienestar de unos probablemente no será el de otros. Por supuesto, también hay consecuencias que se ven en el día a día y otras que se verán a largo plazo, pero nadie nos puede dar certeza del impacto. Sobretodo en salud mental, donde es tan subjetiva la vivencia de cada persona.
    El texto “Salud Mental y apoyo psicosocial en las emergencias humanitarias: ¿Qué debemos saber los actores humanitarios de salud” nos muestra como un espejo algunos ejemplos de cómo los problemas de salud mental y psicosociales en emergencias están interconectados, uno de ellos son los problemas sociales preexistentes y sin ir más lejos, esta semana pudimos ser testigos de la noticia de cómo el hacinamiento en que viven los haitianos inició una importante fuente de contagio en su comunidad, pero se convirtió también en una noticia que sólo hizo aumentar la discriminación hacia un grupo que se ha visto muy desfavorecido con esta pandemia. No es fácil hacer frente a este tipo de dificultades porque sólo la experiencia y el tiempo nos puede ayudar a preveer estos problemas y en este contexto no tenemos ninguno de los dos.
    Por otro lado, el texto “El impacto psicológico de la cuarentena y cómo reducirla: revisión rápida de la evidencia” nos indica cómo la estigmatización genera rechazo de las personas en sus vecindarios y esto lo podemos ver también en cómo los vecinos han obligado a desalojar una residencia sanitaria en nuestro país. Como dije más arriba, las consecuencias están escritas, pero no sabemos cómo ni cuándo se podrán ir visualizando en nuestro país.

    Por supuesto en ambos ejemplos los protagonistas de tales noticias tendrás efectos psicológicos negativos a futuro.

    Por último, hago una reflexión en cuanto a nuestra responsabilidad con los pacientes del área de salud mental, donde es tan importante la coordinación intersectorial… Me pregunto si estamos preparados para actuar de manera coordinada en casos de emergencia. Me parece tan claro el beneficio de coordinarse con los miembros de la comunidad, con APS, colegios, etc, para buscar alternativas juntos, pero siento que aun el asistencialismo nos gana. Podríamos utilizar también esta crisis como una oportunidad para mejorar nuestro trabajo comunitario.

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  19. A propósito de las lecturas recomendadas para esta semana, hay 2 reflexiones fundamentales que quiero proponer para la discusion del dia lunes 27.
    En primer lugar referirnos a cómo las publicaciones leidas se dedican netamente a la entrega de recomendaciones en torno a salud mental (no psiquiatria), donde lo psicosocial adquiere el papel protagonico. La asociacion directa que se puede hacer a partir de esto, es que el papel protagonico que debe ocupar la atencion primaria en este trabajo es indiscutible. La salud mental, y el trabajo psicosocial como eje, encuentran sus estrategias y actividades mas costo-efectivas en las funciones de promocion y prevencion. Teniendo esto en cuenta, debe llamarnos la atencion el contraste con la situacion concreta que se observa hoy en los consultorios: medicos dedicados casi exclusivamente a la atencion de morbilidad "respiratoria y no respiratoria", y los profesionales del area psicosocial ocupados en la orientacion e informacion del publico que consulta. Esto impresiona como un desaprovechamiento incalculable de recursos, más aun cuando se considera que las necesidades psicosociales no iran a ser presentadas en un box de atencion u oficina municipal (de acuerdo a las recomendaciones de distanciamiento social), sino que se dejaran ver en los territorios propios de la comunidad que vive estas necesidades (falta de acceso a recursos basicos, viviendas precarias, redes de apoyo precarias). La propuesta es que el trabajo psicosocial (incluyendo a todo el equipo de salud) considere un eje hasta ahora invisibilizado: el despliegue en terreno, articulado con las iniciativas comunitarias, visibilizando actividades y prestaciones para que quienes puedan beneficiarse de estas puedan aprovecharlas. Aqui nos referimos especialmente a las poblaciones mas vulnerables, como. adultos mayores, personas en situacion de discapacidad, NNA, etc. Como psiquiatras, desde lo clinico, ocupamos la parte mas alta y estrecha de la piramide de prestaciones en salud mental, pero existe una responsabilidad crucial en la educacion y apoyo a equipos de APS en el enfrentamiento de las personas con necesidades de salud mental.

    Por otra parte, propongo reflexionar en torno a lo escaso que es durante nuestra formacion de pre grado (y de post grado hasta donde conozco) en materia de manejo de salud en situaciones de emergencias y desastres. En nuestra realidad nacional estas situaciones distan de ser eventuales, ocurren más que anualmente, por lo que es cada vez mas necesario que el equipo de salud este por norma preparado para tener un compartimiento y protocolos de funcionamiento en dichas circunstancias. En las publicaciones citadas se hace hincapié en lo importante que es que el equipo de salud sea capaz de dar informacion clara, comprensible y concreta a los usuarios; asi como que tenga estrategias para proteger la salud del equipo mismo. En ese sentido es fundamental que nuestra formacion incorpore la revision de las experiencias ya conocidas, las directrices actuales en salud en general y especialmente en salud mental, y existan protocolos institucionales para este tipo de emergencias.

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  20. Respecto a los textos leídos:
    Me surge preocupación respecto al día después de que acabe la cuarentena, hay tantos factores que han sido estudiados (1), que podrían contribuir al padecimiento de patologías de salud mental, y, si estos factores los analizamos desde cómo se está enfrentando esta pandemia en nuestro país surgen múltiples signos de alarma como lo son: la información confusa y poco asertiva por parte de las autoridades, la falta de información que han expuesto desde las sociedades científicas y gremios de salud como el COLMED, ante la información que entrega el ministro de salud; cuarentenas prolongadas y a la vez necesarias ante el momento epidemiológico que se vive, la falta de programas sociales efectivos que proporcionen condiciones básicas de agua potable, alcantarillado, alimentación, transporte a lo largo de nuestro país, sobre todos para los más vulnerables (como en campamentos, sités, en zonas rurales y aisladas geográficamente, etc). Si bien se implementó un teléfono “salud responde”, éste se ha visto sobrepasado, por la alta demanda y no da abasto.
    También me preocupa la salud mental de los trabajadores de salud, que han sido estigmatizados y rechazados por su comunidad cercana y vecinos, lo que denota ignorancia, temor, mal manejo de la información por parte de estos vecinos, que muestran actitudes negativas hacia estos trabajadores de salud, que están sometidos a alta carga de trabajo, estrés, temor y angustia frente al contagio de ellos y su familia, largas jornadas laborales, etc. y a esto se suma como se describe (2), que “muchos trabajadores disponen de un insuficiente apoyo organizativo, y suelen manifestar que ese es, al final, el mayor factor de estrés", y hemos sido testigos de la falta de elementos de protección personal para los trabajadores de salud y protocolos deficientes en cuanto a lo administrativo y en la organización del personal muy variado, con algunos centros en Chile en que tempranamente se dispuso de turnos, en otros se retrasó, en algunos centros se envió a cuarentena a embarazadas en otros no, etc. son elementos a considerar, que incrementan el estrés y deterioran mayormente la salud mental de los trabajadores en nuestro país.
    Por otro lado me llama la atención así como lo describen en el texto (2) , que describe “las personas en hospitales psiquiátricos y otras instituciones a menudo han sido olvidadas o abandonadas en varias emergencias, lo que las lleva a convertirse en las víctimas de violencia, negligencia, y violación de derechos humanos.”, es así como ocurre en nuestro país estamos frente a una crisis y son los niños, niñas y adolescentes institucionalizados en Sename los más perjudicados una vez más. En un principio ante en riesgo de contagio se suspendieron las visitas y salidas de éstos (3), posterior ante el estrés las descompensaciones han aumentado, y ante la contingencia, el cierre de los centros de salud mental y aps, han quedado “abandonados”, se ha tenido que implementar otras formas de controles, sin embargo de forma tardía, por no existir un programa tal que se mantenga funcionando a pesar de la contingencia, evitando al máximo la transmisibilidad del covid-19.
    Los protocolos leídos son de gran utilidad para nosotros, nos ayudan a sistematizar y organizar de mejor forma el trabajo en salud mental frente a la pandemia desde nuestro nivel, de residentes en psiquiatría en mi caso infantil, en conjunto con otras áreas de la medicina y prestar el apoyo necesario hacia nuestros colegas, el cuidar la salud mental de uno mismo como terapeuta y como familia. Tenemos un gran desafío por delante, hoy ya podemos ser factor de cambio en nuestro medio, apoyar, educar, tratar, promover el autocuidado, etc. (4,5)
    Saludos.

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    1. Referencias:
      1.- The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence, publicado el The Lancet el 26 de febrero de 2020.
      2.- Salud mental y apoyo psicosocial en las emergencias humanitarias:¿Qué deben saber los actores humanitarios de salud?. Publicado por el Grupo de Referencia del IASC para la Salud Mental y el Apoyo Psicosocial fue desarrollado en consulta con el Clúster de Salud Global del IASC (Interagency Standing Comitee ).
      3.- Protocolo Coronavirus, COVID-19, en CIP-CRC y CSC delServicio Nacional de Menores. Departamento de Justicia Juvenil. (11 de abril de 2020)
      4.- PROTOCOLO DE SALUD MENTAL PARA LA INTERVENCION EN LA PANDEMIA POR CORONAVIRUS (fechado en Madrid, 20 de marzo de 2020)
      5.- Consideraciones psicosociales y de salud mental durante elbrote de COVID-19, publicado por OPS el 12 de marzo de 2020

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  21. Creo que a nivel nacional, estamos en deuda con la Salud Mental, pero por sobretodo con los pacientes afectados por este tipo de patologías. Hay una creencia generalizada de que la salud mental es para cierto tipo de pacientes (los “locos”) y una desinformación tremenda de la labor del equipo de Salud Mental. Con respecto a la atención primaria, es evidente la falta de personal para cumplir con las demandas de la población y la falta de recursos de este programa para intentar dar soluciones y ser una real ayuda para la población.

    Este clima, una vez más, deja poco espacio de preparación y activación de protocolos y ayudas como las sugeridas en las lecturas para debatir esta semana. El documento local “Orientaciones para la Atención de Personas Usuarias de Salud Mental Especialidad Atención Ambulatoria y Atención Cerrada en el contexto COVID-19”, hace hincapié en cómo manejar la situación sanitaria a grandes rasgos en centros de atención de salud mental pero enfocado principalmente a las medidas específicas de manejo de Covid-19.

    El documento del Minsal hace caso omiso a cómo enfrentar la pandemia a nivel de salud mental como tal, ya sea en cuanto a información para usuarios, redistribución del personal de salud en apoyo a usuarios para lidiar con la ansiedad de la pandemia, la desinformación, la imposibilidad de participar en la terapia individual, grupal, unidades de rehabilitación etc. Dejando a la deriva una vez más y en una situación aún más vulnerable a nuestros pacientes.

    Cabe destacar los documentos internacionales y sus recomendaciones para el personal de salud tanto especializado en Salud Mental como de otras áreas. Sería importante como agentes de salud transmitir esta información y visibilizar y educar a colegas y resto de funcionarios de salud.

    Ante esta crisis sanitaria reagudizada por la pandemia Covid-19 cabe preguntarse cómo quedaremos parados una vez que todo esto pase, cual será el nivel de impacto psicológico a nivel colectivo de todo lo relacionado con la pandemia, como se lidiará con los duelos, los trastornos ansiosos y de estrés, la reagudización de pacientes estables previamente, etc.

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  22. Si bien los textos de la primera sesión analizaban desde un punto de vista crítico el abordaje de esta pandemia COVID 19, los analizados en esta segunda instancia resumen más bien sugerencias del cómo enfrentar esta crisis sanitaria, haciendo énfasis en no descuidar la esfera psicosocial y fundamentalmente no descuidar y es más, proteger la salud mental tanto nuestra como de la población en general.
    En la sucinta, pero sustancial Carta Abierta: “la salud mental es una prioridad en tiempos de pandemia”, se resume claramente que se han implementado diversas estrategias para prevenir el contagio, sin embargo, se han olvidado las consecuencias que estas han generado en la población, en especial en la esfera psicosocial, en un país que ya poseía fragilidad en este aspecto a raíz de la crisis social previa.
    En lo personal, el texto que más destaco fue la publicación de Lancet: “El impacto psicológico de la cuarentena y como reducirla: visión rápida de la evidencia”; pese a los sesgos que pudieran tener los estudios incluidos, esta revisión ayuda a entender el concepto “cuarentena” en toda su extensión, logra aclarar como esta “pérdida de libertad, aburrimiento e incertidumbre” genera un impacto psicológico en contraste con los beneficios de salud pública que conlleva; interesante el estudio de la evidencia que otras pandemias generaron para extrapolarla a las consecuencias que se están ya generando por el COVID 19. Se concluye que el factor predictivo en el desarrollo de síntomas e impacto psicológico más importante es el la duración de la cuarentena, lo que se puede entender fácilmente por la acumulación de todos esos pequeños estresores que menciona el mismo documento: miedo a la infección, aburrimiento, frustración, información inadecuada e imprecisa, suministros inadecuados, estigma, entre otros. Las soluciones o más bien alternativas que se mencionan son bastante concretas y realizables, la más destacable y que claramente ha fallado en nuestro país ha sido el educar, sintetizar la información y exponerla claramente a la población, más allá de que estemos frente a un nuevo virus y que se desconoce aún mucho del tema, disminuiría mucho la ansiedad de la población si las autoridades establecieran con criterio (obedeciendo a un grupo asesor experto) medidas sanitarias serias y estrictas y para todos, proporcionando suministros básicos para que la población obedezca las medidas que se dicten y también educando para evitar actos tan repudiables como la estigmatización de la que ya varios colegas han sido víctimas, como por ejemplo el restringir el uso de ascensores en edificios.
    Destaco también las medidas que propone la OPS tanto para población en general como para los trabajadores de la salud y otros, interesante el concepto PFA, interesante también ponerlo en práctica para nosotros que nos preocupamos del resto pasando muchas veces por alto “el cómo estamos”; esta crisis, la demanda asistencial, las características de los pacientes que nos toca atender, la estigmatización, etc, todos estos son factores que generan consecuencias en nuestra salud mental, es fundamental y sanador el apoyo de equipo, el sincerarnos, pedir ayuda cuando la necesitamos, ser solidarios entre nosotros, en fin, cuidarnos para poder cuidar.


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    1. Referencias
       PROTOCOLO DE SALUD MENTAL PARA LA INTERVENCION EN LA PANDEMIA POR CORONAVIRUS. Grupo de Salud mental para la intervención en la crisis por Covid19 Hospital Universitario la Paz, Hospital Universitario Príncipe de Asturias, Hospital Infantil Universitario Niño Jesús.
       The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence. Brooks, S. K., Webster, R. K., Smith, L. E., Woodland, L., Wessely, S., Greenberg, N., & Rubin, G. J. The Lancet.
       Consideraciones psicosociales y de salud mental durante el brote de COVID-19. ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD.
       Salud Mental y el Apoyo Psicosocial en Situaciones de Emergencias. Salud Mental y Apoyo Psicosocial en Emergencias Humanitarias: ¿Qué deben saber los Actores Humanitarios de Salud?
       CARTA ABIERTA: LA SALUD MENTAL ES UNA PRIORIDAD EN TIEMPOS DE PANDEMIA. Colegio de Psicologos & otros
       https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/region-de-valparaiso/2020/04/06/personal-de-salud-acusa-discriminacion-por-covid-19-les-piden-no-usar-ascensores-y-espacios-comunes.shtml

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  23. Buenas tardes:

    Esta pandemia nos ha afectado a todos de muchas formas, sin embargo, las personas con alteraciones de su salud mental tienden a ser mucho más afectados y, gracias al estigma, menos considerados por la población general para ser asistidos. Hay un grupo de estas personas a la que le dedicaré atención en este post y es sobre las mujeres víctimas de violencia de género y con mi comentario quisiera reforzar lo expresado por mi compañero Erwin.
    La pandemia nos ha obligado en cierto modo a confinarnos en nuestros hogares, con o sin cuarentena, los servicios públicos funcionan "en estado de guerra", el comercio cierra, las personas quedan cesantes o deben adaptarse a una nueva modalidad de teletrabajo, lo que refuerza mi punto. Esto es importante porque las mujeres víctimas de violencia de género están confinadas junto a sus parejas, que con los problemas propios del confinamiento sean sometidos a mayor estrés, irritabilidad y menor tolerancia a la frustración, lo cual lleva a un menor control de la ira y a agredir de forma más constante a su víctima. Podemos pensar que estamos más evolucionados como sociedad, estos problemas siguen ocurriendo y como explicaba mi compañero Erwin, las denuncias aumentaron un 500%. Si bien, no nos enorgullecen estas crifas en lo absoluto, también podemos pensar que estos problemas se visibilizan más, por ejemplo, a principios de siglo, la violencia era normalizada y un hombre hasta podía vanagloriarse por realizar dichas atrocidades y ser celebrado por el público, dejando a la mujer casi como una ciudadana de segundo orden.
    Ahora, es importante que con esta visibilización del problema, podamos ofrecer una solución, y en nuestro país, la violencia de género tiene como actor responsable a los equipos de salud mental, siendo parte de sus prestaciones en APS. Con la reducción de las consultas crónicas al mínimo (cardiovascular, salud mental), privilegiando las consultas respiratorias y las emergencias médicas. Sabido esto, es urgente que los equipos se organicen de forma tal de que estas pacientes que consultaban por violencia de género sean rescatadas, llamadas y visitadas en sus hogares, resguardando claro esta la información que se pudo entregar en sesión para no desencadenar una crisis en la pareja y un lamentable final. Además, es tarea fundamental también establecer canales de comunicación con el equipo para que las pacientes, en caso de empezar a vivir una situación de violencia, pueda rápidamente contactar al equipo para ser intervenidas, y es por esto que me parece muy importante lo desarrollado por el documento de la IASC, porque nos entrega las directrices de como desarrollar esta labor a nivel institucional y permitiendo enfocarnos en grupos de riesgo (como las mujeres víctimas de violencia, no lo menciona el texto, pero lo hago visible) y no interrumpiendo tan abruptamente las atenciones a nuestros pacientes.
    Por último, la comunidad en general también ha colaborado en visibilizar esta información, con muchas historias en instagram, por ejemplo, dedicadas a entregar información y contención a mujeres víctimas de violencia. Los textos entregados para leer también nos hablan del rol de la comunidad como apoyo psicosocial y en estas historias de instagram, podemos ver como la comunidad, haciendo pequeñas cosas, puede generar grandes resultados.

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  24. Bueno ante todo saludos a todos
    Quisiera comenzar diciendo qué tal cual describe uno de los artículos la salud mental en Chile ya era muy deficiente antes incluso que ocurriera el estallido social del Octubre pasado. Hoy día no solo se suma las consecuencias del estallido social sino el estar transitando dos grandes pandemias: por un lado el coronavirus y por otro lado un quiebre económico a nivel mundial.
    Claro está que como describía un compañero anteriormente ya desde la atención primaria de salud el abordaje en salud mental siempre fue relegado enfatizándose en programas como respiratorio, cardiovascular y consultas de morbilidad. Ahora en medio del desastre ya es demasiado tarde para dar marcha atrás y cambiar las cosas, solo esperemos aprender de los errores y darnos cuentas que la salud mental de un individuo es fundamental a todo nivel no solo para los que presentes comorbilidades previas al respecto o mayores factores de riesgo.
    Hoy en día las medidas de confinamiento que son fundamentales para poder frenar los contagios han desatado un desborde emocional en la mayoría de las personas. Chicos sin ir al colegio, muchas personas sin trabajo, el asinamiento de muchos hogares y el separarse de las familias, amigos y demás seres queridos. Todo esto genera angustia, frustración, bronca y demás sentimientos muy difíciles de manejar. Por otro lado a esto se suma la incertidumbre de hasta cuándo continuaremos en esta situación, si todavía se pondrá peor o incluso si alguno de nuestros seres queridos puede en un futuro ya no estar.
    Todo esto sumado es claramente inabordable para cualquier persona sostenido en el tiempo. Y mucho más en las personas que ya presentaban patologías de salud mental previas.
    También quisiera destacar que los trabajadores de salud también nos debatimos entre ser proactivos para ayudar y al mismo tiempo con el miedo de enfermar no solo nosotros sino también a nuestros seres queridos.
    Todo esto sumado al desastre financiero, la situación de los demás países y la poca credibilidad que hoy en día presentan los medios gubernamentales crea un círculo visioso del cual es muy difícil salir.
    Que decir ante tanta incertidumbre? La verdad me es muy difícil. Solo espero que los planes gubernamentales sean cuidadosos a la hora de decidir reactivar las actividades económico laborales ya que de lo contrario un error podría significar la pérdida de vida de muchas personas y el quiebre en materia de salud mental de toda un país.

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  25. Luego de revisar los documentos enviados y entender que el objetivo de esta entrada es analizar el enfrentamiento del impacto de esta crisis sanitaria en la salud mental de la población, me gustaría iniciar este comentario intentando dimensionar más profundamente impacto psicológico que esta crisis esta generando en nuestros colegas, amigos o familiares que se encuentran hoy trabajando sin descanso para enfrentar esta pandemia.
    En referencia a múltiples noticias que están apareciendo a lo largo de todo el mundo y que menciona en el Webinar “La crisis económica y sanitaria en Chile” la Dra. María Elena Santolaya, en relación con la discriminación que se está produciendo hacia los trabajadores de la salud. Creo que resulta muy contradictorio en el sentido de que existe desde la mayoría de la población una intencionalidad de otorgar reconocimiento al personal de salud por su labor y, por otra parte, cada vez son mayores los casos reportados en diversos medios de comunicación tanto nacionales como internacionales respecto a la discriminación que están sufriendo los trabajadores de salud. Aquellos que residen en edificios están siendo marginados de utilizar espacios comunes y ascensores, esta es la noticia recurrente que emerge en la última semana. Claramente no es algo generalizado, pero existen múltiples denuncias por este motivo y ya se han anunciado medidas legales al respecto.
    Lo anterior me hace reflexionar un poco acerca de lo que pasa por la cabeza de ese trabajador de la salud que trabaja en un hospital o en un servicio de urgencias, puede perfectamente estar saliendo de un turno de 24 horas en las cuales basalmente se encuentra sometido a un estrés de atender urgencias más o menos graves. Además, consideremos que sumado a la preocupación basal de trabajar en urgencias tienen que preocuparse de la constante posibilidad de contagiarse si comenten algún descuido en la utilización de las EPP (las cuales no aseguran en un 100% el evitar el contagio) y que están enfrentando un porcentaje de casos de falla respiratoria grave que amenaza con incrementarse seriamente en la medida que nos acercamos al pick de infección por COVID-19. Todo esto en el contexto de que nos encontramos en camino al periodo de más frio del año y donde se presenta mas colapso de nuestro sistema de salud por consultas respiratorias en un año normal.
    Al redactar este comentario me resulta imposible no ponerme en el lugar de aquellas personas que están sufriendo algún tipo de discriminación, y ver la gravedad de la falta de empatía de la gente al no darse el mínimo trabajo de ver lo que hay detrás de esa persona que llega a su casa buscando descanso y un poco de tranquilidad. Creo que es muy triste comprobar reiterativamente como la adversidad logra sacar lo peor de las personas en algunos casos.
    En referencia a la versión resumida del “Protocolo de salud mental para la intervención en la pandemia por coronavirus” me gustaría rescatar de la lista de recursos que ofrece el protocolo el hecho de que existe una gran cantidad de valiosas herramientas basadas en Mindfulness y técnicas de regulación emocional que si bien están al alcance de todos en internet probablemente muchas veces son menospreciadas por ser un poco absurdas y desde luego por ser gratuitas.
    Creo que cuando hablamos de autocuidado de la población en general ante cualquier crisis, es fundamental el autoconocimiento y la capacidad de autoayudarnos a controlar el desorden que produce este disturbio de la normalidad en nuestro interior. En este sentido concuerdo completamente con el comentario de mi compañero Claudio López que apunta a que, para poder cuidar de otros, lo primero es aprender a conocernos y cuidarnos a nosotros. La capacidad de salir de nuestras preocupaciones y estar en el presente es fundamental para poder ver lo que sucede a nuestro alrededor e identificar a las personas que necesitan ayuda y hacerlo de la mejor manera.

    Nicolás Sanhueza

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    1. https://www.dropbox.com/s/eu8o5vwhrx30z09/Autoprotecci%C3%B3n%20Emocional%20para%20combatir%20el%20estr%C3%A9s%20del%20Aislamiento%20y%20el%20Miedo%20%28coronavirus%20y%20dem%C3%A1s...%29.mp4?dl=0 (Técnica de autoprotección emocional que propone la Dra. Rosa Calvo del Hospital La Paz de Madrid)
      http://www.falmed.cl/noticias/detalle-de-la-noticia/ArticleId/3153/especial-covid-19-restricciones-a-personal-de-salud-en-condominios-y-edificios.aspx
      https://www.cooperativa.cl/noticias/sociedad/salud/coronavirus/minvu-nueva-ley-de-copropiedad-evitara-la-repudiable-e-insolita/2020-04-18/141125.html
      https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/region-de-valparaiso/2020/04/06/personal-de-salud-acusa-discriminacion-por-covid-19-les-piden-no-usar-ascensores-y-espacios-comunes.shtml

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  26. La salud mental es una prioridad en los tiempos de pandemia, tal como se señala en la “carta abierta”, más aún considerando la situación actual de nuestro país, luego de la crisis generada por el estallido social. Sin embargo, no solo debiera ser prioridad hoy, en el contexto de la pandemia, sino en todos los tiempos. La base de como enfrentamos y como salimos de una situación difícil es la salud mental de cada persona y de su entorno, por lo que debiéramos darle prioridad en salud siempre, pero también en nuestra vida cotidiana, en el día a día; no solamente tratar a las personas con enfermedades mentales, sino contribuir a entregar herramientas para fortalecer la salud mental de la comunidad.
    Los sistemas de atención no estaban preparados para esta pandemia, ni para el impacto que esto tiene y tendrá para la salud mental y para las personas con enfermedades mentales.
    En este momento hemos visto que las acciones han estado centradas en la “la salud física”, sin embargo, las consecuencias de esta pandemia en el área de salud mental existen hoy y serán las que probablemente más se evidenciaran luego de esta crisis; por lo que la salud mental no puede esperar.
    Hoy más que es fundamental un enfoque intersectorial coordinado, lo que sin duda es un difícil, ya que incluye a diversos actores y puntos de vista que a veces se oponen. Sin embargo, urge la necesidad de tomar decisiones en conjunto y unificar un plan de acción para un adecuado manejo de la población. Es aquí donde pienso que la atención primaria podría jugar un rol protagónico, ya que es una puerta de acceso a la comunidad, que podría potenciar el trabajar intersectorial en conjunto con la comunidad.
    En el texto “el impacto psicológico de la cuarentena y como reducirla”, destaca como uno de los factores estresantes: la información inadecuada. Este punto es esencial y considero que podríamos mejorarlo; los medios de comunicación y redes sociales cumplen un rol importante como fuente de información para muchas personas. Lamentablemente lo que se ha visto a lo largo de la trayectoria de los medios nacionales y en las últimas semanas es que, si bien entregan información, muchas veces esta se contradice o son sensacionalistas y alarmistas, lo que genera más estrés y confusión en la población, sobre todo en las personas que solo tienen acceso a esto como fuente de información y que coincide con las personas más vulnerables.
    Importante además enfocarse en los grupos más afectados por esta pandemia, para un trabajo inmediato, entre estos los profesionales de la salud, que son un grupo de alto riesgo para desarrollar enfermedades mentales ya sea por la sobrecarga laboral, la responsabilidad, el estigma social, entre otros. Apoyarnos como entes de salud resulta prioritario.

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  27. Varios informes ya alertaban sobre la situación de la salud mental en Chile, tanto internos como externos, que mostraban una situación bastante preocupante en términos de cifras de consumo de medicamentos, prevalencia de depresión, ansiedad, consumo de psicofármacos y suicidio. Todos previos al Coronavirus por lo que su causa radicaría en otros factores. En sintonía con lo expresado en la “Carta abierta”, me parece entonces que la situación “crítica” previa a la pandemia ha sido de alguna manera normalizada y pasada por alto. Incluso hasta la fecha no ha habido abierta referencia a la problemática de salud mental que acarrea la pandemia, tanto en la población general como personal de salud. (https://www.theclinic.cl/2020/01/04/inequidad-en-chile-un-problema-de-salud-mental/, https://www.elmostrador.cl/agenda-pais/vida-en-linea/2017/02/23/chile-se-ubica-por-sobre-el-promedio-mundial-en-indice-de-depresion-segun-nuevo-informe-de-la-oms/).

    En la misma línea, en varios de los textos publicados se hace hincapié en que uno de los grandes factores generadores de sintomatología psiquiátrica y descompensación de patología previa sería la “incertidumbre”. Hemos visto que por la aplicación de medidas tales como la aplicación de la “ley de protección del trabajo” o las indicaciones ministeriales contradictorias esa incertidumbre económica y social se ha exacerbado, en lugar de servir como factor protector o entregar algo de certidumbre. Por lo cual pienso que el manejo político también debe ser tomado en cuenta al momento de estudiar la incidencia en el futuro de la salud mental producto de la crisis del COVID-19, aparte de la que ya concita por sí misma. Asimismo, somos los profesionales de la salud y de la salud mental los que debemos velar por la protección y la producción de datos que permitan poner en relieve la importancia de los factores antes mencionados.
    Por otro lado, me parecen muy positivas algunas de las propuestas de Xiang et que apuntan, de cierta manera, a cierta descentralización de la atención psiquiátrica, la educación de la población y como ellas estarían en línea con disminuir las aglomeraciones. Pero también, son una oportunidad para promover un modelo más comunitario de salud mental, donde la población también pueda sea participe de su cuidado e incluso levantar datos epidemiológicos sobre factores que perjudiquen su salud, con la asistencia del personal sanitario de su comunidad.

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